Análisis de Warhammer 40.000: Darktide - El Left 4 Dead más desafiante que hemos jugado (PC, Xbox Series X/S)
Warhammer 40.000: Darktide es sinónimo de acción desbordante, de adrenalina, de puro terror cuando te enfrentas las ingentes hordas de enemigos que lanzan desde Fatshark. Sus costuras son muy parecidas a Left 4 Dead y, por consiguiente, a Back 4 Blood, pero el juego es mucho más desafiante que aquellas entregas de Valve y Turtle Rock Studios, respectivamente. El funcionamiento es casi clavado: cuatro personajes deambulan por un nivel repleto de monstruos y deben completar una serie de objetivos para poder completar la misión en sí y así pasar a la siguiente.
En Darktide, sin embargo, no se trata de un camino de rosas donde lo único que hay que hacer es soltar granadas y cócteles molotov por cualquier sitio sin dejar de presionar el gatillo para avanzar. El equipo de Fatshark quiere asfixiarnos y llevarnos al límite con situaciones sumamente estresantes donde hay que estar pendiente, constantemente, tanto de nuestra barra de salud como de nuestro escudo, sumándole a ello que esto no es un Call of Duty y que no encontraremos balas por cualquier sitio. En las partidas, eso sí, hay un sistema de loot similar a Back 4 Blood donde podemos encontrar curaciones, cajas de balas puntuales, etc.
Una fórmula sencilla heredera de Vermintide 2 que todavía funciona a las mil maravillas
Hasta en la modalidad más sencilla Darktide puede ser todo un reto, puesto que la variedad de enemigos y la cantidad de los mismos que se lanzan a nuestro cuello son incontables, y no hay balas para todos. Siguiendo los pasos de Warhammer: Vermintide 2, el combate que de esta entrega 40.000 obliga a los jugadores a sacar sus mejores armas cuerpo a cuerpo para palpar la sangre de los enemigos en primer plano. No vale aquello de alejarse y dejar que las balas hagan el resto del trabajo.
Aquí hay que ensuciarse las manos y bajar al barro, porque básicamente necesitamos hacerlo. Ni se nos da la suficiente munición y las mecánicas de curación de escudo van relacionadas con las esquivas, los bloqueos y las muertes de los rivales por armas blancas (que terminan siendo de todo menos eso). Los tiroteos, aun siendo un elemento novedoso y que funciona bien, es más anecdótico solo para situaciones en las que hay que enfrascarse contra algún francotirador, por ejemplo, o contra pequeños jefes de zona a los que es mejor mantener a la máxima distancia posible.
La combinación de las cuatro clases a elegir es fundamental para el éxito, respondiendo cada una de ellas a las fórmulas clásicas: un tanque, un mago, un tirador y un luchador experto en el cuerpo a cuerpo. Parece una tontería, y a estas alturas a muchos os debe sonar a tontería que se nota mucho la ausencia de una clase u otra porque aquí se viene a machacar botones sin parar y ver cuerpo desmembrarse. Pero la cuestión es que si no tenemos un tanque, el resto de jugadores notarán cómo sufre su barra de salud.
Sin un mago, habrá oleadas de enemigos más contundentes. Sin un tirador será difícil acabar con los francotiradores (muy letales en este juego) y sin un experto en fuerza bruta la cosa puede hacerse cuesta arriba cuando haya que cumplir objetivos de aguante de posición. Darktide es pura estrategia, es puro Warhammer en ese sentido aunque se partan de unas bases de acción para que el juego en sí sea mucho más dinámico y se escape de esas reglas roleras por turnos sobre las que se mueve, por ejemplo, el juego real. Con Warhammer 40.000: Space Marine ya vimos algo similar aplicado a otro tipo de género, más similar a Gears of War.
Problemas de carga y de rendimiento en PC
En el aspecto de jugabilidad poco hay que reprocharle a Warhammer 40.000: Darktide, porque es un cooperativo que encantará a los que venían de Vermintide 2 o Left 4 Dead y compañía. Ahora bien, la historia que propone Fatshark es más bien olvidable y apenas tiene peso en el desarrollo del título. Podríamos decir incluso que es solo una excusa para que los jugadores pasen más horas frente a la pantalla subiendo de nivel y desbloqueando nuevas armas, puesto que cada determinado ascenso que realizamos se proyecta una cinemática que nos pone un poco al día de la situación, pero para nada estamos involucrados ni tampoco tomamos partido activo de la narrativa. Eso hace que se haga un poco absurdo que haya un hilo conductor que intente justificar la subida de personaje que debemos hacer para obtener tal ítem o tal arma para así incrementar nuestra fuerza en el campo de batalla.
Donde tropieza también el título es en algunos de sus apartados técnicos. A pesar de que la obra en sí luce de maravilla, está plagada de bugs y de problemas de rendimiento que obligan a tener que pasar un buen rato optimizando nuestra máquina. Además, la conexión por ahora no es que vaya de fábula y los tiempos de carga pueden hacerse un poco eternos, sumándole a ello que se puede desconectar de los servidores por sorpresa o hacer que invitar a un amigo a nuestra partida se convierta en una pesadilla (actualmente está pasando algo similar con los menús de Call of Duty: Warzone 2.0). Aun así, la experiencia que ofrece Warhammer 40.000: Darktide es más que positiva gracias a ese factor jugable que hace que la aventura sea una verdadera masacre. Sí, efectivamente estamos ante un título que puede hacerse repetitivo y cuyos objetivos dejan mucho que desear, pero ya sabemos a lo que venimos con este tipo de aventuras locas.
Conclusiones
Fatshark ha logrado firmar un buen heredero de Vermintide 2 con unas bases que no buscan reformular absolutamente nada, pero sí buscar una experiencia de juego divertida y que intente añadir novedades a Warhammer. La ambientación, por ejemplo, es una maravilla y cualquiera va a volverse loco con esta pedazo de atmosfera que orbita entre el género de terror y las aventuras más locas a lo Dune, con parajes desérticos y otros rodeados de fábricas mortales donde los herejes deambulan a sus anchas.
Warhammer 40.000: Darktide debe jugarse acompañado de amigos, es imperativo para que la sensación de juego pueda ser verdaderamente satisfactoria. Ahí es donde de verdad sacaremos a relucir las clases y los diferentes tipos de arsenal, justificando que cada personaje tenga un rol específico y no sea un juego de pollos sin cabeza. Esos problemas técnicos pueden ser un verdadero dolor de cabeza al principio, pero una vez tenemos todo bien ajustado y la conexión nos permite jugar sin demasiados inconvenientes, es un disfruta de una extensa duración (pensad que las misiones se rejuegan en varias dificultades, etc).
Hemos realizado este análisis con un código que nos ha proporcionado Plan of Attack en PC.