Análisis de Phantom Breaker: Battle Grounds (PC, PSVITA)
Aunque no demasiado conocida por estos lares, Phantom Breaker es una saga de lucha japonesa bidimensional uno contra uno, cuyas principales entregas cuentan con versiones para PlayStation 3, Xbox 360 y máquina recreativas. Lo que recibimos hoy, eso sí, es una especie de spin-off o juego paralelo que mantiene parte de las bondades de la saga pero volviendo a los orígenes de la lucha virtual, el beat ‘em up o "yo contra el barrio". Conozcáis Phantom Breaker o no, si os gusta el género que nos ocupa, seguid leyendo.
Un juego con mucho sabor retro y nipón
Phantom Breaker: Battle Grounds es un juego de lucha de desarrollo lateral, género popularmente conocido como beat ‘em up o "yo contra el barrio", similar a clásicos como Streets of Rage o el más reciente Scott Pilgrim vs the World. Tal y como éste, permite además multijugador simultáneo para hasta cuatro jugadores –local y a través de internet–, y mantiene una estética retro que aprovecha algunas tecnologías actuales para aderezar su apariencia, en la que profundizaremos más tarde.
Aparte de machacar botones, Phantom Breaker: Battle Grounds introduce un sistema de progresión basado tanto en mejorar estadísticas como en habilidades ramificadas, lo que le da mayor profundidad al desarrollo. Aparte, el título cuenta con una historia que, sin ser tampoco la razón que nos haga jugarlo, cumple su cometido, entreteniendo y añadiendo un componente narrativo a la jugabilidad.
El argumento nos cuenta cómo Phantom, el malo de la película, secuestra a la hermana de una de las protagonistas, y éstas se lanzan a la aventura para rescatarla. Pronto, éstas ven cómo sus poderes son arrebatados, y teniendo ya no sólo que secuestrar a la hermana en cuestión, sino también las habilidades perdidas. Todo ello, en vuelto en una estética retro y japonesa que comentaremos en el apartado que dedicaremos a sus aspectos audiovisuales.
Yo contra el barrio
Phantom Breaker: Battle Grounds es casi casi un juego que podríamos haber disfrutado en las recreativas de hace un par de décadas. En él, básicamente, lucharemos contra enemigos de todo tipo mientras progresamos de manera lateral por escenarios. Apenas un par de cambios rompen esta dinámica –una caída libre para recoger premios y un laberinto son las excepciones–, y cuando lo hacen es para bien.
En este título tenemos cuatro botones de acción, heredados de la jugabilidad del título principal de la saga. Así, podemos realizar tres tipos de golpes –flojos, medios y fuertes– que se unen al mágico, y que además se pueden mezclar entre ellos para hacer combos o modificar con direcciones o realizándolos en el aire. Las otras acciones posibles son bloquear, realizar agarres, saltar, cambiar de "carril" (dos posibles, uno delantero y otro trasero) y un ataque especial para el que necesitamos rellenar una barra de magia.
Aunque es cierto que muchas veces la sensación de machacar botones es algo latente, Phantom Breaker: Battle Grounds ofrece bastantes posibilidades, incluyendo algunas técnicas "avanzadas" como cancelar y romper la defensa, además de movimientos que sólo podremos desbloquear completando el juego al menos un par de veces. Completar el juego hasta en tres ocasiones será necesario para desbloquear el nivel más alto de dificultad, pero lo cierto es que será bastante útil tener un personaje al máximo para conseguir terminar la misión con éxito en la dificultad máxima.
Por último, comentar en este aspecto que tenemos la posibilidad de controlar a cuatro personajes diferentes, cuatro chicas guerreras, que si bien no ofrecen experiencias de juego muy diferenciadas sí que añaden matices al combate lo suficientemente interesantes como para probarlas a todas. Tenemos a Mikoto, que usa a una espada, Waka, que porta una lanza, Itsuki, que apuesta por un martillo mágico, y finalmente, a Yuzuha, una hábil ninja.
Los contenidos
Si bien la jugabilidad nos ha parecido razonablemente completa para un título de estas características, los contenidos probablemente sólo sean justos para el exponente medio del género. Completar la historia nos llevó poco más de tres horas, y jugándola sin prisas. Aparte cuenta con un modo "Arcade", que nos anima a completar la historia aunque con mayor énfasis en la puntuación alcanzada, y el llamado "Battleground Mode", donde nos enfrentamos a otros jugadores como si en un juego de lucha tradicional se tratara. Obviamente, no está tan elaborado como uno, pero es una opción que se agradece.
Si nos centramos en llevar al máximo a cada personaje y a completar el juego en el máximo nivel de dificultad, seguramente rentabilicemos su precio, pero si no os veis repitiendo misiones, probablemente se os haga corto. A nosotros nos ha parecido muy rejugable, pero sí es cierto que se echa de menos algo más de contenido. Al menos está todo traducido al castellano, lo que en un juego como éste es de agradecer.
Aspectos audiovisuales
Como dijimos no hace mucho sobre Enter the Gungeon, el aspecto visual de Phantom Breaker: Battle Grounds es pixel-art de verdad, y no la excusa de recurrir a la estética retro para trabajar menos. Los personajes están muy cuidados, tanto en su diseño chibi o super deformed como en sus animaciones, y se mueven genial en pantalla. El diseño de los escenarios, ambientados, muchos de ellos, en localizaciones reales de Tokio –como Akihabara o Shibuya– son acertadísimos, si bien algunos están más inspirados que otros.
Todo esto se ve envuelto en efectos actuales para algunos golpes o movimientos, y escenarios realizados de manera poligonal pero muy bien camuflados, lo que los dota de profundidad sin romper la ambientación bidimensional. Del aspecto sonoro, podemos decir que nos ofrece melodías chiptune muy en la línea de los gráficos, con gran sabor retro, y voces en japonés para los momentos narrativos.
Aspectos audiovisuales
Si os perdisteis las versiones de Xbox 360 o PlayStation Vita –por lo cual no os culparíamos, ya que no recibieron demasiada atención–, ésta es una nueva oportunidad para disfrutar de Phantom Breaker: Battle Grounds. Es cierto que es escasea un poco de contenidos, pero nosotros nos lo hemos pasado genial jugándolo, y si podéis disfrutarlo en cooperativo (recordamos, hasta cuatro jugadores simultáneos), mejor que mejor.
Nosotros nos lo hemos pasado genial con Phantom Breaker: Battle Grounds, y la verdad es que pensamos que se merece una oportunidad a poco que disfrutéis con este género. El toque RPG, las posibilidades del combate y su estética le dan un toque muy personal, y si es bien cierto que no es ningún referente de los beat ‘em up, si sois de los que disfrutáis exprimiendo un juego, la inversión os valdrá la pena.