Análisis de Dynasty Warriors 5 (PS2, Xbox)
Casi siempre que analizamos un juego de Koei en Vandal Online hacemos hincapié en la peculiaridad de esta compañía japonesa que de hecho es una de las mayores de su país y casi exclusivamente publica juegos basados en dos temas: el poema chino llamado El Romance de los Tres Reinos, y la figura del unificador de Japón, Nobunaga Oda. Sobre el primero de ellos Koei creó en el año 2.000 un juego de lucha "yo contra el barrio", o mejor dicho, "yo contra el ejército" llamado Dynasty Warriors 2 (el primer había sido un juego de lucha) que obtuvo un grandísimo éxito, especialmente en Japón.
La compañía ha explotado durante los últimos años este juego, lanzando hasta cuatro ediciones, acompañadas además de versiones "Xtreme Legends" meses después, e incluso una variación más estratégica llamada "Empires" en el caso de la cuarta (tercera) entrega.
Esta quinta parte llega poniendo probablemente el punto final a la saga en PlayStation 2, y dos años después de la aparición de la cuarta. Sin duda es la que más novedades ha traído hasta el momento, aunque la idea básica, arrasar al ejército enemigo hasta llegar hasta el general, sigue presente.
Dynasty Warriors 5 incluye algunos nuevos personajes hasta llegar a los 48, de los que solo alrededor de una quincena estarán disponibles desde el principio. Los otros irán apareciendo luego, a medida que vayamos terminando el juego con más personajes y bandos, pudiendo finalmente luchar con los jefes de cada uno de los tres reinos y con otros no relacionados pero carismáticos como Dong Zhuo, Zhang Jiao o el imponente Lu Bu. Los nuevos personajes se limitan a dotar de cuerpo propio a algunos oficiales enemigos que en anteriores entregas tenían forma genérica –y por lo tanto más débil-, y no resultan especialmente llamativos.
Lo que sí es un cambio considerable es la concepción del juego y de su modo historia en sí. Durante los últimos juegos se había diversificado el modo historia, dotando a los personajes no alineados de batallas e historias propias, pero ahora este paso se ha dado con todos los personajes. De este modo el juego se ha hecho mucho más variado porque ya no se sigue la misma tónica de siempre (rebelión de los turbantes, batalla de la puerta de Hu Lao, etc...), sino que algunos personajes tendrán una historia (narrada por ellos mismos, además) que empieza antes o después de tales sucesos generalmente comunes a todos, y de hecho puede que ni siquiera participen; incluso algunos estarán antes en bandos diferentes y a medida que progresemos se irán uniendo a sus bandos definitivos. Esto hace a Dynasty Warriors 5 un juego muchísimo más rejugable que sus anteriores entregas ya que hay más y nuevas batallas y no siempre tenemos que repetir las mismas. Y, aparte, las batallas ya conocidas se han remodelado considerablemente.
A lo largo de la trayectoria de la saga ha sido una constante la inclusión de un mayor toque estratégico en forma de eventos inesperados que ocurren en las batallas – o que ocurren dependiendo de nuestras acciones -, que hacen que tengamos que dar media vuelta o desviarnos de nuestro objetivo para salvar al cuartel general o impedir que el enemigo logre hacer algo que nos vaya a afectar gravemente. Dynasty Warriors 5 continua esta tendencia, pero no solo introduce mayor número de estos sucesos, sino que además incluye un elemento de juego muy novedoso, ya esbozado en la versión para PSP del juego y en el reciente Empires: Las fortalezas enemigas. Habrá fortalezas de ataque, de defensa y suministros, y la conquista de ellas dañará seriamente el despliegue del enemigo sobre el terreno y su moral.
Esto cambia en gran medida la forma de jugar a Dynasty Warriors 5 ya que tendremos que lidiar con fortalezas enemigas para avanzar –o para poder acabar con un general-, y de este modo es más fácil que el ejército, o la facción de él, que lideramos, siga nuestro ritmo y nos ayude en las batallas. Por lo tanto el juego se ha vuelto más táctico, aunque manteniendo sus raíces "yo contra el barrio", y las misiones son ahora más variadas e incluso en ocasiones emocionantes y desesperadas, pues nunca sabes cuándo una emboscada enemiga puede aparecer en tu campamento y no tengas otra opción que dar media vuelta a toda velocidad.
El sistema de combos se mantiene de anteriores ediciones, obteniendo más golpes cuando mejoramos las armas; lo mismo puede decirse de las armas y los items en general. Tendremos que obtenerlos por el escenario, y de hecho esta vez son menos proclives a aparecer tras la muerte de un general y en cambio están más desperdigados –dentro de cajas, vasijas, etc...- por el escenario, lo cual implica tener que buscarlos y no pasar por alto ninguno de estos objetos. El personaje vuelve a obtener sus habilidades acabando con los oficiales enemigos y recogiendo los objetos de mejora que dejan, mientras que según la puntuación que obtenga tras cada batalla obtendrá puntos que aumentarán su nivel de general y por lo tanto su capacidad para llevar items y otros honores.
Lo que sí ha cambiado, y se nota considerablemente, son los guardaespaldas. En anteriores juegos a medida que íbamos subiendo de nivel conseguíamos mayor número de guardaespaldas y de mayor rango, para que más adelante se introdujese la experiencia y los tipos variados. Ahora los guardaespaldas son personajes individuales, y solamente llevaremos a uno en cada misión, contando con las típicas estadísticas de progreso y subida de nivel. El hecho de llevar solo un guardaespaldas le da un toque novedoso al juego ya que la relación con él es mucho más estrecha. En primer lugar, a medida que vaya avanzando se irá haciendo más poderoso hasta el punto de constituir una gran ayuda, y en segundo cuando los dos tengamos el medidor de ataque especial lleno podremos hacer un ataque combinando más poderoso que el ataque normal, que puede ser mortífero para un oficial enemigo.
A nivel gráfico Dynasty Warriors 5 da el mayor salto de la saga sin que eso signifique que los gráficos sean espectaculares, pero sí que muchos de los problemas de anteriores juegos se han solventado. Los escenarios son ahora más grandes, detallados y complejos que en anteriores entregas, y la famosa niebla de la saga es menor y además se disimula con la introducción de desniveles; de igual modo, la generación espontánea de enemigos frente a nuestros ojos, algo que era especialmente llamativo en los primeros juegos (y ahora en la versión PSP), es muchísimo menor y solo se reduce a ciertas situaciones especialmente "atosigadoras". El modelado de los personajes y sus animaciones no ha progresado demasiado y mantiene el buen nivel de la cuarta entrega, donde se dio un gran salto en su día.
El apartado sonoro es un tanto decepcionante porque se mantienen la gran mayoría de las melodías de los anteriores juegos, entre ellas las que más se oyen durante el juego, de forma que resulta un apartado un tanto gastado. Las voces son ahora más numerosas pero siguen estando en inglés, y el juego no está traducido al castellano, lo que es una lástima ya que ahora en las misiones nos podrán dar órdenes directas desde el campamento y quizás solo podamos interpretarlas viendo cómo se señalan en el mapa.
Dynasty Warriors 5, pese a incluir más novedades que cualquier otra entrega anterior, mantiene la misma fórmula y puede resultar un más de lo mismo. Solo para los fans del juego o para los que nunca lo han probado resultará una compra muy recomendable, mientras que los que ya cuenten con entregas anteriores no se encontrarán con grandes novedades ya que la idea de jugar sigue siendo la misma y los cambios, aunque bienvenidos, son muy superficiales. Se trata de la "refinación" de la fórmula que ha funcionado durante tantos años, ya sin tantos problemas técnicos y mucho menos repetitiva que antes, pero quizás para muchos jugadores esta versión definitiva llegue cuando ya se han hartado de anteriores entregas. Aún así sigue siendo un juego tan divertido y adictivo como siempre, y aquellos que gusten de machacar botones y acabar con legiones y legiones de enemigos encontrarán, como siempre, la horma de su zapato en Dynasty Warriors 5.