Análisis de Conflict: Global Storm (PS2, Xbox, PC)
Sci siempre fue una compañía pequeña, hasta que aupada por el éxito de la saga Conflict, ha podido alcanzar el tamaño para poder comprar a una compañía más grande que ella, Eidos, formando así todo un coloso europeo de los videojuegos. La compañía lanzó hace tres años Conflict: Desert Storm, que tendría dos secuelas más que conservaron su planteamiento inicial: acción militar táctica, controlando nosotros a un equipo de cuatro soldados con diferentes habilidades, teniendo que combinarlas para alcanzar la victoria.
Tras pasar en dos ocasiones por el golfo pérsico y el año pasado por Vietnam –esta última entrega con menor éxito y calidad-, Pivotal Games recupera al equipo de cuatro soldados original y lo ubica varios años después de sus misiones en el Golfo Pérsico, en plena guerra contra el terrorismo.
Con Bradley, Foley, Connors y Jones, cada uno experto en su especialidad, tendremos que enfrentarnos a los peores terroristas del mundo en los lugares más recónditos, y sin un ejército cubriéndonos las espaldas.
El juego sigue la tendencia de mejora de los anteriores títulos de la saga, con un apartado gráfico muy superior al de Conflict: Vietnam, un título algo flojo en este último aspecto debido a la repetición de colores. De este modo el interfaz es más sencillo que nunca, y la forma de dar órdenes a los otros tres soldados se ha mejorado considerablemente, aunque las órdenes siguen siendo a grandes rasgos las mismas; es decir, "sígueme", permanece ahí, ve a ese sitio, y diferentes posturas (al suelo, etc...) y actitudes ante el ataque (fuego a discreción o no).
Esta nueva entrega de Conflict no solo cambia el enfoque, alejándonos de cualquier guerra real e introduciéndonos en una lucha contra un grupo terrorista neonazi llamado Marzo del 33, sino que introduce algunas novedades jugables que intentan que la saga recupere un poco la iniciativa en lo que al género se refiere, y en parte lo consiguen. El sistema de autoapuntado ya no existe, haciendo más difícil la localización del enemigo (uno de los grandes fallos de Vietnam, donde enfocábamos automáticamente a enemigos ocultos), y la inteligencia artificial es más avanzada, aunque no lo suficiente como para resultar especialmente llamativa o innovadora.
Las misiones también cuentan con un mayor número de enemigos y un diseño más abierto que en anteriores ocasiones, aunque lamentablemente sigue siendo casi siempre lineal. Hay más sitios por donde atacar, pero el camino está trazado, y hay que pasar obligatoriamente por algunos puntos; la no linealidad se introduce en ciertas situaciones, como poder resolver tiroteos o desplegar a nuestros hombres de forma diferente, pero los niveles siguen estando casi siempre organizados como un camino desde el punto A al punto B, lo que es una lástima, como de costumbre.
Una de las cosas nuevas de este Conflict, como decíamos, es el abrumador número de enemigos con el que tendremos que hacer frente, como siempre no solo humanos, sino también vehículos que generalmente se convierten en mortíferos adversarios si consiguen localizarnos. Los enemigos han aumentado en número, y además ahora cuentan con "puntos de regeneración"; es posible que de una puerta –que nunca podremos abrir- salgan varias oleadas de enemigos a las que, naturalmente, tendremos que hacer frente. Esta característica alarga los niveles y aumenta la acción, pero puede resultar molesta a muchos jugadores por su falta de justificación en general.
Aparte de este detalle, los enemigos, por desgracia, no han aumentado su inteligencia tanto como desearíamos, y se comportan como suicidas, encarándonos directamente, trabajando muy pocas veces en equipo, y en general mostrando menos interés por conservar sus propias vidas que por dañar un pelín las nuestras; si nos ven, no se molestarán en mirar hacia los lados, ni en intentar sorprendernos, nos atacarán incesantemente aunque vean cómo sus compañeros van cayendo, uno por uno, gracias a nuestro francotirador convenientemente apostado algo más lejos.
En lo jugable, por lo tanto, no ha cambiado demasiado, ya que el diseño del juego, aunque permite que usemos maniobras tácticas, no ofrece las suficientes recompensas para que usarlas marque verdaderamente la diferencia, y los enemigos no son lo suficientemente inteligentes para que no usarlas se convierta en un desastre para nosotros. Los controles, como decíamos, sí han experimentado una notable mejora, y el buen interfaz con el que contaba en anteriores ocasiones se ha mejorado aún más, introduciendo más acciones sensibles al contexto que en juegos anteriores, y simplificando ciertas órdenes y comandos, como el de usar un botiquín.
Características integradas en anteriores entregas, como la paulatina evolución y mejora de los personajes, siguen presentes, y ahora estas mejoras en áreas como la puntería o el manejo de las armas se notan mucho más, especialmente comparando el principio del juego con los últimos niveles.
En el apartado gráfico Conflict: Global Storm da un considerable salto, mejorando con creces lo visto en Conflict: Vietnam y superando finalmente –aunque en esto también tiene que ver la variedad de escenarios- la repetición de elementos en los niveles, ahora desperdigados por todo el mundo. Los escenarios son grandes y tienen numerosos detalles, así como áreas anexas que aunque no forman parte del "corredor" que forman los niveles, dan una sensación de amplitud y realismo al juego. El modelado de los personajes es muy bueno y su animación también, así como algunos efectos, aunque en áreas como la interactividad del escenario –pocas cosas se destruyen- o los efectos de iluminación todavía están un poco por detrás de los actuales juegos del mismo género.
Las secuencias cinemáticas pregeneradas cuentan con mayor calidad que en anteriores entregas, aunque sin llegar a cotas vistas en otros juegos, mientras que el apartado sonoro sigue siendo uno de los puntos fuertes, con numerosos efectos de sonido, una música interesante que mantiene la intriga y la tensión, y un muy buen doblaje al castellano del que deberían tomar nota muchos otros títulos.
Una de las grandes novedades de esta entrega es la introducción, por primera vez, de un modo online en el que hasta cuatro jugadores podrán participar, manteniendo la pantalla partida para las versiones de consola. El modo online es muy interesante, especialmente si lo jugamos con gente conocida –y que sepa jugar-, ya que nos permite actuar como un equipo en tiempo real sin delegar en la inteligencia artificial del juego, aunque enfrentándonos a la inteligencia artificial de los enemigos, que no será un gran obstáculo para un equipo de cuatro humanos, todo sea dicho.
Conflict: Global Terror es un buen juego de acción, una interesante evolución de la saga Conflict, pero quizás insuficiente como para cumplir con las expectativas de los usuarios y, sobre todo, para hacer frente a la dura competencia del género, con juegos como Socom o Rainbow Six en las tiendas. Sin duda ofrece algo diferente a estos títulos, y tiene su estilo propio, pero las mejoras de esta versión –como ya lo eran las de Conflict Vietnam- son insuficientes como para mantener el listón mostrado en las dos primeras entregas de la saga. Se ha mejorado, sí, pero no lo suficiente. Aún así resultará un juego entretenido para los aficionados a la acción táctica, especialmente en consola.