Análisis de Legends of Norrath Inquisitor (PC)
A cualquier desarrollador, si le preguntamos, nos dirá que lo primero que quiere (aparte de que disfrutemos de su juego) es que triunfe. Que se haga un hueco, que sea reconocido por crítica o público. Y si añadimos que ese hipotético juego que tiene el creador (o sus creadores) en sus manos es rompedor o innovador, pues multiplicamos varias veces el resultado y el impacto final. Algo así, pasó con Everquest. En 1999, Sony lanzó este importantísimo título para la industria de los juegos de rol en línea que, en cuestión de meses, logró destronar a su competidor más directo, Ultima Online. Desde entonces, el juego de rol online comenzó a captar seguidores y abonados, que en poco tiempo fueron cautivados por el rico universo de Norrath. Everquest y su secuela, basaban sus planteamientos en un estilo de juego rico, variado y muy sencillo. Orientado a la colaboración de diversos usuarios por internet, promovía el juego en línea y asentó las bases de un género que al poco tiempo, se convertiría en el rey en el mercado para compatibles.
Tras sus diversas expansiones y adaptaciones para varias consolas (entre ellas, PlayStation 2), la franquicia experimentó la llegada a un nuevo nivel y a un nuevo modo de juego. Ya no era todo acoplable a un juego de rol, y la acción ya no se centraba tanto en machacar rivales en servidores o niveles. Con la segunda edad de oro de juegos de cartas como Magic o Yu Gi Oh!, Sony vio su oportunidad para afrontar otra pieza de mercado, y así, evitar una fuga masiva de sus servidores a otros juegos como el famoso y conocido World of Warcraft. La apuesta de Sony Online era muy arriesgada. Tenía que crear un sistema bueno para jugar a las cartas, y encima, apropiarse de toda el carisma y la solera del universo creado por ellos mismos, hace casi diez años atrás. La pregunta que desde Vandal Online nos hacemos es si lo habrán conseguido y, ante todo, si es expansión la forma correcta de llegar a más gente.
Todo esto, que suena tan bien, lo estaría aún más si el juego estuviera en nuestro idioma. Lamentablemente, Legends of Norrath y la expansión que analizamos,Inquisidor, vienen en anglosajón. No hay opción de cambio de idioma en ningún menú del juego. Siendo sinceros, es un handicap casi insalvable para aquellos que no estén acostumbrados a la mecánica de un juego de cartas intercambiables, y mucho menos, de la complejidad del que tratamos. Una vez en el menú principal, la opción más recomendable y lógica es visitar el Tutorial. Inquisidor es una expansión algo sobria, que aporta nuevas cartas y modalidades, así como una rotación (que viene a ser, un cambio de ciertas mecánicas del juego) para hacerlo más controlable y disfrutable. Sony Online apuntó las críticas vertidas al juego el pasado año y realizó ciertos cambios. En este modo se nos ayudará a saber qué es cada cosa en un juego de cartas.
Suponemos que muchos de nuestros lectores serán amigos de este tipo de juegos de mesa. Pues bien, Legends of Norrath tiene poco que ver con lo visto en algunos de los más famosos juegos de cartones. La mecánica es algo confusa y traidora en los primeros compases, pero con dedicación y esfuerzo, se pueden lograr ciertas aptitudes para avanzar. Digamos que, cuanto más jugamos, más aprenderemos. Una vez nos pasemos el tutorial (una odisea digna de Hércules o Jason y sus Argonautas), podremos jugar por primera vez.
La pantalla principal estará dividida en cuatro partes. Abajo, tendremos a nuestra figura principal, o nuestro avatar. Es nuestra encarnación en el juego. También tendremos indicadores de cuántas cartas tenemos en la mano (principalmente seis, pero con determinadas cartas, se pueden hacer excepciones), cuántas en la baraja y cuántas en nuestro pozo de descarte o cementerio. En todo momento podremos robar o cambiar cartas (incluso volver a barajarlas) pero nos repercutirá. Nuestro avatar tiene una vida. Dicha vida es la que se perderá por cada turno o movimiento en el que queremos volver a barajar o cambiar una determinada carta de nuestra baraja o mazo a nuestra mano. Si nos quedamos sin energía o vida, nuestra partida se va al garete, y nuestro adversario gana. Otro aspecto a destacar en la mecánica del juego es el punto de poder. En cada turno, podemos utilizar la carta que queramos, pero siempre, en consonancia con nuestros puntos de poder. Es decir, si tenemos tres puntos de poder sólo podremos invocar o utilizar cartas con tres o menos puntos de poder de coste. Podemos utilizar una carta de dos puntos de poder y una de uno, o tres de un punto. Todo dependerá de nuestro avatar y nuestra estrategia. Conforme vaya avanzando la partida, nuestros objetivos podrán ir cambiando (de destrozar a nuestro adversario, a puntuar el doble que él, por ejemplo) y dependeremos de las cartas que tengamos para llegar a uno u a otro.
Hay varios tipos de cartas, con sus correspondientes espacios determinados para ellas. Las cartas de objeto o ítems y las cartas de habilidades nos ayudarán y repercutirán directamente en la salud y la pericia de nuestro avatar. Una Carta Objeto podrá darnos un ataque extra o una defensa brutal y una Carta de Habilidad, nos ayudará a conjugar diferentes cartas para el resto de la partida. También encontraremos Cartas de Quest (que marcarán desafíos y objetivos) y Cartas de Unidad, que nos proporcionarán soldados o apoyos extras para nuestras partidas. Todas ellas, son combinables entre sí. Las posibilidades son cuasi infinitas, y dependeremos en gran medida de la suerte que tengamos.
Para hacer aún más atractivas las batallas y los enfrentamientos (contra enemigos, con la CPU, solos y acompañados), existen los desafíos y tres modos de juego (ofensivo y defensivo, a distancia) que añadirán más niveles a la jugabilidad del título. La cantidad de opciones y modos de juego de Inquisidor es brutal. Tenemos tutoriales, torneos, partidas casuales, intercambio de cartas... Si quieres un juego que sea virtualmente infinito y completamente adictivo, es el tuyo. Pero como hemos dicho antes, estamos ante un título muy complicado para los ajenos al mundillo de las cartas, y aún más, para los que no dominen el inglés con soltura.
En definitiva, Inquisidor es una ampliación fuerte, llena de cambios buenos en el sistema de juego y un más que notorio lavado de cara a lo que se avecina en las próximas semanas para Legends of Norrath. Teniendo en cuenta que Legends of Norrath se puede jugar tanto individualmente como en consonancia a los títulos de Everquest y que en una parte de su desarrollo es completamente gratuito, creemos que es un buen momento para jugarlo y disfrutarlo. Aún así, hay que dejar constancia de su complejo sistema de juego, su competencia feroz dentro de determinadas esferas sociales y su elevado nivel de inglés durante su desarrollo. Éste último aspecto, bien podría echar para atrás a más de un jugador, pues tanto las explicaciones como los tutoriales, se encuentran en idioma extranjero. De todas formas, Legends of Norrath con su reciente expansión Inquisidor , es un juego muy recomendable.