Uno piensa que en el mundo de los videojuegos ya se ha visto todo... que cuando vaya al centro comercial a ver que material nuevo ha llegado no va a encontrar nada que no haya visto antes, y cuando más convencido estás de que lo dicho anteriormente es cierto... ¡eah!, de repente cae en mis manos “Giants: Citizen Kabuto” y me destroza todos los esquemas habidos y por haber. Puedo asegurar con una certeza absoluta que esta auténtica “virguería” de la programación no se parece absolutamente a nada que se haya podido ver anteriormente en la pantalla de cualquiera de las plataformas de videojuegos existentes en la actualidad o en cualquier otro momento de la historia.
¿De que va esto?
Nos encontramos ante un juego dividido en tres fases totalmente diferenciadas unas de otras y con protagonistas independientes: Los Meccaryns (Meccs), Delphi y el gigante Kabuto. Tratar de clasificar a Giants en alguno de los tipos de juegos habituales sería prácticamente imposible.
Cuando uno se pone delante del monitor y comienza a configurar el juego, llama la atención la interminable lista de controles que inunda la pantalla.
Parece que nunca vamos a terminar de asignar acciones a teclas, y cuando por fin acabamos resulta que cada una de las tres razas con las que jugamos tiene sus propios controles, por lo que tenemos que volver a repetir la operación un par de veces más, pero en fin, cuando finalmente terminamos con este largo pero necesario proceso y comenzamos a jugar todo apunta a que nos encontramos jugando a un shooter 3D en tercera persona (con la posibilidad de elegir una vista en primera persona) de acción abundante y poco más donde tendremos que ir realizando las acciones que se nos pide al comienzo de cada misión.
En un principio, las misiones son bastante simples. Comenzamos manejando a un Mecc (criatura de aspecto humano, concretamente de la subespecie británica y vestido de astronauta) y nos encontramos en un planeta de paisajes tropicales tremendamente acogedores donde tendremos que rescatar a un compañero accidentado. Contaremos con la ayuda de varias armas y objetos además de con la colaboración de los lugareños, unos individuos pequeñitos y cabezones que parecen sacados de un episodio de Expediente X denominados a sí mismos “Listillos”. Pero claro, si tenemos armas es porque hay enemigos, y en este caso los primeros que encontramos pertenecen a la fauna local: unos incómodos bichejos llamados “destripadores” de diverso tamaño, y voraces pirañas que habitan las orillas de aguas cristalinas de las playas. Más adelante nos enfrentaremos a criaturas más inteligentes, los verdaderos “villanos”... ni más ni menos que los “Azotadores”, una raza de individuos de apariencia homínida que somete y presiona a los habitantes de la zona. Con estos tíos ya hay que tener más cuidado pues utilizan un surtido arsenal contra nosotros entre lo que destacan las torreteas antiaéreas por si se te ocurre utilizar el Jet-Pac cerca de una de ellas o los francotiradores que no dudarán en quitarte la cabeza de los hombros de un único y certero disparo desde distancias increíbles. Inicialmente nuestro objetivo se limitaba a rescatar a nuestro compañero accidentado, pero al final, acabamos ayudando a los “Listillos” a liberarse de las zarpas opresoras de los “Azotadores”.
Originalidad por todas partes
Después de todo lo comentado, hay que mencionar que esto no ha hecho más que empezar pues aún no he dicho nada raro que no pueda encuadrarse dentro de juegos anteriores. Lo primero que empieza a llamar un poco la atención es que cuando rescatas al colega accidentado, éste no se limita a agradecértelo y ¡adiós muy buenas!, sino que se te une y te sigue a donde quiera que te dirijas ayudándote cuando lo necesites, disparando a los enemigos y obedeciendo las ordenes que le transmitas. A medida que vamos jugando, se nos van uniendo más compañeros hasta un total de 4 ¡constituyendo entonces un auténtico comando de intervención!. Bueno, este punto es ya de por sí bastante original y curioso, pero nada comparado con lo que nos espera, pues cuando creamos que el juego ya está dominado y que todo se ha acabado empezaremos a notar que el sistema de juego va cambiando y deja de ser un shooter 3D para transformarse poco a poco en un auténtico juego de estrategia 3D en tiempo real, pues tendremos que reclutar listillos para que construyan sus propias ciudades y nos surtan de armamento, nosotros por nuestra parte tendremos que suministrarles comida y defenderlos de los malvados “Azotadores”. En fin, como podréis comprender, esto le rompe los esquemas a cualquiera, ¿verdad?... empezar pegando tiros con un solo Mecc y acabar construyendo ciudades, defendiéndolas, reclutando listillos, cazando...
Y ahora... la segunda parte
Pues sí, como suena, todo lo de antes no es ni más ni menos que la primera parte de la parte contratante... (mmm... creo que esto es de otra historia...), porque cuando acabamos con los Meccs comenzaremos otro juego totalmente diferente en el que encarnaremos a Delphi, una escultural luchadora de los mares de color azul pitufo y muy ligerita de ropa (incluso censurada en algún que otro país allende el Océano Atlántico) cuyo objetivo es acabar con su perversa madre que no es ni más ni menos que la Reina Azotadora que tiraniza a los pobres habitantes del planeta. Para ello, dejará de lado la lucha armada para pasar a la guerra cuerpo a cuerpo utilizando una espada y diversos tipos de arcos además de una interminable lista de conjuros mágicos e invocaciones a cuál más impresionante y espectacular como tornados, muros de fuego, teletransportes... etc. que irá adquiriendo a medida que transcurra el juego.
El devenir de las misiones transcurre de forma similar a las misiones de los Meccs, es decir, empezamos manejando a Delphi simplememnte y acabamos construyendo y destruyendo ciudades a diestro y siniestro.
¡ No hay dos sin tres !
Después de días... o mejor dicho, semanas (o si me apuráis un poco hasta algún mes que otro) de juego, llegamos por fin al último de los episodios de esta delirante historia, y claro está, si el nombre del juego contiene las palabras “Giants” y “Kabuto”, ya era hora de que apareciese por nuestra pantalla algún que otro bicho realmente grande y que se llamase Kabuto (lo que no se entiende muy bien es lo de Citizen, porque el bicharraco en cuestión se puede asemejar a cualquier cosa antes que un ciudadano modelo... ¿?¿?).
Ahora nos metemos en el papel del Gigante (al principio no demasiado grande) que no tiene nada más divertido que hacer que ir destrozando todo a su paso comiéndonos o aplastando a todo el que se interpone en nuestro camino, y al igual que en los dos episodios anteriores, iremos adquiriendo habilidades y aumentando de tamaño hasta que llega un punto en que lo que espachurramos a base de pisotones no son sólo los enemigos, sino los edificios que entorpecen nuestro paso. Las habilidades que va adquiriendo este singular personaje son de lo más “educativas”, dignas de ser mostradas en algún programa del Disney Channel, tales como bolas de fuego, patadas y golpes de todo tipo, destrozar edificios a golpes y un largo etcétera. Además, por si fuera poco, cuando nuestro gigante se siente solo, va y pone un huevo del que surge un Kabutito que nos obedecerá y seguirá allá a donde vayamos ayudándonos en todo momento y que irá creciendo y haciéndose cada vez más fuerte.
Secuencias cinemáticas para morirse de risa
Cada vez que terminemos una misión, accederemos a una secuencia cinemática que nos introducirá en la siguiente, y la nota común entre todas ellas, a parte de la buena realización con gráficos realmente geniales, es un cierto toque de humor algo “ácido” muy al estilo británico que nos hará partirnos de risa. Las secuencias son uno de los innumerables alicientes del título que nos introducirán aún más en la historia y nos harán pasar momentos realmente divertidos.
¿Y que hay de las opciones multijugador?
Es evidente que cuando se desarrolló el juego no se estaba pensando precisamente en hacer un gran juego multijugador. La opción de jugar en red y por internet existe pero no es el punto fuerte del juego. Las partidas en red son una mezcla de juego deathmatch con toques de estrategia con varias opciones de juego entre las que destaca la ya clásicas opción de capturar la bandera, que en este caso se llama “Captura al Listillo”. Mantiene un buen índice de diversión, aunque como ya dije, para jugar en red hay cosas mejores, no obstante, merece la pena probarlo y jugar unas partidas para probar porque ¡para gustos, están los colores!.
Gráficos
El apartado gráfico no puede dejar indiferente a nadie. Nada más comenzar, el colorido de los escenarios y la enorme cantidad de efectos especiales lo inunda todo. Aceleración T&L, Bumpmaping, efectos de partículas... el agua parece real con unos reflejos increíbles, los deslumbramientos por el Sol te dejan casi deslumbrado de verdad y muchos otros efectos que me dejo en el tintero (o mejor dicho, en el teclado).
Eso sí, si somos capaces de quitarnos el velo de los ojos y ver lo que hay detrás de esa borrachera de efectos, nos encontramos con que los gráficos en sí propiamente dichos (efectos al margen) podrían haber sido algo mejorados en algunos aspectos como la excesiva poligonalidad de algunos edificios y accidentes geográficos compuestos por cuatro polígonos y medio. Pero lo que sí que se podría haber mejorado bastante es en la monotonía gráfica reinante en todo momento. El mundo caribeño en que se desenvuelve la historia es realmente espectacular gracias a todos los efectos especiales, pero ¡es que no varía en toda la aventura, es siempre el mismo!.
Conveniencia, pero no necesidad, de hardware gráfico potente
Podemos hacer funcionar el juego con cualquier tarjeta aceleradora medianamente potente que se precie, pero si queremos realmente sacar todo el jugo que es capaz de dar de sí este singular título, deberíamos de estar en posesión de alguno de los chips gráficos GeForce de la casa Nvidia. Si no disponemos de una... no pasa nada, podremos jugar sin problemas, pero nos perderemos algunos de los efectos gráficos que nos proporcionan estas tarjetas de última o penúltima generación.
Sonido
Bueno, en cuanto al sonido hay poco que decir salvo que está a la altura del resto del juego. Efectos sonoros muy bien realizados (explosiones, gritos, voces, rugidos, disparos...) que potenciarán aún más si cabe el nivel de inmersión que ya de por sí nos proporciona el argumento y los gráficos, y que será aún mayor si disponemos de un buen sistema de sonido envolvente. La banda sonora es igualmente buena aunque algo repetitiva, pero en resumidas cuentas, podemos decir que también está a la altura.
Jugabilidad
El gran número de controles al que hacía referencia al principio del comentario es quizás el pequeño punto que resta algo de jugabilidad, ya que nos tenemos que acostumbrar a tres configuraciones diferentes del teclado para cada una de las tres razas existentes, pero de todas formas no es demasiado complicado habituarse, ya que el sistema de control es muy parecido al del resto de juegos 3D tipo Quake o Tomb Ryder.
En cuanto a la dificultad, hay que destacar que aunque empieza siendo un juego relativamente sencillo acaba convirtiéndose en un pequeño infierno informático al que hay que añadirle la peculiaridad de que no se puede salvar la partida en mitad de una misión. Parece que últimamente se ha puesto de moda este polémico sistema que gratifica a unos porque dicen que es más realista y fastidia a otros que alegan que sí... es más realista, pero cuando haces 25 veces seguidas la misma misión y siempre te matan en el mismo sitio acabas del realismo hasta las narices por no poder salvar justo antes del lugar problemático (y no les falta razón).
Diversión
¿Qué se puede decir de la diversión que proporciona un juego cuya única constante a lo largo de toda la historia es que no hay nada constante... que cada dos por tres estamos cambiando el sistema de las misiones... que cuando parece que estamos ya empezando a pensar que hemos terminado dos o tres pantallas seguidas que se parecían mucho, cambias de personaje, de historia y de objetivos hasta un total de tres veces... que tiene unos efectos especiales que te hacen babear delante del ordenador durante horas... que tiene un gran argumento (aunque simple... pero bueno)... que te partes de risa cada vez que terminas una misión y te ponen una cinemática desternillante... y que encima, tiene varios modos multijugador, que si bien no son el punto fuerte, nos permiten pasar un tiempo indefinido de entretenimiento a través de internet o una red local?... ¿Qué se puede decir de la diversión que proporciona un juego así?. Pues sencillamente que es GENIAL.
Acabando
En resumidas cuentas, nos encontramos ante uno de esos juegos que marcan un antes y un después, uno de esos que cuando salgan imitaciones diremos “...ese juego es del tipo Kabuto...” al igual que ahora hacemos con Quake o Tomb Ryder. Hay que probarlo, y no sólo las dos o tres primeras pantallas, sino que hay que jugarlo entero para poder sacarle todo lo que da de sí.