Análisis de Toca Race Driver 2: The Ultimate Racing Simulator (PS2, PC)
El panorama de los juegos de velocidad en PlayStation 2 puede estar más activo que nunca en lo que respecta a los arcades, con juegos de la talla de Need for Speed Underground 2 o Burnout 3, pero en simulación se ha quedado un tanto huérfano este año por el retraso de Gran Turismo 4. Sin embargo, los amantes de la simulación tienen una muy buena opción en esta conversión de Toca Race Driver 2 que Codemasters acaba de lanzar para PlayStation 2.
La saga Toca es una de las sagas de conducción más veteranas y de mayor éxito de la compañía británica, aunque con menos seguidores que Colin McRae Rally, y esta segunda entrega para esta generación salió la pasada primavera en Xbox y Pc.
Su tarjeta de presentación no es un apartado gráfico que quita el hipo, como el de tantos juegos de conducción, sino en cambio la promesa de la mejor simulación no solo en el comportamiento de los coches sino también, y sobretodo, en el de los rivales. Toca Race Driver 2 es un juego de conducción pero sobre todo de competición; como en todos los juegos de esta saga, los rivales parecen humanos y realmente tienen ambición por ganar la carrera.
Toca Race Driver 2 también destaca por otro aspecto que lo hace casi único entre los juegos de su estilo: su modo principal, el modo carrera, no solo nos hace progresar desde cero hasta las mayores categorías de la competición automovilística, sino que al mismo tiempo nos narra la historia y las peripecias de nuestro piloto y otros personajes secundarios que lo acompañarán en su carrera o que se cruzarán con él como rivales, algunos más amistosos que otros. En este sentido sigue la línea del anterior juego, pero esta vez el modo carrera es menos lineal (podremos elegir entre varios campeonatos en cada etapa de nuestra evolución) y las carreras están llenas de comentarios de nuestro manager, un escocés; sin embargo, el acento escocés que marca la versión inglesa del juego no está presente de ningún modo en el excelente doblaje de esta versión española.
En el modo Carrera (y en los otros modos de juego) podremos competir en una gran variedad de campeonatos. Todos ellos tienen prácticamente las mismas reglas y tienen lugar en algunos de los más de 50 circuitos reales de todo el mundo que incluye el juego (esta versión PS2 como novedad incluye el de Cataluña), pero lo importante es que en cada campeonato, aparte de tener un bonito nombre real, nos veremos obligados a conducir obligatoriamente un coche que también tienen nuestros otros rivales. Esto hace que las carreras se disputen en condiciones de completa igualdad entre todos los competidores, lo que aumenta el reto y diluye las posibilidades de crearnos un supercoche y dejar a nuestros rivales a medio minuto en la primera vuelta (como en Gran Turismo).
La otra novedad que incluye esta versión PS2, aparte del circuito catalán y las 99 combinaciones más de coches y circuitos, es el modo "Pro-Sim". Ésta, como su propio nombre indica, es una modalidad donde el realismo es máximo. Además, cosa de la que no podrá presumir su principal competidor, tiene juego online para hasta ocho jugadores, lo que ya venía incluido en la versión Xbox pero no es tan habitual en la máquina de Sony.
Pero no es la gran cantidad de circuitos y de competiciones, cada una con su correspondiente coche (y algunos de ellos de alta competición o muy curiosos como el Fórmula Ford), lo que hace especial a Toca Race Driver 2. Como decíamos al principio, la saga Toca siempre ha destacado por ofrecer una avanzada inteligencia artificial en los competidores, y Race Driver 2 continúa esa tendencia. Los coches rivales no estarán fijados a una especie de ruta invisible que seguirán a rajatabla, sino que competirán por el primer puesto, no solo con nosotros sino también entre ellos. Cada rival parece adaptado a un tipo de comportamiento, es decir, como si Codemasters (una experta en IA de conductores, todo sea dicho) le asignase a cada piloto individual al que nos enfrentaremos una serie de tendencias, léase agresividad, frenar antes de tiempo, no arriesgarse en una curva, etc... que luego, naturalmente, se plasman en la carrera.
Veremos por ejemplo no solo cómo los coches rivales nos cierran o nos intentan adelantar por un hueco que dejemos, sino también como pelean encarnizadamente entre ellos y con nosotros cuando están a un lado, a veces hasta el punto de chocar o salir de la carretera, para así hacerse con la victoria. Es realmente lo divertido del juego, el hecho de que cada carrera no solo consista en dominar nuestro coche, sino también en lograr, a veces con ayuda de la indispensable suerte, quedar de primeros. Habrá veces en que conduzcamos de maravilla pero las circunstancias, léase un rival que no nos deja adelantarlo o uno que nos toca levemente en una curva y nos hace perder unos valiosos segundos, harán que nos demos con un canto en los dientes.
Sobre la simulación de los coches también hay mucho que decir. Race Driver 2 quizás no llegue a los niveles de detallismo de la saga Gran Turismo, donde cada ligero cambio influye, pero sí posee una física muy realista, que nos obliga a frenar cuidadosa y progresivamente, a acelerar poco a poco (gracias a los botones analógicos o al propio stick derecho) y que castigará cualquier imprudencia tipo "cruzar la curva por la hierba" o hacer un derrape más típico del Ridge Racer que de la vida real, por no hablar de las veces en las que se nos bloquearán los frenos. Es una muy buena y muy exigente simulación que llega al máximo cuando usamos un volante y especialmente (solo para los que pueden soportar títulos como Richard Burns Rally, es decir, casi imposibles) en el modo Pro-Sim.
Y con la simulación llega el realismo en las colisiones. Aunque no puede decirse que sean reales, pues unas colisiones realistas destrozarían nuestro coche a las primeras de cambio, si son coherentes (a mayor velocidad, mayor daño) y sobre todo muy influyentes en la carrera. Algunos juegos no penalizan los choques, dando lugar a trucos para tomar las curvas, y otros lo hacen disminuyendo el rendimiento de nuestro coche y deformando su carrocería. En Race Driver no solo dejaremos el exterior de nuestro coche hecho unos zorros sino que nuestra falta de habilidad también destruirá el coche por dentro; el daño está dividido en varias partes y se representa –como no podía ser de otra manera- por el color que adopte dicha parte. Cuando una parte está seriamente dañada hace que el funcionamiento del coche se resienta considerablemente, y cuando una parte falle completamente no tendremos más remedio que abandonar la carrera.
Cabe destacar la gran diversidad de carreras en las que participaremos, lo cual le da un toque muy variado al juego, y especialmente el hecho de que al tener siempre el mismo vehículo que nuestros rivales, todo dependerá de nuestra habilidad de conducir (y para configurar el coche previamente) y no de la inversión de nuestros ahorros en mejores piezas. Como principal defecto de esta variedad de carreras, algunas de ellas no están tan conseguidas como nos habría gustado, especialmente los rallies, donde no toman ejemplo de sus compañeros de la saga Colin McRae, y las carreras de camiones, donde hay menor sensación de velocidad y donde el control es un tanto extraño. También es criticable el hecho de que el modo carrera es bastante lineal en el sentido de que solamente podremos elegir entre un par de carreras (y además parecidas en estilo) en cada etapa de nuestra carrera (valga la redundancia), en vez de tener un esquema algo más abierto.
Por otra parte, el juego incluye un modo online para hasta ocho jugadores, que en PlayStation 2 es toda una novedad considerando los pocos juegos de carreras online existentes, y además la futura ausencia de un modo de este estilo en el esperado Gran Turismo 4. Es una opción muy de agradecer, y en las carreras no se nota un gran retardo (llamado habitualmente lag).
A nivel gráfico Toca Race Driver 2 no es la quintaesencia de la máquina, mostrando un motor sólido y unos modelos de coches realistas y con amplias posibilidades de deformación, pero sin un gran nivel de detalle en los escenarios ni una sensación de velocidad. No hay demasiadas ralentizaciones, pero tampoco una sensación de velocidad ni una cantidad exagerada de detalle o objetos en pantalla que las pudiese llegar a causar. Cumplen perfectamente su función, sin llegar a influir en la jugabilidad, que es sin duda el punto fuerte de Toca 2. El apartado sonoro está a un gran nivel, con sonidos realistas de los coches tal y como nos tiene acostumbrados Codemasters, y un excelente doblaje al castellano de las secuencias cinemáticas, abundantes a lo largo del modo carrera.
Toca Race Driver 2 es en conclusión un juego de conducción y sobre todo de competición muy recomendado a los amantes de los simuladores más inclinados a la superación de uno mismo que a lograr tener el coche de sus sueños. Con sus pros (la divertidísima jugabilidad y el modo online) y sus contras (gráficos no excelentes, sensación de velocidad media y algunas competiciones mal definidas), se trata de la elección ideal en su género (la simulación) para los usuarios de PS2 estas Navidades.