Análisis Disc Room, una idea muy sencilla magistralmente ejecutada (PC, Xbox One, Switch)
Nos hemos acostumbrado a que cada vez los juegos sean más y más complejos con superproducciones que traen consigo todo tipo de intricados sistemas y mecánicas que requieren de numerosos tutoriales por los que debemos pasar antes de poder obtener algo de diversión. Tanto es así que a veces parece que olvidemos que la idea más simple, sencilla y directa, puede ser también la más divertida.
Y esto es justo lo que nos hemos encontrado en Disc Room, una nueva propuesta indie fruto de la colaboración de Terri Vellman (Heavy Bullets), Doseone (Enter the Gungeon), Kitty (Minit) y JW (Minit). ¿Su premisa? Sobrevivir todo lo que podamos en salas repletas de discos mortales que nos cortarán por la mitad a la mínima que nos rocen. ¿El resultado? Un juego divertidísimo, adictivo y sorprendentemente bien ejecutado.
Esquiva, fracasa y vuélvelo a intentar
Así pues, nos encontramos ante una peculiar aventura de perspectiva aérea en la que tendremos que avanzar por un laberinto de salas en las que nos encerrarán junto a montones de sierras giratorias deseando hacernos picadillo. Nuestro único objetivo en estas habitaciones será simplemente mover al personaje para aguantar con vida lo máximo que podamos, algo que os podemos asegurar que no es nada sencillo.
Con esta idea tan asombrosamente básica, sus desarrolladores han sido capaces de montar un juego entero repleto de secretos que siempre consigue sorprender y ofrecer nuevos e inesperados desafíos que nos obligarán a adaptarnos constantemente a los peligros y retos que nos vayan planteando, lo que se acaba traduciendo en un viaje variado, divertido y con una capacidad para atrapar que no debe ser subestimada.
A nivel jugable todo se resume en esto que hemos comentado y lo único que tendremos que preocuparnos es de mover a nuestro héroe por la pantalla esquivando los temibles artefactos mientras buscamos los huecos que dejan entre sí para recolocarnos y alcanzar lugares seguros. A esto tenemos que sumarle una serie de habilidades que podemos aprender como un sprint, la posibilidad de clonarnos o el poder para ralentizar el tiempo, aunque, eso sí, solo podremos equiparnos con una sola de ellas de forma simultánea, algo que tendremos que decidir entre sala y sala (o entre reintentos). Y eso es todo. No busquéis un sistema de progresión, ni movimientos adicionales, ni personajes extra con propiedades únicas, ni nada que altere este núcleo jugable, ya que aquí lo que prima es saber movernos y sobrevivir lo máximo posible dependiendo única y exclusivamente de nuestros reflejos y habilidad con el mando.
Lo primero que nos ha sorprendido es lo divertida que resulta esta premisa en la práctica, algo de lo que tienen mucha culpa sus exquisitamente precisos controles. Casi sin darnos cuenta acabaremos "picándonos" e intentando superar nuestras propias marcas, repitiendo las mismas salas una y otra vez para así batir los tiempos de nuestros amigos, de los desarrolladores y, evidentemente, los nuestros propios, algo que no suele ser fácil, ya que cuanto más segundos pasan, más discos y peligros llenan la pantalla para dificultar nuestra supervivencia.
Sin embargo, la auténtica magia del juego reside en la enorme imaginación que han tenido sus responsables para darle infinidad de vueltas a su premisa, retorciendo su base de multitud de maneras para que nunca se vuelva repetitiva y siempre nos sorprenda. De entrada nos encontramos con que existen decenas de discos distintos: grandes, pequeños, moviéndose en círculos, en línea recta, a toda velocidad, que lanzan más discos, que se clonan, que ralentizan el tiempo a su alrededor y otras muchas locuras que deberéis descubrir y que os harán replantearos todas vuestras estrategias a la hora de sobrevivir.
Si a esto le sumamos que hay salas de todo tipo y que en ellas deberemos estar pendientes a diversos retos, como activar baldosas o colocarnos en una zona concreta para que el tiempo cuente, vislumbrar los discos en salas con una iluminación intermitente que apenas nos dejan ver lo que hay a nuestro alrededor, evitar que nos coma una monstruosa boca que se dedica a dar bocados bajo nuestros pies o recoger unas esferas para poder dañar a los "jefes", os podréis hacer una buena idea de lo variado que resulta su desarrollo.
Es más, para avanzar por el laberinto y desbloquear nuevas salas deberemos cumplir todo tipo de requisitos, como morir a causa de diferentes tipos de discos, sobrevivir durante 20 segundos en una o varias salas, etcétera. Esto es algo que funciona genial, ya que siempre nos están planteando nuevos objetivos y hace que la exploración sea mucho más interesante, especialmente si lo que buscamos es conseguir el 100% y verlo todo. De hecho, existen algunos secretos y requisitos muy crípticos, con salas a modo de puzle que nos harán quebrarnos la cabeza para descifrarlas.
Como veis, con algo tan aparentemente simple como esquivar discos se ha conseguido crear un videojuego entero, muy bien estructurado, con entidad propia y con unos valores rejugables altísimos que nos ofrece diversión rápida, directa y sin complicaciones. En total, completar la historia principal (narrada a través de unas ligerísimas viñetas) es algo que no nos debería llevar mucho más de una hora, aunque claro, si pretendéis conseguir el 100% y superar su Modo Difícil la cifra se dispara, ya que se trata de un título muy desafiante en el que las muertes de vuestras primeras sesiones se contarán por centenas.
Por supuesto, aquí también debemos tener en cuenta lo rejugable que es y los desafíos especiales que nos proponen, como llegar hasta el final en menos de 15 minutos o sin morir un número determinado de veces, lo que nos requerirá muchas horas de práctica y conocernos el título al dedillo.
Quizá con todo esto que os hemos comentado os haya intimidado su dificultad, pero podéis estar tranquilos, pues se han incluido numerosas opciones para configurar el nivel de reto a nuestro gusto, tanto al alza como a la baja, ya sea modificando la velocidad de juego o las exigencias de los requisitos para desbloquear salas.
Como podréis suponer, en lo visual se trata de un título muy simple y austero con unos gráficos 2D puestos al servicio de la jugabilidad para hacer que todos sus elementos siempre sean fácilmente reconocibles y nunca perdamos de vista a nuestro personaje ni los discos. Todo es muy básico, sí, y en lo artístico no enamora, pero cumple su papel. Algo parecido ocurre con su banda sonora, muy movida y frenética para meternos tensión durante las partidas, pero a la que difícilmente tendremos tiempo de prestar atención. Eso sí, los efectos nos han gustado bastante, ya que suenan con toda la contundencia que deben para dejarnos claro cuándo nos han aniquilado.
Conclusiones
Disc Room nos ha supuesto una sorpresa muy agradable. Un juego que dentro de su sencillez esconde una propuesta muy divertida, adictiva, rejugable y ejecutada con mucha inteligencia. Quizá nos hemos quedado con las ganas de ver más tipos de salas o discos, ya que muchos de estos últimos acaban siendo demasiado similares entre sí, pero si os apetece un título ligero, desafiante y que os ofrezca diversión directa y sin complicaciones, aquí tenéis una compra muy recomendable.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para PC que nos ha ofrecido Devolver Digital.