Análisis de La Pucelle Tactics (PS2)
Cosas de la vida, este nuevo juego de rol táctico que viene a cerrar la trilogía de Nippon Ichi Entertainment, es, precisamente, el primero que vio la luz en Japón allá por enero de 2002. El camino hasta Europa ha sido, por tanto, largo y farragoso, pero el acuerdo de distribución que firmó Koei nos ha permitido en los últimos meses disfrutar de Phantom Brave y ahora este La Pucelle, dos juegos que conforman un trío magistral con Disgaea: Hour of Darkness .
Éste es, como decíamos, el más antiguo de los tres juegos, pese a ser el último en llegar a nuestras tierras, pero no por ello estamos ante un juego desfasado en sus planteamientos jugables, o con una estética "antigua" en relación con los otros dos. En lo que sí puede jugar este factor en contra es en su quizás excesiva similitud con los ya citados, al menos en varios aspectos relevantes, que ya veremos. El argumento del juego, eso sí, es totalmente diferente; sigue habiendo demonios, como en Disgaea, pero la perspectiva desde la que se plantea la situación es diametralmente opuesta.
Estaremos en esta ocasión del lado de una Iglesia dedicada a luchar contra los demonios y demás seres malignos. Con este sencillo planteamiento, se irán presentando los diferentes personajes que van copando la historia, siempre de una forma desenfadada y con el toque de humor que se ha convertido en el toque de la casa. Sin embargo, la historia irá haciéndose más compleja, adquiriendo una relevancia mucho mayor a la que pudimos disfrutar en Disgaea, aunque sin tantas sorpresas como en Phantom Brave.
Pero que quede claro: para entender la historia de Prier (a alguno le sonará de algún cameo), la protagonista, habrá que dominar el inglés perfectamente, ya que el juego nos llega íntegramente en ese idioma. Con todo, el nivel de inglés no es particularmente complejo, aunque se pueden perder matices (sobre todo en lo tocante a los chistes y dobles sentidos), pero nada que impida disfrutar de Prier, Culotte y Alouette.
Por supuesto, pese a las –suponemos- escasas perspectivas comerciales de un título perteneciente al subgénero de los juegos de rol tácticos en nuestro continente, hubiese sido de agradecer un trabajo mínimo de localización, pero como ninguno de los dos anteriores lo ha tenido, ya no nos sorprende... aunque no por eso nos es menos molesto. Es una pena que algunos compradores potenciales no puedan acercarse a este título por la barrera idiomática, y otros no puedan disfrutar de los sarcasmos (hirientes en ocasiones, cómicos siempre) y golpes de humor que salpican de continuo a todo el título. En cualquier caso si el idioma no es un problema para ti, disfrutar de una historia tan original y simpática como todas las que nos ha ofrecido el Nippon Ichi.
Lo hemos comentado en otras ocasiones, pero merece la pena insistir en ello: los juegos de rol tácticos son prácticamente unos recién llegados al mercado europeo, aunque cuentan con una tradición algo más viva en los Estados Unidos y, por supuesto, triunfan en Japón con grandísimos representantes como la mítica saga Fire Emblem, de Nintendo (que en esta generación ha llegado por primera vez a occidente).
Es posible que la multitud de opciones y posibilidades que se abren ante el jugador en cada turno para cada uno de sus personajes en el campo de batalla pueda asustar a los menos dados a estos géneros, pero como es ya clásico La Pucelle cuenta con un estupendo prólogo que hace las veces de tutorial y que nos introduce de una manera muy sencilla en las estrategias básicas para garantizarnos la victoria en los primeros enfrentamientos, aunque, por supuesto, sólo las horas de juego acumuladas nos servirán para convertirnos en auténticos maestros del juego. En este sentido, la curva de aprendizaje es muy suave, pero eso no lo convierte en un título con poca profundidad jugable. Y es que la cantidad de parámetros y variables a tener en cuenta, que van desde el nivel de experiencia de nuestros personajes, hasta su clase, habilidades y debilidades, es tan amplia que en ocasiones nos puede pillar desprevenidos un enemigo cuando menos lo esperamos.
No se trata, sin embargo, de un juego en el que el factor suerte sea predominante, sino, más bien, que al haber tantas posibilidades, un fallo al colocar a nuestros personajes en el escenario o no centrar nuestro ataque y/o defensa de la manera adecuada, puede hacer que un movimiento que pensábamos maestro se vuelva contra nosotros. Eso sí, cabe señalar que el juego da la sensación de estar mucho más equilibrado en este sentido que Disgaea, de manera que conseguir una victoria aplastante o sufrir una derrota vergonzosa será mucho menos común, en buena medida porque casi todos los personajes están muy bien equilibrados en sus características... y los enemigos también. De esta manera, los combates pueden ser más largos, pero también más intensos y nos obligan, así, a realizar un planteamiento de la estrategia a seguir mucho más cuidadoso; en definitiva, una delicia para los aficionados y un reto muy atractivo para los neófitos.
Un factor determinante para nuestra victoria es que podremos hacer que algunos enemigos se unan a nuestro grupo y sumar, por tanto, sus capacidades a las de nuestro grupo, de manera similar a lo que sucedía en Disgaea. El sistema, esta vez, se basa en "convencerle", por lo que no bastará con darle una paliza y habrá que usar la habilidad Purification durante varios turnos (en función de la resistencia del enemigo) para extraer de él el mal y unirlo a nuestro grupo. Esta habilidad es exclusiva de este juego, y representa una de sus aportaciones más significativas al género.
Además, al usar esta técnica, usamos un turno, por lo que perdemos la posibilidad de atacar y quedamos indefensos ante ataques del monstruo al que estamos captando o de otro. Si a esto le sumamos que no siempre funcionará, queda claro que intentar aumentar nuestro grupo mediante esta técnica puede darnos recompensas notables a cambio de grandes riesgos; otro ejemplo de la buena balanza general de la jugabilidad de La Pucelle.
A esto, debemos añadirle la necesidad de cuidar tanto nuestras cualidades defensivas como ofensivas, algo que no es tan importante en los otros dos títulos de Nippon Ichi Entertainment que nos han llegado. Como los enemigos son más duros, sus ataques son más perjudiciales y pueden desestabilizar nuestros planes en pocos turnos, por lo que prevenir sus ataques y tomar buenas posiciones es esencial.
Asimismo, se nos presentan con relativa frecuencia opciones para realizar ataques en cadena que multiplican nuestro poder ofensivo... pero del mismo modo que defenderse bien es importante, dominar el uso de esas cadenas de ataques también lo es, ya que si no lo hacemos así, algunos combates pueden prolongarse durante varias horas e incluso en momentos determinados, un ataque sencillo será completamente inútil. Quizás en alguna ocasión sea en esta dependencia cuando se rompe la balanza del juego, pero para cuando llegue el momento tendremos la suficiente astucia como para prever movimientos con la suficiente antelación.
La Pucelle es un juego en ocasiones demasiado similar a los anteriores, pero si de verdad se nota en algún momento que cronológicamente es el primero, es en la duración (es algo más corto), y en que la profundidad de algunos elementos, como los objetos, no está tan elaborada, pero no por ello es mediocre o deficiente, ya que esto se compensa con la necesidad de mercadear con lo que consigamos.
Gráficamente hay un leve retroceso, pero el estilo gráfico "a lo japonés" y con personajes expresivos hasta el paroxismo cumple perfectamente con lo esperable en un título de estas características, y el diseño de algunos enemigos es más que sorprendente... en ocasiones por su candidez aparente, otras por su originalidad. La verdad es que poniendo los tres títulos, uno junto al otro, las diferencias técnicas son casi inapreciables, pero ninguno de ellos pretende explotar en ningún momento el hardware de una consola de sobremesa actual... es también cierto que poca o ninguna falta le hace, ya que su diseño artístico es sobresaliente y lo que ofrece sobra para jugarlo con todas las de la ley.
Conclusiones
Es una de esas situaciones extrañas, en las que el primer juego de un trío magistral que salió a la venta en Japón en 2002 es el último en llegar a nuestro mercado. En algunos pocos aspectos se nota que el juego es algo más limitado en opciones, o bien que algunos elementos se han depurado o tratado de otro modo en los demás títulos, pero en líneas generales es muy similar a lo que ya hemos disfrutado. Y eso juega también en su contra, ya que es patente que la evolución y modificaciones no son todo lo relevantes que deberían en Disgaea y Phantom Brave, pero paradójicamente estas críticas las recibe el primero de los tres.
Aun así, el juego cuenta con aspectos que le dotan de una personalidad propia, y es, al fin y al cabo, tan divertido como los otros dos. Sigue siendo lamentable el tema del idioma, sobre todo a estas alturas, en las que el mercado es cada vez más maduro, estable y amplio, dando cabida a títulos, también, cada vez más dispares y, a priori, minoritarios. La Pucelle se convierte, con todo, en una muy buena apuesta dentro del género... tan buena como sus otros dos compañeros.