Análisis de Monster Hunter (PS2)

No hay duda de que al juego online en Europa todavía le queda mucho por avanzar y crecer para compararse algún día con el de los Estados Unidos o el sudeste asiático, pero exitosos lanzamientos de los últimos meses como World of Warcraft (que ha vendido en Europa mucho más no solo de lo esperado sino de lo que se creía que era el tamaño del mercado) demuestran que el viejo continente también disfruta jugando online. Las compañías japonesas siempre han estado un poco rezagadas en este tipo de juegos, y hasta ahora los pocos lanzamientos de juegos con estas funciones a veces perdían la opción del juego online, siendo el mejor ejemplo Resident Evil Outbreak, que llegó "capado" a estas tierras. Sin embargo, Capcom finalmente ha puesto solución al asunto, y este Monster Hunter llega a estas tierras con todas las opciones disponibles.

Monster Hunter no es un juego masivo online sino que, como es habitual en consola, es un híbrido entre ambas cosas para así permitir que los jugadores sin conexión a Internet puedan jugarlo, o bien poder entrenar sin tener que acudir inexorablemente a la red.

Si hubiese que compararlo con un modelo de juego ése sería sin duda Phantasy Star Online, pues es muy similar en cuanto a estructura (y el juego online es de cuatro jugadores), pero evidentemente las ambientaciones son muy diferentes.

Este título tiene lugar en unos tiempos prehistóricos en los que la humanidad vive en paz pero amenazada por la gran cantidad de fauna salvaje que existe. No puede decirse que los animales que cazaremos sean monstruos en el sentido estricto de la palabra, sino que más bien la gran mayoría de ellos son una especie de híbridos entre animales de aspecto prehistórico y dinosaurios, con la agradecida excepción de algunos "bichos" como los dragones.

Nosotros tendremos que llevar a cabo misiones o bien desde el "cuartel general" del modo offline, la aldea, o bien desde el del modo online, la ciudad, estando éstas divididas en las misiones de caza y las de recolección. Estos dos tipos están bastante relacionados entre sí pues en las misiones de caza habrá que recoger un trofeo con frecuencia para demostrar nuestra valía, y en las de recolección no tendremos más remedio que hacer frente a los enemigos que nos ataquen mientras buscamos el huevo o las hierbas de rigor.

Monster Hunter no es un juego de rol por turnos sino en tiempo real, aunque regido por los habituales puntos de golpe y estadísticas del personaje que irán mejorando a medida que juguemos. Al comenzar nuestra partida podremos seleccionar nuestro personaje entre una selección de características configurables algo limitada pero que de todas formas no resultarán muy importantes en el futuro ya que prácticamente todos los elementos estéticos de nuestro jugador quedarán solapados por las armaduras que lleve.

En el juego hay una gran variedad de armas, armaduras y otros equipamientos, que como es de esperar podrán tanto recogerse por los escenarios como comprarse en las tiendas de la aldea o ciudad. Hay aquí un elemento interesante que es la posibilidad de montar nuestros propios objetos usando las materias primas necesarias para ello, lo cual nos saldrá más barato –y resulta más divertido- que adquirirlos en las tiendas. Dentro de las armas y las armaduras tendremos la típica progresión en precio y eficiencia representada por diferentes materiales (cuero, cota de malla), mientras que en las armas también juega un papel importante –especialmente a la hora de jugar- el tipo de arma que usemos.

El combate en Monster Hunter es en tiempo real y los ataques se realizan moviendo el stick analógico derecho, muy en la línea de algunos de los últimos "yo contra el barrio"; este sistema ha dado problemas a estos últimos juegos por el alto ritmo que poseen, pero en Monster Hunter los problemas disminuyen al ser un juego más lento, lo que hará que podamos colocar a nuestro personaje antes de atacar sin recibir una somanta de palos como en el caso de los "yo contra el barrio". Surge, sin embargo, un problema considerable con este sistema, y es la ausencia de una función de bloqueo de cámara para centrar nuestros ataques en algunos enemigos. Esto propiciará que en ocasiones, si un enemigo se mueve, nos encontremos terminando un combo que estemos haciendo golpeando al aire.

Los diferentes tipos de armas resultarán en ataques más potentes o más rápidos –aparte de los ataques a distancia con el arco-, y dejan al jugador una considerable libertad para elegir qué tipo se adapta más a su forma de jugar. Un elemento interesante del juego es el factor de afilado de las armas; a medida que usemos un arma se irá deteriorando su nivel de afilado y hará menos daño a los enemigos, teniendo que recuperar su letalidad con un item de afilado.

Para jugar online tendremos que pasar unas cuantas pantallas para elegir servidor, área y ciudad, dentro de las cuales solo podrán estar ocho jugadores simultáneos para organizar aventuras. Esto último resulta demasiado limitado, ya que hace que a veces para encontrar con quien jugar haya que visitar varias ciudades y se convierta en algo un poco lioso. Mientras que en el modo para un solo jugador el juego puede llegar a resultar monótono, en multijugador mejora notablemente al ser la acción cooperativa, aunque las posibilidades de comunicación estén muy limitadas y no se haya incluido soporte para comunicación por voz.

A nivel gráfico Monster Hunter no sorprende en absoluto y, aunque cumple bien, decepciona en algunos aspectos. El modelado de los escenarios, monstruos y personajes es un tanto limitado, especialmente de los primeros, que están compuestos por pequeñas áreas que destacan por su escaso tamaño y por los abundantes tiempos de carga por los que tendremos que pasar al cambiar de pantalla. Los monstruos son probablemente las estrellas del juego, con un gran tamaño y buena animación, mientras que todo lo demás entra dentro de lo que se considera estándar y ni una sola faceta destaca, pareciendo unos gráficos de hace un par de años. El sonido por su parte cuenta con una banda sonora "aventurera", sin gran énfasis y sin resultar tampoco memorable, y unos FX de bastante variedad.

En conjunto, Monster Hunter no resulta un gran juego pero posee algunos errores que harán que a muchos de los usuarios les resulte desfasado, y más teniendo competidores de la magnitud de Champions of Norrath. Cuenta con buenas ideas pero una ejecución un tanto arcaica, con un interfaz de juego algo lioso y un tanto limitado (los ocho jugadores por lobby son muy pocos), y con una jugabilidad que se ve lastrada por la ausencia de un bloqueo de objetivos y por una cámara que no se mueve a no ser que nosotros se lo pidamos, ya sea ubicándola tras nuestro personaje o moviéndola con el pad digital –pues el stick derecho es para atacar-. Monster Hunter tiene buenas ideas y habría resultado un gran juego online en los albores de este tipo de juego en consola, pero en la actualidad resulta un juego del montón que no será recordado salvo por haber sido el primer juego de Capcom que conserva el online en Europa.