Análisis Godstrike, un desafiante boss rush (PC, Xbox One, PS4, Switch)

No es el estilo de juego más demandado, ni mucho menos. Hablamos de las producciones de temática boss rush, las cuales únicamente son seguidas por un grupo reducido de jugadores. Los exponentes más conocidos quizás sean Furi, Titan Souls y (aunque no lo es al 100%), Cuphead, obras que han sabido acumular un buen cúmulo de críticas positivas por parte de la prensa especializada y, lo más importante, poseen un número de fieles seguidores bastante respetable (dentro de lo que cabe). Bien, pues el más reciente en aterrizar (en Switch y PC a través de eShop y Steam respectivamente) es Godstrike, una obra que llega sin levantar ningún tipo de expectación y que posee una calidad notable.

La historia va directa al grano y nos mete en la piel de Talaal, la última de una estirpe llamada God’s Seven Masks. Una guerrera que se ve engullida en una guerra que no parece tener fin y en la que debe enfrentarse a un ejército de rivales. Un argumento de todo menos complejo y trabajado pero que, tratándose del estilo de juego al que pertenece esta odisea, tampoco es que se lo vayamos a tener muy en cuenta.

Eso sí, por lo menos la sugerente puesta en escena inicial y la ambientación nos invitan a meternos de lleno en este mundo de fantasía, el cual ya os avisamos que va a traernos por la calle de la amargura desde el primer instante. Efectivamente, porque si por algo se caracteriza esta aventura es por integrar un nivel de dificultad realmente exigente, hasta el punto de que habrá jugadores que suden tinta para acabar con el primero de los jefes a los que es necesario abatir… y que lleva por nombre Tutorial.

Infierno dual stick

Entrando ya en materia, estamos ante un título que tiene lugar desde una perspectiva cenital picada que nos permite abarcar un amplio campo de visión, algo fundamental a la hora de pelear contra unos y otros monstruos como en un momento detallaremos. Para desplazarnos y controlar a nuestra protagonista, los desarrolladores han planteado un esquema de control bastante convencional al estilo twin stick shooter. Por lo tanto, las dos palancas (así como los botones principales y la cruceta) nos permiten guiar y disparar a los rivales, quedando los botones restantes (es decir, los situados en la parte superior del mando) para activar las diferentes habilidades y ataques especiales que es posible ir adquiriendo a medida que progresamos en el juego.

Precisamente esta característica, que va marcando la evolución de nuestra heroína, es la que aporta un interés especial a las batallas. Sí, porque más allá de ser prácticamente vitales para poder superar los enfrentamientos más duros, el hecho de poder habilitar unas y otras capacidades en función del rival al que tengamos que hacer frente, otorga un pequeño componente táctico a cada combate… los cuales son ya de por sí bastante estratégicos. Y es que para poder acabar con todos ellos es muy necesario aprender al dedillo cada uno de sus patrones de ejecución básicos, los cuales varían sensiblemente de una "fase" a otra de cada una de las batallas. Unas contiendas que nos han parecido bastante intensas y que se convierten muchas veces en infiernos bullet hell al más puro estilo Ikaruga pero sin el componente shooter clásico de naves de por medio. Un desafío que seguro que atraerá a los usuarios más expertos.

Otra de sus características más curiosas y llamativas tiene que ver con el factor tiempo. Tanto la vida de Talaal como la propia moneda del juego (que es la que podemos usar para adquirir nuevas aptitudes) están sujetas directamente al tiempo que se muestra permanentemente en la parte superior de la imagen. Es decir, que si ya de entrada contamos con un tiempo límite para acabar con el jefe final de turno, cada vez que nos hieren dicho contador se ve mermado… así como nuestras ganancias. Puede que haya ciertos usuarios a los que esta dinámica les resulte demasiado estrafalaria y hasta agobiante. Pero teniendo en cuenta el estilo de juego que propone esta obra, a nosotros nos ha parecido una idea bastante original y que fomenta más si cabe el estrés que supone adentrarse en esta aventura de naturaleza boss rush.

Metiéndonos ya en su faceta gráfica, se trata de un título que nos da una de cal y otra de arena. Eso es, porque si nos detenemos en todo lo que tiene que ver con su rendimiento y la fluidez a la que tiene lugar la acción, lo cierto es que nosotros no hemos padecido problema alguno, disfrutando de una experiencia de juego más que intensa. Y a esto se suma la gran proliferación de efectos visuales de todo tipo que se dejan ver en cada combate, con decenas de proyectiles volando por la pantalla. El problema es que si nos fijamos en el modelado de los personajes y, también, en el grado de detalle que muestran los fondos, lo cierto es que la cosa decae bastante. Sí, la estética engaña bastante y disimula sus carencias técnicas pero, siendo honestos, en ciertos momentos deja bastante que desear. Y para terminar, la vertiente sonora sí que se sitúa a un nivel superior, con melodías bien integradas en la acción y efectos sonoros variados y bien realizados.

Unos combates de lo más exigentes

Switch y PC reciben otro buen representante de ese estilo tan nicho como es el de los juegos de estilo boss rush con carácter bullet hell. Un infierno en toda regla que nos pone en aprietos desde la primera partida, integrando un nivel de dificultad realmente exigente que va "suavizándose" a medida que vamos obteniendo nuevas habilidades. Una característica esta última que aporta bastante gracia al título en su conjunto, dado que nos ofrece bastantes variantes tácticas para hacer frente a cada contrincante. Una propuesta que tampoco es que invente la pólvora precisamente y que posee un desarrollo muy encorsetado (algo vinculado al género en sí), pero que resulta interesante y que nos proporciona algunas batallas realmente épicas… si es que no abandonamos antes, claro.

Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código proporcionado por Stride PR.