Análisis de Dynasty Warriors 4 (PS2, Xbox)
Es posible que Koei sea la más rara de las grandes compañías japonesas. Con un valor en bolsa mayor que el de compañías como Take Two o Activision y cercano al de Sega, esta compañía tan poco establecida en occidente basa la gran mayoría de sus juegos -salvo la saga G1 Jockey (de caballos), juegos musicales y otras incursiones novedosas (Winback u Otogi)- en dos de las más famosas historias del lejano oriente: La más cercana a nuestra época es la historia de Nobunaga Oda, pseudo-reunificador de Japón tras un periodo de guerra civil de casi un siglo, que ha sido objeto de docenas de juegos por parte de Koei, en numerosos géneros, pese a que el juego más conocido para nosotros que trate sobre el mismo sea el Onimusha de Capcom. Y la segunda es El Romance de los Tres Reinos, una historia real que cuenta la novela del mismo nombre escrita hace unos 600 años, que nos cuenta los intríngulis de una guerra civil sucedida en China durante los siglos II y III d.C., tras el fin de la dinastía Han. Esta historia ha sido objeto de aún más juegos y sagas todavía por parte de Koei, y una de ellas, tal vez la que actualmente es la más exitosa y tiene mayor calado en Occidente, es Dynasty Warriors.
El primer Dynasty Warriors (Sangoku Musou en Japón) no merece nuestra atención pues nada tiene que ver con las siguientes entregas. Era uno de tantos juegos de lucha uno contra uno que pasaron con más pena que gloria por el catálogo de PS One. Entonces Koei (Omega Force, para ser más exactos) concibió Shin Sangoku Musou (nuevo Sangoku Musou y Dynasty Warriors 2 para nosotros) como una extraña mezcla entre acción y estrategia, que resultó ser un éxito.
En Dynasty Warriors 2 controlábamos a uno de los personajes de la historia, y participábamos en batallas entre cientos de soldados en las que nosotros influíamos vitalmente. Arrasó en Japón y tuvo buena acogida en Europa. Hace tres años de eso, y el resto es historia. Koei ha ido mejorando su juego poco a poco, incluso ha sacado pseudoseculas como los "Xtreme Legends" (el de esta cuarta entrega está en camino), y puede decirse que, aunque fuera de Japón no ha pasado de ser un juego normal tirando a popular, sus ventas globales han convertido en una de las sagas de PlayStation 2 por excelencia.
Dynasty Warriors 4, como los anteriores, es un juego de acción "yo contra el barrio" (Final Fight, Streets of Rage) ambientado en una gran batalla donde manejamos a uno de los generales. La diferencia respecto a los típicos juegos hack and slash es el componente estratégico, tendremos que pensar en qué es lo mejor para que nuestro bando gane la batalla, ya sea para defender a nuestro general de ataques enemigos, para cumplir unos objetivos, o simplemente para que nuestros soldados (incluido nuesotr general) tengan la moral alta.
Esta cuarta entrega continúa las mejoras y los pequeños cambios que perfeccionan el juego, aunque la dinámica de machacar botones sigue siendo la misma. El cambio más notable en una primera partida es que se ha reorganizado completamente el modo historia "Musou Mode", que ha pasado de ser una sucesión de misiones con un orden prefijado a estar basado en "actos" correspondientes a cada época de la historia del bando que elijamos (los tres reinos de Wu, Shu y Wei, y alguno más al terminarnos el juego). Estos actos están compuestos por dos o tres batallas que podremos llevar a cabo en el orden que queramos, o bien entrar en la "batalla final" del acto directamente y avanzar más rápido (aunque con menos evolución del personaje). Este sistema de batallas dentro de actos permite que, como ya ocurría en DW3, no todas las batallas sean epopeyas con un tiempo máximo de 90 minutos, sino que haya también pequeñas escaramuzas de media hora (que pueden superarse en cinco minutillos). Otra novedad es que no escogeremos a un personaje sino a un bando entero, por lo que podremos cambiar de personaje en cada batalla (aunque eso no es recomendable ya que el personaje nuevo será más débil). Por supuesto, este modo puede jugarse a dos jugadores.
En cuanto a las batallas en sí, puede decirse que poco ha cambiado salvo por la existencia de muchos más sucesos repentinos y más cosas al azar. Por ejemplo, cada vez que comencemos una misma batalla nuestro punto de inicio será diferente. Pero además dentro de las batallas hay sucesos aleatorios, como emboscadas enemigas. En cuanto a los sucesos repentinos, me refiero a apariciones de personajes, resurrecciones de algunos que parecían muertos y un largo etcétera que le dan al juego ese tinte novelesco y épico.
Otra de las grandes novedades de esta cuarta entrega son los duelos. Si recordáis, en anteriores entregas cada vez que nos encontrábamos con un general enemigo con personalidad, había una escena de introducción (en plan "voy a acabar contigo"), y ahora no siempre ocurrirá, pero cuando lo haga tendremos la opción (pulsando el botón X) de entrar en duelo con ese general. Cuando entramos en duelo con un personaje evitaremos arqueros, guardaespaldas y demás estorbos y estaremos sólos frente a él, en un escenario cerrado, como una especie de ring. Tendremos 45 segundos para matarnos el uno al otro, y pasado ese tiempo volveremos al juego normal, como si nada hubiese pasado. Si ganamos mataremos al general, si perdemos, Game Over. Es bastante arriesgado, teniendo en cuenta que los generales, incluso el más débil, son particularmente buenos en los duelos y a veces incluso recuperan su energía, por lo que solo hay que usarlo cuando estemos muy seguros de ganar o cuando estemos muy desesperados.
Continuamos con los cambios de Dynasty Warriors 4 y ahora toca abordar el tema de la evolución del personaje y los items. Básicamente nuestro personaje evoluciona por tres frente: mejora sus habilidades para el combate recogiendo los "regalos" que dejan los generales enemigos (bonificaciones de ataque y defensa principalmente), mejora su estatus de general y la cantidad de items que puede llevar mediante unos puntos de experiencia otorgados tras cada batalla, y por último mejora su arma, o mejor dicho, su arma mejora, a medida que vayamos matando a generales enemigos, obteniendo puntos de experiencia y subiendo de nivel (y consiguiendo más ataques y más poder, como en Dynasty Warriors 3).
Los items y los guardaespaldas son capítulo aparte ya que no los conseguiremos para nuestro personaje, sino para todo el juego. Los items se obtendrán de enemigos caidos o de objetos del escenarios que destruyamos, son 21 "estandar", seis orbes y cinco caballos, en total y encontraremos diferentes versiones, con un nivel cada una de ellas (por supuesto, a mayor nivel más poder). Cuando obtengamos un item de mayor nivel del que tengamos, será substituido. Nuestro personaje utiliza tres tipos de items: el caballo (difíciles de conseguir), el orbe (una esfera mágica que le da a nuestros ataques de carga un efecto extra destructivo, una muy buena novedad) y los items estándar propiamente dicho. El número de ellos que podremos llevar estará determinado por el rango de nuestro personaje (que irá aumentando a medida que consigamos experiencia, como ya expliqué).
En cuanto a los guardaespaldas, Koei ha seguido evolucionándolos y ahora subirán de nivel incluso cuando no sobrevivan a la batalla. Tendremos varios "planteles" de guardaespaldas a elegir, cada uno de ellos obteniendo experiencia y evolucionando, y los guardaespaldas irán aumentando en número, en fuerza y en rango. Comenzarán siendo unos chinitos barbilampiños sin armadura para terminar como soldados de élite, armados hasta los dientes y extremadamente efectivos. De hecho, podremos controlarlos con el botón select para cambiar su comportamiento (estate conmigo y defiende, estate conmigo y ataca, y quédate aquí y defiende tu posición). Los equipos de guardaespaldas evolucionan independientemente del personaje, por lo tanto al comenzar otra partida con otro personaje de otro bando podremos utilizar a los guardaespaldas "de alto nivel" que tengamos, lo que por cierto facilita las cosas un montón.
Terminando con los cambios de la jugabilidad, hay que hacer una última mención a dos novedades: los "Love Points" y las máquinas de asedio. Son cosas que no intervienen demasiado en el juego, novedades poco importantes, pero que conociendo a Koei tal vez se potencien en sucesivas entregas. Los Love Points, bastante opacos para el usuario, son un sistema de relaciones entre los personajes, que determinan si un general enemigo nos retará a un duelo (si tiene algo en contra de nosotros, léase rencillas personales, muerte de un amigo o pariente por nuestra espada, etc), o si un general amigo aparecerá de la nada para rescatarnos. En cuanto a las máquinas de asedio, en determinados niveles (de hecho, los de asedio a un castillo) habrá arietes, catapultas, torres y otra maquinaria a la que tendremos que hacer frente.
Seguro que me dejo muchas cosas en el tintero, como los nuevos personajes (dos o tres, como Cao Ren, que completan un plantel ya de por sí gigantesco), nuevos tipos de unidades enemigas como el "bombardero" y un largo etcétera de cosas. Dynasty Warriors 4 aporta muchas novedades a un juego que ya estaba rebosante de posibilidades.
El apartado gráfico de Dynasty Warriors 4 es a su vez una de las cosas que más mejora y el principal fallo del juego. Se han aumentado los polígonos por personaje, mejorado las animaciones y los escenarios y añadido algunos efectos muy interesantes como el de "disrupción" que rodea a los más importantes generales enemigos. Dynasty Warriors es una saga que siempre ha destacado por mover una exagerada cantidad de objetos poligonalmente complejos en pantalla y por eso siempre ha tenido una gran cantidad de niebla y de popping (al estilo del primer Shenmue, personajes que desaparecen a los dos pasos). De nuevo estos elementos, pese a la mejora gráfica, están presentes. Sin embargo, debido a la mejora en los gráficos, los slowdowns son más frecuentes que nunca y el motor del juego "se arrastra" con frecuencia. Lo primero que hace el juego cuando empieza a mover demasiados objetos es eliminar efectos, el texto sobre las cabezas de los personajes y el mapa. Luego puede bajar el framerate a cotas ínfimas, aunque eso si, constantes, para más tarde, cuando la carga en ese momento sea menor, volver al ritmo normal. Aún así, los bajones de framerate son inferiores a los de la anterior entrega y el aspecto gráfico del juego ha mejorado en todos los aspectos, salvo por la niebla.
El sonido sigue su línea, con numerosos efectos especiales, una buena cantidad y diversidad de voces para los numerosos personajes y unas músicas del mismo estilo que toda la saga, muy rockeras. No destaca demasiado ni es algo en lo que nos fijaremos mucho, las voces no están dobladas al castellano y la única mejora respecto a anteriores entregas es en los FX.
Como conclusión, Dynasty Warriors 4 constituye la evolución natural de la saga, e incluye una buena cantidad de novedades que satisfarán a los fans. No tiene esas pantallas imposibles de la tercer parte, ni desproporciones como la segunda, sino que su modo historia (mejorado e increiblemente adictivo) sigue una línea de dificultad razonable. Sus opciones de juego han aumentado también, con el modo Challenge y el modo editar (podemos crear oficiales y equipos de guardaespaldas), así como su jugabilidad integrando definitivamente la evolución de los guardaespaldas y el sistema de items de forma apropiada. Tiene una durabilidad increible, ya que aunque en un principio tendremos 3 bandos, estos se irán ampliando con otros (Lu Bu, Dong Zhuo, Yuan Shao, etc..) a medida que avancemos en el juego; lástima que casi todas las campañas comiencen con la rebelión de los turbantes y la batalla en Hu Lao Gate. Si eres un fan de la saga ya te habrás hecho con él, si no conoces esta saga no habrás entendido este artículo ya que lo da por hecho, pero te aconsejamos que lo pruebes. Un excelente juego de acción con horas, días y semanas de duración.