Análisis Bionic Bay, el plataformas heredero indie de Inside con físicas y sorpresas para todos los gustos (PC, PS5)

Hay juegos que consiguen marcar un antes y un después en la industria. Crear un género o un subgénero que perdura por décadas, y Limbo es uno de ellos. Su mezcla de plataformas, puzles y su particular ambientación parece haber enamorado a muchos jugadores y desarrolladores, que con mayor o menor acierto, han intentado hacer su visión del mismo. Bionic Bay es uno de los más interesantes que hemos jugado en los últimos años.
Plataformas con truco
Bionic Bay es un juego de plataformas en 2D con desarrollo lateral que, al igual que Limbo o Inside, apuesta por un estilo minimalista en lo narrativo, para centrarse en la jugabilidad y la ambientación. La gran novedad aquí es que cada capítulo tiene una mecánica diferente. Por ejemplo, en el primero tenemos el «teletransporte/intercambio», así además de correr, dar volteretas y saltar, podemos intercambiar nuestra posición con ciertos objetos del entorno. En el segundo, podemos parar el tiempo durante unos segundos y usar un «superpuñetazo». El que no se acumulen, sino que vayan cambiando, nos parece una idea fantástica para aportar variedad al desarrollo.

La propuesta es sencilla, pero no fácil. En Bionic Bay no se trata sólo de moverse de izquierda a derecha o viceversa, sino de aprender cómo moverte, cuándo intercambiar posición con una caja o cómo manipular el entorno para crear el camino.
Ya sea sincronizando los mencionados teletransportes, o enlazando movimientos a lo Donkey Kong (podemos dar una voltereta antes del salto para llegar más lejos, por ejemplo), hay que aprender a leer el escenario... y a morir.
Un juego que te obliga a pensar (y a morir)
El título no es especialmente largo —en torno a 6 o 7 horas—, lo que nos ha parecido perfecto. Cada segundo es un nuevo puzle. El diseño de niveles está planteado para que no puedas avanzar por inercia: necesitas mirar, pensar, probar y morir. Y volver a probar. El juego se disfruta precisamente porque no es injusto, pero tampoco fácil, y aunque en ocasiones puede frustrar, nunca nos vamos a quedar atascados.

A nivel de ritmo, el juego sabe alternar partes más tranquilas con secciones más rápidas, momentos más complejos en los que hay que pensar con otros en los que nuestros movimientos son la clave. Es un título de esos que sabe sacarte una sonrisa con sus desafíos, que te hace decir «qué bien pensado» cuando completas ciertos puzles, y muy, muy satisfactorio.
Además, cuenta con un modo a través de internet en el que podemos enfrentarnos a los fantasmas de otros jugadores en carreras cronometradas, una idea que nos ha parecido fantástica y que no sólo alarga la vida del juego, sino que nos anima a aprovechar y a disfrutar más el gran trabajo que han hecho los desarrolladores diseñando las físicas y los controles de Bionic Bay

Una ambientación que absorbe
Bionic Bay apuesta por una estética entre industrial y alienígena, con un uso del color muy contenido. Dentro de su aparente simplicidad, hay que destacar, una vez más, el uso de las físicas. No es sólo en lo que respecta a nuestro personaje, sino las partículas, los objetos, cómo interactúan entre ellos, las explosiones... Hay más trabajo del que parece detrás de estas pantallas. Esto hace también que el rendimiento oscile cuando las cosas se vuelven un poco intensas, pero en la mayoría de situaciones «tranquilas» hemos podido jugar en el ordenador que veis más abajo a 144 imágenes por segundo y en la Steam Deck OLED a 90 sin demasiados problemas.

Elementos técnicos aparte, creemos que Bionic Bay sabe crear un mundo muy interesante. El sonido ambiental, los efectos de las plataformas, los pequeños chirridos de las estructuras… todo está bien integrado, y el resultado es un entorno que no da miedo, pero sí inquieta. Una especie de constante sensación de extrañeza, que no llega a lo perturbador, pero sí te pone incómodo. Además, apenas hay textos o interrupciones, lo que lo hace aún más inmersivo.

No lo reinventa todo, pero da lo justo para quedarse contigo
Lo que más nos ha gustado de Bionic Bay es cómo hace tanto con tan poco. Un par de botones para moverse, otro para la habilidad de turno, y un mundo que te plantea desafíos de todo tipo sin llevarte de la mano. Es un juego que combina una ambientación muy interesante con ideas originales, y las ejecuta con éxito. Es cierto que su enfoque en el ensayo y error puede frustrar en algunos momentos, pero lo compensa con un fantástico diseño de niveles y una jugabilidad muy satisfactoria. Si os llama la atención lo que veis en estas pantallas, no dejéis de darle una oportunidad.
Hemos realizado este análisis en Steam Deck y PC (Ryzen 7 3700X, GeForce RTX 2070 Super, 32 GB RAM) con un código de descarga proporcionado por Cosmocover.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
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