Alea jacta est (la suerte está echada)
Este es uno de los análisis que he tardado más tiempo en realizar por una sencilla razón: El juego está plagado de Bugs y es bastante complejo. Lo primero es bastante terrible, ya que en mi caso sufría cuelgues fortuitos que me reiniciaban el ordenador. Esto puede ser debido a una mala configuración de Hardware o Software del equipo, pero lo que no es de recibo es que no haya soporte al juego por parte de Virgin Play. Con lo cual, y después de trastear una y otra vez con el Ordenador conseguí evitar el reinicio. Pero esto me costó casi un mes de pruebas con diferentes configuraciones y sobre todo la imposibilidad de realizar el análisis de manera fluida, ya que el juego se me colgaba una y otra vez.
En cuanto a la segunda razón, la complejidad, ésta iguala a juegos como el Victoria en muchos de sus elementos. El marco histórico nos lleva desde la derrota final de Pirro a mediados del siglo III A.C. a las luchas políticas del I A.C. contadas maravillosamente por Shakespeare en su Julio Cesar. Pax Romana está (al igual que Europa Universalis) basado en un juego de tablero, con lo cual no es para nada el clásico juego de estrategia en tiempo real. Aquí medir los turnos, las acciones y sus consecuencias deben ser esenciales, ya que la I.A. puede crearte situaciones muy difíciles.
Audaces fortuna juvat (la fortuna favorece a los audaces)
Pax Romana tiene dos modos: Político y estratégico. El primero te pone en la piel de una facción en Roma, pudiendo ser un político aristócrata al estilo de Sila o populista en el sentido de Cesar. Sin duda, este es el mejor modo del juego, ya que no te da control de todo el territorio Romano, sino del territorio controlado por la facción. Debes explotar los recursos de éste para obtener dinero y conseguir el control absoluto del territorio en unas elecciones. Para ello, y esto requiere un dominio absoluto del derecho romano, debes posicionar tus equites, senadores y cónsules mediante sobornos, estratagemas y asesinatos.
La última semana de las elecciones los candidatos de las distintas facciones (cada cual con sus pros y contras) podrán entrar en una especie de Roma virtual donde deben sobornar senadores, conseguir información sobre los enemigos y comprar votos de los equites. Todo ello en edificios como las saunas, una taberna, la basílica y demás elementos clásicos de la Roma republicana.
La obtención del puesto de cónsul nos da el dominio total del territorio Romano, pero está limitada por el Senado (que debe refrendar los tratados diplomáticos) y el tiempo (sólo dos años). El objetivo final de este modo, es obtener el titulo vitalicio de Cónsul, al estilo de Octavio, es decir, ser Emperador.
El modo estratégico te da control total sobre Roma, casi al estilo de los emperadores del Alto Imperio. Pero se ve lastrado ya que sólo puedes jugar con Roma, así que aquellos que quieran ver un Nuevo Imperio Alejandrino regido por Macedonia o un triunfo de los semitas gracias a Cartago en el mediterráneo, deberán esperan a expansiones o modificaciones. Este modo es bastante más sencillo y siempre que mantengas el apoyo de la plebe en Roma, no tendrás muchos problemas. Todos estos vendrán siempre de reveses en la acción exterior, con lo cual la elección de los mejores generales es determinante en las batallas.
Si vis pacem, para bellum (si quieres la paz, prepara la guerra)
En los dos modos el conflicto bélico es parte esencial del juego, y es fidedigno históricamente, ya que los generales victoriosos tienen más oportunidades de obtener el cargo de Cónsul. Así tanto para obtener más fondos, como para mejorar el status quo de roma y de la facción, el oficio de las armas será necesario. Las batallas se representan con una mini-pantalla con dos unidades luchando entre si, en ésta debes seleccionar la táctica que creas conveniente. Aunque más que la táctica lo importante es la elección de generales, algo ya visto tanto en Europa Universalis como en Victoria y que le da al juego un toque bastante realista. Estos se van creando a medida que pasa el tiempo y deben ser sabiamente usados, generales como Cesar, Pompeyo o Escipión son regalos del cielo en depende que campañas y permiten realizar autenticas escabechinas de territorio. Pero ojo, hay muchos generales macedonios, persas o cartaginenses (Aníbal) que pueden igualar o superar a los nuestros, con lo cual uno debe medir siempre las consecuencias de la guerra.
Exegi monumentum aere perennius (He levantado un monumento más perenne que el bronce)
Las infraestructuras en el juego son esenciales, la presencia de carreteras, explotaciones agrícolas y manufacturas desembocaran en varios factores: Una mayor romanización de la provincia, obtención de bienes y sobre todo la anulación del riesgo de revueltas. El famoso "Revolt Risk" de EU, está presente, esta vez marcado por dos elementos: El nivel impositivo y el hastío de guerra. El primero es esencial, y muy proclive a cualquier revuelta, así que si no quieres tener que ir creando legiones para aplacar al pueblo, abstente de tomar un modelo económico socialdemócrata en plena época de Cicerón.
El segundo es un factor de doble riesgo: La plebe puede impacientarse tanto por la humillación de no enfrentarse a un enemigo provocador (Cartago) o a una guerra larga y costosa (las siempre caras expediciones a Partia o Germania). Con lo cual la política debe estar minuciosamente medida en todos los ámbitos, ya que no se puede ser un cobarde ni tampoco un conquistador (que curioso, la política no ha cambiado tanto, ¿verdad?).
Caveat emptor (el comprador está avisado)
El sistema económico depende exclusivamente de los recursos que puedas obtener de las provincias romanas y sus conquistas. Esto difiere en los dos modos de juego citados antes, ya que a menor número de provincias menor dinero (de hecho algunos escenarios son especialmente difíciles). Aquí entra el factor comercial, cualquier emperador o líder de facción concienciado debe crear rutas comerciales que aseguren la venta de los productos en el exterior. Un liberalismo de muy cortas miras, pero necesario para redondear la economía del espectro romano.
Todas estas rutas son muy sensibles tanto a los piratas como a los disturbios civiles, con lo cual las legiones y marinas deben estar siempre a punto para asegurarlas. A mayor número de rutas y carreteras, mayor comercio y con ello más capitalización. En los primeros años, cuando los enemigos de Roma no tienen entidad, no son estrictamente necesarias. Pero, derrotar a Macedonia o a Cartago y ya en la época de Pompeyo la conquista de Capadoccia y la mayor parte de los Reinos Helenísticos, requieren multitud de rutas comerciales si quieres mantener las legiones.
Delenda est Cartago (Hay que destruir Cartago)
El sistema diplomático del juego es magnifico y llega a superar en algunos apartados a Europa Universalis 2. Miles de opciones como crear alianzas, ofrecer protección y todo tipo de decisiones políticas para que los hombres más hábiles del senado romano puedan aniquilar cualquier resistencia. Estas deben ser hechas siempre interviniendo como tercera potencia en un conflicto entre dos, siguiendo el glorioso ejemplo de la historia Romana. Es decir, si los griegos de la Magna Grecia y los cartaginenses se están pegando entre si, ¿Que mejor que intervenir como tercer violín y acabar conquistándolos sin crear ningún conflicto diplomático grave?
Esta línea de actuación que hizo realmente grande a Roma, debe ser usada siempre bajo estos términos, ya que una intervención directa dañaría el prestigio del la nación y equivaldría a tener muy malas relaciones con el resto de países. Así que hay que esperar siempre un Causus Belli (un motivo para hacer la guerra de cara al público) o una guerra externa para intervenir sin temor a meternos en una especie de guerra brutal que desestabilice el continente.
Sol lucet ómnibus (el sol brilla para todos)
El apartado visual aún siendo competente es bastante discreto. Es de recibo decir que Galilea ha realizado un gran trabajo creando muchos CG de elementos como Roma, las unidades, etc... Pero es que la mayoría de ellos recuerdan a los primeros modelados CG, es decir, a los extraños modelos de Rise of the Robots. Esto da al juego un aire Amateur muy doloroso, y que provoca que el jugador se decepcione por el aspecto desaliñado del juego. Los elementos 2D están bastante mejor (el mapa es magnifico), pero la interfaz de comandos es lamentable en todos los sentidos, aunque de esto hablaremos en el apartado de jugabilidad, ya que ésta es la principal afectada.
Vinum et musica laetificant cor (el vino y la música alegran el corazón)
La banda sonora del juego es testimonial y se resume a piezas que recuerdan a la banda sonora de gladiador. No se puede comparar a las BSO de Paradox, compuestas por piezas clásicas del periodo. Aunque es obvio que no podían usar piezas del periodo en Pax, podrían haber contratado a un compositor de mayor calidad. Los FX son por el contrario funcionales y se oyen normalmente en las batallas. Es en definitiva un apartado que quizás hubiese merecido mayor trabajo. Aparte el juego no está doblado y eso pesa sobre todo en la Intro, donde una voz cuenta en un perfecto acento americano el trasfondo del juego.
Non licet omnibus adire Corinthum (no todos pueden permitirse ir a Corinto)
El juego es muy complicado para cualquier avezado incluso en los títulos de Paradox. El principal problema es que la Interfaz es un completo desastre, el botón derecho sólo se usa para mover ventanas y no hace aparecer menús contextuales, así que debes recurrir a un supuesto panel de acciones a la derecha. Esto es casi volver a los tiempos del Mac, y uno realmente se plantea si el génesis del juego no estuvo en un ordenador Apple. Una vez aceptada la máxima que el botón derecho no existe, y que debes moverte por una interfaz muy mal organizada, te encuentras ante un juego bastante retador y con una I.A. muy ajustada. El modo político es simplemente magnifico, y todo un homenaje para aquellos aficionados a la historia romana de la época republicana. El estratégico es más reducido, pero es mucha mejor introducción al juego que el complicado modo político. Y es que este último requiere un conocimiento absoluto del sistema político romano, sin él es imposible entender como actúan los senadores y se eligen a los magistrados. El modo multijugador es también bastante bueno, sobre todo en el modo político, pero, está plagado de fallos bastante tontos y requiere horas y horas para tener una partida interesante.
Ave atque vale (Hola y adios)
Pax Romana es un juego fallido tanto en el flojo apartado audiovisual como en la interfaz, pero, le pasa un poco lo que al Rebellion de LucasArts. Al igual que éste una vez dominado la terrible interfaz, tiene en su interior un gran juego de estrategia bastante variado. Tal como se ha vendido, el juego cuenta con varias campañas, pero podéis encontrar una Gran Campaña y el Parche 1.01 (que no mejora mucho, pero permite hacer funcionar la Gran Campaña) en
este link. Esto también dice mucho de la triste labor de Virgin Play, que ha lanzado el juego inacabado y sin traducir el manual PDF del original (sin el cual siendo lego en derecho romano puedes no entender nada del modo político). En fin, si el juego tuviera botón derecho, mejores gráficos, un tutorial más avanzado y no se colgara frecuentemente, estaríamos ante uno de los mejores juegos de estrategia de todos los tiempos. En su estado actual, requiere mucho esfuerzo jugarlo, pero sólo por el trabajo de documentación merece una buena nota.