Análisis de Conga Master (PC)
Una boda sin conga no es una boda. Y si necesitas practicar, nada mejor que Conga Master. Bueno, quizás este juego independiente del estudio español Undercoders no sea la mejor escuela de baile del mundo, pero desde luego que sí es una de esas sorpresa indies que dejan una mejor impresión de la que esperabas.
El concepto de Conga Master es casi tan simple como los pasos de este ritmo que consiste básicamente en formar una cola de bailarines. Su tono alegre y muy poco técnico lo convirtieron en un éxito en las salas de baile y celebraciones más desenfadadas, sobre todo cuando el alcohol ya empieza a surtir efecto. En Conga Master la idea es esa: atraer gente para formar una fila de fiesteros que desbloquee un nuevo escenario. ¿Fácil? No creas. ¿Divertido? Por supuesto.
El modo principal nos invita a seleccionar a un personaje de entre varios –hay unos 30 en total, con muchos para desbloquear que son un guiño a la cultura popular-, con ligeros matices en aspecto, velocidad, giro, distancia y poder de atracción. Estos valores nos indican lo bien que funcionará nuestro contoneo en la pista, donde se encuentra otra gente bailando en solitario.
El control no puede ser más directo: izquierda y derecha. El protagonista avanza incesantemente y vamos controlando su dirección para pasar cerca de las personas hasta que su medidor se rellena –tarda unos segundos-, momento en el cual pasarán a formar parte de la cola. Puede recordar un poco al mítico Snake, un título de los años 70 que se hizo muy popular en la última década por su inclusión en los móviles Nokia, pero hay diferencias. En este caso puedes atravesar la fila sin miedo, cosa que para la serpiente era letal, y la previsión viene por el tiempo.
La barra de Momentum lo es todo en Conga Master. Es algo así como un indicador de nuestro ritmo, y mientras esté activa tenemos energía para seguir bailando. Si llega a cero, la partida se termina. Este Momentum desciende continuamente y la forma de recuperarlo es sumando personajes, y todavía mejor, conseguir combos que añadan a varios integrantes a la vez.
Para lograr dichos multiplicadores, claro, lo mejor es buscar grupos cercanos y afectar así a tres o más bailarines, algo que prácticamente rellenará la barra. La colocación de personajes hemos comprobado que es diferente en cada partida, así que necesitarás prestar atención a su posición y encontrar la mejor estrategia. Una fila amplia crea un efecto bola de nieve, porque afectará durante más tiempo a otra gente.
Las pistas no están exentas de amenazas. Hay cáscaras de plátano o limpiadores que friegan el suelo, provocando un resbalón durante una pequeña distancia. El peligro está en que no es recomendable chocar con la gente, porque resetea su interés por unirse a la conga. Lo mejor es zigzaguear y evitar a camareros o personal que nos obstaculiza la diversión. ¡Y evita que se unan los cerdos!
Los mapas incluyen algunas zonas vip bloqueadas bajo un requisito de personas. Son baños o salas a las que no podrás acceder hasta formar una cola de un determinado número, y por lo general son valiosas porque hay abundante gente en esa área. Además, hay que prestar atención a los iconos de cada persona, pues para lograr la victoria se necesita acumular suficientes bailarines de diferentes categorías. Variedad por encima de cantidad, busca el tipo de personaje que necesitas para maximizar tu jugada.
Entre fase y fase aparece un minijuego donde un ovni abduce a los personajes que hemos reclutado. Está fuera de lugar en la jugabilidad, pero su razón es acortar la fila para que la nueva fase no comience con demasiados integrantes. Los niveles fallidos en cambio nos permiten participar en una ruleta con diversas ayudas, algunas temporales del mismo tipo que los ítems que encontramos en la pista –atracción más fuerte, mayor rango- o nuevos personajes.
La mecánica es simple y en el buen sentido, un poco tonta. Nos ha parecido uno de los juegos indies más adictivos de los últimos meses, y además tiene el punto justo de dificultad, ni muy fácil ni demasiado difícil. Es jugabilidad arcade para repetir consiguiendo mejores récords en cada uno de los siete locales con decoración temática.
Gráficamente es lo que se puede ver en las imágenes, apuesta por sprites de baja definición. Destaca en la pegadiza banda sonora, de la que temíamos que se centraría únicamente en ritmos caribeños, pero resulta que también hay otros estilos que recrean los ambientes, desde una discoteca a boleras o fiesta en un gimnasio.
Además del modo historia encontramos un modo infinito y un multijugador local para cuatro usuarios con seis modos diferentes que nos proponen cortar la conga de los rivales, lograr la fila más larga o competir por un único personaje en toda la pista, entre otros. Una lástima no poder disfrutar en la red de Grand Theft Conga, The Last Conga, Mortal Koga, Cut Conga o Command & Conga, porque probablemente habrá usuarios que no puedan dar mucho uso de estos modos.
Conclusiones
De los eventos de desarrollo rápido Ludum Dare han nacido algunos buenos juegos comerciales, y Conga Master sin duda merece nuestra atención. Para ser jugado en solitario queda un poco corto en lo que ofrece, sobre todo si no eres muy amigo de subir puntuaciones, pero se compensa con un ajustado precio en Steam -8,99 euros-.
En definitiva, uno de esos juegos del que te será difícil desengancharte porque el tiempo pasa volando. Y a diferencia del baile real, no provoca vergüenza ajena.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Rising Star Games.