Análisis de Nihilumbra (PC)

La competencia en el videojuego indie es cada vez más feroz, y si hablamos de las posibilidades que han dado las plataformas móviles, el número de equipos de desarrollo aumenta exponencialmente. En su primer título en conjunto, este equipo de Sabadell (Barcelona) quisieron mezclar las bases de un género como las plataformas con la aplicación de puzles, combinación que, acompañada de una historia muy elaborada, consiguió las felicitaciones de público y prensa especializada.

Empezar a jugar a Nihilumbra nos llevará enseguida al inolvidable Limbo, aquel juego que nos cautivó con su bella ambientación en blanco y negro. Pues bien, guardando las distancias, este título conjuga una jugabilidad muy clásica con una historia que no lo es tanto y un trabajo artístico que atrapa al jugador ineludiblemente. Mención aparte para un apartado sonoro cuya calidad ayuda a esa comunión con el global del título de la que hablamos.

Born, un ente nacido en el vacío

La historia del protagonista es de aquellas que calan hondo. La negra y débil silueta del personaje, envuelta por un halo que al principio es azul, cuenta únicamente con dos grandes ojos que transmiten un gran sentimiento de tristeza. Las reacciones que poco a poco realiza ante el entorno, y el acompañamiento de una voz en off que lo desalienta a cada momento, irán escribiendo la historia de alguien del que aún no conocemos nada.

No eres nada, has sido creado en el vacío, no intentes avanzar… la voz en off persiste en potenciar este sentimiento de tristeza y soledad. Cabe destacar que la banda sonora también da alas a ese estado, con una melodía donde percusión y flautas interpretan una música que encierra una ambientación muy bien gestionada en todo momento.

Sientes algo extraño… ¿es el miedo?

Avanzar los "porqués" y los "cómos" del juego sería destripar una historia sin la que el juego perdería fuelle. No podemos hablaros de nada en concreto, tan solo decir que esa nada en la que Born ha sido creado lo reclama, esta intensa lucha no cesará en ningún momento y siempre tendremos a algún enemigo dispuesto a acabar con nosotros. Lo curioso del caso es que sin muchos efectos presuntuosos, Nihilumbra consigue transmitir una ristra de sensaciones que cada uno interpretará a su manera. Esa tristeza, ese miedo, nos vienen dados por una simple mirada perdida representada por dos ojos blancos. Es tan solo uno de los muchos ejemplos de lo que el título propone.

Y del miedo a la calma. El cambio de escenario, de una montaña helada en el primer nivel a un bosque en el que la banda sonora cambia a un piano, transmite una sensación totalmente diferente de la primera. Este avance no solo nos descubre nuevas respuestas, sino también elementos que afectarán directamente a la jugabilidad. ¿Cómo avanza Born?, ¿Cómo se defiende de sus enemigos?

De lo táctil al teclado y ratón

El desarrollo para iPad se adaptó perfectamente a las necesidades del juego, incluso pudo sacar todo el partido al acelerómetro del dispositivo de Apple, y permitió a los usuarios gozar de un título muy bien resuelto en este apartado. En el caso del PC el trabajo era más sencillo, bastaba con adaptar las flechas para desplazar a Born y desarrollar un sistema con el que este pudiese utilizar sus problemas de forma rápida y certera. Y lo hace perfectamente con el ratón, con el que pintaremos el color elegido en el suelo para aplicar el poder mientras con la rueda del mouse variaremos entre los poderes de forma rápida.

Estos poderes irán apareciendo a lo largo de toda la aventura, y los tendremos que aplicar sobre el terreno en el que nos movemos para conseguir avanzar. Se presentan en forma esférica y relacionados con un color en un árbol que aparece en la parte superior de la pantalla. Por poneros un ejemplo, la esfera blanca genera hielo, y esta, aplicada sobre el espacio por el que vamos a pasar, nos permitirá movernos a gran velocidad y realizar un gran salto cuando lo necesitemos. En cambio, si optamos por la esfera verde, conseguiremos una superficie elástica en la que iremos rebotando para conseguir saltos aún mayores. Otras, como la marrón, hacen que todo sea pegajoso. Así hasta cinco propuestas diferentes combinables entre ellas.

Y si, la voz en off no desaparece y aporta un –otra vez– desalentador: seguramente pienses que otro color lo hará todo más sencillo, aunque probablemente complique aún más las cosas. Efectivamente, es un aviso de lo que vendrá a continuación. Cada uno de los colores nos aportará nuevas soluciones que también formarán parte del gran rompecabezas que es Nihilumbra.

Gráficos en una tela

Algunos de los entornos gráficos del juego nos recordarán a una pintura. Si bien el trabajo gráfico no es lo más destacado sí que consigue apoyar perfectamente al global del proyecto, y ofrece un soporte visual en el que Born se mueve como pez en el agua. Las mecánicas requerían una ambientación como esta, en la que conviven espacios abiertos con creados con mimo y pensando en dar una narrativa también visual. El apoyo de la voz en off, que describe cada escenario que visitamos, hace que este decorado también tome toda la importancia que merece.

En la animación de algunos enemigos sí que vemos como la calidad disminuye un poco más. No es un tema preocupante, pues el protagonista y los efectos correspondientes están bien trabajados, pero en algunos momentos los "secundarios" si que adolecen de falta de finura, sobre todo en el momento de querer representar algo en 3D cuando todo se mueve dos dimensiones.

Algo diferente, y hecho en casa

Uno de los debates actuales en el mundo del videojuego es el de inventar cosas nuevas, el de sacar todo el jugo a historias por las que muchas veces se pasa por encima. En esta ocasión nos encontramos delante de una propuesta que, como los Journey o Limbo, brilla dentro de su género y además es de factura nacional. Cuenta con algunos puntos a nivel gráfico que podrían mejorarse, pero la sensación global es la de un título mimado, la de un trabajo que no solo se ha preocupado en buscar un título que enganchase en lo jugable, sino también en crear una historia donde el suspense se apodera del jugador de principio a fin.

No solo la historia y la partida se han trabajado a fondo; el momento de presentar los colores y sus capacidades también bebe de esta forma peculiar de trabajar, y nos inserta un tutorial en cada mundo sin que no nos demos ni cuenta. Todo ello siempre va acompañado de la característica y honda voz en off que primero nos desencantaba en nuestro afán de supervivencia pero que poco a poco va alentando a Born.

En una de estas geniales frases nos hace saber que: aprender nuevos colores y viajar por el mundo te hace crecer, te hace querer vivir. Pese a que la voz, de grandísima calidad, está en inglés, todo viene subtitulado al español. Estos subtítulos pasan de ser simples letras a estar perfectamente integrados en el entorno, con lo que podréis jugarlo sin ningún esfuerzo habléis o no la lengua de Shakespeare. Eso sí, pese a una jugabilidad que innova con la presencia de los colores, quizás la curva de dificultad podría ser algo más pronunciada pidiéndole más al jugador desde mucho antes y evitando así algo de monotonía en algunos momentos. Os recomendamos que lleguéis al final para rejugarlo y vivir una sorpresa que seguramente os encantará.