Análisis de Pac-Pix (NDS)

Nintendo DS incluye muchas novedades para tratarse de una consola portátil, pero sin duda la que más posibilidades ofrece de innovar en lo jugable es su pantalla táctil. Hasta ahora han sido pocos los juegos que han hecho uso de ella para algo principal, reduciéndose ésta en muchos juegos a hacer de soporte de inventario o de control de cámara. Una vez pasados los juegos de lanzamiento, comienzan a llegar los títulos que realmente hacen uso de esta capacidad, y Pac-Pix es uno de los más notables.

La idea inicial de Pac-Pix es una demo técnica mostrada por Namco en el E3 del año pasado, fechas en la que Nintendo Ds se mostró al mundo, y consiste en dibujar a Pac-Man en la pantalla táctil para que se coma a los fantasmas, en vez de la dinámica tradicional de manejarlo con un joystick. Basándose en este interesante concepto, y expandiéndolo en varias direcciones, Namco ha creado este original y divertido juego para Nintendo Ds, aunque no obstante lastrado por una corta duración y el corto alcance de la propia idea en sí.

De este modo se presenta Pac-Pix, donde a lo largo de varios capítulos, cada uno de ellos con varias páginas, tendremos que ir limpiando un libro de fantasmas para así lograr liberar a Pac-Man de un sortilegio que lo ha encerrado en el libro. Esta "historia" es el pretexto para enfrentarnos a doce mundos, cada uno de ellos con seis niveles, donde tendremos que comernos los fantasmas, de varios tipos y con creciente dificultad. A medida que avancemos, los niveles se irán haciendo más complejos, así como los enemigos y los obstáculos a los que enfrentarnos.

Inicialmente solo tendremos que dibujar a Pac-Man (no de cualquier modo, sino siguiendo un trazado fácil de aprender) y dirigirlo por el escenario pintando líneas que harán que gire 90 grados hacia el sentido en el que pintemos la líneas. Pac-Man se comerá a todos los fantasmas que encuentre por el camino, aunque habrá algunos más especiales que otros. El fantasma estándar, de color rosa y apropiadamente llamado Pinky, deambulará por el escenario intentando escapar de nosotros a poca velocidad, pero otros nos pondrán en más aprietos, como el que es capaz de realizar pequeños sprints, el que cada poco tiempo se teletransporta a otra parte del escenario, el que lleva una barrera y solo lo podemos comer por detrás, el que pinta el escenario (de forma que nosotros no podremos pintar sobre él) y otros menos habituales como los que hay que atrapar en cierto orden. Dependiendo del tamaño del Pac-Man que dibujemos, éste se moverá más lentamente, aunque también tendrá más capacidad de engullir.

El número de fantasmas diferentes que tendremos que engullir irá aumentando en variedad a medida que superemos los diferentes niveles, combinándose con las diversas características del escenario para plantearnos retos. La pantalla principal de juego será la inferior, la táctil, como es de esperar, pero arriba también habrá "juego", pudiendo subir a Pac-Man a un corredor superior que en ocasiones estará abierto y en otras cerrado (y que tendremos que abrir). A veces, especialmente a medida que avanzamos, habrá fantasmas flotando en la pantalla superior que tendremos que hacer caer a la pantalla principal disparando flechas, un poder que conseguiremos más adelante. La situación de la pantalla superior irá haciéndose más compleja a medida que avancemos, contando con escudos que evitarán las flechas y espejos que las harán rebotar para de este modo superar dichos escudos. Los elementos de juego van introduciéndose a medida que avanzamos, y combinándose para que cada uno de los 72 niveles sea diferente y nos plantee un reto nuevo, algo que generalmente se consigue.

Sin embargo, y aunque el juego resulta muy original y divertido, no está exento de ciertas carencias. Se nota que Pac-Pix parte de una idea simple que se ha intentado desarrollar lo máximo posible pero que finalmente acaba siendo insuficiente para no acabar resultando monótona en algunas ocasiones. Aunque a medida que avancemos tendremos más cosas que hacer, la base del juego sigue siendo dibujar a Pac-Man y guiarlo para que no se salga del escenario (aunque podremos arrastrarlo "in extremis"), y la variedad que se introduce se vuelve repetitiva pronto, y no cambia que el concepto básico del juego sea el ya mencionado.

Otro punto negro es la duración; el juego cuenta con doce capítulos, cada uno con seis niveles, pero estos no son demasiado difíciles y, aunque están limitados por el número de vidas y un límite de tiempo, un jugador hábil que se pase todo a la primera puede acabar con la tarjeta de juego en algo más de dos horas. Para intentar paliar esto se comete algo que llega a resultar algo molesto, que es la necesidad de empezar el capítulo desde el principio si perdemos, algo especialmente frustrante si cuando perdemos es contra el jefe final (que son, por cierto, muy originales). Continuaciones en el propio nivel eliminarían la frustración, pero harían al juego más corto todavía, y esta "continuación completa" hace que el aspecto repetitivo del juego sea todavía más notable si un jefe final o una fase nos cuesta especialmente.

A nivel gráfico Pac-Pix luce bastante bien, aunque los escenarios son considerablemente simples debido a la resolución de la Nintendo DS y a la necesidad de pintar a Pac-Man en un espacio vacío. Los fantasmas enemigos tienen un buen tamaño y un curioso diseño, aunque no destacan por sus numerosas animaciones, mientras que los jefes finales sí están mucho más trabajados, siendo estas batallas lo más memorable de todo el juego. El sistema de detectar lo que dibujamos es bueno, sin que se llegue a producir ningún fallo, aunque quizás se echa de menos algo más de variedad a la hora de dibujar a Pac-Man y sus armas. La música es de un estilo muy retro, con melodías que pueden recordar a las de juegos de NES o Game Boy de hace años. Son variadas, pero cortas, haciéndose repetitivas una y otra vez en cada uno de los capítulos, aunque de bastante calidad. Los FX se reducen a una serie de sonidos estándar para engullir, tropezar, etc...

Pac-Pix no es un mal juego y de hecho resulta tremendamente original durante la primera media hora, pero la idea de la que parte, que es muy buena, se queda demasiado corta para un videojuego completa y sería más apropiada para un minijuego dentro de un juego de Pac-Man con más posibilidades. Sin mayores alicientes rejugables que la de superar nuestros propios records y conseguir algunos de los secretos que guarda el juego, Pac-Pix no tiene modo multijugador (hay que reconocer que sería difícil concebir uno) y sus 72 niveles se quedan cortos rápidamente. Es una prueba más de las posibilidades jugables que permite la inclusión de la pantalla táctil, pero no es el juego más sólido que los usuarios de Nintendo DS pueden encontrar actualmente.