Análisis BIOMORPH, un metroidvania mutante al que le falta carisma (PC, PS5)
¿Cuándo un videojuego se vuelve ruido? Es difícil discernir entre un clon poco inspirado y un juego que lleva sus referencias como medalla. Especialmente cuando el público lo demanda. Y el público demanda metroidvanias. Hollow Knight fue la bomba que necesitaba la escena independiente para revivir a un género que se había quedado reducido a mínimos, y ahora como que parece que vivimos en El Ataque de los Clones ante tantas y tantas propuestas que iteran sobre lo construido por Team Cherry e Incluso grandes franquicias como Prince of Persia están apostando por el género.
Algo que, para los amantes de este tipo de títulos, es mejor que mejor. Si la fórmula del metroidvania moderno, de mundo abierto y tendencia soulslike es lo que te hace levantarte por las mañanas, ¿por qué ibas a querer otra cosa que no fuese más de lo mismo? Es comprensible que el planteamiento de muchos estudios independiente sea coger algo que funciona y añadirle una o dos mecánicas.
Biomorph podría considerarse algo más atrevido, pero no se aleja demasiado de la fórmula. El pitch, muy común en los desarrollos actuales, consiste en la técnica del "uno más uno son tres": mezcla dos juegos queridos de forma inesperada, como Hollow Knight y Kirby, y así ya tienes un titular jugoso para que la prensa hable de ello. Esto, literalmente, se incentiva por parte de los creadores de contenido y los mecenas de la industria. Se hace también en otras ramas de la cultura. La cuestión es si es un criterio válido para dedicarle años a un proyecto.
Amnesia "teenager"
A menudo, juegos como Biomorph llaman por los ojos. Su estética, que bebe de la ciencia ficción y de la animación para adolescentes, se vale de colores fuertes y de un estilo de dibujo bastante marcado. Tiende un poco al feísmo, en el buen sentido. Sobre todo en el diseño de personajes, que llaman la atención por sí mismos. Harlo, la criatura a la que controlamos, así como la mayoría de NPCs y enemigos, trabajan muy bien para construir un universo propio.
La historia se aleja del estilo más minimalista e inferido que propone Hollow Knight, y aquí tenemos un guión con diálogos, personajes secundarios que hacen bromas (o al menos lo intentan), con especial atención a los "robots" que componen los puños de Harlo.
Sin embargo el guión es pobre, con una estructura demasiado predecible e intercambios, cuanto menos, olvidables. Harlo tiene amnesia y en los primeros compases del juego se encuentra huyendo de un reactor a punto de explotar. Recuerda a alguien importante en su vida, Kleio, con quien estaba completando una misión importante, de la que no sabemos mucho. El objetivo es rescatar a Kleio, reactivar los reactores y recuperar tus memorias. Por el camino hay ochocientas misiones secundarias con NPCs que intentan mostrar personalidad por todos los medios pero que inevitablemente se transforman en una checklist. Aún así, Blightmoore, el pequeño pueblo en el que descansaremos y mejoraremos a nuestro protagonista, tiene los suficientes elementos como para convertirse en una piedra de toque interesante. Siempre hay una excusa para volver y seguir adquiriendo nuevos ítems o fortaleciendo los que ya tenemos.
Por lo general, a falta de un lore adictivo o una historia que te atrapa, el gran atractivo estético de Biomorph está en su arte. Única y exclusivamente en su arte. Porque a nivel sonoro, desgraciadamente es bastante genérico. Especialmente una banda sonora que no construye una paleta propia y que constantemente copia identidades de otras franquicias. Partes que te recuerdan a Final Fantasy VII, otras a Hollow Knight, y con unos efectos sonoros que te alejan de la inmersión y están totalmente fuera de lugar.
Es una suerte que, con todo esto en contra, los biomas que ofrece el título sean tan variados y sostengan una propuesta que a duras penas cuaja en lo artístico. Ahora, lo importante, el quid de la cuestión: a ver cómo se sostiene en lo jugable.
Sólido como un bloque de cemento
A un "indie", a veces, se le suelen perdonar pequeños defectos de lanzamiento. Afortunadamente con Biomorph no hace falta. Todo funciona a la perfección. Cosa que, en un juego de esta escala, es cuanto menos digno de admirar.
Porque Biomorph se atreve a equivocarse. Mezcla niveles poco inspirados con momentos muy interesantes. Propone puzles pero luego a su vez apenas pide esfuerzos al jugador. La travesía por lo general se vuelve monótona, con estructuras de niveles que se repiten una y otra vez, pero que de vez en cuando se ven contrastadas por secciones que dejan entrever buenas ideas.
En el centro de todo está esa capacidad de Harlo de transformarse en los enemigos a los que derrota. Una habilidad que se ve rodeada de enormes contradicciones, porque no termina valiendo para nada: los enemigos en los que te transformas tienen características que te permiten atravesar ciertas secciones, pero siempre se encuentran al lado de éstas para que te sea fácil entender su uso; en combate varían las herramientas del protagonista pero tú ya tienes un arsenal que hace que las habilidades enemigas no tengan incentivos para ser usadas; y peor aún, cuando sales de una habitación vuelves a tu apariencia normal, una decisión totalmente arbitraria pero que responde al miedo de los desarrolladores, ya que de haberse hecho de otra manera quizás muchas secciones se harían o más fáciles todavía o se convertirían en confusas. ¿Qué enemigo tengo que ser aquí para completar esta parte? El juego te dice que no te preocupes, que siempre tendrás todos los elementos a mano para seguir avanzando. Sólo en algunos momentos finales, para descubrir secretos, tendrás que transformarte en criaturas que no tengas cerca.
Lo cual nos lleva a otra contradicción de este sistema, que viene de la mano de otras mejoras. El combate es muy sólido, la verdad, y propone una enorme variedad de estilos de combate. Estás constantemente encontrándote y comprando chips y mementos (los "charms" de Hollow Knight) que te permiten mil combinaciones, todas ellas bastante divertidas, y en ocasiones necesarias para completar algún jefe con éxito. Este balance es difícil, y Biomorph consigue sacar pecho porque realmente notas un avance en tu estilo de juego, y éste te acompaña.
También puedes, pasado un tiempo, convertirte en enemigos cuyo ADN has integrado un suficiente número de veces. Para ello tienes que estar en los puntos S.A.F.E. y elegir hasta tres en los que quieres transformarte. Entonces, lo más lógico es que conforme avances en el juego, la práctica habitual sea elegir a los enemigos que necesitas para avanzar por secciones concretas y evitar el trámite de eliminarlos, porque a veces tienes que moverte de un sitio a otro para transformarte en ellos. Básicamente, si ya Biomorph apenas propone puzles interesantes bajo el paraguas de su mecánica clave, encima te da las herramientas para romperlo del todo.
Son estas contradicciones las que lo hacen más frustrante, porque realmente hay buenas ideas aquí. Especialmente pasada la barrera de las primeras horas, con una progresión tediosa hasta que empiezas a adquirir habilidades como el salto en pared o algunos de los chips más divertidos, se nota que el estudio entiende lo que define a un buen metroidvania. Hay algunos jefes, en concreto, que exigen de la combinación de muchos elementos anteriormente mencionados, e igualmente la estructura de mundo abierto viene acompañada de partes de accesibilidad que eliminan mucha fricción que había en Hollow Knight: por ejemplo, si una habitación está completada, los bordes de la misma en el mapa aparecen con borde dorado; también puedes hacer capturas de pantalla que acompañan a un "pin", para recordar secciones a las que tienes que volver más adelante.
Los jefes son igual de irregulares. Algunos son tremendamente sencillos, otros son un auténtico reto, que requiere de todo tu arsenal. Biomorph es así, un juego que va dando tumbos por una idea interesante, y que pasa de ser algo aburrido al principio a demostrar un potencial que no llega a explotar del todo. Definitivamente el concepto podría haber llegado más lejos, pero se ha quedado a medias. Sólo es recomendable para los amantes más apasionados del género.
Conclusiones
Como metroidvania, Biomorph tiene muchos elementos en común con los estándares del género, y los pocos diferenciadores que tiene no logran cuajar del todo. A favor cuenta con una ejecución bastante efectiva y momentos brillantes. El resto del tiempo es correcto, sin más. Pero a veces un juego no tiene ni que sorprender ni fascinar. Eso ya depende de cada uno.
*Hemos realizado este análisis gracias a un código para PC proporcionado por Lucid Dreams Studio