Análisis de Demigod (PC)
Teníamos muchas esperanzas depositadas en el nuevo juego de los creadores de Supreme Commander, Dungeon Siege o Total Annihilation, Gas Powered Games, pero del mismo modo que ocurrió con el reciente Space Siege, el resultado final no alcanza las expectativas generadas en torno al proyecto. Principalmente, porque aunque estamos ante un buen título que combina de una forma acertadísima la acción, el rol y la estrategia, todas las buenas ideas que envuelven al título quedan en un segundo plano por culpa de otro tipo de errores que merman considerablemente el resultado final. Veamos por qué.
Directo al juego multijugador
En el Olimpo queda una plaza vacante y son muchos los candidatos dispuestos a hacerse con ella. Así comienza Demigod, un título de estrategia, acción y rol en el que ocho semidioses (los conocidos como demigod) medirán sus fuerzas con el único fin de ganar el torneo que les dará acceso al paraíso. Cada uno de estos descomunales seres contará con una serie de habilidades especiales propias que los diferenciarán entre sí, dándonos por tanto la oportunidad de disfrutar de la acción de la forma en que nosotros deseemos. No en vano, estas divinidades contarán además con un árbol de habilidad que podremos desarrollar a nuestro gusto invirtiendo en él los puntos de experiencia obtenidos durante las partidas, enfocando así la acción hacia los caminos que deseemos.
Estos seres, que como decimos serán diferentes entre sí no solo a nivel estético (su diseño resulta francamente espectacular, todo hay que decirlo), se englobarán en dos estilos de juego notablemente diferenciados. Así, podemos encarnar a un demigod englobado en el grupo de los asesinos, que serán criaturas centradas sobre todo en el combate, o guiar a uno de los semidioses pertenecientes al rango de generales, que serán muy buenos combatiendo, pero que destacarán ante todo por sus dotes a la hora de liderar a las tropas que le acompañarán y por su capacidad para invocar a todo tipo de seres para que le ayuden en la guerra. Y como bien habéis leído, nuestros semidioses no estarán solos en su lucha. Antes indicábamos que estamos ante un título de estrategia y rol, y es precisamente la posibilidad de guiar a importantes huestes de criaturas mitológicas el aspecto que más incide en el componente estratégico del juego.
En este punto, hay que volver a incidir en el hecho de que disfrutaremos de la acción de Demigod de la forma en que nosotros decidamos. De este modo, perfectamente podemos vivir una experiencia de juego más cercana a la que viviríamos en un título de acción y rol, con un demigod asesino centrado por completo en sus habilidades ofensivas, lo que nos permitirá avanzar por los escenarios de combate lanzando golpes a diestro y siniestro, o disfrutar de la acción de una forma más pausada, con un semidiós fuerte en la retaguardia lanzando conjuros para fortalecer a las tropas mientras, de paso, invoca a todo tipo de seres para que arrasen los puntos clave de los rivales. Toda decisión será vital para el desarrollo de la contienda, algo que nos parece realmente fantástico a nivel jugable. Y es que al final, no todo consiste en lanzar a todas las tropas de golpe hacia las posiciones enemigas.
Demigod es un título enfocado a los combates, es algo que queda patente desde el primer instante de juego, pero nunca se pierde el componente estratégico. Por muy fuerte que sea nuestro semidiós, habrá momentos en los que tendremos que decidir si retroceder a nuestra base para protegerla de los ataques enemigos o si por el contrario continuamos ejerciendo presión sobre las filas enemigas para tratar de vencerles rápidamente. Toda decisión tendrá sus consecuencias en el juego, por lo que arriesgarse bien puede significar perder a nuestro semidiós durante unos segundos (una vez mueren reaparecen al poco tiempo) lo que implica dos cosas básicamente. Por un lado, que nuestras tropas no cuenten con el apoyo de un demigod que les defienda del semidiós contrario, pero también, que todos los objetos que pudiera tener equipados nuestro titán puedan ser recogidos por el avispado enemigo.
Estos objetos, que podremos comprar con los beneficios logrados en cada contienda (controlando las banderas de los rivales o matando a sus demigod), mejorarán los atributos de nuestros semidioses, otorgándoles también la posibilidad de mejorar su salud y poder mágico con diversas pociones, así como adquirir nuevos movimientos de ataque o defensivos. Al final, como hemos ido resaltando a lo largo de estas líneas, todos estos elementos nos permitirán afrontar las batallas de la forma que queramos, consiguiendo así que las partidas a través de Internet, que son el principal atractivo del juego, ganen en intensidad y emoción. No por nada, los ocho escenarios de los que consta el juego han sido diseñados esencialmente para meter de lleno, y desde el principio, a los usuarios en una guerra de dimensiones épicas. Habrá escenarios más pequeños en los que los combates serán una constante, y también habrá otros en los que habrá diversos frentes por los que atacar y ser atacados, consiguiéndose en ambos que siempre estemos pendientes de las acciones del enemigo, que nunca dejemos de pensar en cuál puede ser su siguiente movimiento para contrarrestarlo con una acción más inteligente que la suya.
Como decíamos, dependiendo del demigod seleccionado, nuestra forma de combatir será distinta, aunque el equilibrio entre todos está realmente conseguido. Así, aunque un semidiós asesino tiene grandes posibilidades de vencer a uno dentro del rango de los generales, éstos, en caso de ser bien aprovechados, pueden perfectamente defenderse de sus enemigos causando auténticos estragos entre las filas enemigas. Todo esto se logra gracias a un sencillo sistema de control mediante el cual prácticamente solo con el ratón y en cuestión de pocos clics tendremos ocasión de liderar a nuestro titán y sus tropas sin problemas. Eso sí, en este caso, se echa de menos la inclusión de un tutorial que nos permita hacernos con la mecánica de juego que plantea el título de Gas Powered Games. De ahí que resulte recomendable disputar partidas en solitario antes de dar el salto al modo multijugador, donde ya mediremos nuestras fuerzas contra rivales de gran talla.
Y es éste uno de los principales problemas de Demigod. El título está centrado por completo en su vertiente multijugador, no contando con un modo historia que plantee a los usuarios un reto mientras descubre el argumento del juego. Podemos combatir en los escenarios seleccionando diversos parámetros (podemos ganar destruyendo la base de los enemigos, matando X número de veces a su demigod, etc.), o hacerlo en un torneo de la misma forma, pero no habrá nada que se asemeje al clásico modo campaña de cualquier otro juego de estrategia. De ahí que uno pueda cansarse pronto de la fórmula de juego que ofrece, sobre todo si tenemos en cuenta el reducido número de escenarios que presenta. Pero si a todo esto le sumamos que la que se supone es la mejor cara del juego, su faceta multijugador, es inestable, el resultado no podía ser más decepcionante.
A nivel jugable estamos ante un título al que pocas pegas se le pueden poner. Y esto es así porque el equipo Gas Powered Games ha sabido combinar de una forma acertadísima géneros como la acción multijugador, el rol y la estrategia ofreciendo un resultado más que notable. Sin embargo, como decimos, peca de ser un título poco rejugable si lo que se busca es disfrutar del título en solitario y, en su vertiente en línea, de momento cuenta con demasiados fallos que lograrán que más de uno se frustre al ver como las partidas no pueden concluirse por algún fallo inesperado en la conexión, o directamente tarda muchísimo en acceder a las mismas. Eso sí, entrar en una partida multijugador y disfrutar de un combate contra otros usuarios es una experiencia de lo más gratificante y es donde verdaderamente brillará con fuerza este título.
Hasta cinco jugadores por equipo (un total de diez) pueden medir sus fuerzas en estas espectaculares contiendas siendo, como os podéis imaginar, un espectáculo digno de ver. El problema es que lograr disputar este tipo de partidas ahora es toda una odisea, siendo más recomendable optar por los enfrentamientos 2vs2 o 3vs3. En este tipo de partidas, los elementos estratégicos adquieren una mayor predominancia al tener que coordinar muy bien los movimientos de los miembros de cada equipo para mantener seguras las posiciones propias mientras se asedian las del contrario. Además, el combinar distintos tipos de demigod (unos centrados en el combate y otros de apoyo) ofrece resultados altamente satisfactorios.
Si a todos estos elementos le sumamos un apartado técnico francamente bueno, con un diseño de escenarios y criaturas, con especial hincapié en los demigod, fantástico, y unos efectos especiales de lo más espectaculares destinados a dar forma a los devastadores ataques de nuestros titanes tenemos como resultado una de las experiencias audiovisuales más destacables del momento. Por desgracia, como indicábamos antes, el número de escenarios se nos antoja demasiado escaso tanto para su vertiente multijugador, que es la base del juego, como sobre todo para el juego en solitario, del que nos cansaremos demasiado pronto (aunque la inteligencia artificial de los enemigos y aliados es bastante buena). Eso sí, los ocho que hay presentan un diseño realmente bueno tanto a nivel estético como, sobre todo, jugable: presentan varios caminos, con diversas plantas en las que combatir, y estructuras simétricas para que cada bando sepa aprovechar de la mejor forma posible los recursos con los que cuenta y el entorno sobre el que se mueve.
Conclusiones
En definitiva, Demigod se trata de un muy buen juego, una gran idea llevada de forma notable a nivel jugable pero que, por desgracia, no cumple con determinados requisitos que merman el resultado final. Peca, como hemos visto, de contar con muy pocos escenarios y no dar nada de protagonismo a su vertiente de juego para un solo jugador, lo que ya reduce el público al que pueda satisfacer por completo. Pero si para colmo el título presenta errores en su vertiente multijugador, que es donde radica su principal atractivo, no podemos más que lamentarnos por todo lo que pudo ser y finalmente no ha sido. Eso sí, el equipo de desarrollo perfectamente puede solventar estos problemas con actualizaciones en las que, esperamos, también se añadan nuevos escenarios y semidioses, ya que son dos aspectos a los que todavía se les puede sacar mucho partido.