Análisis Revenge of the Savage Planet: Perderte en el espacio puede ser una tragedia y también increíblemente divertido (PC, PS4, Xbox Series X, PS5)

Hace más de cinco años descubrimos a través de Typhoon Studios un videojuego de acción y aventura de lo más entretenido, Journey to the Savage Planet, con un concepto metroidvania ligero que nos convenció en la redacción. Tal fue su buena acogida, que sus desarrolladores (ahora reconvertidos en Raccoon Logic tras su tropiezo con Stadia) creyeron que sería una buena idea continuar la idea original. Y creemos que han acertado, porque Revenge of the Savage Planet supone realmente una evolución respecto a su anterior producción.

Este nuevo título se caracteriza por adoptar la tercera persona, en lugar de la primera persona de su predecesor, un cambio significativo y que viene a reflejar la importancia de la exploración y la interacción con el entorno.

La acción de disparos sigue estando muy presente, pero esta vez se ha puesto un mayor énfasis en perderte por los varios planetas disponibles, que funcionan como pequeños mundos abiertos. Los mapas se llenan de iconos, varias misiones a completar y múltiples secretos que también hacen de este juego uno más duradero, situándose en torno a las 10-12 horas si no te paras demasiado.

Libertad en mundos abiertos alienígenas

El planteamiento de Revenge of the Savage Planet es de lo más irreverente. Al igual que a su predecesor, no le importa resultar descerebrado, con un humor basado en la hipérbole satírica, en este caso con un futuro distópico como excusa narrativa. Nos ponemos en el lugar de un explorador espacial que es enviado varios años luz hacia otra galaxia dentro de un programa de colonización planetaria. El problema es que cuando llegas allí, te das cuenta de que la empresa te ha despedido y quedas abandonado a tu suerte en un planeta desconocido con recursos muy limitados.

Aquí arranca la diversión, con la capacidad de descubrimiento como uno de los motores que te llevarán a jugar siempre un ratito más. En este sentido, es un juego muy agradable, con un montón de sistemas interconectados que propician una exploración altamente satisfactoria. Por ejemplo, el escáner que tenemos al estilo Metroid Prime invita a explorar hasta el último rincón, averiguar más sobre los entornos que visitas e incluso descubrir los puntos débiles de los enemigos.

Descubrir las vulnerabilidades de los alienígenas a que nos enfrentamos es importante, ya no solo para derrotarlos y obtener recursos con los que investigar y progresar, sino porque solo así podremos aturdirlos y capturarlos para añadirlos a nuestro particular jardín. También hay algún que otro jefe final, aunque no es lo más predominante del juego. No obstante, se agradece que incluso en estos enfrentamientos tengamos que sacar partido de las cosas que vamos aprendiendo, que no son pocas. La dificultad tampoco es muy elevada, pero en un juego así no es lo más importante.

En particular, el mayor desafío puede que lo encuentres en la forma en que está diseñado cada planeta, porque no siempre es sencillo llegar hasta tu próximo objetivo. Es importante mirar bien el mapa, saber orientarte e incluso fijarte en que hay pequeñas porciones de terreno que solo son explorables bajo tierra (con accesos a veces bastante ocultos). Aparte, existe una componente plataformera muy acusada, con saltos ajustados en que combinar la acción de correr con el doble salto resulta crucial.

Las mecánicas shooter están bien implementadas. El control es preciso y la respuesta convincente. Sin embargo, no esperéis nada demasiado elaborado. Existe una ayuda de apuntado y aunque los enemigos presentan distintas pautas de comportamiento su variedad es escasa (de hecho muchos se repiten de planeta en planeta con ligeras variaciones). Eso sí, su diseño es único, cabalgando entre lo cuqui y lo espeluznante, algo que parece difícil de conseguir, pero este juego lo hace y con bastante nota.

El esquema jugable es muy básico pero competente. Se te asignan misiones, debes visualizar el mapa, acudir a los lugares indicados, hacer lo que te piden, obtener recursos y volver a tu base para mejorar equipo y adquirir nuevas habilidades. El ciclo se repite hasta que exploras los planetas disponibles, cada uno con sus particularidades y desafíos. De fondo, una ligera esencia metroidvania (como en el caso de Journey to the Savage Planet), que está apoyada en varias de las técnicas que vamos consiguiendo, incluyendo la oportunidad de utilizar un gancho para agarrarnos a puntos lejanos o de disparar un gel que conduce la electricidad y nos permite resolver varios puzles de entorno.

Los gadgets disponibles y su empleo en los escenarios es una de las mejores cosas que tiene Revenge of the Savage Planet, porque te obliga a experimentar. Con la acción de pegar una sacudida al suelo podemos abrir nuevos pasajes subterráneos, mientras que la posibilidad de usar raíles nos da acceso a partes de otra forma inalcanzables. El avance es mayormente lineal, de planeta en planeta, y la progresión se basa en ello, pero eso no quita que el videojuego esté diseñado para hacer algo de backtracking y volver sobre tus pasos para seguir descubriendo cosas.

Una aventura divertida y con una considerable duración

Si juegas de una forma completista, de hecho, podríais alargar la duración del título unas cuantas horas, algo que habla bastante bien sobre la cantidad de contenidos que se han integrado, sin duda mayores que en el anterior videojuego. Hay cantidad de cofres dispersos por el escenario con dinero muy útil para personalizar tu base con todo tipo de mobiliario. También tienes varios teletransportes a desbloquear en cada planeta, así como potenciadores de vida y resistencia para evitar que mueras demasiado pronto (y debas volver a por los recursos que habías obtenido hasta ese momento).

Como habrás podido comprobar, no es un juego para abrumarte, sino para disfrutar de la experiencia de recorrer mundos fantásticos con una potente sensación de libertad. En este sentido, la integración de un modo cooperativo encaja a la perfección los objetivos del videojuego, al permitir compartir la aventura con un segundo jugador tanto en pantalla dividida como de forma online (admite juego cruzado). Viajar junto a otro usuario por los planetas y colaborar es todo un acierto, aunque solo se conserva el avance del jugador principal.

Hablando de lo técnico, Revenge of the Savage Planet no es un juego especialmente brillante, pero tampoco muy demandante. En nuestras pruebas en PC no hemos tenido ningún contratiempo y lo hemos podido ejecutar en máxima calidad con una tasa de imágenes muy estable. Hay algún error de programación, pero nada que entorpezca notablemente la experiencia de juego. Su apartado gráfico es colorido, vibrante, con animaciones suaves y un diseño artístico de lo más simpático. Encaja a la perfección con el tono de la aventura, que no pretende ser un viaje serio, sino desenfado y muy disfrutable.

Hasta la historia tiene su punto y es interesante de seguir, con comunicaciones a través de vídeos (con imagen real) que nos explican nuestra situación y lo que ha ocurrido con la empresa que nos había enviado al espacio exterior. Todo intercalado con spots publicitarios de lo más locos, los cuales hacen gala de un humor absurdo que podría encantarte o espantarte, pero que es único y supone otra de las señas de identidad de este título.

Mención especial merece un dron que nos acompaña a todas partes y nos va dando información sobre lo que podemos y debemos hacer en cada parte del juego. A este respecto, supone una interesante ayuda que nos da pistas pero sin destriparnos la respuesta a cada reto (lo cual está bastante conseguido). Un detalle es que si estas explicaciones nos resultan abrumadoras, podemos disminuir su carga e incluso desactivarlas. Todo el juego cuenta con voces en inglés, aunque está muy bien localizado al español.

Así que si buscas una aventura basada en la exploración con mucha libertad y la posibilidad de jugarlo en cooperativo, Revenge of the Savage Planet es una muy buena opción. Su diseño se hace repetitivo al poco tiempo por una estructura cíclica y con poca capacidad de sorpresa, además de la presencia de enemigos que se hacen pesados a la larga por su escasa variedad. Sin embargo, en todo lo demás cumple bastante bien, especialmente al ofrecer diversión inmediata y sin grandes pretensiones más allá de hacernos pasar un rato agradable, ya sea en solitario o en compañía de otro jugador.

Hemos realizado este análisis con un código para Steam que nos ha proporcionado Raccoon Logic Studios.