Análisis de Ford Racing Off Road (PC)
Empire Interactive se basa en la licencia de Ford como gancho para su último juego de velocidad, no siendo la primera vez que encontramos vehículos de esta marca como reclamo; la saga Ford Racing consiguió tres versiones de diferente calidad en multitud de sistemas, y se acompañó de títulos alternativos como Ford Street Racing o Ford Mustang Racing. Off Road sin embargo apuesta por la conducción en terreno sucio y sustituye la elegancia de su gama deportiva más popular por los 4x4, SUV y vehículos Land Rover (también bajo el mando de Ford). Como es de suponer en este subgénero de los juegos de carreras, tomar las curvas con tiralíneas y de forma perfecta no suele ser lo normal, como tampoco lo son los golpes contra rivales.
Ford Racing Off Road es un juego no demasiado pretencioso, como el usuario comprobará nada más empezar el juego. Una serie de opciones que se explican por sí mismas (modo avance, carrera rápida, torneo, arcade y multijugador) y unas cuantas pistas en las que competir comprando vehículos con el dinero ganado. Sencillo, directo y sin rodeos. Empezamos adquiriendo el primer coche, diferenciado por una serie de parámetros como velocidad y aceleración, indicados en pantalla, de entre dieciocho todoterrenos (no todos disponibles desde el inicio) con nombres reales de la compañía americana Ford; el simple modelado del vehículo en el juego luego apenas muestra detalles realmente importantes. De esta manera vamos completando nuestro garaje para poder disponer de uno u otro según nuestros gustos de conducción.
Es aquí, al comenzar el juego, cuando las carencias gráficas saltan a la vista. Con un lanzamiento para las plataformas PlayStation 2, Wii, PSP y PC, comprobamos cómo, en lugar de una versión original potente con diferentes recortes para sistemas inferiores, se ha creado un juego de mínimos partiendo de un código posiblemente pensado para PS2 (sin ser un juego destacable para esta misma, donde encontramos juegos más completos a todos los niveles como Gran Turismo 4 o la saga Burnout) al que se la ha ido modificando detalles para el resto de sistemas, pero no los suficientes. En su versión PC tenemos un juego simple que no requiere de gran potencia y puede ser jugado prácticamente en cualquier ordenador de hace varios años, con unas texturas simplemente correctas, pero especialmente, escenarios extremadamente vacíos en detalle. No es necesario entrar en comparaciones con las últimas demostraciones técnicas del mercado; realmente es un juego que no alcanza el nivel esperado en PC, y simplemente modesto en consolas como PlayStation 2 o Wii.
Difícilmente encontraremos algo llamativo en lo visual; ni efectos de luz, ni de humo y modelados en vehículos y entorno con bajo modelado en el mejor de los casos. No es justo tampoco presentar Off Road como un cúmulo de despropósitos; pese a que los circuitos situados en el desierto sí son deficientes, las ambientaciones de nieve o bosques gozan de mayor atractivo. Una de las decepciones más importantes a nivel gráfico en un juego de mentalidad tan arcade, lleno de choques y polvo es el envidiable estado de la carrocería durante todo el juego.
Imaginamos que por conveniencia de Ford (estos temas de destrozos suelen levantar ampollas), Empire no ha incluido daños visuales tras choques frontales con rocas, cristales rotos en colisiones ni ningún tipo de rasguño en la pintura exterior. Al menos, si se castiga el mal pilotaje con problemas en el control, algo subsanable recogiendo ítems durante el recorrido, lo que acentúa aún más ese espíritu alejado de la simulación. El resultado final sitúa a Off Road a medio camino del vertiginoso arcade que podría haber llegado a ser, puesto que no se han dado concesiones a esa espectacularidad de vuelcos, destrucción o escenarios interactivos que suelen ser protagonistas en el género.
Lo que hace de Ford Racing Off Road un título que podría tenerse en cuenta no se ve: la diversión. No estamos ante el título más divertido del año, pero se deja jugar y en el fondo incluye buenas ideas, inspiradas en otros juegos de mayor calado como son las secciones con recorridos alternativos y atajos, no demasiado abundantes pero con algo más de libertad que muchos juegos tipo Rally de camino prefijado, y una buena sensación de velocidad, con constantes saltos y botes que obligan a realizar cambios de dirección contínua. Los derrapes y choques son completamente arcade, y por momentos Off Road recuerda a juegos clásicos de diversión inmediata sin grandes alardes visuales, lo que no oculta que la pequeña cantidad de circuitos, cuatro por cada una de las tres ambientaciones, den como resultado un juego no demasiado profundo, a lo que se suma no demasiada diferenciación entre uno u otro todoterreno. Podríamos concluir que al igual que lanzamientos como Gripshift o Kart ´n Crazy, el jugador no exigente en el apartado visual pasará por alto la ausencia de virguerías en el motor gráfico en busca de velocidad y conducción sencilla, apta incluso para ser jugada con un teclado de PC.
Los modos de juego mantienen el interés durante un tiempo, especialmente el modo Avance, una sucesión de pruebas a lo largo de todos los circuitos. Inicialmente solo existe una pista desbloqueada en Arcade, de modo que pasar por este modo de compra de coches será un paso imprescindible; no obstante, se nos antoja algo corto el catálogo de vehículos teniendo en cuenta que es un juego con licencia Ford. El número de competidores en carrera son seis, una cantidad aceptable que nunca origina atascos, también en parte gracias al ancho del circuito. El modo multijugador para dos personas añade algo de pique, en caso de conseguir dominar a la inteligencia artificial del juego.
La ambientación sonora cuenta con unas músicas de rock bastante acordes con la temática del juego. No incluye grandes temas ni licencias conocidas, pero cumple sobradamente con su papel de añadir intensidad en todo momento al juego. Los sonidos por su parte son más discretos y apenas hay algo reseñable, quizás su punto positivo se encuentre en que los ruidos de motor no son molestos.
Conclusiones
Obviando el apartado técnico, el cual claramente no está orientado a impresionar, encontramos un juego divertido, sencillo en el control y que no se tarda prácticamente en dominar. Quizás aquí se encuentre el arma de doble filo de Ford Racing Off Road: sin apenas innovación ni detalles diferenciadores respecto a otros juegos, se muestra como un divertido título de carreras más que aunque en el fondo no tiene demasiado que envidiar de mayores superproducciones (e incluso superar a algún juego pretencioso), no muestra claramente puntos fuertes por los que el usuario debe inclinarse hacia el juego de Empire en lugar de otro. Dependiendo de la plataforma escogida, la variedad de catalogo ofrecerá más o menos alternativas, dejando a Ford Racing como un juego entretenido, pero sin mayores pretensiones que el divertir durante su uso. Lo cual, no es poco.