Análisis de Cold Winter (PS2)

Lamentablemente pocas son las sorpresas que los jugadores nos llevamos a la boca cuando no esperamos gran cosa de un juego, por el contrario son muchas las decepciones que nos solemos llevar en juegos que prometían llegar al notable y aprueban por muy poco. En este caso, en el juego que nos atañe, el planteamiento es extraordinario y digno de una gran aventura que desgraciadamente, en su comienzo, acaba siendo un quiero y no puedo constante que termina contagiando al jugador del propio escepticismo que desprende Cold Winter al tener tan poca personalidad.

Lo peor de todo es que tiene detalles interesantes que han sido desaprovechados empezando por la estupenda historia con la que da comienzo y que a los 2 minutos de juego ya se ve totalmente empañada por un diseño escasamente atractivo y unos escenarios lineales que no ofrecen aliciente alguno para sentir interés en que nos deparará mas adelante, y pensándolo fríamente, ¿qué hay peor en un juego que no conseguir captar nuestra atención? Claramente Cold Winter ha fallado en el desarrollo del juego porque tardaremos en entrar a cogerle el gusto a la historia y eso puede dejar a muchos jugones por el camino, más si tenemos en cuenta que visualmente, impactar, lo que se dice impactar lo consigue pero negativamente. Por suerte el juego nos recompensa y a medida que avanzamos coge ritmo obligándonos a "quedarnos hasta el final"


Al igual que ocurría en la última entrega de James Bond (Muere Otro Día) quedaremos a merced del enemigo en una situación un tanto lamentable. Nuestra compañía más que sacarnos nos vende totalmente, cierra nuestro expediente dándonos por muertos y solamente una antigua compañera se apiadará de nosotros liberándonos antes de diñarla de la peor manera.

Una vez que estemos listos usaremos el lema de "la venganza es un plato que se sirve bien frío", y a partir de entonces nos prepararemos para ajustar las cuentas con todos aquellos que nos vendieron ante una muerte segura. Las conspiraciones internacionales y los espías se irán sucediendo hasta que vayamos desenmarañando una trama bastante típica pero ojo no por ello deja de ser muy atractiva e interesante para que el jugador, no es precisamente lo peor de este juego, sino mas bien uno de sus puntos fuertes.


El juego no presentará todos los aparatos míticos que hemos visto en las 20 películas del mayor bebedor de Martíni de la historia, más bien no presentará ninguno. Solamente tendremos un par de armas que iremos alternando, nunca podremos llevar mas de dos a la vez y fabricarnos algún objeto interesante como cocteles molotov o ganzúas con elementos que vayamos recogiendo por el escenario, no seria necesario comentar para qué nos servirían las ganzúas, claro está.

En este aspecto intenta ser muy realista, olvidándonos de llevar un bunker encima – auque el lanzacohetes no podía faltar- y brindándonos la oportunidad de saber lo que se siente con una pistolilla frente a tantos enemigos, aunque sin conseguirlo, todo sea dicho, siempre tendremos la sensación de ir recorriendo angostos pasillos que nos llevan por un camino con una linealidad pasmosa, y en este caso la falta de libertad hace que el juego nos vaya dejando caer en la monotonía.




Hacia bastante tiempo que no nos enfrentábamos a unos gráficos tan pobres para un juego bastante publicitado, la verdad es que nos ha sorprendido como las texturas son peor de lo normal incluso para todo lo que se ha visto en Ps2. Los escenarios no se encuentran muy carentes de detalles y aunque tiene una variedad acertada – ya que nos iremos recorriendo fases muy diversas- tienen un diseño un tanto irregular, mientras que algunas son muy interesantes otras son poco menos que un peñazo, muy poco atractivas.

Los personajes tienen un diseño un tanto raquítico para los tiempos que corren y si bien el motor gráfico no es la panacea, cumple, sobre todo si miramos el resto. Con el propio motor gráfico arrancarán la mayoría las secuencias cinemáticas del juego, de una calidad indudable, no solo por su calidad técnica sino por el buen gusto con el que están hechas, aplicándose los mismos elogios al resto de secuencias. Hay algo que se sale un poco de la tónica, y es el uso del motor físico por antonomasia que reaparece en este caso en PS2. No se le da el uso que hemos visto en los grandes juegos de PC pero sí que destacan los impactos de las balas sobre los enemigos y sobre los objetos, las explosiones, y aparte el efecto de humo que también es de una calidad loable.


El juego no se limitará a darnos la posibilidad de abatir a todos los enemigos que nos vayan saliendo al paso sino que ofrecerá la opción de seguir dándoles lo suyo, sobre todo cuando estemos en el suelo podremos rematarlos de mala manera lo que aumenta un poco la violencia gratuita si el jugador disfruta ensañándose con los agentes que previamente nos han intentado acribillar a tiros. Las amputaciones y alguna que otra lindeza hará aparición si somos un poco cafres, todo depende de la gana del jugador de hacer un poco de sangría.


Más el doblaje que el sonido. Mientras que nos deleitaremos con actores profesionales haciendo sus papeles, las explosiones los efectos y todo lo concerniente a la parte de música y sonido pasará bastante inadvertida, así que tampoco hay queja de este apartado, simplemente cumple su cometido y ahí se queda. En general todo queda bien conjuntado, destacando eso sí por el estupendo doblaje como hemos comentado. Que pena que no todas las compañías apuesten por ello, ¿verdad?.

No nos referimos a otros juegos ya que en este caso Cold Winter es un juego que intenta ser genuino, sino con la contraposición con la saga de James Bond, desde el propio marketing del juego se pone mucho empeño en atraer al usuario por la mala uva del protagonista frente a los buenos modales de 007, nos parece algo bastante acertado y sin duda Andrew Starling- el protagonista- no será una perita en dulce para todo aquel que le dejó tirado justo después de que le atrapasen, todo ello siempre con la gracia de que la agencia implicada es MI6. Swordfish Studios ha hecho un buen trabajo por lo general y poco hay que achacarles salvo la irregularidad del juego entre unos y otros aspectos y como eso puede repercutir negativamente en el jugador.