El primer "platinum" japonés
Hace casi dos años que se anunció el desarrollo de Onimusha, y desde entonces la expectación alrededor del juego fue creciendo poco a poco. Onimusha fue inicialmente anunciado para Nintendo 64, y más tarde para Playstation; finalmente, en Septiembre del 99, Capcom decidió que Playstation 2 sería la plataforma idónea para un título que no se limitaría a ser "un Resident Evil en el Japón Feudal", sino que incluiría elementos originales, y sería un proyecto bastante ambicioso. Finalmente, el 25 de Enero hizo aparición en Japón, llegando al millón de unidades vendidas en un par de meses, y poco después salió en Estados Unidos, donde cosecho bastante éxito. Ahora, aunque en inglés y con unas bandas occidentales que hacen daño a la vista, llega a nuestro país dispuesto a repetir el éxito en el resto de territorios. Veamos, pues, cómo es Onimusha Warlords.
Ambientado en el Japón Feudal
Es una lástima que en los colegios no enseñen la historia de Japón, porque resulta bastante peculiar. Mientras en Europa estábamos descubriendo el nuevo mundo, y pegándonos entre nosotros por cada pedacito de tierra, en Japón estuvieron, durante muchas décadas, peleándose siete clanes por ser el Shogun, el emperador de Japón. Los japoneses, de hecho, hacen muchísimos juegos basados en su periodo feudal de guerra civil (Sengoku Jidai), ya que las alianzas y las complejas conspiraciones entre clanes siempre han tenido un carisma encantador. En Onimusha, la acción tiene lugar en el año 1580, cuando Nobunaga, lider del clan Oda, acaba de vencer al clan Imagawa y va camino de convertirse en el Shogun de Japón. Sin embargo, Nobunaga muere, pero realiza un pacto con los demonios -aquí es cuando el juego pierde el rigor histórico-, que se culminará con una ceremonia en la que Nobunaga beberá la sangre de la princesa Yuki (del clan Saito) servida en el propio cráneo de la princesa. Pero no todo esta perdido. Samanosuke Akechi, un valiente y justiciero samurai, intentará salvar la situación, ayudado de un guantelete que le permitirá absorber las almas de los demonios, y utilizar unas poderosas armas con poderes mágicos.
Samanosuke será el personaje que manejaremos a lo largo de la mayoría del juego, pero el samurai no estará sólo: Kaede, que parece ser su ayudante, ayudará a Samanosuke en multitud de ocasiones, y también tendremos que jugar con ella. No tiene ningún poder especial, pero puede abrir puertas con sus habilidades shinobi.
No es un "Resident Evil con espadas"
Desde que Onimusha fue anunciado, siempre fue calificado como "un RE con espadas"; tampoco es de extrañar, pues buena parte del equipo de Resident Evil ha trabajado en Onimusha, y las similitudes entre ambos títulos son evidentes. Sin embargo, una vez jugado en profundidad sólo se asemeja el sistema de puzzles, la forma de moverse de los personajes y la abundancia de sangre. Onimusha tiene esos puzzles no demasiado complicados de Resident Evil, y ese sistema de movimiento detestable en el que nuestro personaje solo puede rotar y avanzar. Pero ahí se terminan las similitudes, pues Onimusha está mucho más orientado a la acción que Resident Evil, tiene un sistema de combate mucho mejor, y el sistema de armamento, que incluye la adquisición de experiencia, no tiene nada que ver con la clásica saga de Capcom.
La aventura de Onimusha sucede de una forma lineal, y resolviendo los puzzles y acabando con los enemigos y jefes finales iremos avanzando en busca de la princesa Yuki. Nuestro guantelete nos permitirá absorber las almas de los demonios con los que acabemos, y estas almas serán de tres tipos: Rojas, que nos darán puntos para hacer evolucionar nuestras armas e items, Azules, que recuperarán nuestra barra de magia, y Amarillas, que recuperarán nuestra barra de vida.
A lo largo del juego conseguiremos tres tipos de poderes: El poder del trueno, que es una espada poderosa pero versátil, el poder del fuego, que es una espada menos versátil que la del trueno pero muy poderosa, y el poder del viento, que es una vara con una hoja en cada uno de sus extremos, más versátil que la espada del trueno pero menos poderosa. Cada una de estas armas elementales viene acompañada por una magia y una “orbe mágica”, que nos permitirá abrir puertas selladas, y que será obligatorio hacer evolucionar para avanzar a lo largo de Onimusha.
Unos gráficos excelentes, con fondos 2D
Resulta curioso que en la época de los 128 bits se sigan utilizando los limitados y menos avanzados fondos renderizados en 2D, pero si nos paramos a pensar, da igual que un juego tenga fondos 2D ó 3D, a no ser que eso influya en la jugabilidad. En Onimusha, parece ser que se ha optado por esta opción simplemente por tradición, no por no poder incorporar fondos en tres dimensiones (hablamos de Capcom), y de hecho los fondos de Onimusha, pese a ser en 2D, tienen una calidad impresionante y algunas cosas que llaman la atención; Por ejemplo, las sombras de los personajes se proyectan en el escenario de forma realista, lo cual significa que si la sombra se proyecta sobre el suelo y hay una mesa detrás, se notará la diferencia de altura y se alargará la sombra, algo a priori complicado de realizar si el fondo es un simple render. En mi opinión, Capcom ha optado por los fondos 2D más por una cuestión de estilo que otra cosa, ya que así mantiene el juego de cámaras típico de los Resident Evil, y no se complica redefiniendo el concepto del juego. Y por si hacía falta decirlo, los escenarios están recreados de una manera magistral.
En cuanto a los personajes, animaciones y efectos, es aquí donde destaca realmente Onimusha. El personaje principal, Samanosuke, está recreado de una manera excelente, con expresiones faciales de bastante nivel y una animación increíble. El resto de personajes tampoco le van a la zaga al protagonista. Los enemigos poseen un diseño inteligente, destacando especialmente los ninjas y la luz verdosa que surge de su rostro, y los jefes finales que pese a ser enormes no dejan de estar completamente detallados. El diseño de las diferentes almas que absorberemos con nuestro Demon Gauntlet es también vistoso, con unos efectos de luz muy conseguidos.
En definitiva, un aspecto gráfico excelente, que además posee multitud de secuencias cinemáticas (tanto generadas por el motor del juego como CG), y mucha calidad en todos sus apartados.
Muy buen sonido
La música de Onimusha es de tipo oriental, y la melodía ayuda a sumergirte en ese eterno Japón feudal en el que los samuráis vivieron mil y una aventuras. La música, grabada por una orquesta de 200 miembros, está compuesta por bastante melodías que irán reproduciéndose según la acción, y que en general acompañan muy bien a la acción del juego.
En cuanto a los FX, variados, acertados y con cierto nivel de realismo en lo que a las espadas se refiere. Gruñidos de monstruos, golpes de espadas y otros FX bastante efectistas. Las voces están en inglés, o en su defecto en japonés, y no han sido traducidas a ningún idioma más. Ni subtituladas. Una lástima.
Jugabilidad
Como ya dijimos más arriba, Onimusha se controla en cuanto a movimiento como cualquier Resident Evil. Giramos a nuestro personaje, y andamos hacia delante y hacia atrás. Sin embargo, en lo que a combate se refiere la acción resulta mucho más rápida y controlable que en cualquier Resident Evil. Tenemos un botón para el ataque normal, otro para la magia del arma que estemos utilizando, otro para absorber almas y otro para cubrirnos. También podremos darnos media vuelta pulsando un botón, y encarar a un enemigo pudiéndonos desplazarnos hacia los lados. El sistema de control de Onimusha es bueno, y es de agradecer que nuestro personaje ataque semi-automáticamente sin tener que dirigirlo cada vez que queramos dar un golpe a un enemigo. Los movimientos con las armas son bastante variados, y se pueden hacer combos bastante efectivos.
Otros modos de juego
Además del evidente y obligatorio modo aventura, si completamos el juego con 20 Flourites lograremos el nuevo modo Oni Spirits, a través del cual podremos desbloquear secretos que nos permitirán empezar una partida nueva con algunas mejoras. El juego dura alrededor de 6 horas (todo depende de lo rápido que seas) y es muy adictivo y dinámico, por lo que es muy probable que te den ganas de jugarlo de nuevo.
Una joya
Onimusha acaba resultando una auténtica joya. Posee gran calidad en cada uno de sus apartados, una historia simple pero bastante buena, mucha diversión y bastante encanto. Es actualmente uno de los mejores juegos de Playstation 2, y una compra casi obligada para este verano. Sus únicas lacras son el no incorporar el modo de 60Hz (con las consiguientes bandas horizontales), el no estar traducido al castellano y el poseer un precio que recuerda a los tiempos del cartucho. Aún así, Onimusha resulta ser un grandísimo juego, para el que ya hay una segunda parte en preparación.