Un día en las carreras
Sonic sigue, a día de hoy, siendo una de las franquicias más rentables de Consola, y cada año vemos al menos varios juegos basados en él. No obstante, en los últimos años el equipo desarrollador ha bajado bastante el listón de calidad, y los juegos que realizan con el puercoespín azul ya no tienen las notas altas que tenían antes. ¿La razón? Posiblemente un progresivo desinterés de Yuji Naka, el creador del personaje, por realizar juegos de gran calidad con la que fuera mascota de Sega.
Aunque las entregas para portátiles siguen el alto listón de la saga, las últimas realizadas en tres dimensiones han sido recibidas de manera tibia por la mayoría de analistas y compradores. Quizás para cambiar un poco el contexto, Sega ha realizado este Sonic Riders con un motor gráfico diferente y enfocado únicamente a las carreras entre los personajes del mundo del puercoespín azul. Este motor, está mucho más entroncado con los sistemas de nueva generación que el habitual reciclado de Sonic Adventures, lo que hace mejorar la impresión inicial.
Los conocedores de la trayectoria de la mascota de Sega sabrán de la existencia de Sonic R, recientemente reeditado dentro del recopilatorio del erizo azul. Desarrollado por Traveller Tales, era un simple juego de carreras en el cual los personajes competían corriendo. Sonic Riders no sigue esta senda, e incorpora a cada personaje una especie de monopatín futurista, émulo de aquellos de Marty McFly en Regreso al Futuro. Pero, curiosamente, éste es combinado a veces con trayectos corriendo de los distintos personajes. Con lo cual, podríamos decir que es un desarrollo mixto entre el típico juego de velocidad con los clásicos niveles de Sonic en rampas descendentes.
Excusa narrativa
Como es habitual, el Sonic Team ha desarrollado una historia alrededor del juego que, sin duda, podríamos afirmar que se trata de una mera excusa. Esto es, un comando futurista ha robado las esmeraldas del caos, y para sorpresa de Sonic y sus amigos, van en monopatines aéreos. La prueba la dará el doctor Robotnik, que convocará un torneo alrededor de estos curiosos artefactos. Luego la trama se complica, y hay una isla secreta, etc. Al igual que en otras ediciones de Sonic, la secuencias que componen esta trama están bastante bien realizadas, y nos hacen pensar como será el futuro juego de la saga para consolas de nueva generación. Aunque es, claramente, una excusa, al menos será interesante para los aficionados al erizo y todo su universo de animales robóticos.
Mezcla curiosa
A la hora de jugar, Sonic Riders no recuerda en demasía a algún juego anterior. Esto es porque parece una mezcla de muchos, no estando demasiado bien realizada en ocasiones. Tanto el motor gráfico como la velocidad de juego recuerden mucho a F-Zero GX, y no sería de extrañar que se hubiera usado parte del genial trabajo Amusement Vision en ese título. Lo que es extremadamente diferente a ese juego, es el control que combina una sensación diríase de nave cuando vas en el aeropatín con las partes en las que el personaje debe correr. Esto da un toque un tanto lento al juego, y no es de extrañar que en ocasiones no gane el más rápido.
Esto es debido al medidor de aire, que debe ser rellenado cada vez que lo gastes usando el botón de aceleración. Lo interesante, es que este botón es el propio de la carrera y es fácilmente acabable. En ese instante, nos encontraremos con nuestro personaje corriendo a mucha menor velocidad intentando cargar su patinete. Todo ello de manera un tanto confusa, teniendo en ocasiones dificultad para entrever si estás encima de un aeropatín o corriendo a pie.
Esto podría estar mejor realizado de haber reducido sólo la velocidad del aeropatín y no obligarle al personaje a salir de la tabla, ya que la cantidad de obstáculos no franqueables a pie convierten al jugador poco precavido (a cualquiera que juegue por primera vez) en un fácil perdedor. Es un juego, por tanto, de enlaces entre las distintas pistas de recarga, pero no de manera espaciada (estilo F-Zero), sino continua lo que interrumpe mucho la acción.
Aunque no arruina la jugabilidad del título, condiciona mucho (quizás demasiado) la partida, haciéndola confusa y en ocasiones defectuosa. Sega podría haber hecho mucho más fluido el desarrollo.
Distintos modos
Sonic Riders presenta un modo Normal, Historia, Misión, Survival y Tag. El primero presenta la posibilidad de realizar una carrera libre o participar en un campeonato de cinco rondas. Es el modo tipo Arcade del juego. El segundo sigue el desarrollo del hilo narrativo, alternando secuencias con misiones contra distintos rivales del personaje. Es, sin duda, el verdadero nudo del juego, y ofrece unas combinaciones de carreras con misiones específicas. Vamos cambiando de corredor dependiendo de la prueba. Es moderadamente largo, y ofrece un reto alto en las últimas misiones. El tercer modo, son misiones preasignadas por el juego en el cual debemos cumplir ciertos criterios específicos. Survival es más interesante, y ofrece una competición por las esmeraldas del caos a lo largo de un circuito. Irán cayendo aquellos que no puedan recoger todas. Tag es el último, y ofrece una especie de combinación entre dos jugadores para realizar una carrera conjunta.
Como se ve, Sega se ha preocupado bastante por ofrecer vida jugable al título, ya que también hay diversos elementos desbloqueables.
Apartado audiovisual
Sonic Riders es el mejor juego en gráficos realizado por el Sonic Team y Sega en bastante tiempo. Al fin con un número de polígonos competente, ofrece un discurrir con apenas ralentizaciones en los distintos entornos del juego. Nada que ver con el clásico motor estilo Dreamcast con que la compañía nos ha estado obsequiando en las últimas entregas del juego. No encontraremos ni edificios bloque ni aparición repentina de polígonos. Todo ello acompañado con unas texturas de gran calidad, como es habitual en todos los juegos de SEGA.
El apartado sonoro mantiene las clásicas voces chillonas de los personajes, aunque la banda sonora estilo tecno está bastante bien. Eso sí, supone algo diferente a las anteriores ediciones de Sonic, bastante más guitarreras.
Aciertos y errores
Aunque ya el diseño de las carreras es fallido en parte, como hemos dicho antes, para compensar nos podemos aprovechar del halo de velocidad de los rivales para aumentar la nuestra. Aunque esto en ocasiones es aleatorio, no funciona del todo mal y sirve para sacar al jugador del embrollo en algún momento. Al mismo tiempo, el jugador puede realizar piruetas muy básicas en el estilo de Wave Race. No merecen gran atención, y suponen más bien un añadido curioso. También, los personajes tienen notables diferencias entre ellos, lo que se traslada en distintas reacciones a los constantes obstáculos de las pistas.
Este es, junto al diseño, el gran error de Sonic Riders ya que las pistas son bastante confusas y el jugador difícilmente se ubicará. Esto unido a la poco eficiente inteligencia artificial de los rivales, convierte cada carrera en una especie de discurrir extraño en el cual uno se pregunta, realmente, cómo ha podido acabar primero. Aparte, el control no ayuda mucho, ya que aunque respondiendo bien, la ausencia de un motor físico en el juego da sensación de irrealidad a la hora de controlar los personajes. Estos últimos son errores menores, pero que dejan un mal regusto a la hora de compensar los errores principales del juego.
Conclusión
Sonic Riders no es un mal juego, y puede ser considerado divertido si consigues aceptar la premisa de diseño, pero no resulta para nada competencia para títulos de género como SSX o sobre todo F-Zero GX. Resulta una mezcla mal realizada, con ocasionales luces, pero destinada al olvido ante su muy confuso diseño. Para compensar, el apartado audiovisual es muy bueno y el control no está del todo mal, pero esto no puede compensar algunos errores de implementación y diseño. Aunque los fanáticos del Erizo lo encontrarán interesante, el resto es mejor que busque otras alternativas a este decepcionante juego.