Análisis Age of Wonders: Planetfall, gestión y combate de estrategia. (PC, Xbox One, PS4)

Triumph Studios trae de vuelta su saga Age of Wonders y por primera vez a la versión de PC se suman las de consolas, Xbox One y PlayStation 4. Age of Wonders: Planetfall es, además, un genial juego de estrategia por turnos tipo 4X –controlar un imperio y explorar, expandir, explotar y exterminar- que ha sido comparado en muchas ocasiones con un punto intermedio entre las series Civilization y X-COM.

Planetfall lleva la historia a una "cósmica edad oscura de un imperio galáctico caído" y nos permite crear un nuevo futuro en este universo de ciencia ficción con seis razas diferentes, explorando planetas, ruinas, sumando supervivientes y, por supuesto, enfrentándonos a peligrosos enemigos. Es perfectamente disfrutable por los novatos de la serie –por ejemplo, los jugadores de consola- ya que no continúa la temática o historia de fantasía de sus predecesores.

A la conquista de los sectores

Entrando en materia jugable, Planetfall nos presenta en su campaña el aterrizaje a un mundo generado por procedimientos del que sólo podemos ver claramente una pequeña parte.

A partir de aquí comienza el ciclo habitual de los 4X, que consiste en colonizar nuevos territorios, obtener recursos del entorno, fabricar e invertir para seguir ampliando nuestros límites.

En Planetfall el terreno se divide en bloques o sectores que deben ser anexionados, y cada ciudad se puede especializar en una de las tareas esenciales de la civilización –conocimiento, energía, producción o alimentos-. Controlar estos territorios es clave para nuestro crecimiento y para asfixiar a nuestros rivales, aunque el aspecto de planificación de ciudades no alcanza la profundidad de, por ejemplo, Civilization VI, y muchas de las estructuras son simples mejoras que simplemente aceleran la producción –y no modifican el estilo de juego-.

Enviar unidades a regiones cercanas y con diferentes biomas permite explorar del terreno o las ruinas, pero también nos pondrá en contacto con otras facciones que a veces cuentan con intereses opuestos a los nuestros, o con fauna salvaje dispuesta a darnos problemas. Una facción nos puede proponer una misión a cambio de algún favor, mientras que otra que encontramos más adelante propone una traición, lo que al final teje una red de relaciones entre estos grupos: hay que planear bien cada decisión y las consecuencias que puedan causar. Eso sí, la diplomacia carece de algunas funciones típicas del género, como el intercambio de recursos con otras facciones.

El combate: su punto fuerte

En muchos momentos no habrá más remedio que pasar a la acción, y aquí es donde Planetfall brilla sobre la competencia. Aunque los ejércitos son de hasta seis unidades, la batalla arrastra a las unidades adyacentes, lo que es interesante a la hora de colocar los ejércitos en el mapa –podría darse un enfrentamiento de 36 contra 6-.

Iniciar el combate nos lleva a otra pantalla, con una zona dividida en una rejilla hexagonal. Este es el aspecto inspirado en X-COM: invierte tu turno en buscar las mejores posiciones para cada unidad, aprovechar coberturas para disparar y compleméntalo con las habilidades o las ventajas de los héroes. Los elementos roleros nos permiten personalizar estas unidades, sus armas y mejoras, ya sea de manera global para cada clase o individualmente.

Las seis razas cuentan con ventajas diferentes que orientan a una estrategia u otra, por ejemplo la Vanguardia –humanos- utilizan armas de fuego mientras que los Kir’ko prefieren el combate cuerpo a cuerpo. Cada raza puede usar dos tipos de armas distintas, y luego se combina con las tecnologías; Voidtech permite teletransportar a las unidades por el campo de batalla, mientras que Xenoplague cura a los soldados, transforma unidades y utiliza venenos para debilitar a los oponentes. Como punto de partida, Planetfall ofrece mucha flexibilidad, y eso sin entrar en los héroes, únicos para cada raza, con un poder por encima de la media y algunos con posibilidad de utilizar vehículos o monturas, o las operaciones especiales -ataques orbitales, tropas de auxilio, etc.-.

Si prefieres invertir tu tiempo más a la gestión que al aspecto bélico o confías plenamente en tus fuerzas podrás activar el control automático. No suele ser lo recomendable, pues tus unidades recibirán más daño que con una partida manual y precisamente esta parte táctica es uno de los puntos fuertes de Planetfall, pero es una opción más para agilizar los enfrentamientos más rutinarios.

Pese a que en muchos otros juegos los elementos aleatorios se usan mal –o se abusan-, hay que admitir que los mapas y zonas de combate suelen contar con multitud de objetos destruibles y coberturas, y que rápidamente olvidaremos que detrás no hay un diseñador. Del combate el único defecto a mencionar es un ligero desequilibrio a favor de las unidades con armas y ataques a distancia, que suelen tener una ventaja sobre las que no, y que el objetivo de victoria es tan simple como eliminar a todos los enemigos –algo que puede hacer un poco más repetitivo este apartado-.

Hay mucho más que contar de Age of Wonders: Planetfall en cuanto a sus sistemas, y quizás esta sea una de las pegas del juego: demasiado denso para novatos, y con un tutorial no resolverá todas las dudas de los jugadores que se acerquen a un 4X por primera vez. No es un grave error de Triumph Studios, simplemente se han orientado a un público más experimentado, pero limitará el número de jugadores que deseen probar esta aventura. Al menos, su calidad es suficiente como para que las horas de aprendizaje se vean recompensadas.

Visualmente cumple con lo esperado en el género, y la verdad es que la diversidad de entornos permite mundos coloridos y con diseños extraños, llamativos. ¿El inconveniente? A veces está recargado en detalles innecesarios y no es fácil identificar unidades o estructuras si no es desde una distancia corta. También a la interfaz se le achaca un poco de falta de información, es bonita pero no siempre práctica.

Conclusiones

El cambio de temática no ha sido traumático para la saga, aunque quizás algunos jugadores echen de menos la fantasía clásica y vean cierta saturación de la ciencia ficción, pero Age of Wonders: Planetfall ha demostrado que en lo jugable es igual de competente que sus predecesores. No decepcionará a los fans de Age of Wonders.

En definitiva, Planetfall es un notable 4X ligero en la variedad de estructuras y la gestión que lo compensa potenciando el combate y la estrategia, algo que beneficia a su multijugador. Además tiene la ventaja de llegar a consolas, donde las alternativas del género siempre son menores que en PC, y ahí sí tiene más facilidad para convertirse en un imprescindible para aficionados a la estrategia y la construcción de imperios.

Hemos realizado este análisis en su versión de PC con un código que nos ha proporcionado Koch Media.