Análisis de Total War Shogun 2: La caída de los Samurái (PC)
Nota: En este análisis nos centramos en las novedades y añadidos que aporta esta expansión al juego original, por lo que si queréis saber más sobre su mecánica jugable os recomendamos leeros primero el análisis de Total War: Shogun 2.
En una época como la que vivimos hoy en día donde los contenidos descargables parecen inundarlo todo, cada vez resulta menos habitual ver una auténtica expansión completa y de carácter independiente, como esta que nos ocupa ahora. Y es que La Caída de los Samurái trae consigo todo lo que se podría esperar de un lanzamiento de estas características, ampliando el juego original con una generosa cantidad de contenidos nuevos, introduciendo novedades muy interesantes y manteniendo su base jugable.
La modernización de Japón
Esta expansión de Total War: Shogun 2 se sitúa 200 años después del título principal, llevándonos de esta forma a la Guerra Boshin del siglo XIX, una de las etapas más importantes de la historia japonesa, ya que supuso la llegada de Occidente a estas tierras orientales y la apertura del país al resto del mundo. En este periodo de tiempo que pasa entre el juego original y La Caída de los Samurái Japón estuvo regida por el Shogunato de los Tokugawa. Con la llegada de los occidentales, estos les abrieron las puertas y llegaron a diversos acuerdos que no ponían en muy buen lugar al país del Sol Naciente, algo que quiso aprovechar el Emperador para expulsarlos del poder y volver a reafirmar su posición. Por ello tildó de traidores a los Tokugawa y exigió la expulsión de los extranjeros. Todo esto acabó por traer consigo innumerables intrigas políticas que terminaron por desembocar en la guerra civil en la que se ambienta el título.
Lo realmente interesante de todo esto es que este salto en el tiempo sitúa esta entrega como la más cercana a nuestros días de toda la saga, algo que abre nuevas posibilidades gracias a la inclusión de tecnologías más avanzadas y con las cuales se consiguen expandir las opciones estratégicas de una forma pasmosa. A pesar de que Japón se encontraba muy atrasada tecnológicamente en aquel entonces, la llegada de los occidentales empezó a cambiar esto rápidamente, introduciendo temibles armas de fuego que harían la guerra mucho más cruenta.
Todo esto se ve reflejado perfectamente en el juego, por lo que aquí el uso de la katana cede protagonismo a los rifles, cañones y demás artillería de la época. Para representar esto, los chicos de Creative Assembly han introducido un nuevo parámetro: la Modernización. Dependiendo de nuestros actos y decisiones, podremos ir ganando (o perdiendo) puntos de Modernización. A medida que vayamos consiguiéndolos podremos acceder a nuevas investigaciones que nos reportarán grandes beneficios, tanto en lo social como en lo bélico.
Esto también nos da la posibilidad de abrazar las costumbres japonesas tradicionales y negarnos a modernizarnos para centrarnos en las artes samurái. Sin embargo, esto es algo más teórico que práctico, ya que a pesar de que en los niveles más primarios de modernización ambos caminos son válidos, una vez que conseguimos las últimas tecnologías, las armas cuerpo a cuerpo no tienen prácticamente nada que hacer. Lanzar un ejército de samuráis con arcos y espadas contra uno que cuenta con ametralladoras Gatling y cañones de guerra no se puede considerar más que un suicidio, dadas las grandes diferencias de poder entre ambos, por lo que el título de esta expansión le sienta como anillo al dedo y aunque esto pueda suponer una limitación, responde a cierto realismo histórico.
Eso sí, no todos son ventajas, ya que al modernizarnos también tendremos que lidiar con algunos efectos negativos, como mayores gastos económicos o penalizadores en la moral de nuestras tropas. Además, el modernizar a lo loco y descontroladamente también puede conllevarnos algunos quebraderos de cabeza inesperados, como diversas revueltas por el descontento que esto puede provocar entre nuestros ciudadanos. A pesar de ello, todo esto acaba resultando por ser unos pequeños inconvenientes si los comparamos con las enormes ventajas que obtendremos al abrazar las tecnologías occidentales.
Otra de las grandes novedades la encontramos en la inclusión del ferrocarril. Para acceder a él necesitaremos tener los niveles más altos de modernización y hacer una enorme inversión económica, pero sus ventajas son más que evidentes, considerando que podremos transportar a nuestras tropas instantáneamente entre las diversas estaciones que creemos en nuestra red ferroviaria. A pesar de que este elemento no suele entrar en juego hasta prácticamente el final de la campaña, suele tener efectos decisivos y nos obliga a replantear completamente nuestra estrategia.
Continuando con los nuevos contenidos nos encontramos con 50 nuevas unidades, contando tanto las terrestres como las navales, así como tres nuevos agentes y una revisión de los ya existentes para aumentar sus posibilidades. Un número bastante sustancioso y que amplia de manera considerable todas nuestras opciones de combate, añadiendo más profundidad si cabe a su jugabilidad. Las opciones marítimas también se han potenciado, ya que ahora los navíos pueden estar equipados con pesados cañones, por lo que ahora disfrutarán incluso de misiones propias. Por tanto, los puertos ahora se convertirán en unos puestos importantísimos que deberemos de proteger y reforzar como podamos. Es de agradecer también el hecho de que ahora las rutas comerciales se generarán automáticamente, por lo que no tendremos que preocuparnos por establecerlas constantemente.
Además, ahora nuestros buques de guerra tendrán un radio de alcance que nos obligará a buscar la mejor posición para colocarlos, ya que si una batalla terrestre se produce dentro de este podremos realizar devastadores ataques de artillería pesada desde el navío. Estos suelen llevar un tiempo de recarga y resultan muy lentos, pero si sabemos usarlos con cabeza podremos eliminar unidades enteras de un plumazo si tenemos suerte.
En cuanto a contenido para un jugador podremos disfrutar de seis campañas distintas, tres para cada bando (partidarios del shogunato y partidarios del Emperador) y que se corresponden con cada uno de los clanes del juego. Dependiendo de que cuál escojamos, la dificultad será mayor o menor. Un cambio destacable que no tardaremos en experimentar, es que ahora los turnos se corresponden con dos semanas en vez de con una estación. Gracias a esto ya no habrá tanta necesidad de preocuparse por la muerte de nuestros generales por vejez y veremos un desarrollo de la campaña mucho más directo y rápido, con consecuencias más inmediatas.
Para aquellos que no estén muy interesados en toda la parte de gestión que ofrece el título y quieran centrarse en poner a prueba sus dotes al mando de un ejército, volvemos a contar con nuevas batallas históricas, donde tendremos que cumplir diversos objetivos en distintos escenarios.
Una de las ventajas de esta expansión, es que es independiente del juego original, por lo que no será necesario tenerlo para poderla jugar. Esto significa que cualquiera puede disfrutarlo, por lo que para los más novatos se han introducido una serie de videotutoriales muy prácticos y que se pueden consultar en cualquier momento con el fin de enseñarles a jugar.
Finalmente nos encontramos con el modo multijugador, que ha recibido un lavado de cara con un nuevo mapa y nuevas vestimentas y habilidades para nuestro general. Además y contra todo pronóstico, podremos disputar todo tipo de partidas contra aquellos que no tengan La Caída de los Samurái pero sí Shogun 2, manteniendo cohesionada de esta forma a la comunidad.
El estruendo de la guerra
Gráficamente seguimos encontrándonos ante un título muy potente y exigente, especialmente en sus requisitos recomendados, aunque es de decir que la labor de optimización que se ha realizado es bastante buena. Si contamos con un equipo realmente potente, podremos disfrutar de auténticas batallas campales con una recreación exquisita, con grandes animaciones y una ingente cantidad de tropas simultáneas en pantalla batallando entre sí. Ahora todo ha ganado en espectacularidad debido a la inclusión de las nuevas armas, ya que nos permitirán presenciar de primera mano todo su poder destructivo, especialmente cuando realizamos un bombardeo desde nuestros navíos.
Su diseño artístico también es impecable, mostrando con acierto todos los cambios de la época, como en la indumentaria. La paleta de colores utilizada ahora es mucho más sobria, con un mayor uso de tonos marrones y grises para representar la "suciedad" y la destrucción que trajo consigo la modernización del país.
La inteligencia artificial es otro punto que se ha retocado para mejor. Ahora la máquina se comporta de un modo mucho más realista y eficiente, especialmente cuando la tenemos como aliada, llegándonos a sorprender con distintos apoyos que nos sacarán las castañas del fuego en más de una ocasión. La IA enemiga también ha recibido mejoras, aunque de vez en cuando nos ataca con extraños ejércitos formados por un solo tipo de unidad, lo que hace que sean fácilmente contrarrestables.
Respecto al sonido, la banda sonora cumple su papel a la perfección, con composiciones orientales tranquilas para cuando estamos en el mapa y con temas más movidos cuando nos encontramos en pleno fragor de la batalla. Los efectos de sonido son nítidos y claro, manteniendo una gran calidad. Destaca ahora lo ruidosos que resultan todos los combates comparados a los del resto de la saga, ya que las explosiones y los disparos están a la orden del día. El doblaje al español para la narración de la historia y para nuestros consejeros sigue estando a muy buen nivel, así como todas las voces y gritos en japonés que proferirán nuestros soldados.
Conclusiones
Total War Shogun 2: La Caída de los Samurái se convierte por derecho propio en una magnífica expansión que no se contenta con simplemente introducir una mayor cantidad de contenidos, sino que se preocupa por añadir novedades de peso para refrescar la experiencia y que se sienta como algo nuevo y diferente, a pesar de mantener las bases jugables de su título original. Sin duda se trata de una compra muy recomendable tanto para quienes disfrutaron con Shogun 2 como para los fans de la estrategia en general, ya que ofrece diversión y contenidos suficientes para mantenernos enganchados durante meses.