Análisis de Marc Ecko Getting Up (PS2, Xbox, PC)
Cada vez es más frecuente la colaboración y el solapamiento entre los videojuegos y otros campos, como la música o el cine, pero hasta ahora no había habido ningún juego inspirado o relacionado con una marca de ropa. Marc Ecko’s Getting Up: Contents Under Pressure resulta por lo tanto un experimento curioso, pero también de calidad, donde el afamado diseñador de ropa urbana ha colaborado para crear una aventura donde un joven graffitero, Trane, tendrá que luchar contra un sistema opresor.
Como viene siendo cada vez más habitual, el juego comienza mostrándonos una escena del final, para luego retroceder a un gran flashback que nos cuenta cómo hemos llegado hasta allí. Getting Up tiene lugar en una sociedad futurista dominada por un gobierno tiránico, en una ciudad llamada New Radius, una especie de Nueva Cork del futuro, donde vive nuestro protagonista, Trane, un chico sin muchas más preocupaciones que las de pintar graffiti.
Esto no es precisamente fácil, ya que hay comandos especiales del ayuntamiento con la misión de impedir todo tipo de comportamientos poco ortodoxos, la policía estándar, y las bandas rivales, especialmente los Vandals de New Radius, archienemigos de Trane desde el comienzo del juego. Lo que a grandes rasgos empieza como un conflicto entre bandas acaba convirtiéndose en algo mucho más grande, donde se ve involucrado Trane.
Éste es el argumento de lo que a grandes rasgos es un juego de acción 3D que combina plataformas, combate y exploración del escenario, una especie de mezcla entre Prince of Persia y The Warriors, aunque con menor libertad de movimiento que este último, pero con un sistema de graffiti mucho más sencillo (aunque requiere también que pintemos con el pad) y al mismo tiempo variado. En el juego tendremos grandes habilidades para saltar y escalar, pelear con los diferentes enemigos y hacer graffiti, con un sistema de selección de material –sprite, pegatina, etc- y pintada, que no requiere habilidad por nuestra parte.
Getting Up cuenta con un gran diseño de producción que comienza con el excelente look entre futurista y retro de la ciudad de New Radius, pasando por la presentación en general de los menús, a base de transiciones entre lugares a toda velocidad. El juego está estructurado de forma lineal en niveles, en ocasiones abiertos, otras veces más lineales –valga la redundancia-, donde tendremos que cumplir una serie de objetivos principales –obligatorios- y secundarios –opcionales, que nos otorgan reputación. Los niveles están repletos de secretos, incluyendo desafíos de hacer pintadas, y áreas donde podremos obtener ítems que nos darán acceso a nuevas canciones, o a conocer a "leyendas del graffiti".
Pese a su ambientación "graffitera" y a la necesidad de hacer graffitis para aumentar nuestra reputación, el juego es en esencia un título de acción no demasiado innovador en cuanto a su jugabilidad y diseño, pero resultón como conjunto total. El sistema de graffiti nos reta a pintar ciertas figuras, con el riesgo de hacer que caiga pintura, creando el desagradable aspecto de gotas deslizándose por la superficie, lo que hará que por lo tanto recibamos menos reputación por esa pintada; la reputación es vital para desbloquear no solo extras sino también nuevas habilidades que harán más fácil nuestro trabajo.
El sistema de combate de Getting Up es similar al de los juegos "yo contra el barrio", dándonos dos botones para ejecutar puñetazos, patadas o llaves –pulsando ambos a la vez-. El juego incluye una barra de poder especial que usaremos para realizar movimientos imposibles de bloquear –usualmente mostrados con un vistoso efecto de cambio de cámara y cámara lenta-, y a lo largo del mismo aprenderemos nuevos movimientos que nos harán más poderosos, aunque los enemigos también irán aumentando en número y fuerza. Sin duda no se trata de un sistema revolucionario, aunque sí efectivo y realizado de forma decente, que cubre con calidad la parte del combate que incluye Getting Up, haciéndolo divertido, y manejando el combate contra varios luchadores de forma eficiente sin recurrir a fórmulas jugables innovadoras pero ineficientes, como el uso del stick derecho para golpear.
El otro elemento que forma la jugabilidad de Getting Up son las plataformas, que abundan en los niveles. Éstas no toman un papel muy protagonista en el juego, haciendo como de "intermedios divertidos" entre diferentes zonas donde pelear y pintar, y el sistema es francamente permisivo con los jugadores menos hábiles. Tendremos que colgarnos de salientes, trepar por tuberías, escalar muros con hiedras, saltar entre dos salientes, todo ello de una forma a grandes rasgos sencilla y sin demasiadas complicaciones. Es una parte entretenida, no por la habilidad requerida sino por la necesidad de fijarse en el escenario para saber por dónde podemos seguir.
Con estos tres elementos, Getting Up resulta un juego variado, y en combinación con la historia del juego, interesante y bien llevada, y la buena ambientación futurista y "de opresión". La curva de dificultad está bien hecha, tanto en el plataformeo –mucho más suave en él- como en el combate y el manejo del spray. Esta última parte, la característica definitoria del juego, va subiendo en complejidad según vayamos avanzando, y resulta un reto de habilidad con el pad, aunque con una curva de aprendizaje mucho más suave y coherente que la del único juego con la misma opción, es decir, The Warriors.
A nivel gráfico el juego luce bien en las versiones consola, y algo menos en la de PC, donde tiene un aspecto prácticamente igual al de Xbox. Lo que llama la atención de Getting Up no es su calidad técnica, que es sólida y decente, sino el fantástico diseño de producción para recrear un mundo futurista oprimido por la tiranía, la propaganda y las desigualdades, con toda la estética del graffiti a su servicio. Es en el sonido donde el juego llama poderosamente la atención. En la versión española Trane está doblado por DJ Jotamayúscula y el malo por Tony Aguilar, pero además cuenta con una muy buena banda sonora y con una gran cantidad de efectos de sonido, muy variados y de alta calidad.
Getting Up es un buen juego de acción, con una gran ambientación y diseño de producción, y una jugabilidad innovadora al introducir de forma mucho más compleja y bien realizada las pintadas en un videojuego, mucho mejor llevadas que en The Warriors y más profundas que en Jet Set Radio. Además, las partes de acción y plataformas son también buenas, creando en conjunto un juego completo y divertido. Una compra recomendada para los amantes de la acción, especialmente aquellos que disfruten con la estética urbana, especialmente el graffiti.