Análisis Final Fantasy XIV: Endwalker, el gran final de la fantasía (PC, PS5, PS4)
En los últimos diez años hemos presenciado un cataclismo que cambió para siempre la faz del mundo, derrotado a innumerables Primals, detenido los planes del imperio garleano una y otra vez, puesto fin a una guerra milenaria entre hombres y dragones, liberado naciones y devuelto la oscuridad a un mundo condenado por la luz. Nos hemos convertido en héroes y en los elegidos de la mismísima Hydaelyn, pero por el camino hemos visto amigos caer, contemplado auténticos horrores y descubierto las verdades ocultas sobre el pasado del planeta que nos vio nacer y que tantas veces hemos luchado por salvar. A fin de cuentas, nadie dijo que el camino del Guerrero de la Luz fuese fácil, pero eso no nos ha impedido seguir adelante y continuar con una lucha que ahora, gracias al reciente lanzamiento de Final Fantasy XIV: Endwalker, llega a su fin para cerrar de manera impecable una de las mejores y más emocionantes historias que jamás se han escrito para videojuego alguno.
El gran final de una fantasía maravillosa
Antes de que nadie se alarme: no, Endwalker no supone el final de Final Fantasy XIV, pero sí que cierra por fin el arco argumental de Hydaelyn y Zodiark que ha estado desarrollándose a lo largo de todos estos años, poniendo un punto y aparte que permitirá al juego narrarnos una historia completamente nueva en el futuro, la cual dará el pistoletazo de salida con la llegada del parche 6.1.
Por ello, el equipo de desarrollo lo ha dado absolutamente todo con tal de ofrecernos una conclusión a la altura de lo que han estado construyendo durante esta última década, atando todos los cabos que quedaban sueltos, dando respuestas a la mayoría de incógnitas y elevando la escala del conflicto hasta límites insospechados, por no hablar de algunos encuentros que llevábamos años esperando y que no nos han decepcionado lo más mínimo.
Resulta muy difícil hablar de la trama de esta expansión sin caer en spoilers, así que solo diremos que nuestro objetivo será evitar la llegada de los Días Finales, lo que supondría el fin de toda vida conocida. Esta misión nos hará emprender un viaje en el que nos esperan sorpresas y giros de todo tipo, nuevas y espectaculares regiones, múltiples momentazos que nos han puesto los pelos de punta en no pocas ocasiones y personajes con los que resulta imposible no empatizar.
La narrativa es exquisita y todo está escrito con un gusto impecable, lo que se traduce en una trama que toca temas sensibles desde un prisma muy interesante que ha mantenido nuestro interés de principio a fin. Además, los diálogos son geniales y a los guionistas no les ha temblado el pulso a la hora de añadir secuencias realmente duras que nos muestren toda la crudeza de las situaciones que nos tocará vivir, llegando a bordear incluso el género del terror en alguna que otra escena.
Lo mejor es la propia coherencia interna que mantiene el guion en todo momento, ya que tiene en cuenta hasta el detalle más nimio y los personajes más secundarios para crear un relato sólido y enriquecido por un extenso y profundo trasfondo al que se le ha ido dando forma año tras año. Da igual cuánto busquéis, pues no vais a encontrar agujeros ni contradicciones de ningún tipo. Aquí todo tiene su explicación y la narración nunca rompe las reglas de su propio universo, por lo que no hay nada que ocurra "porque sí". Y si los protagonistas se tienen que quebrar la cabeza para llegar a un lugar porque nuestra habilidad para teletransportarnos y viajar rápidamente por el mundo se rige por unos principios muy concretos, lo harán.
Quizá pueda sonaros exagerado, pero esta clase de esfuerzos narrativos que tan comunes son en la literatura no son tan frecuentes de ver en un videojuego y menos cuando se trata de una obra completamente online como la que nos ocupa. No es que esto os vaya a pillar de nuevas si habéis jugado con anterioridad a Final Fantasy XIV, pero es algo que queríamos destacar por lo mucho que nos ha impresionado la forma tan redonda en la que se han cerrado todas las subtramas y la historia principal.
Y sí, podéis esperar una recta final de auténtico infarto que es Final Fantasy en su estado más puro, alcanzando una escala y épica que nos ha tenido durante las últimas horas con una inconsciente sonrisa de oreja a oreja mientras alucinábamos con el recital de momentazos, combates, referencias a la saga, jefes y mazmorras.
Eso sí, aquí conviene destacar que los primeros compases de Endwalker son muy lentos y pausados, por lo que le cuesta bastante arrancar. Esto no quiere decir que nos hayamos aburrido durante las primeras horas, ya que todo lo que nos cuentan es muy interesante y transmite la sensación de estar preparando el terreno para lo que vendrá más adelante, pero sí que os recomendamos jugar con calma y disfrutar pacientemente del viaje.
No en vano, os avisamos que la cantidad de secuencias de vídeo de esta expansión se ha disparado por completo y que rara es la que baja de los 15 o 20 minutos, por lo que vais a estar más tiempo leyendo que jugando. Si no fuese por lo apasionante que es la trama esto lo habríamos podido llegar a ver como algo negativo, pero sí que nos gustaría que esto en un futuro se equilibrase mejor y que nos den un papel más activo y con misiones más interesantes que vayan más allá de simplemente ir de un lado a otro activando vídeos. Sí, esto es algo que se ha intentado con la introducción de secciones en las que nos acompañan ciertos personajes o en las que debemos seguir a alguien sin que nos vea, pero ni aportan demasiado ni son especialmente divertidas.
Batallas inolvidables
Por supuesto, el plato fuerte aquí lo tenemos en las misiones instanciadas, en las mazmorras y en los Trials. Las primeras suelen ofrecernos mecánicas muy únicas y con objetivos muy específicos en las que a veces controlaremos a otros héroes, lo que ayuda a aportar mucha variedad al desarrollo. Tenemos que admitir que nos ha sorprendido comprobar cómo han conseguido hacer que incluso una misión de sigilo sea entretenida, por no hablar de algún que otro momento en el que nos hemos tenido que pensar muy bien cuándo combatir y cuándo no. Además, hay batallas muy espectaculares que nos obligarán a jugar en serio para superarlas.
En lo que respecta a las mazmorras, estas mantienen su estructura habitual: cuatro jugadores avanzando por pasillos repletos de enemigos y con ocasionales enfrentamientos contra jefes. Sin embargo, nos han parecido las mejores de todo el juego, tanto por lo que nos cuentan en ellas como por los divertidísimos y originales combates que nos ofrecen, convirtiendo cada lucha en un enfrentamiento tremendamente disfrutable y satisfactorio que nos obligará a estar pendientes a montones de cosas sin poder pararnos ni un solo segundo. Sumadle la espectacular puesta en escena que tienen y los fascinantes escenarios que recorreremos en ellas y os haréis una idea de por qué nos han gustado tantísimo.
Como no podía ser de otro modo, esto alcanza su máximo esplendor en los nuevos Trials, unos jefes instanciados para ocho jugadores con los que el equipo de desarrollo se ha dejado la piel para hacer justicia a las entidades contra las que nos tocará combatir en esta ocasión. No vamos a extendernos para evitar spoilers, pero os aseguramos que no decepcionan ni un poco, que su dificultad está muy bien medida y que se encuentran entre nuestras batallas favoritas de Final Fantasy alguno.
Quizá el único problema que hay ahora mismo en este sentido sea la escasez de contenidos para jugadores de nivel 90 (el nuevo máximo) que hay tras terminar la historia: tres mazmorras, un par de Trials en su versión Extreme y "farmear" las FATE (eventos públicos) de cada una de las nuevas regiones. Esto irá cambiando en las próximas semanas cuando lleguen las nuevas raids y se introduzca nuevo equipo, pero ahora mismo el mayor entretenimiento está en subir todas las clases que podamos y liquidar cualquier cosa que tengamos atrasada.
La llegada del Sage y el Reaper
Continuando con las novedades de esta expansión tenemos que destacar la llegada del Sage y el Reaper, dos nuevas clases que nos han gustado bastante. El primero es un healer muy peculiar que tiene una forma de curar completamente distinta al resto, pues cuenta con un estilo de juego más proactivo y basado en el uso de barreras. Nuestro objetivo con él no es tanto levantar las vidas de nuestros aliados después de que sufran daños como mitigar sus heridas y mantener un flujo de curas constante que funcionan de manera progresiva, muchas de las cuales podemos llevar a cabo pegando. A cambio, su capacidad para reaccionar a emergencias está un tanto limitada, pero es un job que bien llevado (no es nada fácil de dominar) puede ayudarnos a aligerar bastante el desarrollo de las mazmorras y jefes.
En lo que respecta al Reaper, se trata de un DPS centrado en el combate cuerpo a cuerpo que lucha con una gigantesca guadaña. Su mayor peculiaridad reside en su capacidad para poder invocar un avatar y realizar sus acciones más poderosas, algo que nos requerirá gestionar con cuidado nuestra rotación para optimizar la generación de los recursos necesarios para ello mientras mantenemos una marca sobre nuestros enemigos que aumenta el daño que les hacemos. No nos ha parecido especialmente difícil de llevar, es divertida de jugar y sus animaciones y efectos son todo un espectáculo, así que estamos convencidos de que va a gustar mucho.
Otras novedades
Por lo demás, no hay mucho que comentar más allá del reequilibrado general que se ha hecho de todas las clases con la introducción de nuevas habilidades, algunas de las cuales han cambiado casi por completo como el Monk o el Summoner, cuyas mecánicas han sido completamente revisadas para hacerlas más divertidas y gratificantes.
También cabe señalar que se han añadido las versiones masculinas de las Vieras como raza jugable y que hay una gigantesca cantidad de pequeñas mejoras de calidad de vida aquí y allá que, aunque sutiles, se agradecen bastante, como la reducción de los valores numéricos de las estadísticas de los personajes y enemigos (se acabó eso de ver cifras ridículamente altas ocupando toda la pantalla mientras nos enfrentamos a jefes con millones y millones de puntos de vida) o la nueva interfaz para usar la Aethernet de cada ciudad.
Una dirección artística impecable con un lanzamiento accidentado
Al tratarse de una expansión no hay grandes mejoras en lo gráfico (las texturas siguen teniendo una resolución bastante baja y se nota que es un juego con una década ya a sus espaldas), pero sí en lo artístico, lo que nos deja con algunos de los mejores escenarios de todo el juego, con un diseño de enemigos espectacular y con una puesta en escena para ciertos momentos y situaciones que nos han dejado con la boca abierta.
La parte negativa la tenemos en los problemas de servidores que está sufriendo el título desde que se lanzó Endwalker por la avalancha de jugadores que quieren entrar a jugar, lo que está propiciando frustrantes colas de espera de varias horas que pueden sufrir un molesto error que nos mande de vuelta a la última posición. Una vez superas este trámite y estás dentro todo funciona de maravilla y no hemos sufrido ni una sola desconexión, bug o "lagazo" que haya entorpecido nuestro disfrute de la aventura, pero tener que esperar entre cuatro y cinco horas para poder jugar cada vez que te quieres conectar pasado el mediodía (por la mañana apenas hay congestiones, especialmente entre semana) dista de ser lo ideal.
De hecho, no parece que sea algo que se vaya a poder solucionar dentro de poco (Square Enix está intentando comprar nuevos servidores, pero la crisis de los semiconductores lo está impidiendo), lo que ha llevado a la compañía a tomar la drástica decisión de suspender temporalmente la venta del juego y regalar días gratis a sus usuarios (21 días por ahora, aunque pueden ser más si los problemas persisten).
Finalmente, nos vemos en la obligación de aplaudir con todas nuestras fuerzas su apabullante banda sonora, una extensa maravilla que juguetea con todo tipo de estilos para convertirse en un elemento más de la narración. Tanto es así que está magistralmente usada para que cada tema tenga un significado concreto y muy especial capaz de decirnos mucho más con unas pocas notas que cientos de palabras. Y sí, tanto las nuevas composiciones como las ya conocidas y sus remezclas son verdaderas obras de arte. Como era de esperar, los efectos no se quedan atrás y el doblaje sigue estando en japonés e inglés con subtítulos en la lengua de Shakespeare.
Conclusiones
Final Fantasy XIV: Endwalker es el broche de oro a toda una década de durísimo trabajo que concluye de manera inmejorable una de las historias más fascinantes que se han escrito nunca para un videojuego. Es increíble ver cómo lo que empezó siendo un desastre aparentemente insalvable ha llegado a convertirse a día de hoy en el MMORPG de referencia y en una de las mejores entregas de la veterana y aclamada saga de Square Enix. Una experiencia imprescindible y toda una carta de amor capaz de captar muchísimo mejor que la mayoría de iteraciones numeradas offline la esencia que tanto nos conquistó de esta mágica serie.
Quizá como expansión no sea nada revolucionario y apuesta sobre seguro en lo que a estructura, mecánicas y desarrollo se refiere, pero estamos hablando de un título que nos ha recordado algunas maravillosas sensaciones que creíamos haber olvidado a la hora de vivir una gran aventura en un videojuego, lo que habla mucho y muy bien de lo que Naoki Yoshida y su equipo han conseguido hacer.
Desde que renació con A Realm Reborn no hemos parado de recomendároslo a pesar de no saber cómo iba a terminar la historia, pero ahora que ha concluido y que podéis disfrutarla hasta el final, pocas excusas quedan para no probar una obra que ha llegado a darnos a millones de jugadores de todo el mundo muchísimo más de lo que jamás hubiésemos soñado. ¿Qué nos aguarda su futuro? Estamos deseando descubrirlo, pero la historia del Guerrero de la Luz, Hydaelyn y Zodiark ya tiene su hueco en el Olimpo de las mejores fantasías finales. Y Emet-Selch también, por supuesto.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para PC que nos ha facilitado Ziran.