Análisis de The Witcher 2: Assassins of Kings (PC)
La saga de libros de Geralt de Rivia escrita por Andrzej Sapkowski se ha convertido en un clásico de la literatura de fantasía. El universo y los personajes creados por este escritor destacan por su riqueza, profundidad y complejidad, donde temas que muchos consideran tabú, como el racismo, se tratan sin ningún tipo de tapujos, lo que lo convierte en una obra adulta.
El primer The Witcher llegó sin hacer mucho ruido para convertirse en una de las sorpresas del 2007. Los polacos de CD Projekt Red no pudieron tener mejor debut, con un título maduro, que en todo momento mostraba su respeto hacia la obra original y que buscaba aprovechar las capacidades que programar para PC les daba. Sin embargo, la obra no era perfecta, y a pesar de ser un juego excelente, habían varios detalles bastante mejorables, como el sistema de combate, que sin ser malo, era demasiado simple y poco intuitivo.
Con The Witcher 2, los chicos de CD Projekt vuelven a la carga con las andanzas del Lobo Blanco, en una nueva aventura que mejora respecto al original hasta niveles insospechados en todos sus apartados y que se convierte sin ninguna duda no sólo en uno de los mejores juegos de rol de este año, sino de todos los tiempos.
Un mundo vivo y complejo
Ante la pregunta que más de uno se estará haciendo antes de decidirse a comprarlo, decir que no hace falta haberse leído las novelas para poder jugarlo y entenderlo todo, aunque quienes sí que se hayan adentrado en su lectura disfrutarán muchísimo más jugándolo que quienes no lo hayan hecho. Lo mismo ocurre respecto al haber jugado o no a la primera parte, ya que nos da la posibilidad de importar nuestra partida y habrá muchos detalles en las conversaciones que captaremos mejor que si no lo hubiéramos jugado.
La historia se sitúa un mes después de los hechos ocurridos en el primer The Witcher, de los que no diremos nada en este texto para no arruinarle las sorpresas a nadie. Nos encontraremos con nuestro personaje, Geralt de Rivia, encerrado en una celda nada más comenzar. Al pasar un rato, un extraño personaje nos hace llamar para un interrogatorio. En él, reviviremos, en el orden que queramos, los acontecimientos ocurridos el día anterior para descubrir el motivo por el que nuestro brujo se encuentra entre rejas. Todo esto sirve como un espectacular prólogo (es uno de los comienzos más fuertes y movidos que recordamos en un videojuego) y de tutorial.
A partir de ahí, la historia irá evolucionando rayando siempre a gran nivel según nuestros actos y decisiones, llegando en ciertas ocasiones a cambiar por completo según como actuemos, no sólo en lo que respecta a lo argumental, sino también a lo jugable. Desde cambios menores como qué misiones tendremos disponibles, hasta otros enormes como la posibilidad de visitar o no ciertas ciudades o zonas. En total, tenemos 16 posibilidades de finales distintos en función a ello.
Resulta difícil no dejarse atrapar por el complejo argumento que ofrece The Witcher 2. CD Projekt vuelve a tratar este universo y a todos sus personajes con mucho mimo y fidelidad a las obras literarias, dotándoles de su credibilidad, complejidad y coherencia. Aquí no es todo blanco o negro, sino que existen muchos matices de grises y los personajes que nos iremos encontrando, tanto en su forma de pensar como de actuar, están muy elaborados y tienen bastante profundidad.
De hecho, esto es especialmente aplicable al propio protagonista, ya que a pesar de que seremos nosotros quienes tomaremos sus decisiones, tiene su propia personalidad y nunca podremos actuar en contra de cómo lo haría él. Por suerte, lejos de limitar esto al jugador, la propia ambigüedad moral de la que hace gala, nos dará bastante libertad a la hora de decidir cómo queremos hacer las cosas.
Geralt es un cazador de monstruos profesional y no es un samaritano que haga trabajos gratis, aunque podremos decidir, por ejemplo, si queremos convertirnos en la solución que necesitan aquellos con quienes nos encontremos o por contra, pasar de ellos y que se busquen la vida como puedan. Un detalle brillante aquí, es que muchas búsquedas secundarias están relacionadas con la trama principal, llegando a poder estar ahí oculta la clave para desenmascarar la verdad de ciertas situaciones, y eso, en un mundo donde ni nada ni nadie es lo que parece, es más que bienvenido y nos incitará a explorar mucho más.
Respecto a la famosa polémica sobre el contenido sexual del juego, solo hay algunos desnudos íntegros de algunos personajes femeninos con los que congeniaremos, y en lo que toca a las escenas de sexo están bien tratadas, sin recrearse de forma gratuita con la situación y con ciertos momentos realmente humorísticos y acertados.
Geralt de Rivia, cazador de monstruos
Lo primero que nos llamará la atención del juego, además del fantástico acabado gráfico, será el cambio tan radical que hay respecto a la primera parte. Toda la interfaz, la jugabilidad y el sistema de combate han sido rehechos desde 0, transmitiéndonos la sensación de estar jugando a un juego completamente nuevo.
Los brujos en este universo, son mutantes (y por eso muchas veces son repudiados y mirados con temor o malos ojos), creados con la intención de convertirlos en el arma definitiva contra los monstruos y una de las primeras reglas básicas que debemos saber brujo, es que la plata resulta especialmente efectiva contra ellos. Por tanto, siempre llevaremos dos tipos distintos de espada, una de plata para monstruos o seres sobrenaturales y otra de acero para humanos o seres más terrenales.
El sistema de combate en esta ocasión está mucho más orientado a la acción, con un estilo más propio de consolas, pero resultando complejo y difícil de dominar, donde el aporrear botones indiscriminadamente solo nos servirá para morir irremediablemente. Tenemos un botón de ataque débil, otro de ataque fuerte, uno para realizar magias, otro para bloquear, otro para movimientos especiales, otro para lanzar armas secundarias y uno para fijar enemigos. Además, podremos también rodar y abrir una especie de rueda que ralentiza la acción, donde podemos escoger las magias que queremos usar y las armas secundarias, como trampas o cuchillos arrojadizos.
Una de las peculiaridades del sistema de combate, es que la barra de magia y bloqueo van juntas. Debajo de la vida de nuestro personaje, tendremos una barra con varios fragmentos que se irán recargando constantemente con el paso del tiempo. Cada vez que bloqueemos un ataque o que usemos una magia, se consumirá uno de los trozos. Esto dota de bastante profundidad a cada uno de los combates del juego, ya que en todo momento tendremos que decidir si nos conviene más bloquear ciertos ataques o intentar esquivarlos para contraatacar con algún tipo de magia. Además, muchas veces preferiremos guardar algún cuadro de la barra para que si nos pillan por sorpresa estar preparados para bloquear un ataque que pueda ser letal.
Por desgracia, al principio, a pesar de que el juego intenta ofrecer un tutorial con el que enseñarnos a combatir, la verdad es que resulta más bien inútil, ya que no explica las mecánicas con acierto y lo más probable es que en los primeros combates nos maten más de una vez, incluso en el nivel de dificultad normal. Porque esa es otra característica que destaca en The Witcher 2: la dificultad.
El título resulta bastante más duro que a lo que estamos habituados. Desde CD Projekt han querido crear una experiencia que ofrezca un reto y que nos de esa sensación de satisfacción al ir avanzando, de forma que no sea simplemente una película interactiva. Esto no quiere decir que sea imposible, simplemente requerirá que pongamos más de nuestra parte, aunque sí que es cierto que tiene picos de dificultad bastante elevados y desajustados. En fácil es un juego de dificultad baja tirando a media, en normal la dificultad será alta y en difícil sobrevivir nos obligará a hacer uso de toda nuestra habilidad. El cuarto nivel de dificultad queda vetado para los más expertos, donde morir significa el final definitivo de esa partida, al quedar deshabilitados los archivos guardados relacionados con ella.
Respecto a los controles, responden bastante bien, aunque a veces tendremos la sensación de que se nos escapan un poco de las manos, sobre todo con el combo de teclado y ratón. El mando por su parte, es una opción totalmente viable, ya que los controles se adaptan a la perfección e incluso para cierto perfil de usuarios, puede resultar hasta más útil jugar con uno, ya que les resultará más intuitivo.
Otro de los aspectos importantes de la jugabilidad de The Witcher 2 es el tema de las pociones. Podremos fabricarnos todo tipo de bebidas con los ingredientes que obtengamos de los monstruos y plantas, para ganar diversas habilidades o ventajas, como regenerar vida o ver en la oscuridad. Sin embargo, el gran fallo de este sistema respecto a la entrega original, es que no podremos tomárnoslas en combate, lo que nos obligará a ir bebiéndolas a ciegas o bajo la ley de ensayo y error, al no poder adaptarnos en medio de una refriega que nos pille por sorpresa y sin estar preparados.
Para dar algo más de vidilla y variedad al título de la que ya tiene de por sí, se han incluido 3 tipos distintos de minijuegos: peleas sin armas, póker de dados y pulsos. Los dos primeros ya estaban en la primera parte, aunque las peleas han sido completamente remodeladas y ahora sólo tendremos que ir pulsando las direcciones que nos van indicando.
Respecto a las escenas cinemáticas, en algunas de ellas se han incluido, pero sin abusos, secuencias de comando interactivas. Tendremos que pulsar el botón o dirección que salga en pantalla lo más rápido posible sin fallar, para evitar morir. Por suerte, para quienes consideren esto una molestia, el juego da la opción de deshabilitarlas, de manera que solo tendremos que preocuparnos de disfrutar del vídeo.
Respecto al diseño de misiones, serán de todo tipo y bastante variadas, mezclando bastante bien distintos estilos como la acción, la investigación o la infiltración. Sin embargo, las partes de infiltración no están del todo bien pulidas, y a menos que se nos obligue a que no nos vean, lo más probable es que acabemos abriéndonos camino a tortas. Por suerte, estas secciones no representan ni un 5% del juego total.
Mención especial merecen los combates contra los jefes finales, con mecánicas simples y sencillas de aprender, pero que resultarán sumamente espectaculares y épicos, disparando el nivel de adrenalina por las nubes. Una pena que no haya muchos.
La duración de la aventura ronda las 20 - 30 horas, aunque la gran cantidad de decisiones que tendremos que tomar invitan a rejugarlo por lo menos una segunda vez, para ver qué habría pasado si hubiéramos actuado de otro modo.
Belleza audiovisual
El apartado gráfico de The Witcher 2 explota todas las posibilidades que programar en PC da. Desde los Crysis no habíamos visto tal portento gráfico, con escenarios sumamente bellos y detallados, de una factura tanto técnica como artística simplemente impecable. La iluminación en tiempo real más de una vez os sorprenderá por su realismo, así como todos los tipos de efectos gráficos implementados que se os puedan ocurrir.
El modelado de personajes también está a la altura, aunque las animaciones faciales resultan bastante rígidas e inexpresivas, llegando a darse situaciones como el estar hablando con un enano y que Geralt mire de frente hacia el infinito, como si estuviera hablando a alguien de su misma estatura. Así mismo, algunas animaciones no están del todo bien pulidas y veremos cosas extrañas, como un momento en el que un personaje bebe de una cantimplora y se la lleva a la barbilla en vez de a la boca. Son detalles menores viendo el acabado general de la obra, pero que se podrían haber pulido.
Respecto al rendimiento, los primeros días tras su lanzamiento hubo percances con este tema. Muchos problemas para instalar y activar el juego, así como una tasa de imágenes por segundos no todo lo estable que uno desearía. Por suerte, CD Projekt ha decidido retirar el DRM que tantos quebraderos de cabeza estaba dando para la instalación, y gracias a una serie de parches completamente gratuitos que ha sacado, se han añadido nuevas misiones y corregidos muchos problemas y bugs. De esta forma, con un ordenador de gama media, el título funcionará perfectamente y de forma fluida en sus configuraciones bajas y medias, viéndose gráficamente imponente aún así.
En lo referente al apartado sonoro, la banda sonora es de gran calidad y casa perfectamente con el espíritu de la aventura, adaptándose de forma dinámica a cada tipo de situación. En lo que toca al doblaje, uno de los puntos más negros del original, ya que en España tuvimos que sufrir uno que palidecía hasta frente a programas como Loquendo, en esta ocasión se ha decidido por no doblarlo al español. A pesar de que todos los textos y subtítulos se encuentran traducidos más que dignamente a nuestro idioma, las voces solo estarán disponibles tanto en inglés como en polaco. Si bien es cierto que ambos son de gran calidad y que nos ayudan perfectamente a meternos en el papel, no hubiera estado de más que hubieran intentado hacer un doblaje, esta vez sí, a la altura de las circunstancias en la lengua de Cervantes para redimirse de lo ocurrido con la primera parte y conseguir que la inmersión sea perfecta.
Conclusiones
The Witcher 2 se trata de un imprescindible en toda regla. Largo, complejo, profundo y adulto. La segunda obra de CD Projekt se convierte por méritos propios en uno de los mejores juegos de rol de los últimos años que encandilará a casi todo el mundo, y que solo la dificultad o el no tener un PC que pueda moverlo en condiciones, conseguirá echar para atrás a más de uno. Si quieres disfrutar de un gran juego de rol con acción en tiempo real, desafiante, con un apartado gráfico soberbio, con una historia compleja en el que tus decisiones sí tienen un valor real y donde no siempre está claro cuál es la correcta, aquí encontrarás todo eso y mucho más. Además, en España, en su versión física, se comercializa únicamente en una edición especial que incluye gran cantidad de extras, como la banda sonora o la guía oficial (en inglés), al mismo precio que cualquier novedad de PC en su edición normal, para alegría de los fans.