Análisis de The Escapists: The Walking Dead (PC, PS4, Xbox One)

Aunque son muchas las licencias y sagas que parecen haber aflorado en estos tiempos alrededor del hipotético universo apocalíptico en el que los muertos levanten de sus tumbas para acosar a los vivos, ‘The Walking Dead’ quizás sea la la cúspide de una revolución cultural que nos ha regalado los más variados productos culturales con zombis de por medio, ofreciéndonos videojuegos, juguetes, películas, series de televisión y cómics, como la nombrada obra de Robert Kirkman.

The Escapists, un divertido título que nos proponía escapar de las más variadas prisiones preparando las más complejas y disparatadas fugas, aprovecha el tirón de ‘Los muertos vivientes’ -y sí, nos referimos a la novela gráfica- y nos regala un nuevo spin-off, tan cercano a la fórmula original del videojuego como de las aventuras de Rick Grimes y compañía en las viñetas.

La rutina del Apocalipsis

The Escapists nos propuso una curiosa mecánica jugable basada en el día a día. En el juego de Team 17 y Mouldy Toof Studios la rutina, los horarios y la creación de objetos, eran la tónica imperante, obligándonos a planificar nuestros actos y escapadas en base a dichos ingredientes.

Cuando se anunció su spin-off y adaptación al mundo de ‘Los muertos vivientes’, muchos se llevaron las manos a la cabeza. ¿Cómo encajaría ese entramado jugable en un título en el cual sus protagonistas luchan por sobrevivir en un mundo en ruinas en el que los muertos caminan por las calles?

Sí, todos sabemos que hay una prisión llegados a un determinado punto del comienzo de la historia, pero debería existir un buen puñado de escenarios y alicientes más para poder llegar a construir un juego en base una licencia tan jugosa. Para nuestro gozo, casi todas las buenas ideas que se podrían haber aplicado a un juego de una mecánica tan cerrada y a un universo tan reconocible se han puesto en práctica en un título, The Escapists: The Walking Dead que hace honores a ambas obras.

En The Escapists: The Walking Dead, nos encontraremos repasando los momentos más memorables, así como sus escenarios más míticos, nivel tras nivel. Es un pequeño viaje -por riguroso orden cronológico- a la historia de Rick Grimes y los suyos, contando con todos esos hitos -traumáticos y bellos- que nos erizaron la piel en su día a través de las páginas del cómic original. Esto es importante, pues The Escapists: The Walking Dead tiene poco que ver con la adaptación a televisión de AMC -más allá de las similitudes que existan en algunas de sus temporadas-.

Team 17 y Mouldy Toof Studios han re-adaptado parte de su fórmula original para encajarla en el mundo de los errantes y mordedores: ya no tendremos -al menos no necesariamente- que escapar de una prisión. Ahora tendremos que sobrevivir, siguiendo ciertas rutinas, y alcanzando ciertos objetivos como Rick Grimes. The Escapists: The Walking Dead comenzaremos en el famoso hospital de Atlanta, teniendo que escapar de las hordas de los zombis tras nuestro coma estando de servicio.

Aquí se nos explicarán algunas de las mecánicas más básicas, demostrándonos que gran parte del control, sigue intacto. The Escapists: The Walking Dead sigue siendo un título en dos dimensiones, de bello estilo artístico pixel art y perspectiva isométrica. En el nivel de introducción, una vez despertemos, tendremos que recoger objetos y salir de las estancias, escapando de los errantes que nos acechen.

Estos minutos de introducción son muy canónicos, contando con las escenas más recordadas por los aficionados al cómic original. Pensad en alguna en concreto, y es bastante probable que esté reflejada en el juego. Pronto, y tras estos compases de pura supervivencia y carreras -los zombis son lentos, sí, pero tendremos que darnos alguna que otra carrera para salvar nuestro pellejo-, The Escapists: The Walking Dead muestra su cara más clásica, inherente al estilo jugable del título original.

El segundo nivel, ambientado en la concurrida granja de Hershel Greene, The Escapists: The Walking Dead ya nos acostumbra a la que bien podríamos llamar, rutina del Apocalipsis. The Escapists: The Walking Dead sigue con los objetivos concretos del anterior juego, ofreciéndonos tareas y misiones rutinarias, y mostrándonos el paso del tiempo en base a días y horas. ¡Tendremos hasta el recuento de supervivientes al comienzo y al final del día en forma de discurso motivacional -como buen líder que somos-!

The Escapists: The Walking Dead nos propondrá en sus niveles -que están ambientados en la prisión de Meriwether, el pueblo del Gobernador, Woodbury, y por último el equipado refugio residencial de Alexandría- una serie de misiones y tareas concretas que tendremos que realizar sin dudar si no queremos ver aumentar un indicador de riesgo, que nos marcará la presencia de los zombis y su peligrosidad en todo momento.

Si nos despistamos, y acabamos deambulando por los escenarios sin demasiada diligencia, los no muertos pueden romper la seguridad de nuestro refugio, entrando en tropel y causando las más que previsibles desgracias. Es muy importante controlar este indicador -que va del 0% al 100%-, y para ello, hay que trabajar. Las tareas pueden ser muy variadas, desde limpiar la ropa sucia a recoger hortalizas o plantarlas, desalojar zonas de la cárcel de Meriwether… Es la rutina una vez más -levantarse, hacer los trabajos, crear y recoger objetos, comer, permanecer atentos a los zombis que anden rondándonos, reunirnos con nuestros amigos y volver a la cama-, la que puede llegar a determinar el éxito o la consecución de un puzle en concreto.

Y no solo eso. Establecer vínculos de confianza, al igual que en The Escapists, nos pondrá las cosas más sencillas cuando tengamos que abandonar la seguridad del refugio o la prisión de turno, para adentrarnos en el salvaje mundo que se extiende tras los barrotes y muros. Si colaboramos con ellos, le ayudamos en su vida diaria o le facilitamos las tareas, nos recompensarán de distinta forma, cubriéndonos en caso de ataque de caminante o regalándonos algún objeto vital para avanzar en la aventura. Además, esta colaboración con nuestros compañeros, amigos y familiares debe ser recíproca, pues si por algún casual uno de los zombis acaba mordiéndolo… Lo perderemos de forma irremediable, con todo lo que ello implica.

The Escapists: The Walking Dead vuelve a hacer hincapié en el estado de forma de nuestro protagonista -en este caso Rick Grimes- y en la combinación de objetos, utensilios y armas que seamos capaces de fabricar. Es decir, en última instancia, nuestra supervivencia se verá determinada por nuestra capacidad de adaptación y resolución de problemas, por muchas veces que vayamos a hacerle los trabajos sucios a Hershel. Hay momentos muy crudos y difíciles que nos harán replantearnos nuestras estrategias, obligándonos a volver a la mesa de trabajo y cargar partida en más de ocasión.

¿Y si hubiéramos tenido un extra de velocidad? ¿Y si nos hubiéramos acostado para descansar en lugar de salir al bosque con la energía justa? ¿Por qué no intento combinar este ítem con este objeto y crear un arma más poderosa? The Escapists: The Walking Dead plantea un buen número de interrogantes constantemente, y en parte se debe a que es un título algo difícil, que no plantea concesiones de ningún tipo al jugador medio. Si la rutina define nuestro camino al éxito, y la recolección de objetos nuestras posibilidades, el prepararnos física o mentalmente, las aumenta.

Como en The Escapists, Rick Grimes tendrá la opción de cultivar su mente y cuerpo en sus ratos libres. Si somos aplicados, podemos mejorar nuestra fuerza y velocidad, así como la inteligencia. Las dos primeras nos permitirán golpear y resistir mejor, así como escapar más rápido si las cosas se ponen peliagudas. Con la inteligencia, como en el juego original, podemos construir mejores objetos y sacarle el máximo partido a las combinaciones más estrafalarias, que nos den pie a armas potentes y productos similares -casi todos ellos herencia directa del primer The Escapists-.

The Escapists: The Walking Dead es un juego bastante largo, sobre todo si nos dejamos atrapar por esos secretos que pueblan y llenan el escenario, y nos dedicamos a explorar mientras eliminamos caminantes. Salir de la seguridad de nuestro refugio siempre es peligroso -menos en Woodbury, en la cual deberemos intentar escapar del Gobernador y los suyos-, pero puede reportarnos beneficios. Algunos objetos y materiales se encuentran alojados en macutos, armarios y zonas ocultas -como los coleccionables en forma de portadas del cómic-, y salir a investigar y recolectar, con los zombis acechándonos, es la única forma. Eso sí, hay que recalcar que muchas de estas salidas son totalmente opcionales, y que seremos nosotros los que asumamos el riesgo de formar parte de ellas, que no es otro que acabar muertos al primer error.

Quizás el problema más evidente de este The Escapists: The Walking Dead, es que no consigue despuntar en los términos en los que la entrega original se coronó. Muchas de sus situaciones, aunque adaptadas al mundo de terror de Robert Kirkman, son exactamente idénticas, produciéndose una sensación constante de déjà-vu que no todos los usuarios tolerarán de la misma manera. Sí, como os comentábamos más arribas creemos que esta rutina de tareas, mezclada con la supervivencia, le sientan muy bien al videojuego, pues consiguen destilar el sentimiento de la obra original pero nos encontraremos con lapsus y temporadas algo tediosas, no aptas para parte del hipotético público potencial de este título.

Visualmente, como ya os podéis imaginar -gracias a las capturas y vídeos que acompañan a este análisis-, prosigue con el diseño tan característico del primer juego. The Escapists: The Walking Dead es una traslación, más o menos directa, de las viñetas del cómic, y eso se nota desde el minuto uno. Team 17 y Mouldy Toof Studios han encontrado el punto exacto de cocción entre el homenaje y la identidad propia, y aunque tendremos los encuadres y momentos míticos de la novela gráfica en filtro pixelado, The Escapists: The Walking Dead sigue siendo un juego con las raíces de The Escapists.

El juego -que está traducido al castellano- cuenta a su vez con una banda sonora notable, quizás de lo mejor en términos generales del título. Las melodías, pasadas por el filtro de los 16 bits, suenan como verdaderas adaptaciones de los temas de la serie de televisión -o al menos, eso nos han parecido- con tenebrosos momentos intercalados con otros cortes más íntimos. En cualquier caso es de agradecer que la identidad audiovisual de una obra permanezca intacta tras una adaptación artística tan concreta y especial como la de The Escapists.

Conclusiones finales

The Escapists: The Walking Dead tiene destellos de genialidad. Es un videojuego que sabe aprovechar la licencia sobre la que se basa, y añadiendo ingredientes de cosecha propia, consigue mantener la identidad de un juego como The Escapists. Ambos universos parecen entrelazarse y mezclarse a partes iguales, ofreciéndonos una curiosa perspectiva de la rutina en tiempos de zombis.

Quizás el mayor problema de The Escapists: The Walking Dead sea precisamente, la contrapartida de su mayor virtud: es demasiado parecido al juego principal. Esto no es malo necesariamente, pero si no os gustó el original, o esperáis algo diferente con Rick Grimes como protagonista, puede que os sintáis decepcionados al llevar tres o cuatro veces la ropa sucia a la lavadora en un día de diario. Por eso The Escapists: The Walking Dead es un videojuego recomendable, que aunque no logra alcanzar los hitos de su antecesor, cumple la máxima del cómic original que reza eso de "Nosotros somos los verdaderos muertos vivientes".