Análisis de Worms Open Warfare 2 (NDS)
El nuevo Worms para la consola portátil Nintendo DS se plantea desde THQ no como una simple revisión y ampliación del original, aparecido en 2006, sino como una reformulación de sus planteamientos originales con el claro objetivo de mejorar el producto en todos sus aspectos. No es que el primero fuera un mal título, pero tenía algunos puntos flojos que jugaban en su contra.
En definitiva, para aportar un soplo de aire fresco a una saga veterana que intenta reinventarse en cada entrega, se ha recurrido a un nuevo estudio de programación, diseñado un nuevo motor, y renovado profundamente, de manera que puede interesar tanto a quienes no probaron ese primer juego, como a los que lo disfrutaron.
Se tratará, por tanto, de un nuevo enfrentamiento entre gusanos belicosos ansiosos de cobrarse más víctimas para iniciar su proceso de conquista del mundo con todo un arsenal de armas de fuego y ovejas explosivas, un auténtico clásico en la saga, entre otros muchos elementos.
Por supuesto, todo ello aprovechando los entornos para ganar la batalla eliminando a los gusanos enemigos quitando la energía o sacándolos del escenario y alzarnos, así, con la victoria.
El jugador tendrá, por tanto, que ocuparse, por un lado, de eliminar a sus gusanos enemigos, pero también será esencial situar a sus propias tropas en los lugares oportunos dentro del escenario para tener opciones defensivas. Por supuesto, el componente estratégico de la acción se plantea también en las diferentes características del arsenal incluido, de manera que no es lo mismo lo que nos ofrece, por ejemplo, una Uzi, que una pistolita, o incluso los ataques cuerpo a cuerpo. Y, por supuesto, hay también ataques con armas de destrucción masivas, como bombardeos por supresión y ovejas locas, es decir, armas de gran poder que van desde un armamento de corte tradicional hacia la excentricidad más exacerbada, parte esencial del humor de la saga.
Quienes hayan jugado a un título de la saga no tendrán problemas en entender su mecánica y planteamiento, aunque el juego ofrece, por si fuera necesario, un completo tutorial en el que de una manera sencilla, accesible, y con todo muy detallado se nos presentan los vericuetos de Worms: Open Warfare 2, y muestra el mimo que han puesto los creadores que, por cierto, han firmado otros títulos de la saga en adaptaciones a N-Gage y teléfonos móviles. Quienes conozcan bien cómo es el mecanismo de juego, pueden, simplemente, saltarse el tutorial y meterse directamente en lo que les interesa. Con todo, debemos señalar que el tutorial está bien llevado, es útil, y explica de manera eficaz cómo usar los botones, pantalla táctil, etc.
De hecho, es más que posible que los aficionados a la saga se metan directamente a probar sus opciones de configuración. Descubrirán muy pronto que el juego nos permite no sólo realizar las tareas habituales y esperables como bautizar a nuestros gusanos y darles un símbolo por el que luchar –una bandera-, sino, ante todo (y es algo que queremos destacar especialmente) se incluye un editor de niveles con muy amplias y extensas posibilidades que hará las delicias de los más apasionados, ya que podremos ir añadiendo todo lo que hayamos ido desbloqueando en el juego.
Uno de los cambios más importantes y evidentes que se observan en esta secuela, muy posiblemente debido a los grandes cambios en la dirección derivados de dar el desarrollo a otro estudio, es el uso de la pantalla táctil y, en general, cómo se presenta el título. La acción abarcará las dos pantallas de Nintendo DS, pero tenemos la opción de situar un mapa en la pantalla superior, para tener, así, una mejor perspectiva de la acción.
En el campo gráfico, es necesario señalar que se ha optado por combinar gráficos tridimensionales y bidimensionales, confeccionando un aspecto lleno de personalidad y que da grandes réditos a su estética, empleando modelos de personajes y objetos en 3D sobre fondos 2D. Además, la posibilidad de usar la pantalla superior como un mapa es algo realmente ventajoso, debido a que por las limitaciones de la pantalla de la portátil el campo de visión en combate es algo escaso.
Por su parte, las melodías suenan más limpias, se adaptan mejor al estilo del juego, y se complementan con una colección de efectos sonoros más variada y consistente, siendo un aspecto que ha avanzado mucho con respecto a la anterior entrega, al igual que en el terreno gráfico. De hecho, en Worms: Open Warfare 2 todo se ha mejorado sustancialmente con respecto al anterior juego, y el campo audiovisual sólo es lo más evidente desde un primer momento.
El modo para un jugador es bien extenso, con opción de echar partidas rápidas y directas contra la máquina, algo que es sin duda alguna básico para una muy elevada rejugabilidad. Pero lo que queremos destacar es su modo Campaña, un modo historia en el que se nos presentan situaciones concretas que tendremos que superar para alzarnos, finalmente, con la victoria y seguir progresando en el videojuego. Si lo hacemos satisfactoriamente, sumaremos unos créditos que se podrán invertir después en liberar el acceso a más niveles, objetos, etc.
Lo más destacable en toda su dimensión jugable es la gran relevancia que se ha dado al componente multijugador, incluyendo el juego en línea a través de la Nintendo Wi-Fi Connection. Aunque desde luego, en red local, la opción más ventajosa es contar con múltiples copias del juego, la verdad es que el título ofrece la posibilidad de mandar una demo a las demás consolas y echarnos una pachanga, algo limitada, la verdad, pero más que suficiente. En el caso de que cada jugador tenga su propia copia del juego, se abrirán todas las posibilidades.
Si nuestra opción favorita es usar las opciones de red de la portátil, tendremos que recurrir al sistema de intercambio de códigos de amigo típico del sistema de juego en línea de Nintendo. Además de lo esperable en la vertiente multijugador, se incluye una tabla de puntuaciones que se va actualizando para mostrar a los mejores jugadores de Worms: Open Warfare 2. Una de las pocas limitaciones es que en el modo de juego en línea no podremos usar nuestras opciones de personalización, esto es, nuestro equipo de gusanos configurado, sino que habrá que recurrir al equipo propuesto, con opción de poner unos nombres específicos que se verán cuando juguemos con gente de nuestra lista de amigos; si no es así, aparecerán nombres genéricos. La experiencia de juego en línea es, en definitiva, satisfactoria y presenta las opciones habituales dentro del sistema.
Por otro lado, el juego nos va a ofrecer también un pequeño surtido de minijuegos que usan funciones específicas de la consola, como el micrófono, con pruebas como guiar un paracaidista, o bien usar la pantalla táctil para lanzar un gusano y trazar su camino. Desde luego es un añadido más curioso que realmente extenso y entretenido, pero aporta un poco más de contenido y valor al paquete de elementos que conforman el juego.