Análisis de Secret Files 3 (PC, Switch, iPhone)

Han pasado ya unos años desde que pudimos disfrutar de la última aventura protagonizada por Nina Kalenkov y su novio Max, aunque gracias al lanzamiento de Secret Files 3 la espera ha llegado a su fin. Puede que esta no sea una de las sagas más recordadas por los fans de las aventuras gráficas, aunque es innegable que consiguió hacerse un pequeño hueco dentro del género gracias a sus intrigantes argumentos, repletos de suspense, con un aire muy cinematográfico y donde diversas conspiraciones y organizaciones secretas estaban a la orden del día. Casi sin darnos cuenta, conseguían sumergirnos de lleno en un thriller de los buenos.

Para su tercera parte se ha decidido por no variar demasiado esta fórmula, volviendo a recaer gran parte del atractivo del título en su historia, por lo que volveremos a tener muchos misterios que revelar mientras disfrutamos de un ritmo narrativo muy bien llevado y que nos animará a querer continuar para saber más. Además, el guion usa algunos recursos habituales como ponernos en la piel de otros personajes que no sean Nina para ayudarnos a comprender mejor el argumento, aunque estos momentos son algo anecdóticos por lo breves que resultan y los pocos que hay.

No os queremos desvelar demasiado sobre su argumento para no estropearos demasiadas sorpresas, así que solo os diremos que el juego comienza realmente tras un prólogo en la Alejandría del año 48 antes de Cristo y después de presenciar un misterioso sueño de Nina. Justo al despertar, unos soldados armados entran en la casa de nuestros protagonistas y se llevan a Max acusándole de terrorista. A partir de este momento comenzaremos su búsqueda para desentrañar la verdad que se oculta tras todo esto, algo que nos hará viajar a lo largo del mundo.

La historia empieza muy fuerte, tomándose su tiempo para ponernos en situación y planteándonos un buen puñado de misterios que nos dejarán bastantes intrigados. Este nivel se mantiene hasta aproximadamente el último cuarto del juego, donde todo se acelera repentinamente con explicaciones que no terminan de convencer y con un final algo abrupto y muy forzado, como si estuviera hecho con prisas. Esto consigue dejarnos con un sabor de boca agridulce y que empaña más de la cuenta las sensaciones que nos ha ido transmitiendo el guion durante el resto de la aventura. En cuanto a los personajes, decir que no nos han parecido demasiado carismáticos ni memorables, siendo Nina lo único realmente destacable.

Entrando ya en lo que es su jugabilidad, estamos ante una clásica aventura de point-and-click, con todo lo que eso conlleva. Tendremos que investigar los escenarios con el puntero de nuestro ratón buscando pistas y objetos que añadir a nuestro inventario (al que accederemos simplemente pasando el ratón por la parte inferior de la pantalla), a los cuales daremos uso posteriormente con algún otro elemento interactivo. De hecho, la gran mayoría de puzles se basan en esta mecánica. Todos responden a una lógica muy clara y tienen sentido dentro del argumento, aunque hay muchos muy desaprovechados y otros tantos poco inspirados.

Por otro lado, también nos encontraremos algunos momentos algo más movidos y con más acción a modo casi de minijuegos pero sin llegar a serlo (como el principio de la aventura, donde tendremos que escalar un muro escogiendo donde queremos agarrarnos) y otros puzles que se basan en que consigamos descifrar una clave o algún tipo de enigma, algo que se agradece por el cambio de ritmo, aunque podrían haberse explotado más. Estos últimos a veces se pueden acabar resolviendo a base de usar la técnica de ensayo y error, aunque no nos debería de llevar mucho más de 10 o 15 minutos el dar con la solución pensando un poco. La dificultad en general no es muy alta y podremos avanzar casi sin problemas. No esperéis atascaros demasiado, ya que solo hay dos o tres puzles que nos puedan plantear alguna complicación real. En más de una ocasión la verdadera complicación estará en encontrar el elemento interactuable de turno que adivinar lo que hay que hacer.

Siguiendo los pasos de la gran mayoría de aventuras gráficas modernas, Secret Files 3 incluye un sistema de pistas totalmente opcional que nos ayudará a saber lo que hay que hacer y nos señalará la localización de todos los elementos interactuables del escenario. Como ya decimos, es algo opcional, así que será cuestión de cada uno darle uso o no, aunque dada su baja dificultad no creemos que os tiente demasiado el utilizarlo. En total, completar toda la aventura nos llevará alrededor de cinco y siete horas, lo que se antoja una duración algo escasa.

En cuanto a sus gráficos, comentar que nos encontramos ante un título un poco irregular. Por una parte tenemos unos personajes que a pesar de tener un modelado decente, son totalmente inexpresivos y sus caras no nos terminan de convencer. Lo mismo se puede decir de sus animaciones, que sin ser malas, son mejorables. En cuanto a los escenarios hay un poco de todo. Desde algunos muy detallados, vivos y repletos de elementos, hasta otros más vacíos y con una dirección artística menos inspirada, aunque a grandes rasgos cumplen con su cometido.

En lo que respecta al sonido, la banda sonora sí que nos ha gustado mucho. No es que tenga unas composiciones que vayamos a recordar en un futuro, pero cumplen su función de ambientar cada situación a las mil maravillas y cuenta con una variedad de estilos bastante reseñable. Por desgracia, no se puede decir lo mismo del doblaje. Por el camino se han perdido tanto las voces en español como los subtítulos en nuestra lengua, por lo que nos encontramos con un título completamente en inglés, algo que puede ser un contratiempo más problemático de lo deseable (al menos para quienes no dominen este idioma) en un juego que basa gran parte de su atractivo en el argumento. Además, la calidad de las interpretaciones y de las voces escogidas para los personajes nos ha parecido muy pobre, empezando por la propia Nina, cuyo doblaje conseguirá sacarnos de situación en más de una ocasión ante su poca credibilidad.

Conclusiones

Secret Files 3 no es el regreso triunfal de la saga que nos hubiera gustado ver. Cuenta con algunos problemas que empañan la experiencia algo más de lo deseable, como su baja dificultad, su pobre recta final a nivel argumental, el hecho de que nos llegue totalmente en inglés y exclusivamente digital, y lo poco inspirados que están algunos de sus puzles. Sin embargo, consigue entretener y mantenernos enganchados gracias a su ritmo narrativo, a la variedad de localizaciones que visitaremos, a la mejor implementación de los puzles con el guion y a la temática de su historia, haciendo de esta tercera entrega de la serie un producto especialmente recomendable para cualquier fan de obras como El Código Da Vinci o Indiana Jones, ya que serán quienes más lo disfrutarán.