Análisis de Bridge Constructor Portal (PC)
Bridge Constructor fue un ingenioso juego de puzles basados en físicas que nació al cobijo de los móviles para luego pasar al PC y las consolas. Su título definía a la perfección su contenido: se trataba de crear puentes de distintos materiales -sin pasarse de un presupuesto establecido- para que pudiesen atraversarlos coches o camiones. Después de varios juegos (que incluyen una versión medieval con carros de caballos), Clockstone ha dado un paso que ha dado más renombre al juego al asociarlo con la serie Portal.
Esto convierte a Bridge Constructor Portal en un spin off de la serie de Valve en el que nuestros actos están guiados por GLadOS (con la voz también de Ellen McLain) y los puzles están repletos de numerosos elementos de Portal: torretas, portales, cubos de compañía compensada y geles, por no mencionar a los bendy, esas siluetas negras que transportan los vehículos que debemos llevar hasta el final del nivel y que son tan prescindibles para GLaDOS.
Al pasar al universo creado por Valve, la serie ha perdido la capacidad de trabajar con distintos materiales y se ha simplificado ya que no hay límite de dinero para cada escenario. A cambio, ha ganado unas mecánicas más variadas con la introducción de los elementos nuevos; sobre todo, los portales.
Todo lo que entra por un portal sale por su complementario con la misma dirección y velocidad
Básicamente, todo lo que entra por un portal sale por su complementario en la misma dirección y con la misma velocidad. Poco a poco se va complicando la resolución de los puzles con torretas a las que hay que eliminar o láseres que debemos anular pulsando distintas plataformas al tiempo que construimos puentes colgantes, diseñamos un bucle que catapulte al vehículo o encontramos la manera de coordinar el movimiento de todo lo que hay en el escenario.
Una vez logramos que un vehículo de pruebas llegue al final podemos pasar al siguiente nivel, aunque un reto añadido pone a prueba nuestras construcciones con todo un convoy. El paso repetido de varios vehículos lleva al límite la resistencia de los puentes que se romperán si oscilan demasiado o soportan demasiado peso. El juego no tiene en cuenta los vehículos que logran llegar del convoy; si llegan todos lo dan por superado y, si alguno se destruye por el camino, no da la prueba ni por superada ni por fallida y hay que buscar en el menú la opción de pasar al siguiente nivel si no queremos modificar el recorrido y volver a intentarlo.
Una gran variedad de situaciones que dan alas a la creatividad del jugador
Cada puzle tiene algo diferente; algunos obligan a realizar verdaderas filigranas y llenar la pantalla de construcciones, mientras que para resolver otros hay que pensar de forma lateral y poner en marcha la creatividad. Uno de los mejores valores del juego es que, en muchas ocasiones, no hay una única manera de resolver los puzles pese a que únicamente hay dos materiales para construir los puentes: puntos de suspensión, resistentes pero con una longitud determinada y que necesitan varios apoyos normalmente, y los supercables, más débiles, pero del largo que deseemos. Todos ellos necesitan partir de unos puntos que están distribuidos por los escenarios y que marcan, por tanto, el punto de partida de las construcciones.
Esta forma de construir sigue un sistema de físicas complejo; sin darse cuenta el jugador empieza a pensar en triángulos que soporten pesos, en puntales y tirantas que repartan la tensión del puente y hasta en el grado que debe colocar una plataforma para una correcta refracción de un elemento.
El sistema de físicas es tan realista que el resultado de un puente que ocupa media pantalla puede fallar porque uno de los puntos está ligerísimamente desplazado y hay que ir revisando todos los puntos de suspensión hasta dar con el que hay que mover un milímetro, lo que llega a ser un poco fastidioso. Es distinto cuando un puzle requiere el movimiento coordinado de varios vehículos para llegar al final, o del ajuste necesario para que pase un vehículo, ya que en ese caso forma parte de la resolución del rompecabezas y se ve qué es lo que hace falta; se trata de situaciones en las que despista semejante necesidad de precisión.
Un sistema de control que desaprovecha las capacidades del PC
El sistema de construcción es bastante sencillo, pero tiene un control que se hace raro. Es cierto que el juego nació en móviles, pero lleva las suficientes versiones en otras plataformas para que no hubiese resultado tan limitador en la versión de ordenador. Todo se realiza con los botones principales del ratón, pero el estudio ha decidido no aprovechar el teclado y el propio ratón para algo como borrar varios puntos de apoyo a la vez y hay que ir pulsando uno a uno, y para mover un punto que ya esté colocado hay que seleccionarlo y mantener pulsado el botón del ratón unos instantes para activar el movimiento, como si se tratase de un juego de móvil.
Bridge Constructor Portal logra captar el aspecto de un juego ambientado en Portal, los escenarios son bonitos y destacan los efectos de sonido. La música es correcta, aunque se nos ha antojado un poco corta, no así la duración del juego, aunque depende de la capacidad de cada jugador. Sin problemas dura más de 25 horas, ya que algunos escenarios del último tramo constituyen todo un reto.
La ambientación es buena, las pantallas son casi siempre ingeniosas -alguna realmente sorprendente y estéticamente bella- pero hay algunas cuestiones como el control que podrían ser mejores. Bridge Constructor Portal es un buen desengrasante mental que gustará tanto a los amantes del mundo de Portal como a los que les atraigan los puzles de físicas. En algunos puntos podía haberse pulido más, sin duda, pero es divertido jugarlo y cuesta dejar un nivel a medias o no pensar en cómo solventar una situación cuando estamos lejos del PC.
Este análisis se ha realizado tras jugar con un código de Steam facilitado por Head Up Games