Análisis Borderlands 4: Una evolución en mundo abierto que no sorprende pero que sigue siendo pura diversión (PC, PS5, Xbox Series X)

Borderlands 4 es justo lo que se podía esperar de una nueva entrega dentro de la popular franquicia de Gearbox. Como sabes, nunca se planteó como una revolución, y podemos constatar que no lo es. Sin embargo, su planteamiento es tan bueno que nos recuerda a los mejores títulos dentro de la saga, con una historia que se sigue con interés, héroes y villanos carismáticos, los mejores tiroteos que hemos visto en un Borderlands y una estructura en mundo abierto acertada y de lo más convincente.

Con respecto a Borderlands 3 supone un paso adelante decidido, y se nota de hecho la voluntad de mejorar en aquellos aspectos que no terminaron de convencer a los usuarios. La narrativa está mejor aprovechada, tiene peso en la campaña y ofrece momentos memorables, con un humor más cuidado y efectivo. El diseño de niveles mejora, con elementos de exploración y plataformeo que ofrecen un mayor repertorio de situaciones. La variedad de armas y su atractivo se ha multiplicado, sin sensación de relleno innecesario. No es un juego que llega para reinventar lo existente, pero escucha a la comunidad y actúa en consecuencia para ofrecer un título que (a pesar de sus fallos) nos ha convencido.

Una historia interesante y bien contada

Una de las cosas que mejor funcionan en Borderlands 4 es su estructura. El mundo de Kairos es una amplia región a explorar con varios biomas diferenciados y unas dimensiones de lo más generosas. Hay una gran misión introductoria, y lo interesante es que a partir de ahí tenemos un avance no lineal en que podemos cumplir misiones en el orden que deseemos.

No entraremos en spoilers, pero la historia se articula en torno a varios villanos a los que derrotar dentro de una revolución que trata de poner freno al terrible yugo impuesto por el temible Cronoguardián.

El argumento es muy fácil de resumir, pero eso no quiere decir que sea poco interesante, y de hecho se va llenando de bastantes matices y eventos sorprendentes a medida que juegas. Hay también fan-service y por supuesto no falta el humor tan clásico de la serie, aunque esta vez sin ese toque tan incisivo que se le dio en Borderlands 3. El resultado está más balanceado, y ofrece situaciones y comentarios en que no evitarás esbozar una sonrisa, algo que también debemos a un fantástico doblaje en español. Nos ha dejado muy satisfechos la forma en que se articula el argumento… y no era fácil de conseguir.

Lo decimos más que nada porque se ha optado por un esquema en que tu nivel de progresión va emparejado al de los rivales que te vas encontrando, independientemente de la misión que escojas (algo que facilita esa estructura no lineal de la que hablábamos). Hemos de decir que funciona bastante bien el esquema, y que aquellos que esperabais un reto lo vais a encontrar, porque Gearbox ha priorizado ofrecer un desafío. De hecho, hay picos algo elevados en varios tramos de la aventura, especialmente la recta final, algo que preocupaba a Randy Pitchford, el jefe de Gearbox.

En nuestra experiencia podemos decir que hemos pasado grandes momentos debido a este ajuste, haciendo varios intentos para superar a los jefes, y sin una necesidad imperiosa de salir de allí, obtener mejores habilidades u optimizar nuestro equipamiento. Obviamente, tener el arma precisa ayuda mucho, pero importa más tu habilidad y capacidad para leer las rutinas de los bosses, que hay varios a lo largo de la historia y están magníficamente diseñados. Además, y como ya os contamos en nuestras impresiones, no se trata de llegar y acabar con ellos sin más, sino que poseen un desarrollo argumental, algo que logra motivarte, ya que todos son tan temibles como despreciables.

Cada una de las misiones que dan paso a estos villanos poseen un desarrollo propio, como si fueran historias particulares que apoyan a la trama principal. Hemos de reconocer que el desarrollo de acontecimientos no está nada mal, ya que aunque se nos obliga a ir de un lado para otro (aprovechando el mundo abierto), también hay momentos que no son tan típicos en un shooter-looter. Nos referimos a que hay partes con mecánicas como llenarnos de sangre para que un detector nos deje pasar, activar una serie de mecanismos con nuestro gancho o incluso hacer uso del plataformeo.

No es que sean partes prominentes ni especialmente abundantes, pero sí notorias y nos han resultado un reconfortante alivio jugable entre tiroteos. En cierto sentido, y con estas introducciones, la sensación es que Borderlands 4 abraza más el concepto de aventura que sus predecesores. Pero que nadie se preocupe, porque la acción shooter sigue siendo el núcleo central, y tenemos cosas muy positivas que decir sobre esto, porque aparte de que la dinámica gunplay está depuradísima, también hemos notado una fluidez y caos shooter más vertiginoso y elaborado.

Hay una acción de dash que se vuelve importantísima para evitar el fuego enemigo, especialmente en jefes, y los disparos se pueden combinar con el uso del gancho, además de la opción añadida de mantenernos temporalmente en el aire, hacer un doble salto o dar un puño contra el suelo. Mientras nos deslizamos por el suelo podemos seguir disparando, pero también curarnos y seguir atacando sin perder una décima de segundo. El control se ha optimizado tanto que es vertiginoso, y a medida que pasan las horas lo acabas notando en todas las acciones que vas articulando mientras disparas.

Tiroteos a otro nivel

La posibilidad de llevar cuatro armas, más un artilugio explosivo adicional y las habilidades específicas de tu personaje apoyan aún más esta sensación. Es un juego que completas y aún estás aprendiendo a dominar, lo cual habla muy bien del excelente trabajo realizado por Gearbox. Esto viene reforzado por un plantel de enemigos francamente variado, que responden a distintas facciones y diseños (algunos de ellos de lo más disparatados). Hay enemigos además que no solo te atacan desde el suelo, sino desde el aire, otorgando a los tiroteos una mayor verticalidad que en anteriores entregas.

La IA es el elemento menos agraciado del conjunto. No funciona mal pero es la asignatura pendiente de Gearbox. No es que queramos que todos los enemigos usen coberturas o busquen nuestra retaguardia, porque sabemos de sobra que hay enemigos diseñados para ir en línea recta a por nosotros. Sin embargo, hemos apreciado cosas como que no se percaten de nuestra presencia o que directamente no reaccionen mientras disparamos. Y no han sido pocas veces. Esperemos que esto se arregle en el parche de lanzamiento y sucesivos, porque en nuestra experiencia fue un fallo bastante evidente.

Quitando eso, no tenemos grandes críticas a los tiroteos, sino más bien alabanzas. Y esto viene fundamentado en buena parte por lo acertados que han estado los desarrolladores al plantear el elenco de armas, que como sabéis en Borderlands se basan en ofrecer múltiples combinaciones de estadísticas y características para que siempre resulten diferentes. En Borderlands 3 teníamos un problema. Había cantidad, pero podías encontrarte con dispositivos que querías desechar tras el primer disparo. Aquí esto no nos ha ocurrido con tanta frecuencia. Es más, nos ha ocurrido de forma muy esporádica.

Se nota que Gearbox ha optimizado su sistema de diseño de armas para que la inmensa mayoría resulten estimulantes. Incluso un arma tan poco interesante sobre el papel como lanzar ondas láser a baja velocidad acaba teniendo su gracia, al igual que un francotirador que adhiere bolas explosivas que detonan en el momento en que recargamos el arma. Como siempre, las hay con mayor o menor cadencia, potencia de impacto y tipo de munición, con balas incendiarias, que congelan, dotadas de efectos radiactivos o gravitacionales. Incluso tenemos armas que lanzan rayos continuos de corto alcance o una sucesión de láseres a través de un rifle francotirador que requiere una carga previa.

Mencionar todo lo que hemos experimentado en este sentido es imposible, pero que sepáis que aquí está otro elemento que hace que Borderlands 4 sea más interesante de jugar. Pararte a comparar armas y acudir a tu inventario para escoger qué te quedas y qué vendes tiene más sentido que nunca… es una satisfacción. Porque otra de las cosas que están más cuidadas es la gestión de inventario, con también la posibilidad de adquirir escudos de distinta eficacia (y características), aparte de kits de recuperación de vida que se vuelven fundamentales, especialmente si juegas solo y no tienes ningún jugador que te auxilie.

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Aparte de esto, la otra capa de complejidad viene dada por el personaje que escoges para completar la campaña. Tienes cuatro héroes, cada uno de ellos con sus técnicas y árboles de habilidades específicos (los cuales por cierto son más elaborados de lo que esperábamos). Nosotros profundizamos en Vex, una sirena que tiene dos acciones fulminantes. Una consiste en invocar a una criatura que ataca a los enemigos, indicando el área donde operar. Pero luego hay otra que nos ha gustado incluso más, consistente en invocar clones que temporalmente nos auxilian en los combates y suponen una ayuda crucial (y lo remarcamos) en determinados enfrentamientos.

Un shooter cooperativo con una potente cantidad de contenidos

Borderlands 4 es un título que puede durarte unas 35-40 horas dependiendo de tu ritmo, pero si tienes en cuenta la rejugabilidad que contiene ya solo por el hecho de manejar a otros héroes y completar sus árboles de habilidades (que tiene miga), la duración puede multiplicarse. Y eso por no hablar de la cantidad de actividades secundarias, que incluyen lo típico, pero también tareas más narrativas, que complementan a la historia, o que directamente son un divertido disparate, como contentar a un fan empedernido de los buscacámaras.

Hay algunas actividades adicionales, pero que no resultan lo mejor del juego y están ahí simplemente para experimentar con la estructura de mundo abierto. Tienen que ver con tareas de recolección y exploración, pero hay una que nos ha gustado especialmente: los jefes de mundo, consistentes en que podemos encontrarnos con grandes enemigos dentro de un ring delimitado en que se nos pondrá a prueba. Son enfrentamientos muy estimulantes y que nos hacen ganar experiencia rápidamente, así como mejor equipamiento. Merecen mucho la pena y son un acierto total.

Aunque hemos jugado mayormente en individual, el cooperativo es otra de las claves del videojuego. Lo importante aquí es que el nivel de los enemigos se ajusta de forma independiente para cada jugador, siendo posible que varios usuarios participen en la misma partida escogiendo distintos niveles de dificultad (fácil, normal o difícil). Se permite cuatro jugadores en online y dos en local (esto último sigue sin estar disponible en PC), opción de juego cruzado y una experiencia en definitiva que merece mucho la pena, aunque ya lo sabrás si eres seguidor de Borderlands.

Por lo que se refiere al planteamiento de mundo abierto, no está mal pero podría estar mejor aprovechado. Sirve para articular las misiones principales y algo que nos ha gustado es que existen bastantes asentamientos y algunas ciudades con sus propios habitantes. En ellos puedes descubrir nuevas actividades, comprar o simplemente deleitarte con la comicidad típica de Gearbox a la hora de diseñar, en este caso, los NPC. El nivel de detalle en este aspecto nos ha gustado, porque no son elementos que impacten directamente a la jugabilidad pero que generan inmersión.

La técnica cel-shading apoya este impacto, con un apartado gráfico que sube un escalón con respecto a anteriores juegos. Otra vez, no hablamos de gran evolución, pero sí hay más distancia de dibujado, detalles, un mundo más elaborado, mayor verticalidad, más interiores y misiones también más grandes que nunca, con escenarios y mazmorras que parecen no acabar (esto nos ha sorprendido para bien). Los jefes igualmente destacan por lo que imponen tanto en cuestión de dinámicas como tamaño en muchos casos, con efectos visuales que otorgan un valor añadido a cada enfrentamiento.

A todo esto acompaña una banda sonora movida, muy al estilo Borderlands, pero en esta entrega a veces se vuelve hasta grandilocuente y épica, lo cual nos ha encantado. Al fin y al cabo, en el juego vivimos una revolución, un movimiento de liberación en un planeta oprimido, y eso queda perfectamente reflejado por las composiciones, que nos han parecido variadas y de calidad.

La mayor crítica aquí tiene que ver con el rendimiento. Gearbox ya había manifestado que los requisitos iban a ser más elevados y que un PC con cierta antigüedad no iba a ejecutar bien el juego. Nosotros con un GeForce RTX 3070 hemos tenido dificultades para mover el juego con fluidez más allá de la configuración media. El juego se muestra competente a esta calidad, pero creemos que podría haberse realizado un trabajo adicional. De hecho, durante nuestras pruebas tuvimos varias actualizaciones relacionadas con la optimización, algo que no nos hace ser muy optimistas con cómo puede rendir en otros sistemas. Deberás tenerlo en cuenta si vas a jugar en ordenador.

Borderlands 4, una evolución en la dirección correcta

Borderlands 4 podría haber arriesgado más en su propuesta, pero lo cierto es que no son pocas las novedades que incorpora, sobre todo en forma de reformas que pedían los usuarios. La historia nos ha atraído y creemos que tiene impacto, con situaciones memorables. La estructura es más que convincente, con un mundo abierto que alberga misiones tanto principales como secundarias y que muy probablemente se expandirá en el futuro con nuevas propuestas. De hecho, está algo desaprovechado y es muy posible que esto se subsane con actualizaciones y expansiones.

Los tiroteos son sorprendentemente dinámicos e incorporan un montón de elementos de interacción, haciéndolos divertidísimos, con una variedad de armas que en este caso tiene más sentido que en Borderlands 3. Es un juego con su dificultad, pero es un reto agradable, con jefes que sorprenden por su inventiva. Los valores de producción también dan la talla, con especial mención al diseño artístico, la banda sonora y una localización al español (incluyendo doblaje) que nos ha encantado.

No obstante, es un juego que a pesar de sus aciertos falla en algo importante, que es la IA de los enemigos, la cual se comporta no en pocas ocasiones de manera bastante errática. Y luego tenemos el aspecto del rendimiento, que en nuestro caso (lo hemos probado solamente en PC) ha ofrecido resultados dispares y que nos llenan de dudas sobre cómo rendirá en otros sistemas. Pero quitando esto, nos parece un juego recomendable, especialmente si te gustan este tipo de experiencias, y por descontado si eres un seguidor de Borderlands.

Hemos realizado este análisis con un código de descarga para Steam que nos ha proporcionado 2K.