Análisis de Frontline: Fields of Thunder (PC)
Tomando como base todo lo visto en la popular serie de títulos de estrategia Blitzkrieg, aunque con nuevo nombre, Nival Interactive nos ofrece de la mano de Paradox un nuevo juego de estrategia ambientado en la Segunda Guerra Mundial que mantendrá todas las características ya vistas en el resto de títulos de la serie, aunque con un nuevo escenario de operaciones. En este caso, se trata de la cruenta batalla de Kursk que libraron los alemanes contra los soviéticos y que se convirtió en el duelo de tanques más grande de la historia, amén de ser el último gran enfrentamiento entre ambos bandos. Con todo esto, prepárate para afrontar esta terrible escaramuza controlando a las fuerzas de ambos ejércitos en una gran cantidad de desafiantes misiones que nos obligarán a usar toda nuestra cabeza para evitar morir antes de llegar a nuestro objetivo final.
En este sentido, antes de iniciar cada misión, las cuales seleccionaremos en un interesante mapa estratégico en el que quedarán registrados todos nuestros avances y retrocesos frente al enemigo, se nos presentarán los objetivos a cumplir en dicha misión y se nos asignará un número determinado de unidades que no podremos ampliar en ningún momento de la partida salvo en determinados puntos concretos que se activarán tras completar algunos de los objetivos: sería el caso, por ejemplo, de recibir apoyo tras conquistar un pueblo en manos de los enemigos.
Como en el resto de títulos de la serie Blitzkrieg, en el fragor de la contienda podemos pedir apoyo mediante un sencillo sistema de ayudas que en esta ocasión estará centrado en la aviación y no en los refuerzos de tropas terrestres, ya que como decíamos salvo en determinados momentos de la partida no habrá opción de restablecer nuestro maltrecho frente. En el caso de la aviación, como siempre, podemos pedir el apoyo de los siempre útiles exploradores que sobrevolarán la zona indicada para mostrarnos las posiciones de los enemigos, o los demoledores bombarderos que arrasarán dichas posiciones con tan solo indicárselo. Lógicamente, el hecho de poder usar este tipo de ayudas no significa que podamos estar pidiendo su participación en batalla constantemente ya que tendremos que tener en cuenta las condiciones del campo de batalla para saber en qué momento reclamar su ayuda y en cuál no. De este modo, por ejemplo, si sabemos que el enemigo tiene defensas antiaéreas sería una pérdida de recursos inútil el enviar a los bombarderos a la zona porque antes de cumplir su objetivo habrán sido derribados. Del mismo modo, si vemos que el enemigo cuenta con apoyo aéreo, deberemos protegernos con la intervención de nuestros cazas.
En cuanto a las tropas terrestres, verdaderas protagonistas del juego, tendremos que aprovechar al máximo las habilidades de cada una de las unidades que nos asignen al inicio de cada misión ya que dependiendo de su tipo serán más o menos efectivas contra los enemigos. De este modo, lógicamente, deberemos usar a la infantería para terminar con las tropas enemigas del mismo tipo, o para hostigar a los carros de combate desde las trincheras. Sin embargo, estas unidades serán tremendamente vulnerables contra todo tipo de ataques, por lo que siempre deberemos procurar tenerlas a cubierto ya sea en las trincheras o en las decenas de edificios y construcciones defensivas que encontraremos en cada escenario. Los carros de combate ligeros, por otro lado, serán bastante efectivos contra la infantería por su movilidad y su tipo de armamento, aunque no harán nada contra los tanques pesados que sin duda causarán el terror entre las tropas contrarias. Además, nuestra infantería podrá usar también diversas máquinas de guerra como las defensas anticarro o diversos tipos de cañones que podrán trasladar de un sitio a otro sin ningún problema, y que serán nuestra principal fuerza de defensa ante las acometidas enemigas.
En este sentido, al permitirnos controlar tanto a las fuerzas soviéticas como alemanas, en Frontline disfrutaremos de misiones enfocadas por completo al ataque y asalto de posiciones enemigas, y otras más centradas en la defensa de posiciones estratégicas. Esta mezcla hace que el desarrollo de la acción sea de lo más variado ya que nuestras tácticas de combate variarán notablemente dependiendo de nuestros objetivos. Además, el hecho de tener que combinar de una forma tan insistente los distintos tipos de unidades con los que contaremos hace que al final las misiones resulten de lo más apasionantes y sobre todo desafiantes.
Y es que como es habitual en la serie, el progresar en cada uno de los escenarios del juego resultará todo un desafío, no ya sólo por el hecho de tener que combinar a la perfección a cada una de nuestras unidades, sino también porque los rivales no perdonarán ni un solo error. Si avanzamos con todas las tropas en grupo, por ejemplo, y no usamos a los exploradores para conocer la posición de los enemigos podremos caer en una emboscada y ver como en cuestión de segundos todo nuestro ejército desaparece bajo una intensa lluvia de bombas. En este caso, el sistema de control resulta bastante intuitivo, aunque algo complejo dada la gran variable de unidades que manejaremos y que deberemos usar con cabeza como destacábamos con anterioridad. Además, otro aspecto que tal vez debería ser solventado de una vez por todas en los próximos títulos de la serie es la falta de iniciativa propia de cualquiera de nuestras unidades.
A diferencia de otros títulos de estrategia en los que nuestras tropas pueden reaccionar a las diversas situaciones en las que se ven envueltas, en Frontline nuestras unidades no harán nada si no le hemos dado una orden antes, lo que complica innecesariamente el transcurso de las batallas por tener que estar constantemente dando órdenes que en ocasiones resultan bastante obvias, es decir, si un carro de combate ligero ha terminado con su objetivo, lo normal es que trate de matar a otro tipo de unidades cercanas a su posición (no pedimos tampoco que encima ataquen a los objetivos contra los que tienen ventaja) y que no se queden quietos en medio del campo de batalla como ocurre en el juego.
Este hecho, que tal vez guste más a los veteranos en el género por la gran importancia que se le da a las actuaciones del jugador, resulta realmente molesto porque en más de una ocasión veremos como nuestro ejército desaparece de forma desastrosa por tener a una serie de carros de combate más rezagados, ya que al haber sido eliminados sus objetivos iniciales se quedan en la retaguardia sin avanzar para cubrir el avance del resto de unidades. Del mismo modo, las unidades enemigas mostrarán un comportamiento igualmente estático, sobre todo porque siempre permanecerán en sus posiciones esperando a que nosotros nos asomemos para comenzar a disparar.
Además, la inteligencia artificial resulta bastante pobre en comparación con otros títulos del género ya que podemos haber terminado con prácticamente todos los carros de combate enemigos y ver como los escasos combatientes rivales siguen avanzando como si no hubiera pasado nada, cuando lo normal sería realizar movimientos evasivos para replegarse y tras reagruparse atacar con más fuerza después. Con estas dos lacras, lo que se está primando es la táctica del ensayo y error, es decir; iniciaremos un ataque para ver dónde se encuentran los enemigos, y en la siguiente partida atacaremos en consonancia, lo que sin duda le resta un gran atractivo a esta propuesta de Nival Interactive.
Como vemos, este hecho resta un enorme grado de atractivo a este juego que como siempre destaca por ofrecer batallas realmente intensas con una fidelidad histórica en la representación de los entornos de batalla, de las unidades, y del propio trasfondo histórico realmente notable. En este caso, como es habitual en la serie, tras superar cada misión se nos premiará con medallas y ascensos extraídos directamente de la Segunda Guerra Mundial, lo que unido a la completa enciclopedia que incluye el juego hace que los más aficionados al género y a este conflicto bélico en concreto disfruten de lo lindo descubriendo nuevos detalles acerca de la guerra.
El problema, como ya ocurriera con el último capítulo de la serie Blitzkrieg, Fall of the Reich, es que todo sigue prácticamente idéntico a lo visto con anterioridad, por lo que los usuarios que ya disfrutaron de los anteriores títulos de la saga tendrán la sensación de estar jugando a lo mismo una y otra vez, por lo que no estaría de más que el equipo encargado de dar vida a esta serie comenzara a introducir mejoras en el sistema de juego, y sobre todo que perfeccionara la inteligencia artificial puesto que como vemos será uno de sus mayores puntos flacos.
En lo que respecta al apartado técnico, como siempre nos encontramos con un motor gráfico que vuelve a mostrarnos unos entornos de batalla notablemente detallados y bastante amplios que sin duda destacarán por lo interactivos que resultan. Esto significa que volveremos a ver como los tanques tumbarán árboles, casas y cualquier objeto que se cruce en su camino con total facilidad mientras lanzan mortíferos cañonazos que harán saltar por los aires a sus rivales de forma realista. En este sentido, el modelado de los carros de combate resulta bastante bueno, al igual que el de la infantería, con un especial cuidado en los detalles. Del mismo modo, efectos gráficos como las explosiones o las columnas de humo han sido resueltos con gran acierto, lo que en conjunto logrará sumergirnos de lleno en las intensas batallas que viviremos en Frontline. No obstante, se echa en falta un mayor nivel de zoom que el que hay actualmente ya que a diferencia de otros títulos del género, en esta creación de Nival Interactive no tendremos la posibilidad de observar desde cerca nuestras diversas unidades de batalla. También cabe remarcar el alto número de unidades con las que nos encontraremos a la vez en los campos de batalla, y lo fluido que irá todo el juego en la gran mayoría de PC actuales. A nivel sonoro, del mismo modo, volveremos a disfrutar de un buen repertorio de marchas militares que amenizarán las batallas de forma acertada, aunque de nuevo se tornarán algo repetitivas a la larga. En cuanto a los efectos sonoros, resultarán muy realistas y contundentes, creando junto al notable apartado gráfico un gran ambiente bélico que nos sumergirá de lleno en el fragor de las batallas.
En definitiva, estamos ante un notable título de estrategia bélica que sin duda gustará a los aficionados a la serie Blitzkrieg. El mayor problema, como ya ocurriera con Fall of the Reich, es que resulta excesivamente conservador, por lo que los usuarios que ya disfrutaron de la segunda entrega de la serie, o de su continuación, tal vez no encuentren los suficientes alicientes como para disfrutar del juego. Como siempre, además de la desafiante campaña para un solo jugador, de la que ya hemos comentado sus virtudes y defectos, los usuarios pueden disfrutar de intensas batallas (de entre 2 a 8 jugadores) online, lo que sin duda alargará notablemente la vida de Frontline: Fields of Thunder. Por lo tanto, como vemos, ésta se trata de una compra bastante recomendable para los aficionados al género que no hayan disfrutado de todos los capítulos de la serie, siempre teniendo en cuenta el tipo de estrategia que ofrece, y los problemas ya citados con la inteligencia artificial; pero menos recomendable para los ya veteranos en la saga por tratarse del mismo juego de siempre con más misiones ambientadas en otro escenario de batalla.