Análisis Manifold Garden, puzles con gravedad en escenarios infinitos (PC, iPhone)
Se podría decir que el desarrollo de Manifold Garden ha sido el parto de la burra. Aunque nunca fue un juego independiente excesivamente conocido o arrastrase a una legión de seguidores, lleva siete años en producción, que es un tiempo bastante grande incluso para un título creado por un equipo pequeño. Pero por fin está disponible en PC vía Epic Games Store y el servicio de suscripción Apple Arcade, y trae todo lo que prometió en un principio: puzles, desafío a las leyes físicas y un característico estilo visual que busca asombrarnos con paisajes infinitos y cíclicos.
El universo de M. C. Escher ha servido para inspirar a multitud de juegos y sobre todo muchos de puzles. Nos referimos por supuesto a los grabados con arquitecturas imposibles en el mundo real, que siempre dan muchas posibilidades a la hora de explorar escenarios desde perspectivas casi mágicas -Monument Valley, echochrome- o escaleras colocadas para distintos puntos de gravedad. Manifold Garden se basa principalmente en esta última idea: la ausencia de un arriba y abajo universal.
Perdidos entre torres infinitas
Desde que Portal causase furor en 2007 con sus desafíos de lógica, son muchos los títulos que han intentado repetir su éxito con más o menos acierto, aportando algún tipo de mecánica propia que los diferencie de los disparos con pistolas de portales. En el caso de Manifold Garden todo gira sobre los cambios de gravedad: acércate a una pared, pulsa con el ratón y ese se convertirá en tu nuevo suelo. ¿Te suena? Sí, ya lo hemos visto antes por ejemplo en la saga de acción Gravity Rush, aunque aquí hablamos de un ritmo de juego completamente diferente, es un juego de puzles en primera persona.
Cambiar nuestra orientación nos facilita explorar las habitaciones o zonas exteriores desde el ángulo que deseemos, y alcanzar rincones que de otra manera sería imposible. El objetivo es avanzar por estos pasillos y salas, abrir puertas y resolver los retos que las bloquean, que suelen consistir en algún tipo de dispositivo que se activa posando una caja de color concreto. Parece que es sencillo… pero las cajas tienen su propia física, y para ellas sí hay un arriba y abajo que reconocerás por su flecha o el color –que es el mismo que el suelo-. Es decir, que mientras te encuentres en su mismo suelo, podrás moverlas con facilidad, pero si "caen" a una pared, quedarán inmovilizadas.
Con esta clave, muchos de los puzles consisten en colocar los bloques en una posición concreta para ayudar a otros, con el cambio de gravedad, para que caigan donde interesa. Puede que la descripción no sea muy clara, pero en los primeros minutos tendremos que ponerlo en práctica y después de dar varias vueltas, empezarás a pensar en modo Manifold Garden. De vez en cuando hay otras reglas sobre el control de riachuelos, una especie de espejismos, energía que cambia el tipo de cajas y otras mecánicas que se van introduciendo poco a poco. Al concepto le falta alguna vuelta más para colocarse entre los grandes del género, pero al menos no es una aventura alargada artificialmente: en unas cuatro horas puedes completarlo, lo cual está bien para que no empiece a cansar.
Sí, Manifold Garden es un buen juego de puzles, aunque lejos de la genialidad y sencillez de los dos Portal. Su diseño falla en algunos aspectos cuando quiere asombrarnos fuera de las salas cerradas, que es cuando aparecen escenarios amplios y un poco más abiertos. No es muy intuitivo a la hora de decirnos nuestro próximo objetivo; al menos nosotros lo que buscamos en un juego de puzles es ver rápidamente la siguiente pantalla y no perdernos por edificios oníricos hasta encontrar el siguiente paso. Y aquí nos hemos visto en más de una ocasión sin saber bien a dónde ir para avanzar en los puzles. Su creador ha admitido que hasta hace poco el juego todavía no estaba muy definido, así que no es un juego con siete años de trabajo intensivo y una línea clara: ha dado más de un bandazo.
No obstante, es verdad que estas partes en zonas abiertas aprovechan para presentar paisajes fantásticos donde puedes tirarte en caída libre y ver torres infinitas, un efecto muy curioso que parece ser que llegó por inspiración de Origen, la película de Christopher Nolan protagonizada por Leonardo DiCaprio. Si te deslizas por un precipicio no mueres, sino que continúas bajando hasta que logras llegar a otra superficie, que puede ser el mismo punto desde el que has bajado –teóricamente no es el mismo, pero a efectos prácticos sí, es el edificio duplicado sin límite-. Más allá de lo gracioso que es la primera vez que necesitas dar un salto así, nos ha resultado un poco incómodo manejar el movimiento por el aire.
Otro de los inconvenientes que hemos sufrido con el juego es que tiende a marear mucho. Quienes sean sensibles al movimiento en juegos en primera persona quizás deban mantenerse a no menos de diez metros de Manifold Garden. La sensación se debe en parte a la monotonía visual, de líneas limpias y colores planos, y que si queremos jugar un poco rápido vamos a cambiar de plano en muchas ocasiones. La decoración habitual de estas zonas es un árbol cúbico, escaleras y poco más; después de poner el mundo del revés tres o cuatro veces, empezarás a echar en falta más referencias gráficas para orientarte; después de una sesión de una hora de juego agota.
Modesto en lo técnico, pero gráficos llamativos
Al margen de los fallos que hemos comentados de cierta escasa variedad gráfica, maquillada un poco en su segunda mitad con la inversión de colores –negro predominante-, la verdad es que aprovecha bien un estilo minimalista donde los objetos lejanos apenas son siluetas monocolor, aparecen estructuras flotantes y edificaciones con patios hasta donde alcanza la vista. Ha conseguido una identidad visual con mínimos recursos, aunque no siempre acierte con su propósito de dar pistas al usuario de su próximo objetivo o el lugar en el que se encuentra. En el sonido, salvando unas situaciones concretas, la música es muy ambiental y poco intrusiva, válida para el juego pero no tanto para escuchar fuera de él.
Conclusiones
Manifold Garden hace varias cosas bien, y muchos de sus puzles son ingeniosos. Cuando tu mente hace clic y encuentras la posición correcta para llevar un bloque hacia el lugar que quieres, poco importa que el juego no tenga mucho más en cuanto a mensaje o que no evolucione demasiado sus mecánicas a lo largo de todo el viaje. Tiene ideas curiosas, si bien hay margen para profundizar más en ellas y pulir varios aspectos que restan un poco al conjunto, entre ellos la falta de comodidad con los constantes cambios de gravedad en habitaciones prácticamente vacías. No está a la altura de The Witness, The Talos Principle ni es un sustituto a ese Portal 3 que está tardando más de lo que debería, pero los fans del género pueden probarlo sin miedo hasta que llegue un nuevo peso pesado.
Hemos realizado este análisis en su versión de PC con un código que nos ha proporcionado por William Chyr Studio.