Análisis de Tokobot Plus: Mysteries of the Karakuri (PS2)
Partiendo del juego original que Tecmo lanzó para la portátil PlayStation Portable en marzo del año pasado, Tokobot da el salto ahora a la doméstica de Sony, PlayStation 2 con Tokobot Plus: Mysteries of the Karakuri, un título que toma muchos de los elementos del título original. De hecho, podría considerarse casi como una adaptación de ese juego para PSP al que se le han añadido nuevos contenidos, mejorando los que fueron algunos de los puntos débiles del sistema de control y otros elementos aquí y allá. De esta manera, lo cierto es que el producto final se nos antojará más completo que el título original, con nuevos laberintos y contenidos que se han incluido a la aventura.
Desde luego, el hecho de que se trate de una conversión con nuevos contenidos del original de PSP hace que el título sea, quizás, poco recomendable a todos aquellos que ya han disfrutado el original de la portátil (o, directamente, si éste no les convenció) pues pese al nuevo contenido incluido estamos, en esencia, ante el mismo juego.
En todo caso, si ya nos lo hemos pasado en PSP, sólo sería recomendable si somos unos auténticos apasionados de Tokobot y no queremos perdernos los añadidos de esta edición que, aunque de calidad, no son desbordantes en cantidad.
Y es que en Tokobot Plus vamos a ver cómo se recupera el diseño de personajes y escenarios, lo que incluye también las situaciones y puzles que tendremos que superar para seguir avanzando. De este modo, se han incluido todos y cada uno de los niveles originales, y luego se han añadido algunos niveles más. Durante las fases que se recuperan de la portátil –la mayoría- podremos observar cómo se ha aprovechado el potencial algo superior de la consola doméstica para presentarnos unas animaciones más cuidadas y suaves y texturas un poco más definidas en determinados elementos. Con todo, lo cierto es que salvando las distancias entre lo que representa ver la acción en un televisor y la pantalla de PSP, el resultado es virtualmente idéntico, aunque, sería absurdo negarlo, con cierta ventaja en la versión que nos ocupa.
Por supuesto, la historia del juego es la misma en ambos casos. En Moritari se vivía en armonía completa con la naturaleza pese a su avanzada tecnología, gracias a su Eternal Engine, pero esta civilización desapareció. Ahora, miles de años más tarde, una nueva civilización ha surgido y copian los grandes avances tecnológicos heredados, creando a unos pequeños robots, los Karakuri, destinados a ayudar a la gente en todas sus labores, aunque el objetivo sigue siendo encontrar la tecnología de la gran fuerte de energía de la antigua civilización: el Eternal Engine.
El juego muestra un estilo gráfico que sigue resultando un poco carente de personalidad, aunque eso no implica que sea malo técnicamente. Pese a eso, toda la narración de la introducción, en la que se plasma con detalle la historia que os hemos expuesto muy brevemente, para dejarnos en el papel de Bolt, un chico que trabaja como arqueólogo intentando comprender a esa antigua civilización tan avanzada al tiempo que, claro, busca el Eternal Engine. En este sentido, la narración del juego es acertada y nos enlaza razonablemente con el entorno jugable partiendo de una presentación correcta, con el escollo del idioma. Las voces, sin ir más lejos, son buenas, con unas interpretaciones más que correctas, pero no en nuestro idioma, por lo que puede resultar un poco flojo en este sentido.
Con la ayuda de los tokobots, Bolt se introducirá en las ruinas a la búsqueda de la solución a los múltiples enigmas que albergan. Gracias a ellos, que le seguirán a donde vaya, el chico podrá usarlos para multitud de tareas, empezando por las diferentes formaciones que pueden adoptar con un simple botón frontal mientras mantenemos pulsado el R1 (un sistema que se nos antoja más fácil y accesible que en la portátil) para realizar algunas tareas, como emplearlos para subir a zonas elevadas o emplearlos a modo de helicóptero.
Además, según avancemos en el juego, iremos consiguiendo más tokobots, y nuevas formas de usarlos para crear más y más formaciones que nos servirán para solventar los obstáculos cada vez más complejos que iremos descubriendo. De este modo, podrán incluso cambiar por completo su forma para convertirse en un único robot de gran tamaño, lo que nos será útil tanto para resolver algún puzle como para enfrentarnos a enemigos, ya sea portando una espada de tipo samurái, un martillo gigante o hasta una catapulta. Desde luego, las posibilidades son muy elevadas, y por si esto fuera poco, podremos adquirir también algunas mejoras y otros elementos entre fase y fase, de manera que se potenciará bastante la rejugabilidad, ya que incluso se podrá adquirir la posibilidad de jugar a los distintos niveles buscando mejorar nuestro registro en el cronómetro.
El elemento más destacable de la concepción del juego es el diseño de los puzles, que pese a ser siempre intuitivos, sin buscar resoluciones incoherentes, van conformando un nivel de complejidad elevado con una buena progresión de la curva de dificultad. Gracias a eso iremos acostumbrándonos a la concepción del sistema de puzles, y el progreso que mostremos será bueno, resultando difícil incluso que nos bloqueemos en algún punto, aunque eso no implica que sea demasiado fácil. Los combates, por su parte, son demasiado simples, con la excepción de algún que otro enemigo final, aunque el mayor problema residirá en la cámara, algo díscola, sobre todo cuando seamos atacados por múltiples enemigos. Y es que resulta lenta, algo tosca incluso. Ha mejorado un poco su comportamiento con respecto al original de PSP, pero no solventa los continuos momentos en los que queda obstaculizada la visibilidad por algún elemento del entorno.
Debido al sistema de habilidades plasmado en el concepto de las diferentes formaciones de los robots, habrá momentos en los que tendremos que revisitar algunas zonas ya superadas del juego para poner en práctica esas nuevas habilidades y acceder a otras zonas del escenario para ir completando el juego en su totalidad. No es algo que se dé continuamente, y, de hecho, el juego se plantea como claramente lineal, pero lo cierto es que un buen elemento que nos invita a jugar un poco más. A esto hay que añadir los nuevos niveles adicionales que se han incluido, que no son muchos y hacen que el juego pueda seguir resultando un poco corto.
Las fases incluyen niveles de tesoros, una nueva incorporación, que tendremos que descubrir en cada nivel, añadiendo más importancia a la exploración de los entornos. Cuando encontremos una de estas pequeñas fases, nos enfrentaremos a una suerte de minijuego en el que superar a toda velocidad una serie de rápidas trampas para llegar hasta el final y conseguir la recompensa, llegando en la recta final del juego a alcanzar una dificultad destacable. La otra gran novedad del juego es la inclusión de más técnicas que se obtienen después de derrotar a los enemigos finales, centrándose estas técnicas en puntos concretos, pudiendo incluso mejorarlas entre las diferentes misiones.