Análisis de RUNNING WITH RIFLES (PC)

Modulando Games ha lanzado (tras pasar por el sistema de acceso anticipado de Steam) su juego Running With Rifles tras llevar algo más de dos años trabajando en él. No es su debut estricto, pues el título y estaba disponible en condiciones similares en el sistema de distribución digital de Desura, pero debemos admitir que -nos guste o no- Steam en una posición dominante que dota a los juegos de gran visibilidad. En cualquier caso, el juego ya ha alcanzado la versión 1.0 (de hecho, va ya la por la versión 1.01).

Se trata de un juego de acción bélica que nos pone en el papel de un soldado de lo más normal. Por tanto, aunque se trata de un escenario muy clásico, se hace un gran esfuerzo por conseguir que el usuario sienta que es un soldado normal en una guerra que le supera, no una especie de superhéroe destinado a salvar el mundo.

Esta posición la podemos vivir desde cualquiera de las tres facciones del juego (Greenbelts, Brownpants y Graycollars, que son, en esencia, británicos, rusos y alemanes). Cada facción tiene armamento y recursos diferentes, por lo que hay que acostumbrarse no solo a tenerlos como enemigos, sino a saber aprovechar sus puntos fuertes cuando jugamos en otros bandos.

En el juego vamos sumando puntos de experiencia que van determinando el rango de nuestra tropa. Esto es muy importante porque determina qué tipo de equipamiento podemos usar. No estamos hablando solo de llevar armas mejores, sino también de tener acceso a recursos como la radio (es decir, la posibilidad de llamar a los refuerzos, solicitar un ataque aéreo, etc.). Eso sí, la experiencia no es necesariamente lineal: también podemos perder puntos si metemos la pata y dañamos a compañeros con fuego amigo, si nos matan o incluso si nos suicidamos.

A la experiencia que se va acumulando debe añadirse una variante adicional: los puntos de recursos, que son lo más parecido a una moneda que hay en el juego. Esta recompensa se obtiene alcanzando objetivos en misiones, como capturando una base enemiga o subiendo de rango. Estos puntos de recursos son imprescindibles para poder solicitas refuerzos en forma de, por ejemplo, un tanque o que nos apoye la artillería. La compra de armas se hace también con estos puntos, por lo que hay que saber gestionarlos y esto aporta un factor de estrategia adicional.

Esto es interesante porque el título es, sin duda, un juego de acción muy directa, pero sus creadores han conseguido aportar una capa adicional de profundidad con estos elementos. A nosotros el resultado nos ha convencido y creemos que todavía pueden mejorar en equilibrio y situaciones, pero debe quedar claro que es un título de acción. Recibimos instrucciones de nuestro comandante y debemos cumplir lo que se nos ordena (si queremos progresar) y eso suele pasar por eliminar objetivos y superar retos que están siempre más orientados a la acción directa que al pensamiento estratégico.

Además del modo para un jugador, con su historia, el títulos nos ofrece una experiencia multijugador en línea. Debemos decir que nuestra experiencia no ha sido muy positiva en todas las partidas, pero creemos que ha habido factores externos -como la calidad de la conexión- que han influido negativamente.

Cuando hemos disfrutado sin inconvenientes del juego en este modo, nos hemos encontrado con una experiencia muy completa y divertida gracias al equilibrio de las facciones. En estos juegos es peligroso que una facción sea claramente superior o inferior; en nuestra opinión, el equilibrio está muy logrado y es el peso del jugador el que determina realmente quién se alza con la victoria. Cuando desarrollamos estrategias conjuntamente junto a otros usuarios, el título muestra su poderío y es muy divertido de jugar.

Visualmente, el juego destaca por su propuesta visual poco habitual en el género. Se ha recurrido al cel-sharing para dotar al título de un estilo que nos recuerda a los dibujos animados. El resultado final es interesante porque, frente a otros juegos que combinan ese estilo con un colorido muy fuerte y marcado, aquí se mantiene una gama algo más mortecina y apagada que ayuda a construir una ambientación peculiar. No resulta ni cruda ni desenfadada, pero sí transmite unas sensaciones audiovisuales ambiguas por esa construcción estética. No es ni infantil ni cruento, y quizá ahí esté su acierto.

Es probable que donde haya más que mejorar es en el aspecto sonoro, pues suena poco contundente, al menos en comparación con otros títulos bélicos. No sabemos si es estudio está trabajando en conseguir una batería de sonidos (explosiones, disparos, motores…) más profunda, pero es algo que el juego agradecería mucho. Los juegos bélicos con un apartado sonoro cuidado pueden causar grandes sensaciones cuando se juegan con un buen equipamiento (tanto si es con altavoces como con auriculares) por la contundencia y realismo de los efectos sonoros. Aquí, en cambio, cumplen su cometido pero les falta ese poderío y esa sensación de estar realmente inmerso en plena guerra. Nos gustaría que en futuras actualizaciones este aspecto pueda mejorar, pero creemos que es poco probable que suceda.

Conclusiones

Running With Rifles puede ser, en definitiva, una de las sorpresas del año dentro del campo de los juegos independientes por lo que ya ha conseguido y el potencial que esconde para los usuarios que le den una oportunidad en su multijugador. La campaña es una muestra de madurez en cuanto a su diseño de niveles y eso se traduce en escenarios muy provechosos para las escaramuzas del multijugador.

Se sitúa, quizá, en un terreno algo indefinido: es más profundo que un juego para el público ocasional pero no tan profundo como si se hubiera apostado por la estrategia y no tanto por la acción. Con este condicionante, está claro que puede causar ciertas sensaciones encontradas ante quien llegue a él esperando otra cosa. En este sentido, su dificultad no es tampoco la de un título para el público ocasional: no pretende tratar con cariño extremo al usuario, y aunque su dificultad no llega a ser nunca demasiado elevada, sí es cierto que hay un buen reto por superar y podemos dar por seguro un buen puñado de muertes durante las primeras partidas.

A nosotros eso nos gusta: una dificultad razonada, sin necesidad de perdonárselo todo al usuario ni de hacerlo complicado sin más solo para fastidiar. Es cuestión de jugar, practicar, dominar los recursos e ir mejorando para luego asumir retos más complicados.