Análisis de Football Manager 2019 (PC)
Football Manager es uno de los pocos videojuegos que pueden vanagloriarse de conocer y amar al fútbol en todas sus facetas. Si bien estamos acostumbrados a la simulación de los encuentros con sagas muy asentadas como Pro Evolution Soccer y FIFA, la experiencia jugable de Sports Interactive y SEGA siempre se ha caracterizado por dar un paso más allá e inmiscuirnos en los entresijos, mecanismos y valores intangibles que existen antes, durante y después de saltar al césped y disputar un partido con nuestro rival. En los últimos años, la saga ha ido creciendo en audiencia y base de jugadores, llegando a las más diversas plataformas, haciendo lo imposible para ser algo más que una simple enciclopedia de jugadores en forma de contenedor de datos.
La serie ha evolucionado mucho a nivel interno, tal y como nos relataba Miles Jacobson, director de Sports Interactive, en una completa entrevista. No obstante, hace unos años, Football Manager comenzó complejo un proceso de renovación, física, estética y jugable, del que quizás Football Manager 2019, sea el ejemplo más claro y evidente.
Tomando el control
Football Manager 2019 nos permite tomar las riendas de casi cualquier equipo o club que nos imaginemos. Desde verdaderos monstruos burocráticos con cientos de millones de euros en los bancos y decenas de torneos y copas en las vitrinas a pequeños conjuntos cuya trayectoria no puede ser más modesta. No hay límites ni restricciones en los más de 2500 equipos incluidos en esta versión del videojuego. El objetivo, como suele ser habitual en esta serie de simuladores de gestión no es otro que la de obtener el éxito en cualquiera de las competiciones que nos imaginemos.
En función de nuestras metas, que no siempre deben ser o traducirse en el levantamiento de una copa o un trofeo, podemos valorar si hemos triunfado o no. No hay victoria pequeña. Quizás seamos más humildes y simplemente luchemos por no descender de categoría o división o por disputarnos los primeros puestos con el máximo honor contra clubs más poderosos que el nuestro. El éxito de nuestra campaña o labores, simplemente, lo marcamos nosotros con nuestras decisiones y objetivos.
Ser entrenador es un oficio de fútbol que no conoce ni hace distinciones entre talonarios o vestimentas, y una vez más, se nos otorga las máximas posibilidades de personalización y diseño, brindándonos una completa pantalla de configuración de aspecto físico, así como de intenciones, estilos de juego o tácticas preferidas. Esa disyuntiva entre entrenador de traje o de chándal vuelve a estar presente, pero se difumina para darnos un control mucho mayor. Es quizás uno de los mayores aciertos de la entrega de este año, pues se apuesta porque creemos un equipo con nuestra identidad. Puede sonar un poco inocente, quizás incluso suene a boutade, pero los valores intangibles que nos regala Football Manager 2019 nacen de esta nueva filosofía impartida por Sports Interactive en el desarrollo del título: crear un equipo con identidad.
En los últimos años, hemos observado como decenas de equipos y grandes clubs, en las más variadas ligas y competiciones, han apostado por llevar y estrenar filosofías de juego. Lo que parecía una moda que recuperaba el estilo de los equipos o selecciones más clásicas, ha revolucionado por completo el mundo del deporte rey. Ahora las tácticas son mucho más profundas, más importantes en nuestro día a día, y si así lo queremos -una vez más os recordamos que somos nosotros los que configuramos la experiencia y los límites de nuestras acciones-, no solo nos valdrá ganar: también deberemos hacer frente a la perfección y a la fidelidad dentro de los parámetros de las filosofías que lleve nuestro club por bandera. En cualquier caso, si creemos que no merece la pena seguir con el legado de los entrenadores, siempre podemos arriesgar e ir más allá creando nuevos sistemas, tácticas, estilos de juego o jugadas impensables.
Es quizás el tercer mayor cambio tras la estética o la filosofía de juego en esta nueva edición anual del título: el cambio de gestión en el entrenamiento. Si echamos la vista atrás, Football Manager siempre se ha caracterizado por tenernos completamente absortos en pantallas que simulan la preparación física y táctica de nuestros jugadores. Es el lugar en el que se hace el trabajo sucio, y en el que más tiempo pasamos, pues de ahí parten los éxitos o los fracasos. Perfeccionar una plantilla no es fácil, y menos cuando hay tantos factores que pueden salir mal en un partido. Lo imprevisible de este deporte volverá a estar presente, ya que además de elegir jugadas o posiciones, en Football Manager 2019 podemos además diseñar o escoger sesiones pensadas para el alcanzar el pico de forma física de nuestros jugadores, recuperar jugadores de lesiones o incluso perfeccionar las habilidades de algunos de los componentes de nuestro conjunto para otorgarle roles muy específicos. ¿Necesitamos un jugador que tenga un punto de velocidad extra para subir o bajar las bandas? ¿Un auténtico experto en tirar faltas? Con paciencia, tiempo y los jugadores adecuados, no habrá más límite que nuestras propias autoimposiciones.
Es el día a día de Football Manager. Comenzamos temporadas, realizamos ajustes, contestamos los correos de nuestro personal, nos ponemos éxitos y límites al arranque de las competiciones y lidiamos con la directiva, los periodistas y los jugadores más rebeldes y díscolos -y con sus agentes, claro-. Las dinámicas de charlas y de comunicación siguen estando ahí, y dado que fueron uno de los aciertos de las ediciones anteriores, ahora cobran especial importancia. No podemos tener a jugadores pasotas o poco activos, ni descuidar su forma física o sus cualidades innatas.
Marcar una filosofía férrea como entrenadores, tanto de cara a la galería como de puertas adentro, es vital para mantener una imagen de cohesión que nos garantice el éxito. No, no se trata de rolear en nuestro papel como manager, pero sí de meternos en el papel. Una vez saltamos al césped, la suerte está prácticamente echada. ¿Podemos modificar un resultado adverso? También. Reaccionar a los destinos fatídicos que nos puede deparar el fútbol es otra de nuestras tareas ineludibles, y desde la banda podemos cambiar cambiar un mal partido. En entregas anteriores, a veces, nos sentíamos demasiado atados a ciertos aspectos prefijados y notábamos como se resolvían casos o momentos en los encuentros de una manera un poco arbitraria. Ahora, gracias a los ajustes previos y durante los partidos de fútbol, sentiremos que tenemos un poco más el control. Y eso, en un videojuego de la talla de la propuesta de Sports Interactive, es vital.
Estrenando y entrenando características
Mejorar una fórmula tan compleja, extensa y llena de aspectos como la de Football Manager es difícil. Sobre todo porque los márgenes para cambiar y ajustar características jugables y opciones de configuración se reducen cada año. Sin embargo, Sports Interactive parece que con Football Manager 2019 quiere plantar un antes y un después en la saga. Ya hemos visto la forma en las que las dinámicas y las charlas o incluso el cambio del mercado de fichajes, influyeron en entregas posteriores, modificando el devenir o el transcurso de los partidos y los periodos entre ellos. Este año, y más allá de un cambio de interfaz -del que hablaremos en profundidad- se ha apostado por un nuevo sistema o tutorial que nos ayude si es nuestra primera vez con un juego de esta características.
En SEGA y Sports Interactive son conscientes de que su videojuego es complejo y abrumador para un novato que quiere disfrutar por primera vez de toda su propuesta jugable. Cuando hablamos de la labor de entrenador o gestor se incluyen muchos intangibles en su definición de tareas, muchas de las cuales ya hemos asimilado a lo largo y ancho de los años y ediciones, pero que son complicadas de explicar. Por ello, se han diseñado las llamadas iniciaciones, unos sistemas que permiten que los novatos y los que se hayan despegado un poco de la serie puedan profundizar de manera bastante exhaustiva en los aspectos claves del videojuego. Son unos tutoriales muy completos y recomendables, que van ofreciendo información sobre las tareas, las dinámicas o los requisitos que tenemos que cumplir en el videojuego. Si bien están muy pensados para los jugadores que lleven menos tiempo en la saga o aquellos que se asoman a ella de manera puntual, su labor es tan recomendable que no es mala idea que los tengamos activados para refrescar nuestra memoria o ayudarnos a establecer una rutina de juego más eficiente. Es otra muestra de la personalización de experiencia de juego de la que siempre ha hecho gala Football Manager como serie.
El núcleo jugable parece idéntico en comparación a Football Manager 2018 pero nada más lejos de la realidad. En la faceta táctica y de entrenamiento, como os comentábamos al comienzo del análisis, se han emprendido una serie de cambios y renovaciones que suponen un verdadero punto de inflexión. El nuevo módulo de entrenamiento ofrece nuevas opciones, como sesiones preparatorias, programas definidos y específicos y una serie de sistemas pensados para sacarle el potencial a los nuevos fichajes o estrellas prometedoras y a los jugadores más asentados de la élite del deporte rey. Esto, que puede parecer una mera estratagema publicitaria para justificar una secuela anual, se convierte en el verdadero motor jugable de la edición de este año. Es un sistema muy real, creíble y orgánico, que nos permite ser conscientes de las vicisitudes y de lo complejo que es crear un programa de entrenamientos eficiente para nuestra plantilla. No se trata de ponerlos a correr, sortear conos o a hacer estiramientos para estar a tono. Desde Sports Interactive reconocen que para extraer muchas de las mecánicas que hemos visto en esta secuela, se han pasado un año entero hablando con entrenadores y preparadores físicos para saber de qué manera se trabajan en los entrenamientos, o cuáles son las jugadas y la forma en la que los entrenadores deciden aquellos mecanismos que el equipo representará en el terreno de juego el día del partido.
Tenemos mucho más control, pues los estilos tácticos predefinidos son mucho más variados, y además existe la posibilidad de crear híbridos o especificar incluso más en las instrucciones de equipo, ofreciéndose ante nosotros la opción de crear un equipo que tenga una filosofía distinta en sus fases de ataque, transición, posesión o defensa. Es aquí dónde entra el nuevo sistema de tácticas, que deja atrás sus férreos convencionalismos anteriores -excesivamente clásicos y atados a patrones muy básicos de posicionamiento- para adentrarse en la era del fútbol moderno pero sin dejar de mirar al pasado. Siguiendo con la tónica de elegir filosofía en nuestros métodos de juego, Football Manager 2019 hace hincapié en el llamado estilo táctico. Estas filosofías de juego, verdaderas armas arrojadizas entre los entrenadores y los aficionados, representan los estilos tácticos más conocidos del balompié, y en ellos encontramos desde el popular tiki-taka al catenaccio, pasando por el gegenpress o variantes del combinativo. Hay un buen número de ellos -todos con sus pros y contras, así como con diferentes descripciones-, y estarán a nuestra entera disposición.
Pero como no hablamos de un juego sencillo, también os adelantamos que podemos perdernos en una pléyade de ajustes en cada uno de ellos. Es decir, podemos elegir que nuestro equipo adopte un rol centrado en la posesión del balón como método de control y presión de cara al rival, defendiendo siempre con la pelota en los pies y buscando la manera de penetrar en el campo rival. Pero al mismo tiempo, podemos definir nuevos roles o darle importancia a jugadores concretos, invitándonos a que adaptemos un estilo a nuestros intereses, difuminando los límites entre filosofías. ¿Tenemos un jugador con capacidades excepcionales en el control del esférico? Pues se potencia su papel en la plantilla. Diseñar instrucciones específicas -cuando tenemos el balón, cuando hay ataque o defensa o incluso cuando no poseemos la pelota- es algo que siempre habíamos deseado ver en Football Manager, ya que se generan una serie de automatismos muy saludables que marcan por completo la imagen de nuestro equipo y que nos hacen ver que en esta edición el trabajo de los entrenamientos y la preparación tienen un peso real en los resultados y que ya no se trata de un simple trámite.
El mundo del fútbol está inmerso en un profundo cambio a niveles tecnológicos que están incluso modificando la manera en la que se disfrutan, disputan y visualizan los partidos. El pasado mundial celebrado en Francia estrenó por todo lo alto la tecnología del videoarbitraje o VAR, un sistema que permite que los árbitros puedan revisar y consultar las jugadas a través de monitores y equipos externos para poder emitir así un juicio más firme y justo. En el videojuego encontraremos dos tipos de VAR: uno de ellos en el que el árbitro usa el televisor situado junto al terreno del juego para estudiar su decisión inicial y otro en el que el colegiado está en constante comunicación por auricular con los asistentes en la sala de VAR. Para aportar más realismo, Football Manager 2019 usa ambos en función de las competiciones, ya que hasta la fecha, no todas las ligas europeas han dado el salto y hay algunos torneos de gran prestigio que todavía no han dado el salto a esta revolucionara técnica. En los partidos su inclusión, que podría ser anecdótica y estéril -hablamos de una inteligencia artificial-, tiene cierto peso. Junto al VAR, en otras competiciones tendremos la llamada tecnología de la línea de gol. Este tipo de revisión telemétrica nos permita saber en la repetición, y dese una perspectiva cenital, si el balón cruzó o no la línea de gol, evitando los llamados goles fantasmas.
Si bien esto en los partidos genera cierto impacto -en Football Manager los árbitros cometen errores y ahora se genera otra capa jugable-, lo curioso del VAR y el videoarbitraje es que crean toda una revolución en redes sociales, prensa y comentarios tras la finalización del encuentro. En las ruedas de prensa y similares, seremos bombardeados constantemente con preguntas, cuestiones o comentarios personales sobre la influencia del VAR y el cambio que proporciona la irrupción de las nuevas tecnologías en el transcurso de los encuentros. Esto nos ha gustado especialmente, ya que por una vez, nos sentimos partícipe de un cambio que es ajeno a nosotros y que dictamina con seguridad el éxito o el fracaso de según qué partidos o competiciones.
Nueva imagen y un cambio sin precedentes en la serie
Football Manager en sus inicios, seguía los estamentos visuales de lo que debía ser un videojuego de gestión de fútbol, y por lo tanto, hablábamos de menús aburridos, de pocos colores y muchos números. La saga fue cambiando poco a poco hacia interfaces más cómodas, con menos menús contextuales y desplegables, invitándonos a conocer todo lo que se gestaba en pantalla de un simple vistazo. La irrupción de sistemas coloridos, simples en forma y diseño, más minimalistas y visualmente atractivos en los smartphones, impregnó a Football Manager que cambió por completo hace ya unas cuantas ediciones. Ahora Football Manager 2019 estrena una nueva apariencia de juego que ofrece una presentación aún más limpia, actualizada y fácil de comprender. Se trata de un nuevo vuelco estético que aleja una vez más a la saga de las ya superadas formalidades y la adentra en un terreno más práctico. Sin ir más lejos, Sports Interactive ha confirmado que mucho de los cambios vienen auspiciados por los comentarios y recomendaciones de la comunidad tras la edición del año pasado, que ya acertó en ajustar ciertos elementos visuales que ahora se cristalizan en la versión de 2019. Ya no es únicamente lucir bien, se trata de poder acceder en apenas clicks a lo que estamos buscando, algo que en un videojuego como este es muy importante.
Este año, Football Manager incorpora un elemento rompedor: Sports Interactive ha firmado un acuerdo para la adquisición de los derechos y licencias de la Bundesliga y la Bundesliga 2, el equivalente a la primera y segunda división del fútbol alemán. De esta manera, tenemos 36 clubes completamente recreados al milímetro, con escudos, equipaciones y rostros idénticos a los de sus homólogos reales. Esto todavía no se aplica a otras competiciones y ligas -el título cuenta con más de 2500 jugadores y 500.000 nombres y perfiles de profesionales de 51 países distintos-, pero creemos que es un primer paso importantísimo para abrir la puerta a futuras adaptaciones de ligas muy importantes y de resonancia mundial, como la inglesa o la española. Si en un par de años este cambio se acaba asentando, Football Manager puede poner punto final a una de sus principales carencias en términos de simulación.
La profunda renovación estética y jugable confluye también en la representación de los partidos. Cuando Football Manager estrenó motor gráfico 3D, lo celebramos por todo lo alto. El juego dejaba atrás las aburridas representaciones en 2D de chapas y similares, muy útiles en otros tiempos, para adentrarse en partidos recreados con cierto detalle en tres dimensiones. Sin embargo, y siendo francos, no eran muy allá. Servían para ganar enteros en la presentación y se aplaudió en su momento por el brutal cambio que pegó el juego en este ámbito, pero la innovación se fue apagando y seguían luciendo estancados varios años después. No esperábamos la quintaesencia de los partidos de fútbol en tres dimensiones en un juego de gestión, pero sí es cierto que nos desilusionamos a las pocas ediciones tras ver la cierta pasividad de los desarrolladores a la hora de crear partidos, estadios o jugadores realistas. Sin embargo, creemos que en Football Manager 2019 hay ciertos aspectos que se han mejorado considerablemente.
No os engañaremos, los partidos siguen luciendo regular, y están desfasados en decenas de elementos, pero hay nuevas animaciones -según sus responsables, hasta 500 nuevas capturadas directamente de profesionales del deporte rey en maratonianas sesiones de captura por movimiento-, el motor para ir más fluido y con menos retardo en las representaciones de las jugadas y la idea del VAR y el videoarbitraje aporta cierta variedad. En lo que sí habría que trabajar más es en la representación sonora del título, que sigue arrastrando problemas y sigue consiguiendo que los partidos más importantes para nuestro futuro pierdan cierto grado de epicidad por culpa de una mala sonorización. Los encuentros pierden mucha emoción por una serie de efectos de sonido muy rudimentarios y poco trabajados, algo que deja cierta sensación de efecto metálico. Football Manager 2019 está traducido al castellano.
Conclusiones finales
Football Manager es una saga cada vez más difícil de evaluar si no se tiene una experiencia previa en el género. Sports Interactive emprendió hace unos años un salto cualitativo en aspecto y mecánicas de juego que ahora comienzan a materializarse y tomar forma. El gran apego de la comunidad a esta licencia, que se ha quedado reinando en solitario en el mundo de los gestores de fútbol, ha conseguido auparla a lo más alto gracias a una serie de sinergías que consiguen que cada entrega mejore en base a sus comentarios y críticas. Football Manager 2019 es una de las ediciones más arriesgadas y más grandes de los últimos años, tanto a nivel visual y estético como en cuestiones jugables.
Hablamos de un videojuego que se toma en serio la inclusión de tácticas y estilos de juego que han marcado un antes y un después en el mundo del fútbol, y que además, consigue empaparse de la filosofía balompédica que tanto se usa a día de hoy para defender el corazón y la mente de un club frente a sus rivales. La llegada del videoarbitraje, así como la incorporación de un modo de entrenamiento más complejo y profundo, consiguen que cada partida se sienta distinta y más inmersiva que nunca, alejándonos un poco de la rutina forzosa de entregas anteriores. Es un juego lleno de posibilidades, más que nunca en la serie, que consigue con la edición de este año dar forma a unos contenidos y valores intangibles del mundo del fútbol de la manera más divertida, entretenida y absorbente.
Hemos realizado el análisis en PC gracias a un código proporcionado por Koch Media.