Análisis de Spore: Hero Arena (NDS)

Precisamente hará cosa de un año, la compañía Electronic Arts nos presentó una propuesta jugable que, sin duda, mucho compartía con los famosos títulos de simulación personal de la marca The Sims. Para la ocasión, se nos planteaba la posibilidad de crear una especie alienígena desde cero, haciéndola crecer y con el objetivo de que esta se alimentara, se relacionara entre sí y combatiera contra otros alienígenas hasta proclamarse como la especie más poderosa de la galaxia. Esta nueva saga dentro del mundo de los videojuegos se bautizó como Spore. Fue, sin duda, un título controvertido, dado que su peculiar sistema de juego (a medias entre un simulador de vida y un juego de estrategia en tiempo real) no a todos convencía, acumulando con el tiempo un número de detractores casi equivalente al de seguidores.

Pero ha pasado ya un año desde aquél entonces: la portátil de Nintendo tuvo su propia versión (un tanto edulcorada, todo hay que decirlo) del juego original de PC, y éste último cuenta con dos expansiones, las cuales han expandido las posibilidades y el tamaño que ya nos ofrecía el universo Spore. Pero éste es un universo en constante expansión, hablando tanto del Universo con mayúsculas, como el de la industria del videojuego en general...

como el de la mismísima saga Spore, la cual parece inacabable. La serie Spore ha visto nacer una nueva propuesta, esta vez dejando de lado la estrategia para embarcarse en una aventura de acción y puzle al uso, en la cual deberemos, cómo no, crear de nuevo nuestro propio héroe, al cual manejaremos de forma individual, y con el cual nos embarcaremos en una batalla cruenta y solitaria contra los seres más poderosos de la galaxia.

Batallas de salón y héroes estrafalarios

La aventura de Spore: La batalla de los héroes nos pone en la piel de un alienígena que, debido a un desafortunado accidente espacial con un meteorito, tiene que realizar un aterrizaje forzoso en un planeta desconocido. Esto tendrá consecuencias imprevistas, ya que nuestro héroe (al cual deberemos de dar forma y nombre a través de extenso editor de personajes que, de nuevo, nos ofrecerá el juego al inicio) conocerá a un viejo herrero alienígena llamado Yeedo, el cual le explicará una sentida historia sobre un campeonato entre razas alienígenas y una serie de medallas forjadas por él mismo a partir de una extraña piedra espacial. Éstas, contra todo pronóstico, alteraron el comportamiento de los combatientes ganadores, convirtiéndolos en aterradores dictadores que tienen actualmente bajo su yugo a los habitantes de cada uno de los planetas de la galaxia.

En este momento, entramos nosotros en escena: por lo visto, el malévolo influjo de las medallas no parece hacernos efecto, gracias a la exposición a las radiaciones del meteorito contra el que nos estrellamos que nuestro cuerpo ha sufrido. Por tanto, en compañía de Yeedo decidiremos ir pululando por los diferentes planetas del juego, ayudando a todos y cada uno de los habitantes de cada uno de ellos y, en última instancia, derrotando a cada uno de los ganadores del campeonato. Un planteamiento a todas luces muy poco original, pero condimentado con la posibilidad de crear y modificar a nuestro personaje a nuestro gusto.

El nacimiento y evolución de una especie

El editor de personajes nos permitirá crear a nuestro héroe a partir de una serie de piezas, las cuales corresponderán al tronco (base de todas las creaciones que hagamos durante el juego), las extremidades, los ojos y la boca del mismo. También contaremos con otras piezas accesorias, que añadirán antenas, orejas u otros elementos de decoración a nuestro personaje. Cada elemento mejorará unos atributos u otros del héroe que estemos creando, cosa que deberemos de tener en cuenta tanto cuando estemos comenzando el juego como cuando queramos mejorar a nuestro personaje modificándolo a base de las diferentes piezas que iremos recogiendo durante la aventura, las cuales superarán el centenar.

Una vez tengamos a nuestro personaje creado, deberemos de aprender a manejarnos por los diferentes niveles del juego, cada uno ubicado en un planeta diferente de la galaxia. Las diferentes especies que nos encontremos en cada planeta nos ofrecerán ayuda a través de piezas para mejorar a nuestro héroe, así como fragmentos del meteorito contra el que nos estrellamos, que mejorarán nuestro estado general y nos harán considerablemente más fuertes. Por otro lado, no podremos ir a enfrentarnos contra el enemigo final de cada mundo sin haber recogido todos los fragmentos de meteorito ubicados en el mismo.

Nuestro personaje se alimentará y recuperará energía devorando a animales y plantas del escenario: podremos elegir si hacer de él un personaje herbívoro, carnívoro u omnívoro, simplemente dependiendo del tipo de dieta que elijamos al ir comiendo durante la aventura. Cada planeta tendrá más de un tipo de alimentos que de otro, lo que condicionará, por supuesto, nuestras zonas de alimentación. Podemos hacernos omnívoros, la cual es, a todas luces, la opción más sencilla, aunque recuperaremos mucha menos energía cada vez que nos alimentemos.

Al ir viajando por los diferentes planetas de la galaxia, nos desplazaremos en en nuestra nave (reparada con la ayuda de Yeedo tras el accidente), la cual se establecerá como nuestra base de operaciones. En ella podremos, entre otras cosas, modificar y mejorar a nuestro héroe en cualquier momento de la aventura. También podremos añadirle hasta tres bio-poderes, los cuales podremos activar durante las batallas del juego, al rellenar la barra de poder de nuestro personaje golpeando a nuestros enemigos o recibiendo cierta cantidad de daño. Estos bio-poderes se distribuyen en tres categorías: objetivo único (afectarán a un solo combatiente), objetivo múltiple (afectarán a todos los combatientes) y sin objetivo, los cuales no afectarán a ningún enemigo en concreto.

Nuestro personaje se meterá en diversas trifulcas durante el juego, las cuales podrán ser contra uno,dos o tres adversarios en pequeños escenarios cerrados. Para atacar a nuestros enemigos, deberemos utilizar las direcciones de la cruceta o los botones frontales de la consola, mientras nos movemos pulsando y arrastrando el lápiz táctil sobre la pantalla. Podremos morder, empujar o escupir a nuestros enemigos, aparte de bloquear los ataques de aquéllos. Cada acción tendrá una repercusión sobre la actividad de nuestros enemigos en el escenario, y nuestro principal objetivo será echarlos fuera del terreno de juego (utilizando todos los medios a nuestra disposición) un determinado número de veces sin que ellos nos hagan caer a nosotros.

Por otro lado, en determinados combates se nos exigirán ciertos requisitos, como no utilizar bio-poderes durante la batalla, derrotar a un número determinado de enemigos en un tiempo determinado, o no cargar nuestros ataques en ningún momento (manteniendo apretado unos segundos el botón correspondiente al ataque que queramos realizar). Estos requisitos nos permitirán desbloquear nuevas piezas para nuestro cuerpo, aparte de otros regalos que obtendremos de los habitantes de cada uno de los planetas que visitemos. Aún así, aparte de las batallas contra otros alienígenas tendremos otro tipo de pruebas para probar nuestra habilidad, en las cuales deberemos de competir en carreras, sencillos puzles y diversos mini-juegos más o menos clásicos.

Multijugador

El juego nos ofrece también la posibilidad de adentrarnos en combates multijugador tanto en modo local como mediante la conexión a internet de nuestra consola. A través de la conexión local podremos jugar en combates de hasta cuatro jugadores simultáneos, mientras que las batalla en línea se reducirán, fundamentalmente, a combates de uno contra uno. En modo local, tendremos varias modalidades de juego: combate intenso, capturar el huevo, acaparar e incubar y rey del planeta. Los objetivos serán los clásicos de cualquier multijugador: eliminar a todos nuestros oponentes en un tiempo determinado, capturar la bandera y mantenerla en nuestro bando, o mantenernos en determinada posición el mayor tiempo posible.

Apartado técnico

Los gráficos y la música del juego, sin duda, han sido muy notablemente desarrollados, aprovechando las características propias de la consola y dando un resultado muy digno en todos los sentidos. Las gráficos en tres dimensiones del universo Spore dan una visión un tanto vacía de los escenarios correspondientes a cada planeta, aunque los personajes con los que nos enfrentaremos, así como nuestro protagonista, tienen su representación gráfica perfectamente reconocible, en un tamaño considerable, dadas las circunstancias. Eso sí, las animaciones son un tanto burdas y limitadas, sobre todo en las escenas de combate.

La música es variada y de factura notable, pasando de las tonalidades más épicas a convertirse en un simple divertimento durante los menús de creación y de gestión del juego. Los efectos de sonido, por otro lado, son escasos y repetitivos, con una calidad que, lamentablemente, no está a la altura del resto del apartado sonoro.

Por último, si bien cabe resaltar que la experiencia jugable es buena en general, siendo sencilla y directa gracias a la combinación de controles táctiles con los botones de la consola, se echan en falta un mayor número de opciones de juego, dado que, al final, nos veremos un planeta tras otro realizando las mismas acciones, cambiando únicamente las especies alienígenas contra las que nos enfrentemos o a las que debamos de ayudar superando los diversos retos que nos planteará la aventura. Los minijuegos tampoco serán muy originales ni variados, que digamos. Es un juego notable en el aspecto técnico, pero al cual le falta mayor variedad de contenidos para resultar realmente divertido.

Conclusiones

Si bien el resultado general del juego en el plano técnico es muy aceptable, es una lástima que no se hayan ofrecido mayor variedad de opciones jugables al jugador, cosa que hubiera mejorado la experiencia general del juego, y hubiera alargado la vida del título un tanto. Eso sí, la inclusión de varios modos multijugador ayuda a mejorar la rejugabilidad del título, aunque no resalten tampoco por su originalidad ni por la variedad de contenidos que ofrecen a la aventura principal.