Análisis de Gran Turismo 4 (PS2)

La competición por crear el mejor simulador de carreras está siempre abierta; por eso Polyphony Digital vuelve a poner sobre la mesa su mano y puede hacer baza.
·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
9.5
SONIDO
9
NOTA
9.5
DIVERSIÓN
9.4
JUGABILIDAD
9.5
Análisis de versión PS2.

Gran Turismo se convirtió, desde la primera entrega, en un referente obligado dentro de los juegos de conducción y muchos lo consideran la bestia a batir. Por eso, desde que vio la luz en 1998, se espera que cada nuevo juego supere a su antecesor del mismo modo que los usuarios están atentos a cualquier juego que asome en el horizonte. En cualquier caso, Gran Turismo ha sido merecedor, para un amplísimo sector del público y de la crítica, del título de "mejor juego de conducción" durante todas sus encarnaciones previas, y los jugones no esperan menos de este nuevo título que se ha hecho esperar bastante debido a los múltiples retrasos que ha sufrido, algo comprensible dado el gusto por la perfección que ha atesorado siempre Polyphony Digital, los padres de la criatura.

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Los que habéis seguido día a día todas las noticias que han ido saliendo sobre este videojuego, sois conscientes de que el que iba a ser uno de sus principales alicientes, el juego on-line, fue descartado en los últimos meses. Los desarrolladores justificaron esta con varias argumentaciones que no vamos a volver a debatir, mientras se especulaba con la viabilidad de lanzar posteriormente una edición que sí tenga la posibilidad de jugar en red. Sea como fuere, aquí y ahora tenemos esta versión, y tanto si nos gusta como si no, esa hipotética futura edición es tan sólo eso: una posibilidad.

Por lo tanto, pese a la decepción que puede causar el perder este modo de juego a un determinado sector de los poseedores y compradores potenciales de PlayStation 2, tenemos que centrarnos en este juego que tenemos ahora en nuestras manos y no sentarnos a esperar una versión que, si bien nos gustaría llegar a ver en el mercado, es (y lo volvemos a decir) una posibilidad que todavía tenemos que ver con nuestros ojos o, cuando menos, tener constancia firme de que llegará a existir.

Las carreras no se ganan sólo apretando el acelerador.

Si bien no tenemos el susodicho juego on-line, sí vamos a poder disfrutar de nuevas opciones de juego que hasta ahora no habíamos visto en ningún Gran Turismo. A estas alturas, muchos recordaréis que la anterior entrega era conocida como GT3 A-Spec, y esa coletilla hace referencia a que estaba proyectado lanzar una segunda versión, el GT3 B-Spec... una "continuación" que plantearía un modo de juego totalmente diferente pero que nunca vio la luz y que se ha convertido, finalmente, en parte integrante de este Gran Turismo 4. Este modo de juego se presenta como una curiosa alternativa a las carreras normales, al sacarnos de ésta para colocarnos en la posición de un manager, por lo que tendremos que ir comunicando por radio las instrucciones al piloto del bólido. Estas instrucciones pueden ser tanto acelerar como decelerar, iniciar un adelantamiento o entrar en el pit.

Nuestra perspectiva de la carrera puede ser tanto en primera como en tercera persona, o bien podremos consultar una pantalla con toda la información necesaria sobre la velocidad de rodaje de los vehículos por tramos, cuánto nos distancia de los diferentes coches, y, por supuesto, un mapa del trazado de la pista. Este B-Spec, como podéis ver, no es comparable en emoción y sensaciones al modo de juego normal, pero se convierte en una alternativa de juego que es muy interesante, nos permite hacernos con dinero de manera sencilla, pero no es ni mucho menos apasionante en líneas generales. A título personal, no estoy muy seguro de si esto, como producto independiente, hubiese sido viable comercialmente y quizás es lo mismo que consideraron en Polyphony Digital. Una alternativa de juego, sí, pero no es comparable a conducir el vehículo nosotros mismos.

En lo referente a las opciones multijugador, con una PS2 podremos jugar a pantalla partida con un amigo, pero la pérdida de calidad y velocidad es flagrante, por lo que no es la opción más recomendable, todo lo contrario que el juego en LAN. Si tenemos tarjetas de red (o bien PStwo, el modelo reducido de la consola que la integra de serie), y todo el material necesario restante, podremos conectar hasta 6 consolas para echar una apasionante competición. Configurar las partidas puede costar un poco al principio, pero es una cuestión de entender bien las opciones que presenta el juego en LAN y que no están del todo bien desarrolladas, precisamente, en el manual de instrucciones.

Sobra decir que el principal problema de este sistema de juego es la dificultad de reunir en un espacio aceptable la cantidad de consolas, juegos y televisores necesarios para echar unas partidas... un esfuerzo que no todo el mundo puede o quiere asumir, y que es el gran problema de este tipo de posibilidades multijugador, pese a garantizar (faltaría más) toda la calidad de imagen posible y ningún retraso en la transmisión de la información entre las demás consolas. No sustituye lo que sí hubiese ofrecido jugar en red, pero es una alternativa que, quienas puedan dedicarle tiempo, disfrutarán mucho.

Más coches, más circuitos... más Gran Turismo.

Es tradición que el plantel de coches presentes en Gran Turismo sea, cuando menos, enorme y, en consecuencia, representativo de un amplio sector del mercado, aunque centrado siempre en ofrecer espectáculo y velocidad al jugador. No es de extrañar, por tanto, que en esta nueva encarnación tengamos más de 700 vehículos provenientes de más de 80 marcas asiáticas, americanas y europeas, conformando un grupo total y absolutamente heterogéneo que hará las delicias de los apasionados por el motor y los videojuegos. Además, el plantel no se limita sólo a coches actuales o que han sido comercializados en los últimos años, sino que incluye un buen surtido de coches de época (incluyendo el Ford Model T entre otros) que son el complemento perfecto para todos los prototipos que aparecen en el juego que pueden tardar una década en llegar a pisar las calles.

Hay, por tanto, coches que cubren desde el siglo XIX hasta el XXI en una variedad sin parangón en todo el panorama de simuladores de conducción publicados hasta la fecha, haciendo del garaje de Gran Turismo 4 el más importante y considerable que hayamos visto jamás en un videojuego. Además, en la versión europea, se han incluido doce vehículos más totalmente exclusivos (Alfa Romeo 2004 GT, Audi Nuvolari Quattro y Audi 2003 Pikes Peak Quattro, Golf IV R32, Auto Union V16 Type C, Chaparral 2J 1970 y Chaparral 2D 1967, ’93 Le Mans Peugeot 905, Mitsubishi Eclipse 2005, Mazda 2005 MX Cross, Chrysler 2005 300C y, para acabar, Jaguar 1988 XJR9). Un puñado de coches de entre todos los disponibles apenas nos darán posibilidades de victoria, pero no cabe duda de que el afán de coleccionismo (hazte con todos) es y será esencial.

La manera de ir consiguiendo más y más coches será jugando en el modo principal, que toma su nombre del videojuego, y que nos permite participar en competiciones muy variadas para ir aumentando nuestro capital poco a poco. Además, si tenemos una partida de Gran Turismo 3 en nuestra tarjeta de memoria, se nos ofrece la posibilidad de aprovechar nuestros carnés de conducir (sólo el A y el B, los restantes habrá que volver a ganárselos) y hacer una pequeña transferencia de hasta 100.000 créditos, para no tener que empezar exactamente desde cero. Estas competiciones, que comprenden los más de 50 circuitos distribuidos por todo el globo, están mejor niveladas que en anteriores entregas, aunque casi sin excepción nos vamos a encontrar siempre con un vehículo inalcanzable, algo que puede tanto motivarnos a perfeccionar nuestra máquina y nuestro trazado o, por el contrario, hundirnos en la miseria.

Por supuesto, antes de llegar a la segunda posibilidad, lo recomendable será invertir un poco de nuestro tiempo en volver a participar en competiciones previas y más asequibles para conseguir el dinero suficiente como para comprar un coche superior... o bien deshacernos de alguno al que no tengamos especial aprecio. Sea como fuere, es casi obligatorio destinar todo nuestro esfuerzo inicial a obtener todas las licencias posibles, para tener acceso a la mayoría de competiciones y, por tanto, pasar a la mayor brevedad a competir donde está la pasta. Estos circuitos se nos presentarán organizados por continentes o por tipo de competición, de manera que será bastante sencillo localizar nuestro objetivo y, también, detectar las que restringen determinados vehículos de manera rápida, mejorando sobremanera la presentación de los menús que aparecía en GT3.

Tanto los escenarios como los coches rozan la calidad fotorrealista, habiéndose rediseñado los ya incluidos anteriormente y haciendo un trabajo magistral en los nuevos incluidos (el del parque nacional de Yosemite, por ejemplo, es sorprendente). Se han añadido muchísimos detalles (además de la diferente climatología) y se ha retexturizado lo ya existente para acercarnos un poco más a los escenarios reales. Toda esta sensación se perdería si hubiese defectos gráficos, como ralentizaciones, pero podéis estar tranquilos: no hay ni rastro de esos problemas.

Pese a los impresionantes efectos de luz, la acumulación de vehículos en determinadas zonas, el público que se agolpa junto a la calzada en determinados circuitos y demás, no hay ralentización alguna. Los vehículos, eso sí, siguen sin deformarse por las colisiones, aunque se ha añadido un pequeño efecto blur cuando entramos en contacto bruscamente con otro coche, una opción que quizás no convenza a todo el mundo.

A eso se debe añadir la presencia de bordes dentados (aunque drásticamente reducido con respecto a la anterior entrega), y, en realidad, poco más que pueda empañar el acabado gráfico. Además, en cualquiera de las tres cámaras disponibles para jugar la sensación de velocidad es muy buena, destacando el gran trabajo hecho en la adaptación PAL, aunque no podemos obviar la gran lacra que están padeciendo los juegos estrella de PS2: la ausencia de poder disfrutarlos a 60Hz. Se han eliminado las siempre odiosas bandas negras casi por completo, pero el catálogo de PlayStation 2 está muy por detrás en lo referente a la correcta adaptación de los videojuegos a nuestro sistema de televisión si lo comparamos con cualquier otra consola de la presente generación, tanto si es la supuestamente vetusta DreamCast como las presentes GameCube o Xbox.

Esto es especialmente destacable en títulos de velocidad, y, cómo no, todavía más en un juego como el que nos ocupa, destinado a ser uno de los baluartes de estos últimos años antes de la llegada de la nueva generación de consolas. Siempre nos queda el consuelo de que, como hemos señalado, la conversión está a altura de las circunstancias, y se mantiene rápida y estable en todo momento; para que quede claro: exactamente igual de rápida y estable que la versión NTSC.

En lo que sí se ha avanzado es que en este Gran Turismo 4 no se ha eliminado, porque sí, una parte importante de la banda sonora restringiendo una cantidad ingente de temas, como sí sucedió en las anteriores entregas. Podemos disfrutar, por fin, de una banda sonora diferente a la de los otros mercados, pero, de una vez por todas, igual de rica y variada, con temas de muchos artistas, entre ellos Apollo 440, Juda’s Priest, Snow Patrol o Franz Ferdinand y, también, Mendelsshon, Mozart, Debussy o Bach entre otros. La selección es muy completa y variada, abarcando un amplio espectro de estilos, al igual que sucede con los coches incluidos en el videojuego, así que es de esperar que sea del gusto de una parte importante de los compradores.

Hasta que se acabe el carrete.

Hemos omitido anteriormente de forma deliberada el llamado Photo Mode, ya que no es estrictamente un modo de juego, sino una opción que se nos ofrece para derrochar gusto estético y que se favorece especialmente del estupendo aspecto gráfico del juego. Su manejo es bastante sencillo en realidad. Básicamente, colocamos el coche como y donde más nos guste, y le hacemos una foto. A partir de aquí, podemos sumergirnos en la vorágine de opciones disponibles y complicarnos la vida tanto como nos apetezca.

Con todo, esto se vuelve mucho más interesante cuando se aplica sobre las repeticiones de las carreras, siempre espectaculares en Gran Turismo. Podemos escoger cualquier momento para congelar la imagen, seleccionar entre más de 60 ángulos posibles, y hacer una fotografía en la que se nos permite desde manejar la velocidad del obturador (con el lógico efecto que eso conlleva y añadir, así, un leve efecto de blur que dota a la foto de sensación de haberla tomado con los vehículos en movimiento). A poco que le dediquemos algo de tiempo, obtendremos efectos impresionantes que podremos guardar en cualquier dispositivo de memoria que se conecte a uno de los puertos USB que incluye la consola en su frontal.

De esta manera, un pendrive, un reproductor musical portátil o cualquier dispositivo similar que haga las funciones de pequeño disco duro portátil se convertirá en continente para nuestras fotos en alta resolución (1280x960 píxels) que, por supuesto, podremos pasar a nuestro ordenador personal para imprimirlas, mostrárselas a nuestros amigos, etc. Este trabajo extra y la necesidad de contar con un dispositivo de memoria externo y también un ordenador pueden desanimar a más de uno, pero, como decíamos, si trastea un poco con todas las opciones disponibles lo más seguro es que le coja el gusto a esta nueva posibilidad que se nos ofrece.

Competitividad a toda pastilla.

Frente a las escasas posibilidades de configuración del nivel de dificultad que vimos en la última entrega, Gran Turismo 4 nos da mucho más espacio para encontrar el punto de dificultad que se ajusta a nuestra experiencia en el título; concretamente, 21. Estos niveles determinan cuáles serán los serán los coches que se enfrentarán a nosotros, de manera que en los niveles más bajos serán automóviles de poca potencia y velocidad que irán progresando según subamos el nivel de dificultad. Eso sí, siempre habrá un coche que dará la nota y se convertirá en nuestra bestia negra. Con todo, se ha conseguido que la balanza esté mucho más equilibrada y conseguir el dinero para ir llenando nuestro garaje no será un suplicio.

En esta ocasión, el menú para escoger coche –el citado garaje- se ha mejorado también de manera sustancial, permitiéndonos clasificar los vehículos según un criterio determinado, de tal modo que no será necesario perder minutos enteros buscando el coche deseado. Gracias a algo tan simple, por mucho que se sature nuestro garaje (algo fácil dada la elevadísima cantidad de vehículos que se pueden conseguir), será siempre sencillo, rápido y directo encontrar ese vehículo según fabricante o tipo de tracción, por poner un ejemplo. Ésta es, de hecho, una de las mejoras más simples que se han hecho y, sin embargo, quizás sea la que mejor resultado da a la hora de desplazarnos por todo el conglomerado de menús y opciones.

Seguimos echando en falta el poder correr en el modo Arcade con algún vehículo que hayamos mejorado cambiando sus componentes (motor, frenos, dirección, y toda la retahíla de opciones de configuración habituales ya en la saga que tanto gustan a los apasionados del motor), ya que al escoger un coche de nuestro garaje en el que hayamos depositado tanto esfuerzo y dinero, al estar en el modo de juego Arcade, éste aparecerá con la configuración inicial y no podremos, por tanto, disfrutar de las ventajas que reporta el mejorarlo. En cierto modo, dado el carácter directo y sencillo del modo Arcade, es comprensible que se opte por presentar los vehículos y punto, pero el rasgo que le falta para acercarlo un poco más a la perfección es, precisamente, el dejarnos correr con nuestros vehículos modificados.

Otro punto que, en nuestra opinión, necesita ser revisado en próximas entregas es la inteligencia artificial de los pilotos controlados por la máquina. Parece que muchas mejoras se han centrado en el aspecto técnico (gráfico y sonoro), pero se ha mantenido el mismo sistema, algo limitado, de inteligencia artificial que ya probamos en Gran Turismo 3. En líneas generales, los pilotos son bastante poco arriesgados, y su reacción a nuestra posición y movimientos es, cuando menos, limitada. Se podría decir que se limitan a ir por el trazado prefijado y poco más sin demasiado temor a faltar a la verdad, por lo que la competitividad real no está en la astucia de nuestros rivales, sino en poder superarles en cuanto a motor en detrimento de la necesidad de superarles en cuanto a técnica de conducción. Con todo, debe quedar claro que de esto apenas nos daremos cuenta mientras estamos concentrados en la carrera, pero se hace notable en el modo B-Spec. Es una lástima que se haya progresado tanto en el aspecto del juego y, sin embargo, no se haya evolucionado del mismo modo todo el sistema de inteligencia artificial, aunque en la práctica esto no repercuta directamente sobre la cuidadísima y magistral jugabilidad del título.

Dándole al pedal.

Como era esperable, disfrutar de este titulo a las manos de un volante de buena calidad y unos pedales, mientras disfrutamos del sonido Dolby ProLogic II y con una buena pantalla, se convierte en una experiencia totalmente diferente. Y no es que se controle mal con el Dual Shock 2, ni mucho menos, pero su nivel de simulación, su sensación de velocidad y todo su acabado incitan a disfrutarlo por todo lo alto. A tal efecto, suponemos que no os costará demasiado encontrar en las tiendas packs creados por ellos mismos que incluyan el juego y un volante; el precio sube bastante, claro, pero si en algún momento habéis pensado que os teníais que comprar un periférico de ese tipo, no vais a tener mejor ocasión que ésta para haceros con uno y estrenarlo por todo lo grande.

Con sus defectos y carencias, que ya hemos tratado, pero, sobre todo, con sus muchísimas virtudes, que suplen todos esos aspectos no tan logrados que os hemos ido contando, Gran Turismo 4 se convierte en el mejor simulador de carreras disponible en cualquier consola hasta la fecha, cogiendo el cetro directamente de las manos de GT3. Su modo principal de juego es mucho más elaborado y extenso que el que habíamos disfrutado hasta ahora, suponiendo todo un incentivo para los asiduos a la saga y una experiencia de juego extensísima para los neófitos... con la ventaja de que se ha añadido el curioso B-Spec, que sin duda representa un cambio de rumbo totalmente compatible y complementario con el modo principal de juego.

A esto debemos añadir el Photo Mode, todo un lujo para la vista y que puede dar resultados espectaculares, lo que acaba de conformar un producto redondo que supera en todos y cada uno de sus aspectos a su predecesor. Quizás podrían haber dado un salto mayor desde el juego que vimos en 2001, pero no cabe duda de que si ponemos en cada lado de la balanza los aspectos positivos y los negativos, ésta se inclinará de manera decidida hacia el lado positivo. Gran Turismo 4 es un juego redondo, una creación magnífica de Polyphony Digital que ha vuelto a superarse, haciendo que ansiemos más si cabe la llegada de la próxima encarnación de la saga que, si no pasa nada, será en los circuitos de la consola portátil PSP.

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PEGI +3
Plataformas:
PS2

Ficha técnica de la versión PS2

ANÁLISIS
9.5
  • Fecha de lanzamiento: 9/3/2005
  • Desarrollo: Polyphony Digital
  • Producción: Sony
  • Distribución: Sony
  • Precio: 59.95 €
  • Jugadores: 1-2
  • Formato: 1 DVD
  • Textos: Español
  • Online: No
COMUNIDAD
8.79

Gran Turismo 4 para PlayStation 2

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