Análisis de Wizard of Legend (PC, Switch, Xbox One, PS4)
Para bien o para mal, la generación por procedimientos ha llegado para quedarse. Sus defensores consideran que es una buena manera de hacer los juegos casi infinitos, que puedes repetir una y otra vez porque cada partida es diferente y no puedes memorizar trazados o colocación de enemigos. Los detractores, en cambio, echan en falta un diseño menos caótico, con mejor ritmo y que cada rincón sea único, no resultado de una fórmula matemática.
Lo que es cierto es que hay géneros en los que funciona mejor que en otros, y uno es el del rol o acción en mazmorras, donde la gracia no está en ver bonitos laberintos sino en sobrevivir en una carrera de resistencia contra decenas de enemigos. Wizard of Legend es uno de estos juegos: una aventura al estilo clásico de vista superior –piensa en los Zelda y similares- donde nuestro objetivo es atravesar una serie de catacumbas, jardines o pasillos de un castillo. Y por supuesto, con cada reintento el mapa es diferente.
Como se puede intuir por las imágenes, el sistema de combate es el habitual de estos juegos.
Tenemos un ataque básico a corta distancia y una evasión/teletransporte que hace el juego bastante rápido –si bien el espacio y los obstáculos o fosas suelen limitar nuestros movimientos-, mientras que los enemigos se lanzarán a por nosotros o harán uso de sus proyectiles. Hasta aquí, pocas o ninguna novedad.
La auténtica gracia de Wizard of Legend es su personalización de hechizos, puesto que tenemos más de un centenar de ayudas para entrar en estas mazmorras. Inicialmente está todo bloqueado, pero ahí entra la generación procedimental: repite partidas, consigue gemas y monedas, compra nuevas ventajas y repite con una configuración más poderosa o que te guste más.
A los ataques con fuego se pueden añadir un secuaz que, por ejemplo, lanza un rayo congelante a los enemigos que están a tiro, o lanzamos una descarga de rayos cuando nos atacan. En definitiva, hay multitud de extras ofensivos y defensivos con los que experimentar. Generalmente las magias funcionan con un sistema de recarga, una pausa de segundos hasta que vuelven a estar disponibles –a más poder, más espera-, así que no tienes que preocuparte por gasto de puntos o maná.
¿Es esta personalización suficiente para mantenernos enganchados a medio y largo plazo? Depende un poco de nuestro interés por un desarrollo que tarde o temprano se hace repetitivo. La idea es que su dificultad es un poco alta, así que necesitarás múltiples intentos para desbloquear habilidades o aprender un poco cómo afrontar cada enemigo y trampa. La parte negativa, claro, es que a medida que más jugamos, también se reconocen más fácilmente las habitaciones predefinidas y cómo el mapa es un mero cambio de orden de estos pasillos. Localizar el acceso al siguiente nivel es cuestión de explorar callejones sin salida o encerronas hasta que damos con el jefe.
Hay otro aspecto clave de Wizard of Legend que da más valor al juego: su multijugador local. Si hablamos del modo competitivo tenemos una arena de combate donde los jugadores se enfrentan una serie de rondas para ver quién es el mejor; como modo en sí es un poco simple pero puede ser útil como entrenamiento, pues un buen rival humano siempre es más difícil que la mayoría de enemigos.
Más interesante es el modo cooperativo, donde la mecánica es la misma que en solitario, pero con un segundo jugador que puede contar con habilidades muy diferentes a las nuestras, permitiendo diferentes estrategias que complementen a las nuestras. Por ejemplo uno de los personajes quizás esté orientado al lanzamiento de proyectiles mientras que otro sea más letal en cortas distancias. Los jugadores deben estar siempre en la misma pantalla –o sea que olvídate de explorar la mazmorra a pantalla partida para cubrir el mapa más rápidamente-, pero sin duda da más juego contra los enemigos.
Como otros muchos juegos con generación por procedimientos el juego sufre algunas limitaciones típicas de este diseño. La diversión pasa por repetir partidas e ir mejorando poco a poco, y esto es algo que no gusta a todos los jugadores; hay quien prefiere un desarrollo más lineal para sentir un progreso mayor y desde el primer momento. Las variantes de Wizard of Legend no son enormes, y pese al cambio de ambientación el tipo de obstáculos y enemigos es bastante similar entre una mazmorra y otra. El pixel art no está mal, pero no hay una enorme variedad de contenido y eso resta interés a los laberintos resultantes. La banda sonora acompaña bien al juego.
Conclusiones
Wizard of Legend es un juego de acción 2D frenético e incluso caótico –en el buen sentido-, con una base sólida. Hay muchísimas habilidades que conseguir y dominar, y esto combinado con la generación de los mapas hace que cada partida puedas cambiar drásticamente de estrategias. En este sentido, aprovecha bien su origen procedimental.
El problema, no tanto del juego sino de nuestros gustos, es que hablamos de una aventura únicamente centrada en mazmorras que se pueden hacer repetitivas. El modo multijugador ayuda a que esto sea menos acusado, y jugarlo así es lo más recomendable.
Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código que nos ha proporcionado Humble Bundle.