Análisis de Nefarious (PC, Switch, Xbox One, PS4)
Cuesta mucho destacar en la escena independiente, y a veces los estudios intentan buscar una idea original, ya sea en el planteamiento jugable o argumental. Por ejemplo, hacer un juego en el que encarnes a un villano, algo que no es completamente original (ya lo hizo y con mucho acierto Dungeon Keeper hace casi 20 años), pero que no estamos muy acostumbrados a ver.
Esa es la premisa de Nefarious, el primer juego de Star Blade, un equipo formado por Josh Hano y Phillip Spear, que han trabajado anteriormente en juegos como Tadpole Treble y Road Redemption. La historia nos pone en la piel de Crow, un villano que tiene que raptar a cuatro princesas para usar sus poderes y dominar el mundo.
A efectos prácticos, Nefarious es un juego de plataformas bastante tradicional. Crow puede usar un ataque cuerpo a cuerpo (dirigido con el cursor o la dirección del stick derecho) y otro a distancia que se activa al poco de empezar la partida. Hay que decir que el ataque a distancia, cuando sea una granada, activará una de las habilidades curiosas del juego, una especie de rocket jump pero con granadas, y que será conveniente dominar para un mejor avance nuestro, ya que incluso nos encontraremos con este tipo de granadas repartidas por casi todas las pantallas para permitirnos hacer este movimiento cuando corresponde.
Pero a pesar de ser un juego de plataformas no excesivamente diferente, evidentemente, el hecho de ser un villano en lugar de un héroe cambia algo las cosas. Por ejemplo, cuando nos toque enfrentarnos a los héroes que quieren rescatar a la princesa de turno, en lugar de ser nosotros los pequeños que se enfrentan a grandes enemigos a base de resistencia y habilidad, ese será nuestro enemigo, y nosotros nos enfrentaremos a ellos armados de grandes mecanismos (de hecho, uno de ellos se parece mucho a la primera aparición de Robotnik en Sonic).
Otro detalle importante acontece al acabar cada escena. Entonces nos encontramos en la base voladora de Crow, donde se encuentran Beck, su ayudante, y un montón de secuaces. Ya durante las pantallas en ocasiones podemos hablar con algún secuaz durante las pantallas de acción, pero en la base nos encontraremos bastante trasfondo del juego. Allí podremos mejorar nuestro personaje (vida, tipos de ataque principal y secundario, así como más munición), pero también podremos encontrar discos y usarlos para ampliar la banda sonora del juego. La base de Crow es bastante curiosa, y por ejemplo para usar el ascensor o para dirigir la nave lo haremos a puñetazos. Por cierto, durante las pantallas podremos coger monedas para mejorar al personaje, pero si morimos en algún momento perderemos una cantidad limitada de estas monedas, pudiéndolas recuperar después en un sistema que nos puede recordar al usado por Shovel Knight (o Dark Souls).
Otra de las gracias del juego es tanto la variedad de fases, como la variedad de efectos que producen las princesas en el comportamiento de Crow. Saltos mayores, tipos de munición distinta, o lo más sorprendente, cambiar el tipo de juego a una especie de runner de móviles. Todos estos momentos son divertidos en cualquiera de sus vertientes, tanto las graciosas conversaciones (eso sí, en inglés), como los personajes, y los efectos que provocan. De hecho, en algunos momentos os llevaréis alguna sorpresa no esperada.
En cuanto al tipo de niveles, os vais a encontrar todo tipo de jugabilidades. Aunque casi todas las veces son del tipo lineal, en alguna ocasión nos encontraremos caminos, y en otras veremos desde un paseo por las profundidades del océano a una persecución a caballo. Si a esto le añadimos las divertidas peleas contra los héroes (hay una incluso imitando un juego de rol japonés) o similares, nos encontraremos con uno de los juegos de plataformas en dos dimensiones más divertidos que hemos podido probar en un tiempo.
Porque sí, el punto fuerte de Nefarious es la diversión. Por desgracia, y sin ser un desastre absoluto, a nivel gráfico alterna una gran simpatía, diversión y en ocasiones buen gusto, con una gran irregularidad a la hora de realizar los diseños de personajes y enemigos, donde nos encontramos algunos muy correctos, con otros que parecen sacados de un videojuego realizado por aficionados. De hecho, otro de los problemas visuales que tiene es que en ocasiones la integración del fondo con otros elementos en pantalla no es todo lo buena que debería, y la impresión que nos deja es muy mejorable. Con todo, esto se compensa en parte por algunos momentos realmente inspirados, como las anteriormente citadas fase de inmersión en el agua o la persecución en el tren.
En cuanto al sonido, lo cierto es que encontramos un apartado correcto y muy simpático, pues muchos de los temas de la banda sonora son adaptaciones de temas conocidos buscando acercar las obras originales a los mundos por donde se mueven las aventuras de Crow. El resto de efectos están bien realizados, sin destacar demasiado, aunque siempre quedan bien aquellos que nos ponen en situación y nos permiten encontrar nuestro camino hacia el mal.
Conclusiones
A día de hoy Nefarious es un juego que está funcionando mucho mejor entre el público que entre la crítica. Es uno de esos títulos que nos recuerdan que lo más importante de un videojuego es su capacidad para divertir, y el resto de apartados, si bien son importantes, no son tan intrínsecos al medio como lo puedan ser aquellos que van aparejados al hecho de jugar. Por todo ello, y a pesar de no ser perfecto, con especial atención a un aspecto gráfico que tiene sus altos y sus bajos, lo cierto es que Nefarious es un plataformas muy recomendable. Es divertido, variado y tiene bastante sentido del humor, y seguramente en cuanto os pongáis a jugar un rato, se os pasen las horas volando. Señal inequívoca de que os lo habréis estado pasando realmente bien.
El juego se ha podido analizar gracias a un código proporcionado por StarBlade.