Análisis de Suikoden V (PS2)
¿La razón? Tramas bien hiladas, con trasfondos políticos en ocasiones apasionantes, y que se enmarcan en una jugabilidad abierta en torno a la gestión de un pequeño ejército. Todo esto se repite en las entregas de Suikoden del primer al cuarto capítulo, siendo los dos últimos los más débiles en cuanto a jugabilidad por un menor número de opciones. De hecho, Suikoden IV fue vehementemente criticado por el exceso de encuentros aleatorios, y su monótona jugabilidad.
Así, los aficionados pedían a la próxima entrega resolver los problemas de este juego, y reflotar la saga con una proporción más adecuada entre la historia y el desarrollo. ¿Responderá Suikoden V a estos anhelos? Habiendo visto esta versión PAL, podemos responder con un rotundo sí.
A poco de realizar nuevos juegos, las facciones que dominan la vida senatorial de este reino (los Godwin y los Barow) viven una disputa en ocasiones exaltada, intentando secretamente obtener el favor de la actual Reina de Falena. Ésta, portadora de la Runa de Sol – una de las escasas Runas verdaderas - , intenta gobernar con justicia, lo que en ocasiones la lleva a cometer imprudencias como la respuesta a una rebelión en la remota localidad de Lordlake.
En este marco – magníficamente desarrollado y escrito – el jugador controla al joven príncipe, que en este inicio de juego realiza labores de diplomacia a lo largo del reino.
Nuevos giros de guion y facetas ocultas de algunos personajes complicarán más la trama, todo ello sin que resulte infantil, tópica o absurda. Esto es, la historia está lo suficientemente trabajada como para resultar en ocasiones majestuosa, enganchando al jugador ante la expectativa sobre lo que ocurrirá a posteriori.
Esto es debido a que esta quinta entrega mimetiza el desarrollo de los mejores juegos de la saga – los dos primeros – al establecer un diseño extremadamente libre, y vinculado a una trama interesante. La libertad, como es habitual en la saga, tardaremos en encontrarla, pero una vez seamos dueños de nuestra propia fortaleza disfrutaremos de libre albedrio en casi todo el reino.
La diferencia con otros juegos, demasiado engarzados en guiones forzados, es notoria, y dice mucho a favor de Konami. Aparte, todo este mundo parece tener una mitología, historia y desarrollo muy trabajados, donde el hilo común de la saga Suikoden se va descubriendo poco a poco gracias a algunos personajes (especialmente Georg, un espadachín taciturno que muchos recordarán de anteriores entregas) y sus relaciones. Esto se debe a que los personajes no son "tópicos", y responden a unas motivaciones internas que les dan un relieve excepcional.
Esto es, secuencias de asaltos o momentos críticos en la trama. En estas situaciones aparecerán personajes difíciles de reclutar, y que finalizada la sub-trama desaparecerán por completo del desarrollo. Esto exige grabar con mucho tino y explorar todas las ciudades con cuidado, puesto que podríamos perder algún poderoso aliado. Entre estos personajes hay muchas caras conocidas, protagonistas o secundarios de capítulos anteriores. Puesto que Suikoden V se ubica un poco antes, podremos ver la juventud de algunos personajes de Suikoden II e incluso a sus progenitores.
La fortaleza vuelve otra vez a la tierra después del barco de la cuarta entrega, contando con baño, restaurante, y el resto de tiendas habituales en las ciudades del reino de Falena. Aunque sería divertido un mayor grado de personalización, su sola existencia ya aporta interés al hacer al jugador líder de una facción, en lugar del mascado héroe solitario de este tipo de juego.
Como líder tendrás también que dirigir a las tropas en las monumentales batallas que se suceden en el juego. Rompiendo la mecánica por turnos de anteriores entregas, Suikoden V propone una especie de sistema en tiempo real con toques estratégicos. Las batallas se suceden, pero podremos establecer la colocación de las tropas y parar el conflicto en cualquier momento para dar nuevas órdenes a las unidades. Este conflicto continuo hace al juego un poco complicado, ya que es difícil rectificar una orden mal dada a pesar de poder parar el tiempo de juego.
Con todo, estas batallas aportan una variedad al desarrollo muy poco habitual, y permiten que el jugador se crea parte de un conflicto a escala global.
Como contrapartida, los personajes y sus animaciones han mejorado mucho, y esta vez cada uno de ellos tiene mucha mayor personalidad que en las anteriores entregas. Los movimientos de sus extremidades, su forma de andar y la cadencia con la que hablan son superiores a los "muñecos" sin personalidad de las anteriores entregas en tres dimensiones. Los escenarios - aún con las limitaciones anteriores - son bastante grandes y cuentan con diseños ingeniosos. La única tara del apartado visual, es la excesiva repetición de texturas, que hace difícil distinguir incluso algunas ciudades de otras.
El sonido - y esto es sorprendente - es uno de los más flojos que ha visto la saga. Aunque algunos temas de la banda sonora son memorables, la mayoría resultan anodinos y en ocasiones monótonos. La diferencia con las primeras entrega es amplia, pero incluso los capítulos para PlayStation 2 cuentan con un apartado sonoro con mucha más personalidad. Quizás el gran error del juego, queda un poco tapado por un doblaje al inglés competente, aunque dependiendo del personaje.
La traducción de los textos del juego es un poco inferior a la cuarta entrega, y en ocasiones faltan letras o tildes en muchas palabras. No es, sería difícil, el nivel de Suikoden II, pero da al juego un aire un tanto amateur.
Quizás la más notable es la ausencia de innovación en el sistema de juego. Estamos jugando casi a Suikoden II en tres dimensiones, lo cual siendo un gran cumplido nos deja ver que se han introducido muy pocos elementos nuevos. Tanto el comercio como el sistema de combate, como incluso las runas son calcadas a anteriores entregas, y no hay ninguna innovación fuera de las batallas que de un sesgo decisivo a esta entrega.
Las tan criticadas tercera y cuarta entrega, recorrieron elementos nuevos, como las batallas marítimas y o los argumentos cruzados. Esta quinta entrega es mucho más previsible, a pesar de tener más posibilidades de juego y una historia mucho más desarrollada. La entrega perfecta sería, entonces, aquella que pudiera aunar la innovación con un desarrollo libre y una buena historia. Pero, parece que tendremos que esperar a PlayStation 3 para verlo.