Análisis de Downhill Domination (PS2)
De la mano de Incog, grupo de desarrollo de Sony America, y de Codemasters, que se ha hecho con los derechos de distribución europea , llega finalmente a España Downhill Domination, un juego de deportes extremos, concretamente de bicicleta de montaña, que nos sumerge en frenéticas y violentas carreras pendiente abajo. Que este deporte tenga un seguimiento casi inexistente en España no es obstáculo para que el título ofrezca muchísima diversión gracias a la velocidad sin freno de las carreras y del buen diseño de los numerosos y largos niveles por los que pedalearemos.
Pese a que tiene un notable componente acrobático, Downhill Domination es una carrera. O mejor dicho, tres tipos de carreras entre las que se dividen los diferentes circuitos. Las principales son las carreras Free Ride, de mayor duración, donde bajaremos de la cima a la meta con muchas rutas alternativas dentro de la misma, contra otros nueve corredores. Las carreras complementarias son un gran acierto: las MX, Mountain Cross, son descensos de corta duración por pistas con límites al estilo de las de MX o BMX, sobre tierra, con multitud de saltos que tendremos que superar sin perder demasiado tiempo en el aire.
Finalmente, con una duración media y una alta dificultad, están las carreras TD, y esa T corresponde a Técnica. Son carreras por escenarios similares a los Free Ride, es decir, abiertos, aunque con menos caminos y muchas partes donde la única opción es descender por estrechos pasadizos con cerradas curvas en las que tendremos que demostrar nuestra habilidad sobre los pedales y manejando el manillar.
Pero la bicicleta no funciona con motor, y aunque la fuerza de gravedad es buena compañera, si confiásemos únicamente en su constancia los otros rivales nos superarían con su pedaleo. Y pedalear normal no cansa, pero "darle caña a la bici" sí lo hace, como veremos cuando disminuye nuestra barra de energía (de color verde). Y hay dos formas, o mejor dicho, tres formas (pero descartamos el "se rellena con el tiempo"), para rellenarla y poder mantener el ritmo: una es obteniendo el item de energía completa, y la otra haciendo acrobacias, que por alguna extraña razón nos llenarán la barra cuantos más puntos consigamos. Esto es lo que nos obliga a hacer todo tipo de acrobacias en las carreras si es que queremos llegar al pie de la montaña en las primeras posiciones.
Dos detalles más entran en juego: otros items -como el turbo rojo (alcanzaremos una velocidad de vértigo durante unos segundos) y la recuperación rápida (amarilla, nos recuperaremos instantáneamente tras una caída)- y el juego sucio, que en Downhill Domination es descarado y divertido aunque no se utiliza demasiado salvo cuando solo haya una ruta que seguir. Los botones cuadrado y círculo del mando sirven respectivamente para atacar a ambos lados de nuestra bicicleta, y la calidad de nuestras armas irá in crescendo a medida que nos mantengamos sanos y salvos sobre nuestro sillín y hagamos acrobacias o consigamos el item azulado, que nos sube un nivel (las caidas nos lo restan). De este modo, comenzaremos pudiendo dar puñetazos a nuestros rivales, para luego poder dar patadas, hip-checks (darles con la rueda trasera de la bici), golpes con un palo y por último lanzarles botes (teledirigidos, eso sí) que les harán perder el control de su bicicleta aunque estén a cierta distancia de nosotros.
Estos son los rasgos básicos de Downhill Domination, que se completan con una muy buena variedad de modos de juego, un diseño de los niveles de calidad y un motor gráfico sólido y muy fiable a la hora de detectar colisiones.
Como decíamos, los numerosos niveles del juego poseen un excelente diseño que permite multitud de caminos y de situaciones, especialmente en los FreeRide. En estos habrá partes del recorrido donde haya hasta tres rutas diferentes por las que ir, aunque todas cruzándose entre sí con saltos, túneles o terraplenes. Podríamos decir que siempre hay una ruta "oficial", mientras que el buen jugador sabrá coger el atajo oportuno, que requiere gran habilidad pero recompensa en distancia recorrida. Además, hay una gran libertad para hacer uso de estos atajos ya que aparte de los caminos secretos podremos acortar camino lanzándonos al vacío; por ejemplo, bajando una montaña por los típicos caminos serpenteantes, podremos saltar por uno de ellos y bajar cuatro tramos de este sendero de golpe. Esto le da al juego un aire de frescura y libertad muy alto, aparte de la multitud de caminos y atajos predefinidos que ponen a prueba nuestra habilidad.
Sin embargo, esta variedad de caminos y atajos hacer que el elemento de lucha contra los otros jugadores no esté tan presente, porque una vez que estemos muy delante de estos, como el juego es realista en este aspecto (no como en Mario Kart u otros juegos del estilo, donde siempre nos pisan los talones por muy bien que lo hagamos), no volverán a alcanzarnos con facilidad. Aparte de su buen diseño, los niveles son muy variados y tienen un alto toque de humor. De montaña "normal" hay unos pocos niveles, mientras que nos otros nos ubican en un desértico cañón de Utah, en un campo de golf intercalando carreteras y otras rutas de montaña, en unas instalaciones militares rusas, en un templo sudamericano e incluso en una ciudad, empezando desde la cima de un barrio residencial ubicado en una montaña y bajando hasta la estación de metro y unas excavaciones todavía más profundas.
Además, los niveles están llenos de elementos móviles coherentes con el entorno. No será raro que tengamos que esquivar animales que o bien se dirigen a nosotros o nos guían el camino, o incluso seres humanos que se hayan pasado a ver la carrera o a dar un paseo por el monte y que reaccionarán con terror al ver lo cerca que estamos de atropellarles. El buen diseño de los niveles hacia la jugabilidad y su variedad y originalidad suben muchos enteros a Downhill Domination.
El otro elemento que hace de Downhill un juego tan divertido son los numerosos modos de juego que posee. En el modo para un solo jugador hay cinco opciones principales: Prueba Individual, Carrera, Arcade, Moshbowl y Supersalto, aparte del entrenamiento donde aprenderemos los principios básicos del juego. En Prueba Individual está la típica carrera, estilo libre y contrarreloj. Más interesantes son los modos Carrera y Arcade, que nos permiten participar en un torneo normal variando pruebas (arcade), en uno donde salgan todas (Carrea Gigantesca), en variedades restringidas a una modalidad o bien en uno hecho a nuestro gusto. Como modos adicionales están el SuperSalto (creo que no hace falta explicar lo que tendremos que hacer en este modo) y el MoshBowl, una especie de modo batalla en el que hay dos variedades: eliminación (cada jugador tiene unas vidas y es eliminado cuando se le acaban) y Limite Dos Minutos, una especie de Deathmatch donde gana el que derribe a más adversarios. Además, con el dinero que ganemos en las carreras, además de mejorar nuestras bicis, podremos desbloquear varios extras.
Gráficamente, Downhill Domination posee un motor gráfico sólido que permite que la carrera discurra a toda velocidad por escenarios grandes y con notable complejidad poligonal. El juego solo experimenta bajones de framerate en situaciones contadas, manteniendo 60 imágenes por segundo que hacen la acción muy fluida, mientras que cuenta con un muy buen sistema de detección de colisiones. Sin mucho brillo en efectos (aunque tiene anti-aliasing) ni una gran calidad en sus texturas, este apartado cumple a la perfección. En cuanto al sonido, al contrario que la gran mayoría de juegos extremos Downhill Domination no cuenta con una banda sonora licenciada sino con temas del estilo habitual (rock alternativo) pero genéricos, que únicamente ambienta la acción mientras que lo que realmente destacará son los FX (variados y contundentes) y las voces de los personajes (están todo el día comentando la jugada... pero en inglés).
Quizás uno de los fallos más notables de Downhill Domination sea cierta inconstancia en el control a la hora de hacer acobacias; el sistema no es muy intuitivo (se usan todos los botones de arriba, incluyendo el que corresponde al salto, además del botón triángulo), y la respuesta del ciclista no siempre es inmediata. Además, es muy fácil perder el control en el aire si intentamos hacer girar a nuestro corredor; un intento que no sea completamente vertical u horizontal hará que sea casi imposible recuperar "la compostura", haciendo que inevitablemente choquemos contra el suelo.
Por lo demás, Downhill Domination es una muy agradable sorpresa. Quizás no sea de un género especialmente popular, ya que es un juego de deportes extremos pero que se basa sobre todo en la velocidad, y tampoco tiene unos altos valores de producción, pero sin duda puede ofrecer muchas horas de diversión –tal vez un poco monótona, dependiendo de los gustos-, y más en su modo multijugador para hasta cuatro jugadores. Aunque quizás sea exagerado considerarlo una compra obligatoria o muy recomendada, ningún usuario de PlayStation 2 debería dejar la oportunidad de probar (aunque sea en alquiler) un título tan divertido y sorprendente como éste. Y si es con unos amigos, mucho mejor.