Análisis de Phoenix Wright: Ace Attorney Justice For All (NDS)
Hace tan sólo unos meses llegaba a España, con cierto retraso con respecto a otros países europeos, el primer Phoenix Wright: Ace Attorney, y ahora le toca el turno a su continuación, Justice for All, y hace tan sólo unos días se anunció la que será la adaptación del tercero de la serie, Trials and Tribulations, mientras Japón acaba de recibir el cuarto de la saga, que es el primero creado específicamente para Nintendo DS.
Y es que en este caso, como el anterior, se trata, de una adaptación del original de Game Boy Advance aparecido sólo en Japón, Gyakuten Saiban 2, por lo que es a través de la portátil de doble pantalla como podremos disfrutar, por primera vez, de este título y conocer cómo sigue la historia del abogado defensor Phoenix Wright después de los hechos de la primera entrega y sus duros enfrentamientos contra los fiscales Edgeworth y Von Karma.
De hecho, se trata de una secuela directa en muchos aspectos argumentales, por lo que es francamente recomendable haber jugado al primero para entender quiénes son los personajes que reaparecen y, también, aquellos de los que se habla en pasado.
Justice for All, al igual que el anterior juego, se basa en la palabra, casi como las aventuras de texto que poblaron los ordendores de 8 bits en la década de los años 80, por lo que el guión es su pilar principal. Y desde luego, éste supera en mucho al anterior. Sus casos son más sorprendentes, están mejor ligados, y los giros que plantean son más espectaculares. Además, en ocasiones veremos que tienen referencias y conexiones con otros casos ya vividos en el primer juego, para mayor gusto de los seguidores Es por esto por lo que, aunque no es una secuela directa en el sentido estricto, y se puede disfrutar perfectamente como un título independiente, no podemos sino recomendar muy encarecidamente haber jugado al primero antes de meterse con éste, ya que, de otro modo, nos perderemos parte de su principal virtud que, insistimos, es su narración. Eso sí, por suerte Phoenix Wright sufre una amnesia al principio del juego de manera que se nos vuelven a presentar todos los preceptos jugables, haciéndolo, al tiempo, accesible también para nuevos jugadores.
A nivel jugable, hay que tener en cuenta que éste Justice for All es una expansión directa de la fórmula asentada en el primer título, por lo que volveremos a encontrarnos ante una suerte de novela interactiva, una aventura conversacional en la que habrá que hablar con testigos, conseguir pruebas, estudiarlas y presentarlas en la Corte en duelo dialéctico con los fiscales, luchando siempre contra todos los elementos para, en el último momento, conseguir darle la vuelta a la tortilla en un giro inesperado. Claro, que se mantenga esta estructura de tensión narrativa hace que no sean tan inesperados, pero sí siguen siendo frescos y originales.
En esencia, antes de llegar a las sesiones de los juicios, tendremos que ir a la escena del crimen, hablar con la policía e ir consiguiendo las primeras pruebas y declaraciones. Luego, cuando estos vayan subiendo al estrado y den su testimonio, nuestro trabajo será examinar sus declaraciones para buscar las contradicciones que haya (sean voluntarias o no) y defender nuestra posición con las pruebas que hayamos conseguidos, o incluso con las declaraciones de los propios testigos. En los escenarios usaremos la pantalla táctil para, con un sistema de apuntar y señalar, investigar las manchas de sangre, elementos sospechosos, y potenciales armas. La estructura básica, que en ocasiones se disimula con mucha soltura (sobre todo en el absolutamente impresionante caso final) es, claro, recolectar pruebas y testimonios, ir a la sesión del juicio y conseguir un breve receso para acumular más pruebas y testimonios con los que rebatir los argumentos de la fiscalía, hasta, finalmente, conseguir un sospechoso y mostrar no sólo la inocencia de nuestro cliente, sino la culpabilidad del villano.
Phoenix Wright, que ejerce una profesión de hombres honrados y honestos que luchan por una causa mayor, que no es sino la aplicación de la Justicia máxima a sus iguales, se enfrentará a duros fiscales, sobre todo a la hija del más implacable fiscal que el mundo ha conocido: Von Karma, una auténtica niña prodigio que además tiene muy buenas motivaciones para conseguir que Wright fracase en sus enfrentamientos; a cualquier precio. El plantel de personajes recupera a muchos de los ya conocidos, y presenta a algunos nuevos, como la joven Pearl Fey, a través de la que se incluye un nuevo elemento jugable que añade más profundidad al desarrollo de la aventura judicial.
Ahora podremos ver cuándo un personaje está escondiendo algo y no nos lo quiere decir, apareciendo unos cofres encadenados en pantalla. Cuantos más allá, mayor será el secreto, y más nos costará conseguir que confiese. De esta manera, estos personajes que veremos (fuera de la corte) nos obligarán a investigar, conseguir pruebas, y sonsacarles esa información que puede ser totalmente relevante. Todo esto, que es la principal novedad jugable que presenta Justice for All, se explica muy claramente en el tutorial que incluye el propio juego en su desarrollo, y aunque es realmente interesante y da lugar a nuevas situaciones, resulta un poco escaso a nivel de novedades en este sentido.
Por otro lado, el sistema de "energía", que limita las veces que podemos objetar y, por tanto, intentar echar por tierra a los testimonios (pues si fallamos al hacerlo o presentar la prueba adecuada, perdemos energía) se ha convertido en una barra, y el "daño" recibido es mayor o menor en función de la situación, con algunos momentos realmente extremos que aportan mayor tensión a la decisión que tenemos que tomar. Os recordamos que hacer que el testigo cuente más detalles, esto es, detenerle en su declaración, no tiene penalización alguna, pero mostrar una prueba en errónea o la correcta en e momento equivocado (aunque sea tan sólo una frase antes o después de cuando tenga que hacerse), implicará una penalización.
Como sucedió en el primer juego, el control se centra en la pantalla táctil, con la opción, si así lo deseamos, de gritar al micrófono durante el desarrollo de los juicios. Aunque la tendencia será, con casi total seguridad, no hacer eso y dedicarse a usar la funcionalidad táctil, que pese al desarrollo tranquilo del título ofrece un modo ágil y dinámico de movernos por los menús, examinar los escenarios, y demás.
Una de las limitaciones del anterior juego, y que sigue presente aquí, es que al estar el guión tan hilado no da lugar a equivocaciones ni rutas alternativas. Tenemos que hacer las acciones adecuadas en el momento adecuado, y eso puede hacer que haya problemas puntuales por presentar una prueba igualmente válida pero no la que los programadores han previsto. Aunque sepamos que hay que mostrar una prueba para desmontar una declaración, hay que encontrar el momento en el que se ha programado que se tiene que mostrar, y no siempre es tan lógico, y puede ser un poco frustrante, ya que el jugador puede creer que se ha equivocado de prueba cuando en realidad tan sólo la ha mostrado demasiado pronto o demasiado tarde. Es una herencia directa del género, sí, pero no es menos cierto que otros títulos abrieron el camino para que este tipo de juegos puedan ser más abiertos y no tan rígidos. Pero, con todo, la fórmula funciona.
Del mismo modo, hay que señalar que Justice for All, aunque no incluye más casos que el anterior juego, sí es un título más largo, ya que sus procesos son mucho más largos y complejos, y con mucha más tendencia a profundizar en el pasado de los personajes, y, como consecuencia, en su presente, haciendo que evolucionen y vayamos conociendo más sobre ellos. La dificultad va en una progresión muy suave y bien llevada, que es ya una de las marcas de la saga. Los primeros casos son accesibles, pero poco a poco los testigos y los crímenes serán más y más retorcidos, requiriendo a veces más intuición que pruebas al jugador, quien en ocasiones tendrá que confiar en su instinto a la hora de quemar su último cartucho frente al fiscal.
A nivel gráfico, nos encontramos, una vez más, ante un juego original de Game Boy Advance, al que se ha corregido la resolución y la paleta de colores. Los gráficos son muy estáticos, pero destacan los cuidados diseños de personajes y escenarios, con una estética de tebeo japonés llena de personalidad. Lo más destacable son las reacciones de los testigos en el estrado, según vamos destruyendo sus declaraciones, sobre todo cuando estamos, en realidad, ante el asesino. El juego, sin embargo, no resulta tan fresco, al rescatar varios escenarios y personajes sin un revisado de sus diseños, ni siquiera para reflejar el paso del tiempo.
Por otro lado, las melodías son también rescatadas en cierta medida, sobre todo las composiciones de los momentos de tensión, que son marca de la casa, aunque la mayoría son nuevas y suenan bastante bien. Los efectos de sonido son algo limitados, y en líneas generales no destaca mucho en este sentido, pero consigue crear una buena atmósfera de juego, con sus ambientaciones de emoción, sorpresa, y demás.