Análisis de Seven: The Days Long Gone (PC, PS4)
El nombre del estudio Fool’s Theory probablemente no nos dirá nada, pero no son novatos; este equipo polaco está compuesto por veteranos que han trabajado en la saga The Witcher, Kholat y algunos títulos independientes. Junto a IMGN.PRO nos traen Seven: The Days Long Gone, un interesante título que combina rol, sigilo y mundo abierto ambientado en una época a medio camino entre el ciberpunk y lo postapocalíptico, con elementos fantásticos, feudales y de ciencia ficción.
Su historia nos habla de una época en la que la humanidad ha logrado sobrevivir a una guerra contra los demonios, pero este conflicto ha devastado la civilización tal y como la conocemos.
Nuestro personaje, Teriel, es un experto ladrón que siempre está bordeando los límites de la ley. Sin embargo, por casualidades del destino, terminaremos dentro de una conspiración muy importante para el destino de la humanidad. Una aventura que en apariencia no es demasiado original, pero que asume sus influencias sin intención de reinventar ningún género.
El desarrollo abierto de este RPG de vista superior nos ofrece un detallado mundo que apetece explorar, ya sea saqueando a la población –con cuidado de no ser descubiertos- o infiltrándonos en localizaciones privadas. Hay un sistema de movimientos para correr, saltar y escalar obstáculos que nos permiten resolver cada misión de la manera deseada, en cuanto a recorrido o grado de acción.
Similar a otros juegos, entrar en una fortaleza y robar un objeto puede ser cuestión de encontrar un atajo o punto débil de la defensa, de sacar toda la artillería de armas o de contar con el uniforme deseado. Hay flexibilidad para resolver las misiones –al menos en la teoría; puntualizaremos esto- y una buena cantidad de horas, ronda las 10 para la misión principal, muchas más si queremos investigar todo lo su contenido.
Hay por tanto dos aspectos a tener en cuenta, el sigilo y el combate. Este último es el menos interesante, quizás por el punto de vista adoptado, y aunque es posible golpear y esquivar los ataques enemigos o aprovechar el diseño del terreno para arrinconar al rival, generalmente llamaremos la atención de más tropas. Si contra dos oponentes la dificultad sube mucho, con más enemigos llevamos las de perder siempre, así que la mayoría de ocasiones estaremos forzados a buscar otra posición, huir o buscar algún escondrijo –vegetación, por ejemplo- para tomar un momento de pausa. No es para nada malo, pero está limitando un poco lo que podemos y no podemos hacer.
El sigilo también es bastante básico, pero la tensión de estos momentos resulta más convincente. Se trata de hacer poco ruido, evitar ser observado por cámaras, conocer rutas de los guardias y aprovechar el momento preciso para no ser descubierto, ni siquiera para vaciar los bolsillos de un personaje cualquiera. Merece la pena empezar y mantener siempre un perfil bajo hasta que un error delate nuestra posición.
La personalización es la que incorpora los elementos roleros, aunque están minimizados y no hay obtención de experiencia, por ejemplo, y el progreso se realiza con mejoras de chips que vamos encontrando y con una sustancia llamada néctar, que nos permitirán orientar el personaje hacia el sigilo o la acción. Sumar habilidades activas y pasivas nos ayudarán a decidir la ruta que más nos convenga, que como hemos dicho debería ser la sigilosa –nos llevará muy lejos sin invertir demasiado en otras mejoras-. De todas formas en algunos momentos la batalla es obligatoria y no conviene descuidar totalmente este aspecto si no queremos sufrir más de la cuenta.
Seven: The Days Long Gone es un juego ambicioso para tratarse de una producción independiente, y mucho, lo que en parte ha provocado que algunos apartados desentonen un poco. Hay bugs -si bien se está actualizando desde su lanzamiento-, aspectos que necesitan pulido, la inteligencia artificial de los enemigos podría estar mejor y el combate no es del todo satisfactorio. Claro que la intención de sus creadores no es la de enfrentarse a todos y cada uno de los enemigos: es más un juego de sigilo que de rol o acción, y así debe entenderse o jugarse, con asesinatos por la espalda y trampas.
Visualmente es un juego que llama la atención. La distancia con el personaje oculta muchos flecos a mejorar en animaciones o detalle, pero en conjunto es un título que técnicamente cumple y en lo artístico funciona bien pese a este cóctel de temáticas y escenarios. La cámara con vista isométrica es apropiada para el sigilo, aunque no tanto en la exploración –es fácil cometer algún error en saltos al calcular distancias, sobre todo cuando vas con prisa-. La interfaz y la gestión del inventario son mejorables.
Nos llega traducido y con voces en inglés. La banda sonora corre a cargo de Marcin Przybyłowicz, precisamente un habitual de CD Projekt –The Witcher 2, 3, Gwent, Cyberpunk 2077-, Hard Reset o Afterfall: Insanity, que encaja bien por la temática del juego.
Conclusiones
A veces peca de abarcar un poco más de lo que debería, y eso se nota en que no todo lo que pretende hacer da con la tecla, pero Seven: The Days Long Gone funciona bien dentro del sigilo con diseño abierto, visualmente está a la altura de lo que se podría esperar y el trasfondo del mundo es muy interesante.
Si buscas un juego de este género con toques de rol y libertad de decisiones, Seven es bastante recomendable. Para quien se decante por el rol puro con acción hay opciones más destacables.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado PR Outreach.