Análisis de Spartan: Total Warrior (PS2, GameCube, Xbox)

Una de las sagas que han surgido en esta generación es Dynasty Warriors, de Koei, un juego de acción ambientado en la historia clásica china del Romance de los Tres Reinos, que ha vendido millones de unidades en Japón; no solo por sus divertidas mecánicas de juego, sino también por estar ambientado en una historia familiar y conocida. Ahora que las películas sobre temas clásicos están de moda (Gladiador, Troya, Alejandro Magno, la próxima Hannibal), usar la idea de Koei para representar las leyendas clásicas europeas es algo evidente; de hecho, la propia Koei prepara un juego basado en la Guerra de los Cien Años para PlayStation 3. Sin embargo, la primera en aprovechar el filón de la historia europea para un videojuego de acción es Creative Assembly, el grupo británico responsable de la saga Total War, que ha dado un inesperado giro a la acción en éste, su primer desarrollo para consola.

Spartan: Total Warrior es un juego de acción en tercera persona ambientado varios siglos antes de Cristo, en la primera gran época de expansión del Imperio Romano, cuando Roma miró hacia oriente y se encontró con la jugosa y rica civilización griega desunida y lista para ser conquistada. Nosotros somos un guerrero espartano que, acompañado de tres camaradas, tendrá que impedir que los romanos –que aquí son representados de modo bastante negativo- se salgan con la suya en su plan de conquista de Grecia.

La historia ha dejado a Esparta, clásica –y nunca mejor dicho- rival de Atenas, como la polis griega violenta y militar por antonomasia –de ahí el adjetivo espartano-, en contraste con la intelectualidad y la "educación" de Atenas. Ahora es el momento de demostrar de qué estaban hechos.

El juego trata la historia de un modo un tanto ligero, permitiéndose licencias sobre la contemporaneidad de personajes y, sobre todo, introduciendo un elemento mágico considerable. La mitología y la magia está por todas partes, y la obsesión romana por "industrializarlas" para sus fines se refleja en numerosas ocasiones. Los romanos están representados como unos poderosísimos y malévolos conquistadores, capaz de todo para volver cubiertos de gloria a Roma y, en cierto modo, como los que quieren quitar al mundo clásico de su poética para ponerla al servicio de la modernidad. Aparte de los romanos también aparecen otros pueblos representados, y otras historias, como la de Troya, ciudad que visitaremos, o una horda germánica capitaneada por Beowulf, que, unos cuantos siglos antes de su existencia (o al menos, del poema), pasaba por allí.

Dejando a un lado la historia del juego, que pese a ser un tanto alocada cumple a la perfección con su cometido, Spartan: Total Warrior es un juego de acción que recuerda mucho a Dynasty Warriors aunque resulta más variado que este último; las misiones no son siempre iguales, teniendo a partes iguales batallas, misiones en solitario "a lo God of War", y misiones de infiltración, como la que tiene lugar en la ciudad de Atenas. Esto lo hace un juego variado aunque tiene la pega de que no todos los tipos de misiones son tan divertidos. Las batallas son sin duda lo mejor.

Las batallas están organizadas también en objetivos; por poner un ejemplo, en la primera de todas ellas defenderemos Esparta, último baluarte de la Grecia no dominada, contra un ejército romano. La batalla está dividida en diferentes fases, léase defensa de muros, ataque a centuriones romanos, etc... que hacen que el juego resulte menos caótico que Dynasty Warriors, aunque mucho más limitado en cuanto a libertad de movimientos, y también mucho más simple. Lo que tenemos que hacer después se nos indica con claridad, por lo que el reto se limita únicamente a "hacerlo bien", cosa por otra parte no demasiado difícil.

Como es de esperar, no estaremos solos, sino que en la gran mayoría de las misiones iremos acompañados de un nutrido grupo de soldados espartanos y de algunos compañeros de armas especialmente hábiles. Estos soldados serán claves para mantener entretenidos a buena parte de los rivales, y eso hará que muchas veces podamos matar a muchos romanos –o el enemigo que toque- acabando con ellos por la espalda, no teniendo así que romper su guardia.

Spartan es un juego de acción frenético con dos ataques básicos y diversos modificadores. Los ataques no tienen mucha ciencia, y están divididos en "básicos" y "radiales". El ataque básico es contra un enemigo, mientras que el radial es contra varios enemigos; lo mismo ocurre con los disparos de flecha (podremos lanzar una o varias), con los movimientos de empujar (para así romper la guardia de los enemigos) e incluso con las magias. La combinación de los diferentes ataques nos permitirá hacer combos, y si estamos especialmente violentos, se nos permitirá hacer un "ataque de furia" (muy numerosos), que producirá o bien la muerte de un enemigo estándar o bien la de varios, acompañada de un grito de guerra de nuestro personaje.

En el juego iremos obteniendo varias armas a medida que avancemos, que podremos cambiar en cualquier momento, y que aparte de sus respectivas habilidades (fuerza, velocidad, etc...) cuentan cada una de ellas con un ataque mágico propio, esencial para superar ciertas situaciones donde estemos rodeados por demasiados enemigos. La magia de nuestra espada espartana, una vez consigamos el escudo de medusa, convertirá a los enemigos en piedra, mientras que la de las espadas de atenea desencadenará una tormenta eléctrica, por poner algunos ejemplos. Las magias también podrán ser básicas o "radiales", siendo estas últimas las más útiles, como es de esperar, aunque también las que consumirán más poder mágico.

Como decíamos, el juego tiene cierta variedad de niveles, y no todos serán batallas, aunque como decíamos estos son los que más nos han gustado. También habrá fases de infiltración, como la que tiene lugar en Atenas, y otras de ir en solitario por mazmorras, como las de Troya. Estas últimas son a nuestro juicio las peores, mientras que las de Atenas ofrecen desafíos interesantes. En la primera misión de Atenas tendremos que proteger a Arquímedes, que intenta arengar a la población griega, impidiendo que los numerosos asesinos romanos eliminen al sabio. En otra tendremos que acabar con los espías romanos, todo dentro de un entorno humano donde aparte de enemigos y aliados también hay una población estupefacta. Las fases en Atenas le dan al juego una gran variedad.

A nivel gráfico, Spartan Total Warrior es muy vistoso, mostrando grandes escenarios y numerosos personajes en pantalla aunque, eso sí, todos ellos con una variedad muy limitada. Hay una docena de tipos de unidades, y cada soldado de ese tipo es exactamente igual al anterior; pero la cantidad de ellos en pantalla es asombrosa, y el modelado y animación bueno, aparte de que cada uno de ellos cuenta con su propia inteligencia artificial, que hará que se comporten de un modo determinado dependiendo de cómo está la escaramuza o la batalla. Los escenarios están bastante bien y son amplios, con excepción de las repetitivas mazmorras de Troya, y son especialmente llamativos al principio del juego. El motor gráfico lo mueve todo con fluidez, sin demasiados problemas de ralentizaciones o la aparición de niebla, que sí abunda en otros títulos del estilo como Dynasty Warriors.

El sonido combina una banda sonora un tanto genérica, de temas épicos, con unos efectos de sonido muy variados y sobre todo muy abundantes que hacen que nos sintamos dentro del caos de la batalla; especialmente memorables son los gritos de furia del espartano, mientras que todas las voces son en inglés, con subtítulos en castellano. El apartado sonoro del juego es competente aunque no sobresaliente, faltando unas melodías algo más pegadizas.

En conclusión, estamos ante una buena "incursión" en el género de la acción de una compañía clásica de la estrategia. Se dejan ver las raíces de los desarrolladores en el organizado e inteligente comportamiento de las decenas de enemigos en pantalla, y la implementación de la acción es buena, pero a lo largo del juego la calidad resulta un tanto desigual, con ciertos altibajos dependiendo del nivel, y cierta monotonía hacia el final del juego. Aún así resulta un juego muy recomendable para los amantes de la acción frenética en tercera persona, especialmente para los usuarios de GameCube y Xbox, consolas con más carencias en el género.