Análisis de Paradise (PC)

Paradise se presenta con la primera gran obra de White Birds Productions, estudio fundado por Benoît Sokal, el dibujante y diseñador de videojuegos que encandiló hace unos años a la prensa y al público con la saga Syberia. Con dichos precedentes es comprensible que el juego levantase una notable expectación entre los amantes de las aventuras gráficas de estilo point & click (el sistema de control clásico basado en el uso del ratón).

El juego nos sitúa en un comienzo en la piel de una mujer a la que hacen llamar Ann Smith. Nuestra protagonista, hija del rey Rodón de Mauranie, una ficticio país del continente negro en plena revolución debido a la tiranía que el rey a mostrado con su pueblo, sufre un espectacular y, afortunadamente, poco dañino accidente aéreo poco antes de llegar a su destino. Sin embargo, a causa de este accidente, la memoria de Ann se diluye por completo. Tras una extraordinario escena cinemática el juego comienza, presentándonos a Ann despertando en una extraña habitación sin ninguna señal aparante sobre qué debemos hacer. Pero como en toda aventura, con un poco de investigación y las palabras adecuadas las pistas llegarán a nosotros y comenzaremos a vivir una interesante aventura.

El control es bastante intuitivo en general, y únicamente necesitaremos el uso del ratón para salir adelante. La interacción con el entorno será bastante evidente con sólo mirar la forma que tiene el cursor en ese momento. De este modo, podemos observar que adquiere forma de motor cuando apuntamos a un elemento del escenario con el que podemos interactuar, forma de lupa cuando podemos acceder a una vista cercana de un elemento, forma de pinza cuando podemos coger un objeto (que pasa inmediatamente a nuestro inventario), forma de altavoz cuando podemos hablar con alguien y, por último, forma de flecha cuando podemos caminar en esa dirección.

En cuanto al desarrollo de las conversaciones, tendremos un menú en cada caso indicándonos una serie de temas a discutir, de modo que eligiendo uno la conversación se desarrollará en torno al mismo. Pero hay que tener cuidado, pues podemos causarnos más de una enemistad con determinados personajes si hablamos con ellos de temas que les incomoden, teniendo que buscar una manera de solucionar el entuerto, o bien esperar un rato a que se le pase el enfado.

Un aspecto curioso en Paradise es la aparición de un leopardo que, en un determinado momento, se unirá a nuestro viaje y nos acompañará a lo largo de la aventura. En determinados momentos del juego podremos hacer uso de dicho felino y manejarlo por el escenario, aunque resulta extraña dicho uso del animal, ya que su inclusión no afecta en absoluto al juego y dichas secuencias no tienen una razón de ser. Es una pena que un elemento que podría haber supuesto una mejora sustancial en el cómputo de la aventura se quede finalmente como una mera anécdota.

En cuanto a los puzzles, que como en toda aventura resultarán un elemento clave para valorar el juego, podrán aparecer de distintas maneras. Mientras que en algunas ocasiones tendremos que realizar clásicos puzzles de pulsar distintos interruptores en el orden correcto para activar una secuencia, en otras tendremos que hacer uso de los diálogos y los objetos que hayamos conseguido en el orden correcto para conseguir que alguien nos ayude en algún momento. Sea como fuere, los puzzles en Paradise nos provocarán más de un quebradero de cabeza, pero lamentablemente no por su gran ingenio a la hora de su creación, sino por su falta de lógica en muchas ocasiones, encontrándonos en más de un caso sin la menor idea de cual debería ser nuestra siguiente acción para conseguir ese objetivo deseado.

Respecto al apartado gráfico, que sin duda es el elemento más notable del juego, nos encontraremos con una recreación realmente excepcional. Tanto en las distintas escenas cinemáticas, con en los escenarios que visitaremos a lo largo del juego, será común en todos ellos la presencia de un diseño artístico sobresaliente, tanto en nuestra visita a una mina, a una selva como a un pueblo. Sin embargo la recreación y el modelado de los personajes no será tan satisfactoria, encontrándonos unos modelados aceptable, pero visiblemente inferiores a los escenarios. Las animaciones de los personajes son bastante irreales, causando esporádicos problemas en algún puzzle que, con una mejor animación de la protagonista, podría facilitar en gran medida nuestra labor.

En cuanto al sonido, Paradise se presenta totalmente en castellano, lo cual incluye un aceptable doblaje a nuestro idioma. Si bien es cierto que la entonación es mejorable, el mayor problema es causado por el guión del juego, que nos presenta situaciones en las cuales por mucha interpretación que se preste por parte de los actores, resulta totalmente irreal. Podemos poner el caso de una escena en la que encontramos el cuerpo muerto de alguien conocido en el juego, y la reacción de Ann es simplemente un grito de sorpresa, pero acto seguido continúa el juego como si simplemente fuese eso un susto, y la presencia del cuerpo fuese un hecho menor.

Por si todo lo dicho fuese poco, cuando el juego realmente comienza a ponerse interesante, y tras una larga cantidad de horas comenzamos a sentir verdadero interés por lo que está pasando, resulta que el juego concluye, quedándonos una sensación de frustración evidente. Podemos esperar, obviamente, un nuevo episodio de Paradise que continúe la historia de Ann Smith.

En resumidas cuentas, Paradise es una interesante aventura gráfica de estilo clásico. Muestra un apartado gráfico notable, en especial en lo referente al diseño y presentación de los distintos escenarios, aunque nos encontraremos con una serie de lagunas jugables, producidas por el lento y desquiciante desarrollo de los puzzles, que pueden darnos la idea de abandonar el juego en más de una ocasión. Seguramente un mayor tiempo de desarrollo en el juego habría concluido con un título mucho mas completo en cada uno de sus apartados, sobretodo en los referentes a la jugabilidad.