Análisis WoW Classic: El retorno del MMO más importante de la historia (PC)
El pasado agosto Blizzard abría los servidores del esperado World of Warcraft: Classic, el retorno del juego original que se lanzó hace ya 15 años adaptado a los sistemas operativos y ordenadores de hoy día acompañado con ciertas mejoras a nivel de servidores para ofrecer una mejor experiencia en cuanto a conexiones, latencia y otros pormenores técnicos.
La llegada de una versión de este tipo del MMO más importante de todos los tiempos venía siendo demandada por la comunidad desde hace mucho tiempo y, con este movimiento, Blizzard ha logrado, al menos por ahora, un notable éxito logrando incrementar en un 223% los ingresos provenientes de las suscripciones a su MMO.
Durante las próximas líneas vamos a contaros lo que nos ha parecido el retorno al Azeroth más clásico, detallando nuestra experiencia con el juego que ya os adelantamos que, pese a la dureza del título y de que 15 años después hay mecánicas que evidentemente son un tanto toscas, ha sido tremendamente satisfactoria.
Un inicio por todo lo alto con colas, servidores hasta las patas y una rápida reacción por parte de Blizzard
Como era de esperar, la noche de lanzamiento fue una convulsión de gente esperando la apertura de los servidores, con muchos españoles dispuestos a poner rumbo a Hydraxian Waterlords el servidor (o mejor dicho Reino) escogido por la alianza de clanes de nuestro país.
En nuestro caso en particular, comenzamos a hacer cola unos 40 minutos antes del lanzamiento del juego y pudimos entrar a jugar desde un primer instante con algunos problemas y limitaciones de lag en las zonas más pobladas debido al estrés al que se estaba exponiendo al servidor.
Rápidamente, Blizzard comenzó a abrir nuevos Reinos esa misma noche, distribuyendo a la población en distintos lugares con la promesa de que, si la población de un servidor caía en demasía se ofrecerían migraciones gratuitas a otros servidores para evitar temer Reinos demasiado vacíos.
Así está la zona de inicio no muerta en #WoWClassic pic.twitter.com/IQuZ1pCGm2
— Saúl González (@SaulGonzalez_4) August 26, 2019
Nosotros, finalmente, acabamos recalando en Stonespine, un servidor que se abrió la tarde después de la convulsa noche, en el que pudimos jugar sin ningún problema durante semanas y con colas mínimas en momentos muy puntuales, colas que sí estuvieron presentes y fueron extremadamente largas en los Reinos más poblados pero que, en nuestro caso, al movernos a un Reino más "calmado" (en el que acabo estando presente la mayoría de la comunidad hispana) no supuso un mayor problema.
Migrando al primer servidor español
Tras las primeras semanas con WoW Classic y viendo la aceptación del juego entre el público español, Blizzard decidió atender las peticiones de la comunidad abriendo un servidor hispano de categoría PVP, el primer servidor de WoW Classic para España, ofreciendo migraciones gratuitas desde el resto de servidores PVP de Europa.
El proceso para trasladar a nuestro personaje fue de lo más sencillo, tardando apenas 5 minutos en poder disfrutar de nuestro mago en este nuevo servidor llamado Mandokir al que ha migrado buena parte de la comunidad española presente en el resto de servidores del juego, contando con una población bastante sana en el momento en el que escribimos este análisis.
Una experiencia dura, tosca… y a la vez muy satisfactoria
Blizzard apenas ha realizado cambios a nivel jugable para este World of Warcraft Classic, que se ha estrenado con la versión 1.12 del juego original y con el único cambio a nivel notable del tiempo de reaparición de los monstruos presentes en el mundo, algo más breve que en la experiencia original para reducir el tiempo de espera en las zonas en las que haya mucha población subiendo de nivel, algo lógico si tenemos en cuenta que la población hoy día es bastante mayor que la que el juego tenía en esta época.
La experiencia original de WoW es dura, tosca y desafiante en muchos casos, algo que es bastante lógico ya que estamos hablando de un MMO con 15 años a sus espaldas, y los conceptos de los juegos por aquella época eran muy diferentes a los de ahora.
Aun así, es esta precisamente la experiencia que pedía la comunidad y es lo que Blizzard ha querido darles y, pese a que si es cierto que el que os escribe quizás hubiera hecho algunos pequeños ajustes, lo cierto es que también creemos que Blizzard ha dado en el clavo tocando lo mínimo la experiencia original, al fin y al cabo… ¿quiénes somos o quién soy yo para contradecir los deseos de la comunidad en un producto de este tipo especialmente hecho para estos fans?
De hecho, esta experiencia de WoW Classic será todo lo dura que queráis en comparación con la versión actual del juego pero, aun así, a pesar de su dificultad e incluso tosquedad, Classic es prácticamente inigualable a la hora de hacernos sentirnos especiales a la hora de subir un nivel, de disfrutar del viaje y de todo lo que nos ofrece Azeroth, paladeando con gusto cada paso en el camino en lugar de correr hacia el último nivel para disfrutar del contenido final, algo que es lo que predomina hoy día en buena parte de los MMO del mercado.
Durante las más de 100 horas de juego que le hemos dedicado a World of Warcraft Classic en las últimas semanas, lo cierto es que la mayoría de los momentos que hemos vivido con el juego, han sido tremendamente satisfactorios, arrancándonos unas sonrisas y proporcionándonos momentos de diversión que hacía mucho que no teníamos, al menos de esta manera, en el MMO de Blizzard.
Con esto no quiere decir que no haya cosas que se nos atraganten un poco, como el tener que matar 1001 jabalíes para conseguir un objeto para completar una misión, los eternos paseos del cementerio a nuestro cuerpo, o algunas misiones un tanto repetitivas o de recadero que nos obligan a andar en demasía, pero, en líneas generales, todo lo que el juego nos ofrece compensan estas asperezas propias de un título de esa época.
Una comunidad volcada en ayudar al compañero… y en cercenar la vida del enemigo
No sabemos si es porque en World of Warcraft: Classic la media de la edad de los jugadores es bastante alta (por motivos obvios) o si es porque el juego nos obliga, siendo tan duro, a colaborar y a echarnos una mano en todo tipo de situaciones, pero lo cierto es que la convivencia en los Reinos y la camaradería entre los jugadores, al menos en nuestro caso, ha sido excelente.
¿Que hay un monstruo especial al que todos tenemos que eliminar para hacer una misión? No pasa nada, hacemos pequeños grupos y colas siguiendo un orden, de forma civilizada, para poder matar al monstruo de marras (aunque siempre hay algún oportunista que se cuela, claro).
¿Que veo a un compañero de la Horda o la Alianza (dependiendo de donde juguéis) en problemas? Acudimos en su ayuda sin dudarlo, levantando su vida, otorgándole bonificaciones a través de hechizos o ayudándole a matar a ese monstruo tan complicado.
Nuestros compañeros en la batalla son hermanos a los que debemos socorrer en cualquier momento.
En el otro lado de la balanza nos encontramos, como debe ser, con el PVP de mundo, con los enfrentamientos otrora emblemáticos en cualquier lugar entre la Horda y la Alianza que vuelven a la vida en World of Warcraft Classic en el que cualquier lugar es bueno para acabar con la vida de la facción contraria o montar un campo de batalla improvisado en esa guerra casi eterna entre las dos facciones más poderosas de Azeroth.
Experiencia original o ayudas en forma de addons, tú eliges
Blizzard es consciente de que la experiencia original es dura y, por ello, también permite ciertos addons (pequeños mods o ayudas para el juego como un contador de daño o pequeñas guías de misiones) que puedan echarnos una mano en el juego, restringiendo su uso a los que creen que no pueden dañar, en demasía, la experiencia del juego.
Tendremos a nuestra disposición addons tan populares como el Recount, questie, DBM y otros tantos que nos facilitarán nuestra andadura por Azeroth… si así lo queremos.
Conclusiones
Este WoW Classic es una vuelta al WOW original muy sólida, sin problemas técnicos y con unos requisitos mínimos asequibles incluso para ordenadores con la misma edad que la versión original del juego de Blizzard. En toda nuestra andadura, no hemos encontrado ni un solo error o fallo técnico en WOW Classic.
World of Warcraft: Classic es el retorno de la versión más clásica del MMO más importante de la historia. Esta nueva edición logra trasladarnos al pasado y hacernos recuperar algunas sensaciones que, a nuestro modo de ver, el juego había perdido hace tiempo en beneficio de otros aspectos que, evidentemente, son mejores en la versión más actual del MMO.
Este World of Warcraft: Classic nos invita a disfrutar del viaje a nivel 60, a explorar Azeroth, a empaparnos de su historia mientras ayudamos a los hermanos de facción que nos encontremos por el camino, nos enfrentamos a monstruos de lo más variopintos, matamos mil y un jabalíes o combatimos, de nuevo, contra la facción rival, en un PVP de mundo único que retoma lo mejor de los enfrentamientos entre Horda y Alianza.
Blizzard, al menos ante nuestro punto de vista, ha acertado de pleno ofreciéndonos de nuevo esta experiencia y, a pesar de que quizás nosotros hubiéramos añadido algún retoque para modernizar un poco la fórmula original, lo cierto es que al final los estadounidenses les han dado a sus jugadores lo que querían, poder volver a disfrutar del juego prácticamente tal y como estaba en sus primeros meses de vida.
WoW Classic es un título muy especial que, si alguna vez jugaste al WoW original, va a volver a atraparte, a absorberte y a devolverte unas sensaciones que son muy difíciles de experimentar en otro juego, contando con algo intangible, algo muy especial, ese "no sé qué" que hace que "el WoW" sea único en su especie.
Qué bueno que volviste, WoW Classic. Y ahora, me vais a permitir dejar de escribir, volver a Azeroth y luchar… por la Horda. ¿O esta vez la he traicionado y me he pasado a la Alianza?
Hemos realizado este análisis con un código de suscripción proporcionado por Blizzard.